Butrinto es uno de esos lugares en los que casi a cada paso vas diciendo ¡oh! pero ¡qué me cuentas! Y es que esta ciudad fundada por griegos de la isla de Corfú, que está al lado, te ofrece una experiencia a lo Indiana Jones a la que es difícil de resistirse ¿Te vienes a conocer las ruinas de Butrinto? 😊
Como iba diciendo, la historia de Butrinto comienza con los griegos de Corfú. Estando muy cerca del mar Jónico, el mar se funde con el lago de Butrinto a través del canal Vivari.
El entorno es muy bonito, calmo y quieto, con mucha vegetación alrededor. Las ruinas de Butrinto se alzan en un promontorio sobre estas aguas. Es una península que parece isla y tiene forma circular.
Esta región, hoy Parque Nacional, tiene una riqueza vegetal y faunística muy importante. Tanto de aves como de peces y mamíferos. Algunos en peligro de extinción o en estado de conservación especial. Dan ganas de quedarse unos días por allí y explorarlo con calma 🥰.
La historia de Butrinto
Todo empezó porque los griegos decidieron construir un santuario dedicado a Asclepio (Esculapio para los romanos), el Dios de la Medicina. Un gesto suficiente para atraer a peregrinos de muchos sitios, pertrechados con las ofrendas necesarias, en busca de remedios para sus dolencias.
Reconozco que no recordaba al Dios Asclepio del panteón griego, así que me he puesto a investigar un poco sobre él y he encontrado este magnífico artículo de la revista Galenus donde cuentan su historia.
👉 ¿Sabías que el símbolo que utilizan las farmacias de buena parte del mundo, el bastón rodeado por una serpiente, es el bastón de Esculapio? Este animal fue el que le dio sus poderes curativos, ya que él la ayudó ¿Y que era un dios que llegó a desarrollar la capacidad de devolver la vida a los muertos? Por eso Zeus decidió matarle, no fuera a ser que el reino del Hades se quedara vacío.
No sólo eso, sino que su mujer y sus hijos también tenían sus habilidades al respecto:
- Epíone podía calmar el dolor.
- Higea era la diosa de la limpieza y la sanidad. De su nombre viene la palabra higiene.
- Panacea el tratamiento.
- Telesforo la convalecencia.
Por otra parte, hacia el siglo VII a. C. Butrinto controlaba el tráfico marítimo con un puerto muy activo del que hoy parece quedar poco. Si obviamos el vetusto ferry que sirve para cruzar coches y motos por el canal 🤗
Un par de siglos más tarde llegaron los romanos y conquistaron la ciudad, que pasó a formar parte de la provincia romana de Macedonia. Gracias a Julio César y al emperador Augusto la región y la ciudad prosperaron. En Butrinto se construyeron nuevos muros defensivos, templos, foros, baños termales y villas.
Mucho después llegaron los bizantinos y también se rindieron a los pies de Butrinto. La ciudad llegó a ser una residencia episcopal y así lo atestiguan el Baptisterio y la Basílica.
Pero ¿qué tenía este lugar que todos querían controlarlo? Pues que es un punto estratégico muy importante para controlar el tráfico marítimo y comercio entre la isla de Corfú y la costa albanesa. No hay más trampa ni cartón.
En 1928 unos arqueólogos italianos liderados por Luigi Maria Ugolini comenzaron a trabajar en el lugar. Durante 10 años sacaron a la luz un gran número de restos de distintas épocas. Entre ellos, estatuas, ofrendas, cerámicas y muchas más cosas. Mi sueño de arqueóloga se dispara cuando pienso en el momento de esos hallazgos.
En 1992 las ruinas de Butrinto fueron nombradas Patrimonio de la Humanidad. Más tarde, la zona que la rodea hasta unos 94 kilómetros fue nombrada Parque Nacional de Butrinto.
Y ahora sí… entremos en sus caminos
La visita a las ruinas de Butrinto sintiéndote Indiana Jones
Las capas de historia de las ruinas de Butrinto se revelan en una mezcla encantadora. Los senderos llenos de vegetación aportan más espectacularidad. Eso y la cantidad de rincones y detalles que vas encontrando. Aquí un pequeño mosaico, allí una columna con una máscara de teatro cincelada, las enormes murallas, escaleras, antiguos pozos.
