Aquí vengo con una nueva escapada desde Madrid por un día aunque es un destino perfecto para pernoctar. En esta ocasión he vuelto a la Sierra del Rincón y a un rincón (valga la redundancia) que me apetecía mucho conocer, aunque en realidad pasé por allí hace unos años: Puebla de la Sierra, un lugar casi remoto lleno de arte y Naturaleza con mayúsculas ¿me acompañas? 😊
Esta escapada la hice con Ara, la autora del estupendo blog Esto no es lo que pareze. Ara es otra apasionada de los viajes y de la fotografía, y de hecho nos planteamos esta salida como una escapada fotográfica de a dos. Un festival de clicks, juegos con la cámara y lo que se terciara, sin tener que estar pendiente de la espera de los demás. La verdad es que esto de ir haciendo fotos por ahí no lo entiende todo el mundo, así que cuando te juntas con alguien que tiene tus mismos gustos… sólo puede darte satisfacciones. No dejes de visitar su blog 😍. Y ahora vamos a lo que vamos, que me lío.
El camino hasta Puebla de la Sierra ya merece un viaje en sí mismo
Al poco tiempo de abandonar la A-1 llegamos a la Presa del Villar. Situada en el curso bajo del río Lozoya, merece la pena hacer una parada y admirar la garganta rocosa por la que desagua el embalse. Pero antes de sorprenderte con esas vistas, lo primero que ves es el embalse y una extraña torre o depósito que se adentra en el agua. La verdad es que esa construcción aporta un relieve y perspectiva diferentes a la de otros lugares similares, y no pude evitar pensar que seguro que da mucho juego para hacer fotos del cielo estrellado.
La presa del Villar es el embalse en funcionamiento más antiguo de la región de Madrid. Fue inaugurado en 1873 formando parte del Canal de Isabel II. También es un punto de partida para hacer algunas rutas de senderismo y están señalizadas.
Más adelante, a partir de Robledillo de la Jara, comenzamos a ascender por la carretera M-130. Aquí es donde empieza lo bueno 🤗
La Sierra del Rincón fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO
Ascendiendo todo el tiempo por una carretera de un solo carril, entre grandes curvas, vamos parando en los entrantes y miradores que encontramos para fotografiar el panorama. La única pega es que hay mucha calima en el cielo. Polvo sahariano venido del mismísimo desierto africano. Suena extraño y mágico a la vez, aunque sea un poco molesto para las fotos.
El paisaje es increíble. Grandes cañones se suceden en pendientes muy inclinadas donde las rocas parecen crestas de dragón. También hay masas boscosas nada despreciables, sobre todo pinares de repoblación, y a nada que pongas atención puedes ver buitres leonados volando sobre tu cabeza.
Un momento muy especial
Muy cerca de Puebla de la Sierra hay un pequeño mirador donde es muy aconsejable parar y, si tienes suerte o eres hábil con los prismáticos, ver a los buitres de cerca.
En este mirador encontrarás un cartel con algo de información sobre la situación del buitre leonado en España y una advertencia que quiero recoger aquí: no hagas ruido. El sonido se transmite con mucha facilidad en los barrancos próximos donde anidan, y si se asustan pueden abandonar a sus crías con el peligro de muerte que eso conlleva. La época de cría dura seis meses, entre enero y julio.
Nosotras paramos allí, por supuesto. Estábamos solas y nos pusimos a observar las paredes del otro lado del barranco tratando de localizar algún nido de buitre. De repente escuché un sonido entre piar y graznido. Sonaba cerca. Me desplacé a nuestra izquierda y entonces los vi. Un grupo de siete u ocho buitres leonados posados sobre una cresta rocosa. Magníficos. Tranquilos. Nos quedamos un rato observando y haciendo fotos, en silencio, hasta que ellos decidieron marcharse. Fue el momento más especial del día, si cabe.
Puebla de la Sierra y sus encantos
El Parque de los Avellanos
Antes de llegar a Puebla de la Sierra llegamos al Área Recreativa Parque de los Avellanos, junto al Molino de Abajo. Este es un lugar muy agradable por el que baja alegremente el río de la Puebla rodeado de robles y abedules. Allí mismo hay un pequeño parking, contenedores de basura y algunos bancos y mesas de picnic. Y allí mismo empezamos a gozar con la cámara.
El agua cayendo en pequeñas cascadas, los troncos curvados, algunas esculturas de piedra, árboles centenarios declarados “singulares”, el antiguo molino que ha sido rehabilitado y aún funciona, los pájaros, la temperatura agradable… ¡No podíamos pedir más! Bueno, sí, que fuera otoño o más avanzada la primavera, pero no nos vamos a quejar.
