Skopie o Skopje, la capital de Macedonia del Norte, es difícil de definir. Pretenciosa en su lado moderno, muy otomana en el casco viejo, no te va a dejar indiferente ¿Te vienes a descubrir qué ver en Skopie?
Resulta que yo había estado en Skopie
Sí, así como te lo cuento. Yo estuve en Skopie. Yo, o mi cuerpo mejor dicho. Imposible acordarme porque tenía 4 años de edad y no recuerdo haber visto ninguna foto. Debe de haber alguna, pero según mi padre son “malillas”, están en diapositivas y no merece la pena buscarlas, así que… nos quedamos con las ganas 🤔
El caso es que cuando volví de este viaje y hablé con mis padres, los dos dijeron casi al unísono “ah, ahí has estado tú!”. Y me quedé estupefacta porque no recordaba ninguna conversación sobre esta ciudad. Les pedí detalles y me los dieron. Año 1975. Mis padres viajaban con los tres churumbeles y unos amigos con otra niña más. Yo era la mayor, los otros tenían entre 3 años y 8 meses. Con el coche y la tienda de campaña, rumbo a Grecia. Siempre ha habido viajeros en el mundo. Y entre ellos, familias.
Pasaron por Skopie haciendo una parada técnica porque, como he dicho, el destino de aquellas vacaciones era Grecia. Ellos recuerdan poco de la ciudad. Sobre todo el bazar. También el hecho de que mi madre y su amiga no se sintieran muy cómodas. Era un lugar muy musulmán y ellas, jóvenes, iban un poco descocadas. Por lo visto las miraban un poco mal.
En cualquier caso, esa conversación me generó un sentimiento de sorpresa y admiración renovada por mis padres. Además pensar que estuve allí a tan corta edad, y que no lo he sabido hasta ahora, me parece mágico.
Me pregunto cómo sería Skopie entonces, porque está claro que de la parte moderna no habría mucho construido aún.
Skopie es hoy una ciudad de un millón de habitantes, a la que puedes acceder por cómodas autopistas o incluso por tren directo desde Tesalónica (Grecia). Aquí te cuento lo que pude ver en una mañana tórrida del mes de agosto.
Qué ver en Skopie
El castillo de Skopie (Tvrdina Kale)
Comenzamos la visita subiendo al castillo de Skopie, situado en una pequeña montaña que domina toda la ciudad. Las murallas son lo que queda en pie de la antigua fortaleza, pero el interés del sitio no es tanto por los restos históricos.
Enseguida me llaman la atención las vistas de la ciudad. Una amalgama de edificios de distintos estilos y estatuas enormes se extiende a nuestros pies. Neoclásicos, de estilo comunista, pseudo modernistas… un poco de todo. Las dimensiones de la mayoría son realmente gigantescas y no es un efecto óptico ¿Qué hace todo eso ahí? Ardo en deseos de bajar y verlo de cerca.
De la fortaleza, como digo, queda muy poco en pie. Su nombre es Tvrdina Kale y lleva allí desde el siglo VI, aunque los restos actuales son del siglo X. El castillo fue conquistado por los serbios y allí se quedaron hasta que a finales del siglo XIV llegaron los otomanos. Estos tiraron abajo la muralla que rodeaba a la ciudad, pero dejaron en pie el castillo.
La guía nos cuenta también que estamos en una zona sísmica y que el terremoto de 1963 tiró abajo el 80% de la ciudad.
Junto a algunas torres claramente restauradas, sorprende alguna estatua del periodo comunista. El sol cae a plomo y no hay sombras allí arriba, así que agradecemos bajar en busca de alguna sombra ¡Qué calor hace en Macedonia en verano!
La ciudad medieval otomana: Carsija
Nada más bajar de la fortaleza cruzamos la calle y entramos en la mezquita Mustafa Pasha. Pequeña, coqueta, en medio de un jardín muy cuidado, con señores charlando tranquilamente a la sombra. Dicen que es original de la época otomana y que no ha sido modificada desde entonces.
