
Actualizado el 19 julio, 2023
Mi amiga Marta me recomendó que guardara tiempo para Tirana. Sabiendo que no es una ciudad con grandes atractivos turísticos, según me decía es de esos sitios que te llegan y se quedan en la memoria. Le hice caso, le doy la razón y me alegro ¡Vamos a ver lo que dan de sí 2 días en Tirana!
La capital de Albania no promete nada y da mucho más. Es de esas ciudades que fácilmente se puede quedar en el ranking de las que “ni fu, ni fa”, o directamente puede no gustarte. De las que no cuentan con grandes atractivos monumentales ni grandes museos de fama mundial. Pero tiene su cosa.
Tiene su autenticidad, su personalidad, y esa mezcla de ciudad de la antigua URSS y modernidad del siglo XXI con un sello oriental. A golpe de billetera, de impulso de sus gobernantes, pero también de la energía de su gente. Veremos qué skyline les queda al final, porque los rascacielos de cristal están a la orden del día.

En el verano de 2021 Tirana estaba llena de andamios. La sensación que me llevé es la de una ciudad que corre para ponerse guapa, entendiendo por «guapa» esa modernidad arquitectónica vertical y acristalada que está de moda.
Aunque no todo es cristal. Hay muchas iniciativas culturales y urbanas que buscan el bienestar de sus habitantes. Hay gran cantidad de parques, librerías y puestos de libros en la calle (un buen signo desde mi punto de vista), intervenciones artísticas, fuentes públicas que funcionan, carriles bici, etc.


Tirana está llena de detalles curiosos, ajenos a mi cultura y a la vez próximos. Los cafés donde el público es mayoritariamente masculino y predominan los fumadores de shishas, las mujeres con pañuelos blancos en la cabeza anudados en la barbilla… Un aire entre oriental, ochentero, actual.
Parece una ciudad grande, difícil de abarcar, quizá por las anchas avenidas muy del gusto de los imperios que pasaron por allí. Sin embargo, cuando te pones a andarla no es para tanto. Las distancias son menos de lo que aparentan y el centro es bastante manejable. Y es que, como en muchos sitios del mundo, las apariencias engañan.

👉 Si vas a viajar a Albania, te aconsejo que guardes un par de días para Tirana, o al menos uno completo con una noche, pero mejor si son dos noches.
Y una buena idea es apuntarte a un tour a pie por Tirana y sus museos para tomarle el pulso a la ciudad. Aquí puedes ver la disponibilidad de fechas, horas e idiomas 👇👇
Consejos para visitar Tirana
Antes de entrar en qué ver en Tirana, te voy a dar unos consejos prácticos para que organices tu visita 😉
✈ Para ir al aeropuerto desde Tirana tienes varias opciones: pagar un taxi que cuesta unos 2000 leks (16-17 € al cambio), o coger uno de los autobuses que salen de los alrededores de la Plaza de Skanderberg. Yo opté por la opción del taxi por pura comodidad. Si llegas a una hora intempestiva, también puedes reservar online un traslado aquí.
ℹ En la web de turismo de Albania puedes encontrar más información sobre la historia de Tirana. Te dejo el enlace aquí. Por cierto, en esta web puedes ver cuadros que ilustran cómo era la ciudad antes, y una foto aérea de la Plaza Skanderberg muy distinta a su aspecto actual.
🔐 Por otro lado, Tirana es una ciudad bastante segura. Yo andé tanto en compañía como sola por todas estas calles, incluso al principio de la noche, y no me sentí insegura en ningún momento. Con todo, ten cuidado en la Plaza de Skanderberg, en el transporte público, y en los mercados.
🏨 Los hoteles se concentran en el barrio del Blloku, y también hay varios, creo que más económicos, en la zona del viejo Bazar (Pazari Ri). De hecho yo me alojé en esta segunda, en dos hoteles distintos.
- Hotel Boka: su fachada da a la plaza y el mercado del Bazar, tienes un montón de restaurantes locales alrededor, y las habitaciones están muy bien. En realidad este hotel estaba incluido en el viaje que hice por Albania con viajes Tuareg. Después me quedé un par de noches más en Tirana y me mudé a un sitio más económico.
- Hotel Vila e Art City Center: aunque las fotos que puedes ver en internet prometen un poco más de lo que es, la verdad es que estuve a gusto en este hotel con patio tranquilo, un poco más escondido que el Boka, pero a cinco minutos andando. Básico pero buen precio.
- Puedes encontrar muchas otras opciones en Booking.

