Qué te voy a contar que no sepas. Entramos en 2021 en pandemia y salimos de él en pandemia. Ahí sigue. Aquí sigue. Estamos en un Día de la Marmota en toda regla, aunque con algunos avances, en principio. La primera mitad del año renqueando, semiconfinados como la última parte de 2020 (en España). Después abriendo puertas de esperanza que algunos se tomaron como el final de la pesadilla. Pero no. De final nada. Hay nuevas olas, mutaciones, variantes. Cuánto estamos aprendiendo y qué poco al mismo tiempo. En fin, este es un sitio para hablar de viajes y así llevo haciéndolo desde hace ya ¡¡10 años!! Así que vamos con el resumen viajero del 2021… viajero, o excursionista / escapista, no sé cómo llamarlo 🤔
El año de las excursiones y pocos viajes
Enero: un viaje sin salir de casa con la borrasca Filomena
El mes de Enero de 2021 se desayunó con la Borrasca Filomena. Un hito histórico en forma de gran tormenta de nieve que nos hizo experimentar cómo pasan el invierno en Moscú y sitios así. Sus restos permanecieron en la ciudad durante casi un mes. Un mes pisando nieve en Madrid se dice pronto.
Los días de Filomena los pasé en mi barrio excepto una pequeña escapada al centro. Fueron días de tener la cámara, las botas, los bastones de montaña y la ropa térmica siempre a punto.
Para mí fue todo un viaje sin salir de Madrid porque todo cambió. El paisaje, el ritmo, e incluso el humor de la gente. Fue genial porque volví a disfrutar de la fotografía, ya que desde el otoño la había dejado aparcada, y porque era una vivencia totalmente fuera de lo común.

No me olvido de que, sin embargo, Filomena trajo muchísimos problemas logísticos y hubo mucha gente que lo pasó realmente mal en esos días, algún familiar mío entre otros. La vida es un contrasentido, tan difícil como maravillosa.
👉 Puedes leer aquí mi crónica de la borrasca Filomena y ver un montón de fotos de esos días.

Febrero y Marzo: de la desesperanza al excursionismo
Después de Filomena estuve bastantes semanas sin planes, pasando mucho tiempo en casa aparte de ir algunos días a trabajar a la oficina. Y empecé a sentirme mal anímicamente. No veía la luz. No tenía motivaciones. Me estaba cansando hasta de leer, de escribir aquí.
Sabía que no podía salir de la provincia y Comunidad de Madrid, un territorio que se me antojaba pequeño y poco atractivo.
Me frustré muchísimo. Hasta que un día decidí que debía actuar para quitarme de encima este “vivir sin sueños”. Si yo no movía el culo, nadie lo iba a hacer por mí. Empecé a hablar con amigos y resulta que no era la única que estaba así.
En Febrero me fui con una amiga a pasar el día a Canencia, un pueblo de la sierra de Madrid desde donde puedes visitar varios puentes medievales y disfrutar de los paisajes al pie de la sierra. Fue liberador.

Por aquel entonces, además, me apunté a un viaje a Maldivas en Semana Santa. A lo loco. Las mariposas volvieron a mi estómago. La ilusión se disparó. Pero unas semanas después la tercera ola de la pandemia también se había disparado y empecé a dudar. Son tiempos en los que el miedo se cruza con la valentía y de nuevo con el miedo. Círculos viciosos, montañas rusas. Todo el mundo opina, juzga, y tu torbellino emocional hace el resto.
En Marzo la situación era muy incierta. El Gobierno no dejaba claro si podías salir al extranjero, aunque sí estaba claro que no podías salir de tu comunidad autónoma o provincia, según el caso. En Madrid es lo mismo.
Más allá de las indicaciones gubernamentales, a mí no me parecía que tuviera mucho sentido poder viajar en avión al extranjero y no poder ir a la provincia de al lado. Aunque la legalidad pudiera estar de mi lado, no lo veía claro. Pivotaba entre las ganas y el deber. Y con tanta “zozobra” que me amargaba el previaje hasta quitarme el sueño, decidí anular mi reserva.
Pero al hacerlo tampoco encontré alivio. Todo lo contrario. Me invadió la desesperanza aun más y de golpe. Lloré. Concluí que hubiera sido mejor no haber hecho el amago de irme. Quién te ha visto y quién te ve, podría decirme a mí misma.
Un tiempo después, cuando llegaba Semana Santa y las fechas del viaje anulado, decidí obligarme a hacer planes en los alrededores de Madrid. Y ahí empezaron un par de meses de excursiones de un día.
Fui a la Cascada del Hervidero y a la Chorrera de los Litueros con mis padres, y con amigos a la Cascada Cancho Litero, a Puebla de la Sierra, al Barranco de la Purga y algún otro lugar curioso del sur de Madrid. También volví al bonito Chinchón. Días intensos sin pernoctar nunca fuera de casa, pero sin parar.

