No sabía qué esperar de Freetown, la capital de Sierra Leona, uno de los países fundados para alojar a los esclavos liberados de EEUU. Como la mayoría de capitales africanas, me daba cierto respeto e incluso temor. Aquí tienes un relato de mi vivencia, qué ver en Freetown y consejos prácticos.
Antes de que leas lo que voy a escribir de Freetown, quiero contextualizar este post. Estábamos en los últimos días del viaje de 45 días en África Central y Occidental. Cansados, sobre todo mentalmente. Y veníamos de Liberia, un país muy parecido a Sierra Leona en lo que se refiere a la historia reciente, las heridas en carne viva por sus guerras civiles, la pobreza y el caos reinante.
Freetown o “Ciudad Libre”
Llevábamos un día y dos noches en Sierra Leona tras cruzar la frontera con Liberia, cuando llegamos a Freetown. Ya había advertido que los precios son mucho más baratos y que hay grandes dosis de pobreza. No obstante, la gente resultó ser amable y abierta desde el primer momento, en claro contraste con los liberianos, que me parecieron más introvertidos.
Freetown es enorme y se extiende por las montañas ganando terreno a los bosques verdes que la coronan. Montañas que hacen de barrera frente al mar, en la península que ocupa la ciudad.
Lo primero que anoté en mi diario de viaje fue:
Hay barrios con calles muy empinadas y casas muy ruinosas. La verdad es que parece una ciudad destrozada.
La ciudad fue fundada en 1791 por esclavos liberados, y en 1808 pasó a ser una colonia británica. Casi 90 años después, el resto del país se puso bajo el protectorado británico y así siguió hasta que la colonia y el protectorado se unieron para ganar la independencia, que llegó en 1961.
Su historia más reciente, sin embargo, es la que ha marcado a fuego la realidad actual de Sierra Leona y de Freetown en particular. Entre el año 1991 y el 2002 hubo una guerra civil que se saldó con dos millones de refugiados en los países vecinos, más de 50.000 muertes, y la destrucción casi total de sus infraestructuras. También se destruyó buena parte de su sociedad. Y la idea de «vivir en paz».
A ello podemos sumar más de 11.000 muertes por la crisis del ébola entre el año 2014 y el 2016.
Un país herido, lleno de gente herida, muy desestructurado socialmente. En Sierra Leona, y desde luego en Freetown, suceden cosas realmente horribles. Todas las noches hay asesinatos. Muchos son niños y jóvenes huérfanos que viven en la calle e intentan ganarse la vida en los gigantescos basureros que crecen allí donde hay algo de espacio libre. Cuando hablas con alguna ONG de las que operan allí, te estremeces una y otra vez.
Suena apocalíptico, pero es que lo es. Allí la vida no vale nada, o muy muy poco. No nos puede extrañar que haya muchos sierraleoneses entre los miles de migrantes que se juegan la vida en las pateras.
Con esta presentación, que no he podido evitar porque lo que me contaron allí aún me vuelve el estómago del revés, no sé si te estarás preguntando: ¿Hay algo que ver en Freetown?
Que nadie se engañe: esta no es una ciudad turística ni frecuentada por turistas, pero si tus pasos te llevan allí y tienes que pasar uno o dos días en Freetown, te puedo recomendar los siguientes lugares de los que luego hablo:
- Centro colonial.
- Museo Nacional.
- Mercado de artesanía.
- Railway Museum.
- Lumley Beach
Decía que Freetown no es frecuentada por turistas, pero sí hay una población de occidentales que podríamos dividir en dos grandes categorías:
➡️ Los expatriados que trabajan a cargo de empresas mineras que expolian este y otros países de la zona, ingenierías y otras industrias como la exportación de frutas o aceite de palma.
➡️ Los trabajadores de ONGs. Muchas ONG. Porque una parte de este país se mantiene en pie gracias a ellos. Mientras la otra parte se arrastra en las sombras de la noche.
Consejos prácticos para una estancia en Freetown
Cómo moverse por Freetown y consejos de seguridad
La ciudad de Freetown es realmente grande y los desplazamientos entre, por ejemplo, el centro colonial y la zona de Lumley Beach pueden resultar realmente largos.
Además es una ciudad bastante accidentada por las cuestas que ya comentado, puentes sólo para coches, y barriadas poco seguras incluso de día.
Para moverse lo mejor es tirar de tuc tuc o moto-taxis, o directamente taxis de confianza (en los hoteles los pueden conseguir). Por supuesto puedes andar, pero antes hay que comprobar bien las distancias y las zonas a caminar.