🍴 Comer en Tirana puede ser tan barato que sorprende. La media de mis comidas fue de 3€ o 3,5€, y si simplemente tomas algo para salir del paso, te puedes encontrar con estos precios:
- Una empanada de espinacas y un refresco por menos de 1€ (todo).
- Un bocadillo de calamares (bueno, más bien pan de hamburguesa con calamares) + botella de agua por 1,80 €.
Y en cuanto a qué comer en Tirana, pues hay muchas opciones. Desde los clásicos platos de kebab, al más que recomendable pescado fresco de los restaurantes de Pazari i Ri, o la carne de cordero al horno cerca del Castillo de Tirana. También es fácil encontrar pizzas, pasta, etc.

Qué ver en 2 días en Tirana, la capital de Albania
Old Bazar o Pazari i Ri
Empiezo por hablarte de la zona donde me alojé en Tirana. Se trata del lugar donde estaba el bazar otomano, junto a la plaza Brek Njuz. Aunque no quede nada de lo que fue, o de lo que te imaginas al leer la palabra “bazar” en el mapa, esta es una zona de lo más agradable.
En el centro de una plaza flanqueada por edificios bajos, pintados de colores, hay un pabellón techado con puestos de fruta, frutos secos, cacharros de cocina y alguno de artesanía. Alrededor, en los locales de las casas, hay pescaderías y restaurantes donde puedes comer el pescado recién elegido.


Te invito a que curiosees también por las calles que hay alrededor porque ahí encontrarás la Tirana más cañí. La que te puedes transportar a un pueblo de la Albania profunda, o sencillamente encontrarte con escenas como un pequeño cine de barrio al aire libre y comercios de los de antes. Oh, y no te pierdas las heladerías que dan a la plaza. Son baratísimas (Tirana es barata en general), y los helados están de muerte.


La Plaza de Skanderberg, el corazón de Tirana
No sé si la plaza de Skanderberg es el centro geográfico de Tirana, me suena haber leído que lo es, pero desde luego es el corazón de la ciudad. Y pasarás por ella varias veces en una estancia de 2 días en Tirana, aunque sólo sea por volver a verla.
Esta plaza es tan grande, que hace pequeña a la estatua ecuestre del héroe nacional y a la antigua mezquita que se sitúan en una de sus amplias esquinas.

Un gran espacio vacío en el centro reclama el horizonte que ninguna ciudad permite ver. En sus flancos se alzan edificios cuadrados y severos mezclados con rascacielos nuevos o en construcción. De la arquitectura fascista (de cuando estuvo por allí Mussolini), a la comunista y de ahí al capitalismo.

En verano, en las horas centrales del día, sólo los valientes cruzan apresuradamente sus alrededor de 250 metros, pero por la tarde todo cambia. Puede que algún músico se instale por aquí, un pequeño puesto de helados por allá, y los surtidores de agua que surgen del subsuelo refrescan el pavimento inaugurado en 2015 y hecho con piedras de todas las regiones de lengua albanesa, incluyendo a Macedonia del Norte y Kosovo.
También hay escenas de otro tiempo como los fotógrafos que esperan a sus clientes con paciencia a los pies de la estatua de Skanderberg.



Desde luego el atardecer fue mi hora favorita para ir a la Plaza de Skanderberg. Para sentarme en las escaleras del edificio de la Ópera, cuya primera piedra fue puesta por Nikita Kruschev, y leer un poco o jugar con la cámara, además de observar a la gente.



Más allá de su aspecto y ambiente actual, no hay que perder de vista que la Plaza de Skanderberg ha sido el escenario de las más grandes reivindicaciones del pueblo albanés. Cuando cayó el régimen comunista y tiraron la estatua de Hoxha, cuando pidieron la libertad de credo poco después… aquí se concentraron y aquí fueron repelidos por la policía o el ejército. Y presumo que así seguirá siendo si es necesario. También es el lugar donde se celebra el fin de año, ferias y festivales.
Hasta 1991 o 1992 la estatua de Skanderberg estaba flanqueada por sendas estatuas de Lenin y del dictador Enver Hoxha. Hoy puedes ver la de Lenin y otras en el patio trasero del Museo de Arte Nacional.

👉 En la Plaza de Skanderberg hay un punto wifi gratuito en los grandes sofás de plástico de colores que se extienden en el lado del palacio de la Ópera, uno de los pocos que hay en la ciudad.

Torre del Reloj y Mezquita de Et’hem Bey
En el mismo lado que la estatua del héroe, unos metros más allá, se encuentra este duo de edificios perfectamente visible y totalmente recomendable.