Aunque suene modesto y no muy atractivo frente a los periplos de otros tiempos, la verdad es que esas excursiones fueron el aire fresco que necesitaba. Literal y simbólicamente hablando. De hecho, tomé conciencia de que para conocer una región de verdad se necesita mucho tiempo. Doy las gracias por haber podido ir a la sierra, a sus pueblos, al campo, y por haber tenido amigos y familia que me hayan acompañado porque si no, creo que me hubiera quedado en casa más de lo aconsejable.

Abril y Mayo profundizando en la Comunidad de Madrid y primera salida al exterior
En los meses más primaverales continué recorriendo la región de Madrid. Descubriendo pequeños tesoros como las necrópolis medievales de la Sierra del Rincón, o nuevos rincones del Parque Nacional de Guadarrama como la Ruta de Bailanderos, y el Puerto de Navafría con una pequeña transgresión de las “fronteras” a pie (cruzamos a Segovia a pesar de estar prohibido, lo confieso).
Así hasta que “abrieron las puertas”.

Esa apertura de la movilidad me llevó a organizar una salida en solitario de todo un fin de semana ¡Uoh, qué pasada! Me fui a la ciudad de Cáceres, un lugar al que quería volver desde hace tiempo y que es un precioso Patrimonio de la Humanidad de nuestro país. Ni se me hicieron pesadas las horas en tren, ni tuve queja de nada.

Junio y Julio en calma chicha
Según nos acercábamos al verano los planes, extrañamente, fueron languideciendo. En buena parte porque tenía tanto trabajo durante la semana, que el fin de semana sólo quería descansar y trabajar en el blog.
En julio me centré en preparar las vacaciones. Además tuve que hacer un confinamiento de 10 días por ser contacto estrecho de un positivo covid de la oficina, pero el 29 de julio ¡me subí a un avión rumbo a la Isla de La Palma! por fin llegaban las semanas para viajar.

Agosto ¿recuperando el tiempo perdido?
Agosto iba a ser y fue el mes de la recuperación viajera. Tres maravillosas semanas repartidas entre 8 días en La Palma con mis padres, y 14 días en Albania, Kosovo y Macedonia del Norte. Fue tan gratificante como un poquito frustrante.
Este año ha sido raro hasta en esto. Ambos destinos son muy bonitos pero volví muy cansada, y no es ese cansancio que se ve compensado por los descubrimientos. Creo que el cansancio lo llevo yo dentro, por la pandemia y por más cosas que no voy a explicar aquí. También acusé el “desentreno” de viajar. Porque sí, como todo, viajar requiere de cierto entrenamiento, rodaje, alimento previo, mentalización, energía, inercia que te impulsa.


Septiembre sin horizonte viajero
Después del verano llegó otro bajón de viajes. Antes era un clásico, pero en los últimos años -antes de la pandemia- me las apañaba para capearlo con algunas escapadas aprovechando puentes y festivos. Desde el 2020 he vuelto para atrás, como los cangrejos. Y me da mucha rabia.
En fin, nada comparado con la debacle que comenzó el 19 de septiembre de 2021. Un nuevo volcán empezó a escupir lava en la isla de La Palma. Ha anegado muchos sitios que conocí, y otros quedaron aislados incluyendo el pueblo donde me alojé, que es Puerto Naos. Sigo las noticias con atención y el corazón encogido. Difícil abarcar con la mente esa destrucción irrecuperable. Tan definitiva.