También te aconsejo llevar encima lo mínimo imprescindible. Olvídate de la mochila o llévala colgada delante, sé discreto con el móvil y la cámara, y deja la mayor parte del dinero en el hotel o llévalo muy bien escondido. Por suerte a mí no me pasó nada, pero tomé bastantes precauciones, fui siempre acompañada y evitamos los sitios sin gente, cosa que en realidad es difícil.
Lo que NO es buena opción es caminar de noche. Para nada. Y menos si el trayecto es un poquito largo, aunque si es corto, ve alerta también. La violencia en la oscuridad está a la orden del día (yo hablo del año 2023).
No te olvides de viajar con un buen SEGURO DE VIAJES
Yo recomiendo IATI Seguros porque tienen una relación calidad-precio buenísima.
Y para ayudarte, tienes un 5% de descuento en todos sus seguros si lo haces desde aquí
Dónde dormir y comer en la capital de Sierra Leona
Para decidir dónde alojarte en Freetown deberás estudiar bien el mapa, aunque hay dos zonas muy claras:
1️⃣ Lumley Beach.
2️⃣ Centro de Freetown.
La mayor parte de los hoteles de cierta categoría están en Lumley Beach, algo lejos del centro histórico, pero también un sitio más tranquilo y con el mar enfrente.
Como es la zona de los hoteles caros, también es la zona de los restaurantes. Aquí dominan los precios europeos y la cocina internacional servida en terrazas agradables.
Recuerdo un restaurante en el que queríamos comer. Prometía comida mediterránea (después de 40 días por África te aseguro que es una promesa de primer orden). El lugar era chulísimo, pero cuando vimos la carta salimos corriendo. Los platos de pasta no bajaban de los 30€ y de ahí para arriba. Ni en España son tan caros.
Una buena opción en Lumley Beach es el Gigibonta Ice Cream & Pizzería. Este restaurante italiano sirve unas pizzas y helados que están buenísimos, a precios más normales. Su terraza es frecuentada por occidentales y por africanos de dinero. Para ir a cenar con tranquilidad en una terraza, es muy buena opción.
Si quieres alojarte más cerca del centro, te puedo recomendar el hotel donde nos quedamos nosotros: Hotel Mallika Company. Está junto al Savage Street Bridge y a menos de 20 minutos andando del Cotton Tree por una ruta que va casi en línea recta. Su personal es bastante amable y tiene un restaurante en el que no se come mal, aunque no tiene muchas opciones en la carta.
La habitación doble nos costó menos de 45€ la noche reservando por Booking allí mismo (salía más barato que en la propia recepción). Te he dejado el enlace en el nombre del hotel.
Otro buen sitio que te puedo recomendar para comer algo en el centro de Freetown es la Crown Bakery. Sirven batidos de frutas, croissants rellenos y algunos otros platos a precios razonables. Además es un local colonial con una atmósfera de los años 30 o 50 del siglo XX. Está genial para tomarse un respiro del caótico centro 😅
💡 Una buena idea puede ser llevar una provisión de dólares USA, porque en algunos países cuesta mucho cambiar euros o ni siquiera te dan la posibilidad. Yo te recomiendo Exact Change, y puedes comprar online en su página web o por teléfono en 900 103 740 / 683 597 459. Si lo haces por teléfono, o si entras en su web otro día, añade el código VIAJESDEALI para que sepan que vas de mi parte.
Desde Freetown puedes ir en Ferry a Guinea (Conakry)
Aprovecho este apartado de consejos para darte un dato que puede ser de tu interés: desde Freetown salen ferries a Guinea Conakry.
Es la empresa Seacoach Express Water Taxi y hacen el recorrido en tres horas por 100$ USD por persona (sólo ida), aunque puede que esto vaya cambiando con el tiempo.
Funciona jueves, viernes y domingos, saliendo de Freetown a las 8 de la mañana. Puedes ir allí y comprar el billete en el momento, o puedes acercarte el día anterior, pero en las horas en que está abierta la taquilla.
Ojo, no olvides que antes de subirte al ferry tendrás que pasar por la aduana para que te pongan el sello de salida del país. El trámite es muy rápido, aunque ellos aconsejan que vayas como 2 horas antes.
El servicio es bastante bueno, te dan bebida y algo de comer, hay una azafata que explica las medidas de seguridad como en los aviones 😂, y los asientos son cómodos. Eso sí, el aire acondicionado lo llevan a tope así que lleva a mano una chaqueta.
Una vez llegas a Guinea Conakry, en el mismo puerto hay una aduana donde te estampan el sello de entrada, te revisan las mochilas y, si pueden, intentan llevarse una mordida. En especial en un cuartito donde revisan las mochilas o maletas. Si te haces el sueco o la sueca, dices que no entiendes su inglés o francés, y te mantienes firme, no tendrás que pagar nada.
El centro colonial de Freetown
El centro de Freetown me dejó loca y me volvió loca. Pasé más de medio día con una de mis compañeras, y más tarde se nos unió otra, andando por las calles y flipando.