Dicen que la Torre del Reloj fue, durante mucho tiempo, el edificio más alto de Tirana. Puede parecer un campanario, pero no es más que una torre con un reloj que servía para indicar la hora a los tiraneses.
En esos tiempos la plaza de Skanderberg era el límite de la ciudad y el punto de entrada de los mercaderes, así que servía como lugar de compra-venta o mercado central.
Puedes subir a la Torre del Reloj y te aseguro que las vistas son buenísimas (entrada 200 leks). Abre por las mañanas, en teoría a las 9 a.m., pero yo me la encontré cerrada pasada esa hora, así que volví un par de horas después y ya sí estaba abierta.


La mezquita de Et’hem Bey fue construida entre 1791 y 1823. Pequeña (a medida de la población de entonces), coqueta con su decoración floral, dicen que es así porque querían que al entrar diera la sensación de llegar al Paraíso. Por cierto que los pintores fueron católicos traídos de Italia, pero su decoración me recuerda a esas cajitas que hacen los artesanos de Estambul y de Irán.

Después del comunismo, época en la que todos los edificios religiosos fueron cerrados y reconvertidos a centros deportivos o culturales, volvió a abrir. Fue en 1991, sin permiso de las autoridades, y dicen que unas 10.000 personas entraron (no sé cómo) para pedir libertad de credo.

Yo no pude entrar porque estaban terminando unas obras, y fue una lástima… después he visto fotos de los que han podido hacerlo y se ve preciosa.


Museo Histórico Nacional
La fachada del Museo Histórico Nacional domina uno de los lados de la Plaza de Skanderberg y destaca por el enorme mosaico que tiene en la parte superior.
El mosaico Los albaneses es obra de varios autores y fue inaugurado en 1981. En él se representa a los albaneses de todas las épocas en actitud de lucha para conducir a Albania a la gloria. Ningún personaje está desarmado. Guerreros, intelectuales, obreros… con esa estética tan característica del antiguo comunismo.

Más allá de esta soberbia bienvenida, el Museo Histórico Nacional bien merece una visita de al menos dos horas.
En el verano de 2021 estaba medio en obras, como toda la ciudad, y la entrada estaba en la fachada posterior. Prácticamente vacío de visitantes, nos encontramos con un museo un tanto destartalado, con algunas grietas del último terremoto fuerte, y un aire brutalista-comunista nada moderno. Y sin embargo, me gustó.

El Museo Histórico Nacional de Tirana tiene muchos tesoros interesantes. Muy en especial la planta baja, donde se exhibe el original de la diosa de Butrinto y el mosaico La Bella de Dürres, el más antiguo encontrado en Albania, además de numerosos vestigios neolíticos y de los ilirios, ese pueblo que tan poco conocemos por aquí.



El resto de plantas están dedicadas al héroe Skanderberg, una colección de iconos ortodoxos de época medieval, la independencia de Albania de 1912, la época fascista y la resistencia, y la del terror comunista. Si vas con prisa, te las puedes saltar.
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Bunk Art 2
En Tirana hay dos búnkeres museizados para visitar. Uno es el Bunk Art 1, que está a las afueras de la ciudad. Es el más grande pero me dijeron que menos interesante, así que como además había que coger un bus y tal, hice pereza.
El otro es el Bunk Art 2, está en pleno centro e insisto en que dicen es el más interesante. De este es del que te voy a hablar.

📍 Saliendo de la Plaza de Skanderberg por el lado de la mezquita, cruzando la Rruga Toptani, llegarás a una plaza con edificios pintados de colores y motivos geométricos. Y ahí está la entrada al Bunk Art 2.
👉 Recomendación: haz un tour guiado por la Tirana comunista. Puedes reservarlo aquí.

Este bunker es como una pequeña ciudad subterránea llena de largos pasillos y habitaciones sin ventanas. Los pasillos sirvieron para ir de un edificio gubernamental a otro de manera discreta y segura, y las salas se utilizaron como cárcel, centro de operaciones del aparato de terror comunista, y salas de operaciones.

Hoy es un museo donde se explica la historia de la policía de Albania y en especial la época de la dictadura comunista. El ambiente es opresivo, oscuro e inquietante. Cada habitación es una pequeña exposición que en muchos casos resulta dura. Me acordé mucho de la Casa del Terror de Budapest.