Las plantas trepadoras y los árboles que han enraizado en los muros antiguos pueden conseguir, incluso, que te traslades a las ruinas de Angkor en Camboya o las de Copán en Honduras. Porque tienen ese aire de ruinas casi recién descubiertas. Ese ambiente de las pelis de Indiana Jones 🤗. Por supuesto salvando las distancias, porque el sonido de las chicharras de verano y la vegetación mediterránea no tienen tanto que ver con el trópico.
👉 ¿Quieres echar un vistazo a las ruinas de Angkor? No te pierdas el post que puedes leer aquí.
Entrando en Butrinto
Al llegar a la entrada principal verás una pequeña fortaleza de tipo veneciano al otro lado del canal. Está enfrente de la península de las ruinas y la visión es chulísima. Más si el sol está bajo y la torre se refleja en el agua.
Pasando las taquillas y sin dejar de ver esa fortaleza al otro lado del canal, te encontrarás de frente con otra torre veneciana construida entre los siglos XV y XVI. Empezando así no te imaginas lo que vas a ver más adelante, entre la vegetación, excepto por la columna de aspecto griego o romano.
Tomando el camino que se adentra entre los árboles, agradeciendo la sombra si hace calor, en unos minutos llegarás a un lugar con muchas estructuras de edificios antiguos. Sólo hay que tomar el camino de la derecha y dirigirse hacia ellos para encontrarte, de repente, ante un coqueto teatro antiguo.
El ágora de Butrinto y dos grandes atractivos: el teatro y el santuario de Asclepio
El ágora de las ciudades griegas era el espacio público. Allí se concentraban el mercado, las termas, el teatro, las oficinas administrativas y los principales templos. Este caso no es diferente, destacando dos de los puntos más famosos de las ruinas de Butrinto: el teatro y el santuario de Asclepio.
El teatro de Butrinto se ha datado en el s. III a. C., pero fueron los romanos los que lo reformaron y lo equiparon con un escenario en el que, si te paras debajo del arco central, puedes comprobar la super-acústica que tiene.
Este teatro podía acoger a 2.500 espectadores, aunque parezca pequeñito a simple vista.
Como estás viendo en las fotos, nosotros nos encontramos con la zona de la orquesta inundada. Me encantó este detalle porque le da un punto distinto y realza su belleza. Por lo visto unos canales comunican directamente con el lago y así lo dispusieron los romanos para inundarlo cuando querían ¿Para qué? para crear “efectos especiales” en las funciones ¡Me hubiera encantado ver una de ellas!
No sé si a ti te pasa, pero siempre que visito estos lugares pienso que estoy caminando y sentándome en las mismas piedras que los humanos de hace miles de años. Y la sensación es poderosa. La cosa mejora si además el sitio tiene detalles como pequeños relieves -suele haberlos-. De hecho ¡puedes jugar a descubrirlos!
El santuario de Asclepio o Esculapio está justo a su lado. Hoy quedan unas galerías techadas con arcos muy altos que puedes contemplar desde la parte superior de las gradas. Si la parte baja no está inundada, también podrás entrar a verlo por dentro. Ah, se sabe para qué era este sitio por la cantidad de figuritas que los peregrinos donaban (previa compra) al templo. Bueno, por eso y porque se ha encontrado una inscripción en las gradas del teatro que dice que la construcción del santuario fue posible por las donaciones de los fieles
Junto al teatro y el santuario se extienden los restos de los antiguos baños romanos o termas y los de las tiendas del foro con los muros divisorios de los comercios en línea.
El baptisterio y la Basílica
Seguimos caminando entre árboles y de repente llegamos a un claro del bosque. En el centro están los restos de un edificio circular con muchas columnas dispuestas de forma concéntrica. Tiene un punto extraño, misterioso y atractivo a la vez.
El suelo es de arena, pero resulta que debajo hay un gran mosaico decorado con pájaros y formas geométricas. Lo tienen tapado para conservarlo. Lo que daría por verlo 🤷♀️
Aquí tienes una imagen que he encontrado en Pinterest para que te hagas una idea:
Más adelante llegamos a un edificio de muros ligeros gracias a las dos galerías de esbeltos arcos que lo conforman. Si el teatro te sorprende, aquí es fácil que la boca se te abra en una “O”.