Delante de la puerta hay una gran fuente de mármol para que los fieles hagan sus abluciones. El interior es muy bonito, en colores blanco y azul, la decoración típica otomana.
Aquí está enterrada Umi, la hija de Mustafá Pasha.
Un minuto después de salir comienza la llamada a la oración. Se sucede en cascada entre esta y otras mezquitas de la ciudad. El canto suena muy tradicional, diferente al de otros lugares.
Después nos acercamos a la Iglesia de Sveti Spas (Iglesia de la Ascensión de Jesús), que está casi a la vuelta de la esquina. La entrada es tan discreta que la puedes pasar por alto fácilmente, así que hay que ir mirando hacia arriba para buscar el campanario que sobresale un poco. Su discreción tiene que ver con que los otomanos prohibieron que las iglesias fueran más altas que las mezquitas. Y era recomendable que no se las viera mucho.
Sveti Spas, de hecho, está parcialmente hundida hasta 2 metros bajo tierra. El patio tiene un corredor muy largo y algunas lápidas medievales con distintos relieves. Construida en piedra en el s. XIV, dicen que es la de mayor importancia histórica de Skopie.
¡Y por fin llegamos al bazar! De repente parece que hemos viajado a Turquía. Tanto, que no dejo de ver fotos de Erdogan en muchos negocios. Casi todos los cafés ofrecen narguiles, y por supuesto el café turco en las típicas jarritas de cobre. Hay venta de baklabas y delicias turcas. Muchas mujeres llevan hiyab y pasan junto a escaparates que exhiben vestidos de novia o de fiesta suntuosos, llenos de brillantes, muy del gusto oriental.
El bazar viejo de Skopie mantiene su esencia de calles tortuosas, casas de té, mezquitas y antiguos caravasares donde se alojaban los comerciantes venidos de otras tierras. Muchos edificios son del siglo XV, cuando los otomanos reconstruyeron la ciudad. Cuando cada calle era de un gremio: herreros, sastres, joyeros…
Aún queda un poquito de eso, y también alguna estrella de David testimonio de la comunidad judía que habitaba en una parte de la ciudad ¿Sabías que unos 7.000 judíos de Macedonia fueron asesinados en los campos de exterminio nazi? Hay un Museo del Holocausto en Skopie, por cierto.
La Skopie moderna: del Kameni Most (puente de piedra) a la Plaza de Macedonia
Saliendo del bazar antiguo llegamos a una plaza irregular que enseguida se hace avenida ancha. Lleva al Puente de Piedra o Kameni Most. Y aquí ya empiezas a alucinar de verdad.
A la izquierda hay un edificio con cúpulas de color gris. Es la Galería Nacional de Macedonia, el antiguo hamman, que eran los baños turcos más grandes fuera de Estambul. No tuve tiempo de entrar así que no te lo puedo enseñar, pero he leído que guarda una colección de escultura y arte modernos macedonios que puede estar bien visitar.
A continuación te encuentras con una enorme escultura con leones y una fuente a sus pies. Se trata de Filipo II, el padre de Alejandro Magno, que mira precisamente hacia la Plaza de Macedonia, al otro lado del Puente de Piedra, desde donde la estatua de su hijo montado a caballo le saluda. Entre estas dos estatuas principales, hay otros conjuntos escultóricos donde se “narra” la vida de Alejandro: su madre embarazada, sus padres con Alejandro niño echándose a sus brazos, después con Alejandro adolescente…
En la Plaza de Macedonia, por cierto, es donde el país declaró su independencia en el año 1991. Hace sólo 40 años en el momento en que escribo este artículo.
Hay poca gente en estas grandes avenidas y puentes, seguramente por la hora y las temperaturas, y eso hace que todo parezca un poco irreal. Entre las estatuas de Filipo y Alejandro andan algunos gitanos, sobre todo niños, que se refrescan en el agua de las fuentes e intentan pedir alguna limosna. Les observo y me acuerdo de Bulgaria. Un poco más allá hay una casa memorial de la madre Teresa de Calcuta, muy presente aquí y en Albania.