Castillo de Tirana o de Justiniano (Kalaja e Tiranës)
Saliendo del Bunk Art 2 y cruzando la plaza donde se encuentra la entrada, llegarás a una calle peatonal llamada Shëtitorja Murat Toptani. Este es un buen lugar para parar a comer en alguno de sus restaurantes, y además en uno de sus extremos está el Castillo de Tirana, del que hoy, aviso, queda poco que ver. De hecho, no tengo ninguna foto decente.
Reconstruido por Suleiman Pasha en el s XVI, el castillo de Tirana fue una de las fortalezas defensivas de la ciudad. Hoy tiene poca pinta de castillo. Es decir, si bien hay una muralla que da a la calle, está situado en un sitio plano y bajo, no en un promontorio, y como además está rodeado de modernos edificios acristalados, entre los que se incluye el centro comercial de los Toptani, resulta muy discreto. Cuando entras en el recinto, además, te encuentras con edificios y casetas con tiendas y restaurantes. Un sitio con pretensión de ser muy “chic”, muy moderno. Con todo, es agradable pero si vas con prisa, sáltatelo.
Fue en 1798 cuando el castillo pasó a manos de la familia Toptani, nobles albaneses de Krujë que siempre andaron en disputas con la familia Bushati. En 1817 el castillo tuvo que aguantar un sitio de cinco meses y muchas bombas, y aunque fue reconstruido por los Toptani, en 1832 fue casi totalmente destruido por las fuerzas otomanas. Hoy en día el castillo sigue perteneciendo a los poderosos Toptani.

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Boulevard Deshmoret e Kombit y la Ruga Ismail Qemali
Bajando hacia el río Lana por el gran boulevard central pasarás junto al Parque Rinia o Parque de la Juventud. En los primeros años de la democracia esto estaba lleno de bares clandestinos y había mucho tráfico de drogas. Algunos abrazaron la libertad con tantas ganas que se condenaron.
El primer ministro actual fue alcalde de Tirana y lo reconstruyó. Hoy es un parque con un complejo de tiendas y bares llamado Regency Casino, un poco hortera, y un lago que por la noche se ilumina con colorines.

Más adelante, cruzando el río, llegas a la que fue la sede del Primer Ministro entre 1922 a 1939, y el Senado del periodo comunista hasta 1953. Tiene forma de P cirílica, aunque es de estilo clásico. Pero lo interesante es que este era el límite y entrada a la zona conocida como el «bloque» (Blloku). Una zona a la que los tiraneses tenían prohibido entrar y estaba cercado con un muro.

El Blloku: de barrio para las élites comunistas a zona hipster y cool (ideal para salir de marcha)
El Blloku era el barrio residencial donde vivían las élites de la dictadura, con un nivel de vida muy por encima del resto del pueblo, que «nadaba en la pobreza».
Casas grandes, jardines bien cuidados, y todas las oficinas necesarias e innecesarias para mantener el aparato del estado. Por eso había checkpoints o controles que sólo permitían el paso a los ciudadanos que iban a trabajar. De los checkpoints que había se mantiene uno en particular, el Búnker TRIII 1976 I, que es un búnker pequeño situado en la esquina de lo que hoy es un parque.
Junto a él hay unos pilares de cemento que provienen de una prisión-mina del interior de Albania. Un símbolo de los trabajos forzados a los que sometían a los detenidos por pensar diferente, por querer libertad, por disentir de la ideología dominante, o sencillamente por creer en un Dios o pertenecer a una etnia minoritaria. Ya tú sabes.

Hay muchas historias alrededor de la obsesión por los búnkeres del dictador Hoxha. Una de las más impresionantes es la de cómo «compró» la idea. Hoxha quería hacer refugios antibombas y pidió a un ingeniero que los diseñara. Este construyó el búnker con hormigón armado. Hoxha pidió al ingeniero que entrara y a continuación mandó bombardear el búnker. El ingeniero salió vivo.
Pasear por el Blloku puede ser un respiro. Suele ser un barrio tranquilo durante el día, lleno de árboles que dan sombra, pero también está lleno de restaurantes y bares de copas. De hecho es la zona preferida para muchos turistas a la hora de alojarse en Tirana, aunque personalmente prefiero la zona de Pazari i Ri porque tiene mucha más personalidad.
En el Blloku está la casa donde vivió el dictador Enver Hoxha. Parece un chalé sin grandes pretensiones, de arquitectura tipo Le Corbusier y un sitio de lo más pacífico que, sin embargo, albergó a un grandísimo hijo de p…
No está abierta a las visitas pero puedes curiosear desde la reja de la puerta.