Salimos por la mañana de nuestro hotel y, tras hacer una parada en el Cotton Tree del que luego te hablo, llegamos a las calles donde comienza el centro colonial propiamente dicho.
Las casas de madera con grandes balcones y tejados a dos aguas parecen transportarte a Nueva Orleans, pero aunque eso era lo que buscábamos, lo que encontramos fue otra cosa:
Un mercado callejero inmenso. Lleno de bullicio, colores, gente que viene y va, estilos de todo tipo, el tráfico semi parado todo el tiempo, músicas entremezclándose, llamadas a gritos de los vendedores desde los puestos o desde sí mismos porque van portando sus mercancías en la cabeza…
Cuando llegamos aún era pronto, pero a medida que transcurría la mañana la cosa se fue poniendo más y más a tope.
Constaté algo que ya había visto en otros mercados, pero que en el centro de Freetown tomaba proporciones mucho mayores: para evitar dejarse la voz gritando, se han puesto de moda unos megáfonos, seguramente de fabricación china, que emiten grabaciones llamando a los compradores. El resultado es un sonido machacón que sube aún más de tono la algarabía general 🤣🤣🤣
Un caos fenomenal y vibrante que, lejos de agobiarme, me divirtió mucho. Lo único que me agobió un poco es que durante mucho rato no encontramos un sitio donde comprar agua mineral, y el calor húmedo era aplastante, pero finalmente lo solucionamos.
Entre las mercancías se vende de todo. Hay almacenes que venden al por mayor sacos de arroz, harina o cosas así. Muchos de ellos son de libaneses. También hay puestos de frutas y verduras, por supuesto ropa, y millones de tipos de baratijas chinas o asiáticas en las que predomina el colorido y el brillo.
Andando por la calle muchos nos paraban, hombres y mujeres, para preguntarnos de dónde éramos y qué hacíamos allí. La entrada solía ser con gestos de suspicacia, mucho más si en ese momento iba a hacer una foto. Ahí además preguntaban si iba a subir la foto a internet.
Cuando les respondía que estábamos conociendo su ciudad, nos preguntaban que si nos gustaba, y al decirles que sí, que mucho… ya todo era welcome to Sierra Leona, sonrisas e incluso agradecimientos.
La verdad es que me encantó su carácter alegre, vivaz y hospitalario. Nada que ver con la terrible realidad que se desarrolla en esa ciudad, a otras horas y no sé si en otros barrios (no muy lejos). Puede que incluso en los rincones más apartados del centro.
Un consejo: si te cansas, súbete a un tuc tuc y pídele que te lleve a algún sitio, por supuesto cerrando el precio antes. Recorrer la calle central supone al menos media hora de trayecto porque si el mercado está activo, el tráfico se atasca cada dos por tres, pero es una gran forma de disfrutar del ambiente.
Museo Nacional y Cotton Tree
Antes de llegar al centro del caos, pasamos por el Cotton Tree, una ceiba que se calcula tiene 400 años. Gigantesca, con 70 metros de alto y 15 metros de ancho, sus ramas estaban pobladas de enormes murciélagos arracimados.
Este árbol es emblemático y todo un símbolo de Sierra Leona que sobrevive entre el tráfico y los edificios que lo rodean. Se sabe que el árbol ya estaba allí antes de la fundación de Freetown porque los colonos británicos dejaron constancia de él cuando llegaron en 1787.
También se lo conoce como “el árbol de la libertad” porque allí se reunieron un grupo de esclavos liberados para rezar bajo sus ramas, cuando se fundó la ciudad en 1791-1792.
Bueno, debería decir “era”.
El 24 de mayo de 2023, apenas dos meses después de que yo lo conociera, unas lluvias torrenciales lo derribaron, quedando en pie sólo la parte inferior de su tronco.
Mientras lo observábamos, empezaron a acercarse hombres y mujeres mutilados, algunos con muletas y otros en sillas de ruedas. Las heridas de la guerra siguen ahí. Venían a pedirnos limosna, y como cada vez llegaban más, tuvimos que seguir camino.
Junto al Cotton Tree está el Museo Nacional. No llegamos a entrar, creo que aún no estaba abierto o fue porque queríamos aprovechar las horas de menos calor para ir al centro. Otros compañeros nos dijeron que era interesante. Se abrió en 1957 en una ubicación temporal que sigue siendo la actual.
Railway National Museum
Entre lo que había encontrado en internet como lugares a visitar en Freetown está el Museo Nacional del Ferrocarril, abierto en el año 2005, y decidimos ir para salir un poco del jaleo del mercado y descansar los oídos, je, je.
La verdad es que nos vimos envueltas en una situación bastante kafkiana.