La Madre Teresa de Calcuta nació en la actual Macedonia del Norte, siendo de etnia albanesa. Una figura tan venerada como controvertida.
El paisaje está dominado por los edificios, las estatuas de la familia de Alejandro, otros guerreros, las farolas con dorados y más estatuas de guerreros y monjes medievales que conducen al edificio del Museo Arqueológico de Macedonia. Todo muy muy épico. Escenográfico. Como un decorado de cine, pero sin ser de cartón piedra.
Todo este despliegue arquitectónico se construyó en parte entre las décadas de los años 60, 70 y 80 del siglo XX. Hay otros mucho más recientes, y algunos aún en obras. Todos mezclados y gigantescos, los últimos responden al proyecto nacionalista “Skopje 2014” que puso en marcha el ex primer ministro Nikola Gruevski.
Un equipo internacional de arquitectos, dirigidos por el japonés Kenzö Tange llevaron a cabo este proyecto de “arquitectura moderna y brutalista”. El adjetivo de brutalista desde luego lo compro. Te dejo un link de wikiarquitectura con su perfil.
Como todo proyecto de gran envergadura, Skopje 2014, que se anunció oficialmente en 2010 e iba un poco a remolque de lo que ya se había construido en la ciudad en las décadas anteriores, suscitó una gran polémica. Te puedes imaginar: un gran desembolso de pasta que bien se podría haber invertido en mejorar la vida de los macedonios. Además todo este esfuerzo tiene que ver con forjar el nacionalismo macedonio, obviando el albanés de una parte del país y que en la capital encuentra su expresión en el barrio musulmán. Las cifras no se ponen de acuerdo, pero se habla de un gasto de entre 80 y 500 millones de euros en edificios y estatuas.
Por cierto, para evitar problemas con Grecia, que ya les ha denunciado más de una vez por apropiarse del nombre de Macedonia para su país, también han acabado cambiando el nombre de las estatuas de Filipo y Alejandro. Al fin y al cabo ellos nacieron en la parte macedonia que está en Grecia. Otro elemento de bronca: el monumento de los Barqueros de Salónica, macedonios griegos que formaban parte de un grupo anarquista que bombardeó dicha ciudad griega. Menuda ensalada hay en los Balcanes…
Consejos para visitar Skopie
No te puedo dar «grandes tips» para visitar Skopie, pero sí tranquilizarte y recomendarte un par de cosas.
- Skopie es una ciudad muy andable y es fácil orientarse, así que por este lado no encontrarás ningún problema para llegar a los sitios aquí citados (y otros que descubras).
- Puedes reservar aquí un tour por la ciudad o una excursión a los alrededores, como el cañón de Matka.
- Te aconsejo que dediques al menos un día y una noche a esta ciudad. El día para visitar sus museos y tomar el pulso a la ciudad, claro está. Y la noche para contemplar toda esa arquitectura y monumentalidad iluminada. Además, si vas en verano, es cuando las calles reviven.
- Puedes reservar hotel en Booking, la plataforma que yo siempre uso para mis viajes.
- Si vas en verano, prepárate para pasar mucho calor y protégete lo mejor posible del sol, porque no hay muchas sombras en las calles. Si vas en invierno, abrígate muy bien.
- Puedes comer en cualquiera de los cafés del Bazar Viejo por muy poco dinero. A partir de 3,50 € te sirven un plato de carne, patatas fritas y ensalada, que puedes completar con un helado buenísimo junto a la Galería Nacional.
Una buena idea es recurrir a los servicios de cambio de moneda con Exact Change antes de ir a tu destino. Yo misma lo he hecho para viajar a Chile, Estambul, etc. y funciona genial. Puedes comprar online en su página web o por teléfono en 900 103 740 / 683 597 459. Si lo haces por teléfono, o si entras en su web otro día, añade el código VIAJESDEALI para que sepan que vas de mi parte.
¿Qué te parece todo lo que tiene que ver Skopie? Confieso que me gustaría volver para pasar más tiempo, y a ser posible en primavera o en otoño ¡Quién sabe!
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