Una cosa que me gustó mucho del Blloku es su colección de señales de tráfico intervenidas por artistas. Son chulísimas y hay muchas diferentes, así que es un buen entretenimiento para el paseo.




Universidad y Gran Parque de Tirana
Si andas hacia el sur desde el Blloku por el Boulevard, llegarás a la amplia Plaza de la Madre Teresa de Calcuta, que, al menos en verano, suele estar vacía porque no hay muchas viviendas por allí. El frente está ocupado por el edificio de la Universidad Politécnica de Tirana, y a la izquierda se alza el Estadio Air Albania.
Más allá de andar por estos grandes espacios, a la derecha de la Universidad hay un acceso al Gran Parque de Tirana. Este parque es una especie de Casa de Campo de Madrid, y aunque parece que queda muy lejos del centro de la ciudad, no es así. Para que te hagas una idea, se tarda media hora en llegar desde el Bazar, caminando.
El Gran Parque de Tirana no es muy vistoso en verano. Muchos tiraneses huyen a la costa por el calor, siendo agosto es el mes de vacaciones más popular, así que está bastante vacío. Por otro lado, la vegetación está bastante mustia por el calor y el lago artificial en sus horas bajas por falta de agua. Aun así se está bien, es un buen sitio para observar a los albaneses en sus ratos de ocio, y si no ves a mucha gente siempre puedes sentarte a observar a los curiosos patos del lago y a los cormoranes que lo habitan. Además el reflejo de los edificios del otro lado mola mucho.
Estoy segura de que en primavera y en otoño será mucho más agradable, y si vas a pasar un par de días en Tirana te dará tiempo a ir 😉


La zona del río: de la Pirámide a la Gran Mezquita
Volviendo sobre tus pasos por el Boulevard, o al ir hacia el Blloku, seguramente veas la Pirámide. Podrías pensar que este edificio es de la época comunista, pero resulta que no es así exactamente.
La hija del tirano Hoxha, que por cierto era arquitecta, mandó construir esta Pirámide en 1988, tres años después de la muerte de su padre. De estilo futurista y dimensiones colosales, pretendía ser un mausoleo in memoriam del dictador. En 1991 dejó de ser eso y se convirtió en centro de conferencias, exposiciones, para luego pasar a ser una base de la OTAN durante la guerra de Kosovo, y después una discoteca ¡Lo que ha visto pasar la Pirámide de Tirana!
Después cayó en el abandono y por fin se han decidido a recuperarla. En el verano de 2021 estaba en obras y parece que su destino es ser un modernísimo centro comercial y de negocios, a juzgar por los carteles que había en las vallas que rodean al recinto.

Otro de los conjuros para darle una vuelta al pasado triste y gris de hace no tantos años, es el afianzamiento de las iglesias y mezquitas. Una buena prueba es la mezquita nueva y gigantesca que se está construyendo junto al río. Tenía pinta de que les quedaba poco para terminar. Raro será que no te la encuentres. Dicen que va a ser la mezquita más grande de los balcanes.

Por lo que pude ver a través de las vallas de las obras, va a ser un templo gigantesco de estilo otomano, con cúpulas y minaretes enormes. Por supuesto, hay dinero turco de por medio, y no es el único sitio donde puedes encontrar inversiones turcas. Yo no digo nada pero parece que Turquía tiene claro que quiere seguir teniendo un papel importante en la historia de Albania.

Y cerca de donde la Rhuga o Calle Georges W. Bush (sí el señor Bush tiene una calle, gran avenida podemos decir, con su nombre) cruza el río, en el parque que discurre junto a la corriente, hay un puente otomano antiguo. Curiosamente, este puente ya no cruza el agua, imagino que porque hace tiempo se desvió su curso. No es una visita imprescindible y no es muy espectacular, pero vaya, ahí está. Es el Puente de Tabak.
A lo largo del río puedes hacer también una ruta de street art, tan de moda en tantos sitios. La ruta pasa por edificios cuyas fachadas han sido pintadas aportando un nuevo aire o espíritu a los edificios viejos… o al menos lo intentan. En verano no se ven muy bien porque hay muchos árboles llenos de hojas que los ocultan, pero dando vueltas por las calles encontrarás murales interesantes.



Iglesia ortodoxa nueva
Volviendo al centro desde el Blloku, por la calle Ibrahim Rugova y superando el parque Rinia, llegarás a la Iglesia ortodoxa nueva.
Esta iglesia es… muy grande. De líneas modernistas, con una torre-reloj y una cúpula enorme con el pantocrátor en su interior, impresiona. Pero bonita, bonita no me lo pareció.