Octubre: Antequera por los pelos
En octubre ya iba por el segundo mes sin salir de Madrid. Sin salir de la ciudad. Ni una mísera excursión. Los días se iban acortando y mi mente estaba demasiado ocupada en el trabajo. Pero llegó un momento en que… ¡no podía más! Total, que decidí aprovechar el último fin de semana del mes gracias al lunes festivo del 1 de noviembre, para cumplir un sueño que tenía desde hace tiempo: conocer los Dólmenes de Antequera, el Torcal, y de paso la ciudad.

Fueron dos días y pico que me vinieron muy bien. No hizo el mejor de los climas, pero nada me impidió asomarme a sus riquezas y disfrutarlas. La ciudad, por cierto, me sorprendió mucho y para bien, ya que está llena de pequeños tesoros. De todos ellos me quedo con la Alcazaba, los miradores que hay a sus pies, y la Plaza del Coso Viejo. Puedes leer una guía completa ya publicada aquí.

Noviembre: otro mes sin salidas.
Noviembre ha sido un mes horrible en el trabajo. A duras penas he continuado publicando el post de la semana, y de nuevo los fines de semana han sido para descansar y como mucho quedar con amigos. Sin comentarios.
Diciembre: el volcán de La Palma y un paseo por Tenerife
El volcán seguía rugiendo y ya llevaba unas semanas pensando en ir a verlo. De nuevo un lunes festivo me daba la oportunidad de escaparme, vía Tenerife, a La Palma. La ocasión de ver un volcán en activo y de ayudar un poco a la economía de la isla, han sido las excusas para este último viaje del año. Aquí tienes un breve vídeo (1 minuto y medio) con las imágenes y el volcán en acción el 5 de diciembre de 2021. Ya le quedaba poco fuelle y aun así impresionaba.
Los viajes de Ali en los medios
Este año ha sido un poco escaso en lo que se refiere a colaboraciones. Como en viajes, je, je. Aun así, me han llamado de algunos sitios y se lo agradezco mucho.
- En Diciembre me llamaron del programa El Gallo que No Cesa de RNE para aportar un pequeño relato en el programa Los amaneceres más increíbles del mundo, de Paula Mayoral. Lo puedes escuchar aquí, es muy bonito!
El blog en cifras
Como los años anteriores, publico las cifras de noviembre a noviembre, salvando el mes raro de diciembre, aunque es un poco tontería porque cada mes tiene sus cosas. En fin, ya por seguir la tradición lo hago así.
Este año el blog ha seguido bajando en audiencia contra todo pronóstico. Yo pensaba que al mejorar la situación la gente viajaría más y por tanto visitaría más blogs y eso se traduciría en el mío, pero… no. Muy especialmente desde el mes de Noviembre.
Me temo que la bajada de estos últimos meses puede tener que ver con que Google ha decidido mostrar menos mis artículos en las búsquedas, y no sé por dónde tirar. También puede ser que yo escribo peor para los algoritmos, o que hay algún problema técnico en las entrañas de este monstruito que no sé de dónde viene ni a dónde va… O una mezcla de todo. Justo cuando esta web cumple 10 años. Lo dicho, este año voy para atrás como los cangrejos.
Pero sigo necesitando escribir, así que… imagino que seguiré intentándolo. Y trataré de buscar remedios técnicos, aunque para eso debo encontrar la ayuda que necesito.
Los viajes de Ali ha recibido 274.269 visitas en este último año, alrededor de un 14% menos que en 2020.