Siguiendo la ruta con el google maps, llegamos a unas calles secundarias donde sólo había almacenes y camiones cargando y descargando. En uno de esos hangares estaba la puerta del museo.
Se trata de una nave industrial que aloja varias locomotoras antiguas. Por lo visto eran las antiguas oficinas del ferrocarril. No es un sitio muy grande y en él se exhiben cinco locomotoras que van de 1915 a 1961. Prácticamente se ve entero desde la calle, aunque no hice ninguna foto porque aún no habíamos entrado.
Aquí viene la situación absurda:
Al ir a entrar, salió un hombre hablando un inglés terrible y nos dijo que la entrada costaba 5$ americanos. Sinceramente, no nos parecía que lo valiera y ninguna teníamos un interés muy grande en ver y escuchar, con ese inglés macarrónico, algo sobre la historia del ferrocarril. Le dimos las gracias y le dijimos que no.
Entonces vino otro hombre y rebajó el precio de la entrada, pero nosotras ya íbamos camino de la calle (hay un patio delantero entre la nave y la salida), y volvimos a decirle que no (amablemente).
A continuación se pusieron como nerviosos y nos empezaron a llamar diciéndonos que entráramos, que era gratis para nosotras¡¡!! Pero ya no queríamos entrar, no nos apetecía que nos dieran la chapa, luego nos pidieran una propina equivalente a la entrada, etc., y además nos dio la risa tonta por la situación.
Conclusión: si te interesan mucho los trenes, pásate. Si te aburres, pásate. Pero si te da un poco igual, no te molestes en ir 😂😂😂
Mercado de artesanía o “Big market”
Ya por la tarde, después de las intensas horas en el centro de Freetown y de haber vuelto a descansar un rato en el hotel, salimos a dar un paseo y nos acercamos al Big Market.
Este mercado está cerca del Cotton Tree y el National Museum, pero hay que bajar por una calle en dirección a la costa.
Se trata de un edificio de dos pisos lleno de tiendas de artesanía procedente de toda África.
Allí se vende desde cestería hasta máscaras, collares, pendientes y pulseras, batiks, telas y algo de ropa. Todo con bastantes dosis de polvo y muchos vendedores insistentes. Lógico, con el poco turismo que hay en Freetown…
No esperes, por tanto, gran cosa… pero si tienes tiempo, curiosidad, o quieres comprar, adelante. Por cierto, también nos encontramos con un mercadillo donde se vendían artesanías y ropa en una calle del centro, pero no recuerdo su ubicación.
Qué ver en los alrededores de Freetown
Al día siguiente decidimos ir a pasar el día en la playa, pero no en la Lumley Beach que, ya lo he dicho, está muy descuidada.
Alquilamos un transporte y nos fuimos a Bure Beach. Está a 40 kilómetros de Freetown y es un lugar que aún permanece tranquilo, además de ser una playa muy buena. Hay otras playas en ese litoral que también están muy bien, aunque esta es la mejor.
Un pequeño paraíso que, no obstante, me temo que está cambiando y no sé cuánto durará. Te invito a leer mi artículo Bure Beach, el paraíso del surf en peligro en extinción.
¿Hay más sitios que ver en Freetown? Seguramente, pero al no haberlos visitado, no me atrevo a recomendar nada más que lo que conozco. Estos países son realmente complicados y no voy a dar información que no sea producto de mi experiencia. Es más, si utilizas este artículo dentro de unos años, busca publicaciones más recientes para contrastar y actualizar la información todo lo que puedas.
Te puede interesar…
- Festival Gerewol de Chad, una aventura inolvidable
- Bure Beach (Sierra Leona), un paraíso del surf en peligro de extinción
- Maravillas geológicas en el Desierto Occidental de Egipto
- El oasis de Bahariya y las momias doradas, un rincón sorprendente de Egipto
- La fantasía arqueológica del Valle de las Ballenas: los fósiles de cetáceos más perfectos están en Egipto
- El Desierto Blanco de Egipto, un viaje diferente al país de los faraones
- Qué ver en Freetown: explorando la caótica capital de Sierra Leona
- Guía esencial de Grand Bassam (Costa de Marfil)
- Etnias de Benín: visitando a los mahi y los holi
- Elmina y Cape Coast, imprescindibles de Ghana
- El Halloween del reino Edo (Nigeria): honrando a los difuntos
- Qué ver en Accra (Ghana): del pasado colonial a los ataúdes de fantasía
Este post puede contener enlaces a sitios de afiliados. Esto significa que si haces una reserva desde dichos enlaces, yo ganaré una pequeña comisión. En ningún caso tú pagarás más y en alguno conseguirás un descuento, como en IATI Seguros. Puedes leer más en la sección Descuentos que enlazo aquí.