Justo enfrente está la Casa de las Hojas. En los primeros años sus habitaciones fueron el escenario de interrogatorios, torturas y asesinatos de miles de personas. A partir de 1955 se convirtió en la sede del aparato de seguridad y espionaje de la dictadura, la temida Sigurimi. Dicen que aún hay tiraneses que cambian de acera cuando tienen que pasar por allí. Antes de todo esto, durante la II Guerra Mundial, fue utilizada por la Gestapo. Qué mal rollo todo.

El sitio se llama así porque su fachada estaba cubierta por enredaderas de hojas perennes para que no se viera el edificio, ni lo que pudiera verse a través de las ventanas. Hoy en día ya no existe esa cubierta de hojas, aunque hay una valla que no sé si responde a un estado de obras, una vez más, o es así.
La Sigurimi espiaba a los ciudadanos albaneses y a los extranjeros que por la razón que fuera estaban en el país. También se encargaban de fabricar todo tipo de pruebas para justificar las detenciones, incluidas filmaciones y fotografías manipuladas. Manejaban micrófonos en miniatura, equipos de fotografía japoneses de última tecnología, equipos de escucha telefónica alemanes. Estaban a la última, vaya. Y así hasta 1991, ojo.
Cuando cayó la dictadura en 1991, el Sigurimi fue reemplazado por el ShIK o Servicio Nacional de Inteligencia. Entre sus filas seguía habiendo un buen número de agentes de la Sigurimi, técnicas y tecnologías de espionaje. Se disolvió en 1997, y otro “servicio de inteligencia” le sustituyó, el ShIsh. La democracia ya llevaba andando unos años y ahí seguían esos tipos en la Casa de la Hojas haciendo vaya usted a saber qué. Bueno, que también en España hay un servicio de inteligencia secreto, y no digamos en EEUU y en muchos otros países… El ShIsh siguió utilizando la Casa de las Hojas hasta 2003, y en 2007 fue cuando se decidió convertirla en museo.
Aunque la Casa de las Hojas se puede visitar, yo decidí no entrar. Ya había tenido bastante con el Bunk Art 2. Por lo visto aquí se exhiben los ingenios y aparatos de escucha y espionaje, cuartos oscuros para hacer películas y cosas así. Una parte de ello también lo puedes ver en el Bunk Art 2.
Y vamos llegando al final. Me quedó pendiente salir a las afueras para subir al monte Dajti en el teleférico y hacer alguna rutilla por el monte, pero me dijeron que no valía mucho la pena. Parece ser que el lugar es bastante “dominguero”, con barbacoas y mucha gente huyendo del calor de la ciudad, a no ser que realmente te pongas a andar, algo que hay que hacer con un guía. Quizá en primavera o en otoño, como en el caso del Parque Grande, dé mucho más juego.
👉 Una alternativa es apuntarte a una Excursión al monte Dajt y Bunk Art 1, un dos en uno que puede ser muy interesante. Puedes reservarlo aquí.

Y esto es todo lo que te puedo contar de mis idas y venidas de dos días en Tirana. Si sólo tienes un día te aconsejo que te centres en la Plaza de Skanderberg, visitando el Museo Nacional y la Mezquita, el Bunk Art 2, la zona del Bazar, y aún te dará tiempo para acercarte a la zona del río y el Blloku. Todo esto parando a comer sin prisas.
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Manana voy a viajar por tercera vez a Albania. Esta vez, me voy a quedar solamente en Tirana, una ciudad, como has mencionada, fea de primer plano, pero muy guapa, una vez descrubiendo sus rincones. Necesito para mi un » de paz» y elejido esta ciudad porque me daba muchos impulsos positivos en mis ultimas visitas. Y, sinceramente, el viaje muy barato (pago mas por la maleta que por mi vuelo) un alojamineto en un estudio por una semana de 120 € en el centro de la ciudad. Y, lo mas importante, durante los ultimos dos viajes era meta de llegada y salida, quiero mas de esta ciudad. Gracias a tu articulo se donde ir y espero, durante los 6 dias, habra mucho de ver y descubrir. Y, el encanto de la gente, su amabilidad, sinceridad me ayudara de pasar una semana inolvidable. Ya te contare.
Te deseo una gran estancia en Tirana, Hans! Seguro que le sacas provecho a la ciudad y me alegra muchísimo que esta guía sirva para ello!
Abrazo