Por cierto, sin mirar el mapa yo estaba convencida de que por aquí discurre la Senda de los Robles, que es una de las actividades de interés que hacer en Puebla de la Sierra, pero no es exactamente así. La Ruta de los Robles (algo más de 3 kilómetros) sale del pueblo, del extremo sur, que es por el que llegábamos nosotras. Al final no la hicimos, pero es que en Puebla de la Sierra hay un buen puñado de opciones que es difícil cubrir en un día de ida y vuelta a Madrid, si no vas corriendo 😏
De todas formas los robles llenan estas laderas y son fácilmente reconocibles por sus ramas apuntando al cielo, como si fueran seres con los brazos en alto y grandes nudos o muñones en sus articulaciones.
La madera de roble fue uno de los motores económicos de la Sierra del Rincón hasta bien entrado el siglo XX. Por eso los árboles tienen esta forma, ya que responde a cómo se cortaban sus ramas. El problema es que después de años y años de actividad los montes quedaron bastante pelados y después se reforestó con pinos.
Con la madera de los robles se obtenía traveseras para las vías del tren, vigas para las casas y, más aún, madera para la producción de carbón. En la Hiruela, otro pueblo de la Sierra del Rincón puedes ver cómo eran las antiguas carboneras. Te lo conté aquí.
Paseando por Puebla de la Sierra
Desde el Parque de los Avellanos confirmamos en el mapa que el pueblo está a 800 metros, pero no lo vemos porque hay una gran curva que lo oculta. Por su cercanía decidimos dejar el coche en dicho parque y subir andando por el arcén de la carretera.
Enseguida asoman las cabañas de piedra o tinaos que hay encaramadas en la ladera del monte. Son refugios para el ganado pensados para el crudo invierno, construidos en piedra sin argamasa y plenamente integrados en el paisaje.
La historia de Puebla de la Sierra comienza en el siglo XII cuando se hicieron varios asentamientos por motivos defensivos, aunque se cree que su origen pudo ser árabe. Después de la Reconquista se repobló con edificios de piedra oscura y detalles en madera, y así se mantiene la arquitectura del pueblo en su mayor parte.
Hasta mediados del siglo XX Puebla de la Sierra se llamaba Puebla de la Mujer Muerta por la forma de las montañas que la rodean, y se sitúa a una altura de 1.100 metros. En la década de 1940 el Gobernador Civil, un tal Carlos Ruiz, solicitó el cambio de nombre. Imagino que le resultaba demasiado tétrico eso de “la mujer muerta”.
Puebla de la Sierra es pequeño, tiene 73 habitantes o algo menos. Su población fue menguando desde la Guerra Civil de manera imparable, como la de tantos otros pueblos de España.
Merece la pena pasear por sus cuestas admirando las casas de piedra con vigas de madera y todos los rincones bonitos que tiene, respirando su tranquilidad.
Destaca la iglesia de la Purísima. Muy bonita en su exterior (estaba cerrada así que no puedo hablar del interior), data del siglo XVII, pero en la Guerra Civil fue muy dañada. A su lado está el Ayuntamiento del pueblo y enfrente una hospedería. Ahí mismo tienes un mirador a las montañas. Algunos puntos de interés más son el lavadero, la fragua que se sigue utilizando y no es una atracción turística y la fuente árabe.
El Valle de los Sueños
El Valle de los Sueños es una iniciativa original y diferencial de Puebla de la Sierra. Un nombre de lo más sugestivo y y de lo más apropiado si pensamos en el carácter remoto de esta población por la que poca gente va “de paso”. Se trata de un museo de arte moderno al aire libre que se extiende desde el Parque de los Avellanos hasta el norte del pueblo.
El responsable es el artista Federico Eguía, nacido allí. En el recorrido puedes ver más de 100 obras de arte donadas por 63 escultores. Hay para todos los gustos y es un buen aliciente para recorrer el pueblo y sus alrededores 🥰
Al hilo de esta iniciativa resulta que Puebla de la Sierra está hermanada con la lejana Osaka (Japón). Por eso hay un pequeño Museo Japonés con más obras de arte, si bien cuando fuimos estaba cerrado por ser lunes.
La Silla de Meira
La culminación de este parque museístico es la Silla Gigante de Meira. Para encontrarla hay que andar, no se puede llegar de otra manera, en un recorrido de aproximadamente media hora.
Se trata de subir a uno de los cerros que se alzan sobre el pueblo, con un último repecho bastante empinado. Es un poco “rompepiernas” para mi gusto, pero el camino es maravilloso.