Deseos para el año 2022
A punto de pasar la página del calendario, mi cabeza no deja de dar vueltas a posibles destinos para el año 2022.
Voy a empezar dándote una noticia: he llegado a un acuerdo con la empresa donde trabajo para coger una excedencia de dos meses. Quiero descansar y viajar, por este orden. Es decir, no tengo un viaje planeado de esta duración precisamente porque necesito parar, pero no me voy a encerrar en casa.
Sí tengo un plan para varias semanas. Volver a África. No digo nada más de momento por las supersticiones, y más en los tiempos que corren, pero he buscado un destino soñado, remoto y épico. Con mucho desierto. Horizontes abiertos. Pueblos nómadas. Ojalá los vientos sean favorables 🙏 Si no puedo hacerlo será porque las autoridades me lo impidan o la salud no me acompañe, pero espero no ocurra nada de esto.
Antes y después de dicho viaje, improvisaré. Tengo cosillas en mente pero sin darles forma definitiva. Una cosa que tranquiliza es saber que no estás sujeto a unas fechas muy concretas, que tienes margen, aunque dos meses no den para mucho.
Por cierto, no sé si trabajaré mucho en el blog. Ya veremos. También necesito un descanso de esto.
Aparte de estas pistas de cómo voy a empezar el año, porque ese permiso llega ya muy pronto, voy pensando en el viaje del verano, pero … me parece que queda muchísimo y pueden pasar muchas cosas ¿Qué sitios me rondan la cabeza? Los voy a poner por escrito, pero sin ningún compromiso 😉
- Pakistán: el año pasado pude seguir a varios viajeros conocidos que viajaron por Pakistán. Si sigue siendo practicable, igual me animo porque este es uno de esos países que siempre me han llamado la atención. Incluso formulé el deseo de ir cuando escribí sobre la ceremonia del cierre de frontera en Wagah (India).
- Uganda: desde hace un tiempo pienso en este país como un posible destino. Me atraen la variedad de paisajes, fauna y culturas, pero no sé mucho más de él, y quiero seguir siendo un poco ignorante para descubrirlo allí.
- Maldivas: esa espinita clavada debería quitármela en algún momento. Desde que fui a las islas Galápagos y redescubrí el snorkel en un mar privilegiado, quiero repetir. Eso es lo que me llama de Maldivas. Y también tratar de conocer qué más ofrece, lejos del turismo de resorts.
Hay muchos otros destinos en el pensamiento. Algunos poco practicables por la pandemia. Otros que no son para el verano, sí para otras épocas del año. Sigo pensando en volver a Egipto, más de 20 años después de mi primera visita. Me encantaría ir a Tibet, Colombia, Mauritania, Senegal. Volver a Nepal, ir a la Depresión del Danakil en Etiopía… vale, paro ya 😂
Por último, más allá de los viajes quiero salud para todo el mundo. Mucha. Y un poquito de calma, paciencia, comprensión con los demás, empatía, menos crispación, más lectura (también de blogs de viajes).
¡¡Un abrazo gigante y a por el 2022!!
Busquemos la belleza y la felicidad, respetando a los demás.

¿Quieres leer el resumen de años anteriores?
- Resumen 2024, un año de aventuras épicas
- Resumen 2023: nueva vida y viajes
- Resumen de 2022, el año más extraordinario de mi vida (probablemente)
- Resumen viajero del 2021, el año de las excursiones
- Repaso al 2020, el año de la debacle
- Resumen del año 2019
- Resumen de un gran año de viajes: 2018
- Resumen viajero del año 2017
- Reflexiones de una bloguera de viajes en el aniversario de su blog
- Resumen del 2016
- 2015, un año en imágenes
- Resumen 2015, un año de lo más viajero
Feliz y viajero 2022 Alicia! Yo espero que sigas escribiendo, a pesar de los algoritmos. Es un gustazo leerte y me encanta que tus entrada no sean la típica enumeración de dónde comer, dormir y qué ver. Supongo que es un trabajo inmenso que no siempre se ve recompensado, pero te agradezco mucho este blog. Disfruta mucho tu excedencia y hasta la próxima lectura!
Oh mil gracias Lucía!! Saber que hay alguien al otro lado (más allá de los numeritos) que además agradece el trabajo es uno de los motores para seguir!!!
Feliz 2022 y espero que con viajes también para ti!! ♥️