Es el edificio conocido como la Basílica. Del siglo VI. Bizantino ¡Menudo salto en el tiempo! El espacio central es rectangular y muy grande, además de genial para hacer fotos 😉
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Las murallas y puertas de Butrinto
Superada la sorpresa de la Basílica, andamos junto a las murallas de Butrinto. El lago que lo rodea está junto a nosotros y sigue habiendo mucha vegetación, así que es muy agradable. Poco a poco vamos tomando conciencia de las dimensiones de los muros, hechos con enormes bloques de piedra que -llámame loca- me recordaron un poco a las estructuras de los incas en Perú. Tal cual te lo cuento.
En la zona más espectacular de las murallas, muy cerca del agua, está la Puerta del Lago. Es una puerta gigantesca, alta y estrecha.
Sigues andando junto al muro y al final llegas a la Puerta del León. Se llama así porque tiene un bajorrelieve en el que se representa a un león comiéndose a un toro, aunque a primera vista a mí me pareció un jabalí. Mira la foto y dime si tú también ves un jabalí 😅
Por cierto, dicen que es un león pero yo diría que es una leona. Porque no tiene melena y porque las leonas son las que cazan. Pero ya sabes quién escribe la historia.
La cabeza de la leona se confunde con la del toro, que es la más visible, pero ahí está. Llama la atención que sea una puerta con dintel tan bajo. Los arqueólogos creen que se hizo así para evitar que entraran muchos atacantes a la vez.
Ya sólo queda subir por las escaleras tras cruzar la Puerta del León para continuar ascendiendo hacia la Acrópolis. Ahora andamos dentro del perímetro de las murallas. Las vistas del lago son cada vez mejores, desde más altura. La vegetación se espesa, las raíces de los árboles son más espectaculares… y de repente aparece un castillo. Con sus almenas y todo.
La Acrópolis
Llegamos al final de la visita. En lo más alto del promontorio está el lugar que ocupó la Acrópolis. No te esperes nada similar a la de Atenas, porque sobre los antiguos templos se construyó un castillo medieval.
Allí se ubica el museo de las ruinas de Butrinto, pero no te lo puedo enseñar. Ya estaba cerrado cuando llegamos porque era cerca la puesta de sol, la hora de cierre del yacimiento. De todas formas las piezas de más valor se guardan y exhiben en el Museo Nacional de Tirana.
No obstante, hay algo que no te debes perder aquí. Se trata del busto de Apolo que está junto al mirador del castillo. El original está en el museo de Tirana y este es sólo una réplica, pero creo que merece la pena observarlo un rato. Lo especial de este busto es que depende del ángulo desde el que lo mires, pensarás que es un hombre o una mujer.
El busto de Apolo es también conocido como la diosa de Butrinto precisamente porque nadie se pone de acuerdo en si es hombre o mujer. Fue encontrado en el teatro por los arqueólogos italianos ¿Te imaginas? Estaba junto a un grupo de esculturas alineadas junto a un muro y dicen que debía formar parte de una estatua de dos metros y medio. En un principio se lo llevaron a Italia, pero en 1981 fue devuelta a Albania, que es su sitio.
Consejos para visitar las ruinas de Butrinto
- Horario de las ruinas de Butrinto: desde las 8 de la mañana hasta la puesta de sol. Te recomiendo visitarla por la mañana temprano o al atardecer. Son los momentos más amables del día, con mejor luz y temperatura.
- Precio de la entrada a las ruinas de Butrinto (agosto 2021):
- Regular 1000 lekë
- Reducida para jubilados, niños 12 a 18 años 500 lekë
- Niños menores de 12 años gratuita
- En las taquillas tienen un folleto con una descripción de las ruinas y un plano. Está traducido a un montón de idiomas y entre ellos el español, aunque es una traducción un poco “borracha”.
- Si quieres conocer bien las ruinas te aconsejo que reserves una excursión con guía. Echa un ojo a las ofertas aquí.
- Lleva protección solar, suficiente agua porque no hay bares ni restaurantes dentro, y buen calzado. Los senderos son de tierra, piedras y raíces de árbol en su mayor parte.
- Hay baños cerca del teatro, en el camino de salida. Muy cerca también hay algunos puestos de artesanía.
- Si quieres comer por allí o necesitas comprar agua, hay un restaurante junto al parking, fuera de las ruinas.
En resumen: las ruinas de Butrinto son toda una sorpresa porque están inmersas en la naturaleza y tienen muchos detalles preciosos, así que te aconsejo que las incluyas en tu ruta por Albania.
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