Si prestas atención verás lagartijas tomando el sol, al pastor volviendo al pueblo con su rebaño de cabras lustrosas, y quién sabe qué otras sorpresas.
La Silla de Meira apareció un buen día de 2010 en Moaña (Pontevedra, Galicia). Nadie sabía quién la había puesto allí, ni por qué. Pocos días después los artistas salieron a la palestra: Xulio Lago y Roberto Brañas, que decidieron retirarla por si les denunciaban. Como el Valle de los Sueños ya estaba en ciernes, decidieron pedir esta obra como una de las donaciones a añadir a la colección, y así fue cómo la Silla de Meira llegó a la Sierra del Rincón.
Desde luego es un motivo la mar de fotogénico con sus cinco metros de altura y, si eres atrevida, no dudes en subirte. Fue el caso de Ara. A mí me pudo el vértigo y la inseguridad sobre mis rodillas que tengo un poco lesionadas. ¡Me hago mayor! 😅
Lo malo es que no hay ninguna señal que indique el camino para llegar a la Silla Gigante de Meira, pero voy a intentar explicártelo:
- Debes caminar por el arcén de la carretera, saliendo del pueblo en dirección a Prádena.
- Cruzando el río Puebla, siempre por la carretera, enseguida llegarás al desvío del Molino de Arriba.
- Un poco más adelante verás que sale una pista de monte a la derecha. Es un sendero ancho entre robles que poco después comienza a ascender “de verdad”. Ése es el camino. Sólo tienes que seguir, siempre subiendo, hasta que llegues arriba del todo. La verás a la izquierda, en el borde del monte.
Cómo ir a Puebla de la Sierra desde Madrid
Llegar a Puebla de la Sierra desde Madrid te llevará aproximadamente una hora y media si no haces muchas paradas. Nosotras tardamos algo más de dos horas por ir parando, algo que ya habíamos asumido porque no queríamos perdernos ningún detalle del camino 🤗
Tienes que ir por la A1 hasta la salida 60 en dirección a El Berrueco (carretera M-127). Al llegar a Robledillo de la Jara comienza la carretera de montaña M-130, estrecha pero no muy transitada. Habíamos leído que está en mal estado, pero no nos pareció que fuera para tanto. Son 18 km de subida con grandes curvas y bastantes miradores para parar en las cotas más altas.
Otra opción es seguir por la A1 hasta la salida 80 aproximadamente, e ir por Prádena del Rincón que es la otra localidad que enlaza con la M-130. En este caso llegarás a Puebla de la Sierra desde el norte, en vez de entrar por el Molino de Abajo, y no verás el mirador de los buitres que he comentado antes.
A tener en cuenta
Mira bien la previsión del tiempo antes de ir, en especial en los meses de invierno ya que es normal que haga mucho frío o nieve. El valle de Puebla de la Sierra tiene una especie de microclima, pero para llegar hay que subir varios puertos y la M-130 en cualquiera de los sentidos es estrecha y tortuosa.
También te aconsejo que mires en internet si los restaurantes están abiertos en caso de que te plantees comer allí. No es raro que sólo abran el fin de semana y, por ejemplo, los días laborables de Semana Santa están cerrados. Desde luego si hace buen tiempo te aconsejo que te lleves tu comida y bebida (no hay tiendas, tampoco vimos ningún bar abierto) y la disfrutes en el Parque de los Avellanos, en la plaza del pueblo o en el entorno del Molino de Arriba.
🏠 Los alojamientos son pocos, pero seguro que es una pasada dormir en Puebla de la Sierra retirándote del mundanal ruido. Puedes reservar en Booking.
Deja el entorno como lo has encontrado (o mejor, si ves basura de algún desaprensivo, recógela). Hay cubos de reciclaje en el Parque de los Avellanos, el pueblo y el Molino de Arriba. No hay excusa.
Desde Puebla de la Sierra arrancan varias rutas de senderismo de distintas longitudes y tiempos. Ir a pasar un fin de semana completo e incluso más días creo que es una buenísima idea, al menos si te gusta darle a la zapatilla. ¡Espero que te haya gustado! Más información sobre Puebla de la Sierra en la web de la Sierra Norte de Madrid.
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Gracias Alicia por tu blog y por el tiempo que le dedicas. Me gusta mucho leerte y conocer un poco de tu país, que espero visitar alguna vez. Es uno de mis propósitos. Los lugares son muy bellos y tu los ilustras muy bien. Te deseo lo mejor desde Colombia. Bendiciones y un abrazo fuerte.
Muchas gracias Hernando!! Qué ilusión saber de los lectores de Colombia, un país que tengo muchas ganas de conocer! Espero que puedas visitar España pronto. Un abrazo!