Actualizado el 2 enero, 2019
Muchos hablan del embrujo de África. Lo llaman “el mal de África”, o dicen que “África engancha”. No puedo estar más de acuerdo. Aunque no sea un país sino todo un continente con muchas diferencias entre países, regiones, culturas, etnias, gobiernos, conflictos, paisajes, caracteres, gastronomías, costumbres, lenguas. Hace diez años crucé esa puerta por primera vez. Hoy echo la vista atrás y me propongo contarte por qué viajar a África.
¿Cómo empiezas viajando a África?
Muchos demoran su visita al continente. Dicen que sueñan con ir, pero lo van dejando para otro año. Especialmente a los países del sur del Sáhara.
¡Hay tantas razones que sirven de excusa!
Que si hay pocas infraestructuras (transporte público, alojamientos, restaurantes). Que si es muy caro para los blancos. Hay poca información, y muy centrada en la pobreza, precariedad. El hambre. Terrorismo, conflictos, guerras. Enfermedades horribles. Buscavidas que te asedian. Malas condiciones higiénicas que ponen a prueba tu salud.
¿Lo hay, es cierto? Claro, lo hay. Pero no en todo el continente, ni en todos los momentos. Y no es el único continente donde esto ocurre. A nada que rasques, te das cuenta de que puedes viajar a muchos países de África con un grado alto de seguridad. Al menos con la seguridad que estos tiempos nos permiten en cualquier parte del mundo.
Yo creo que debajo de esos argumentos racionales están los emocionales: miedo a lo desconocido. Demasiada aventura. Quizá también miedo a ese “enganche” del que hablan muchos de los que han ido. Incluso un poco de pereza.
¿Tan poderosa es esa tierra? mejor dejo que me enganche dentro de unos años…
Te diré una cosa: parte de cualquier viaje a África tiene que ver con superar temores. Y cuando ves lo que recibes a cambio, quieres repetir. Quizá sea ese el secreto.
La primera vez aterricé llena de pequeños miedos, aunque también con la curiosidad intacta. Me recibió una noche oscura como la boca del lobo, algo que no esperaba teniendo en cuenta que llegaba a la capital de un país: Ouagadogou (Burkina Faso). Las calles de arena llenas de polvo y chabolas me llenaron de desazón. ¿Dónde me he metido? No quedaba otra que responderme a mi misma: Ya no hay vuelta atrás, toca adaptarse y tratar de ver lo bueno.
Y así fue, lo encontré. Recibí mucho más de lo que esperaba. Pero mucho más. Ahora, desde que pongo un pie en el continente, sonrío.
La segunda “primera vez”, que no el segundo viaje, también aterricé con muchos recelos. Por primera vez pisaba el sur del continente, el más “occidental”. Iba a hacer un viaje dedicado en buena parte a la Naturaleza, la vida salvaje. ¿Me gustaría? yo ya estaba enamorada del África de la gente, y aquí iba a ver muy poca.
Caí rendida a sus pies.
¿Cuándo encuentras el momento de viajar a África?
No puedo hablar por otros, eso está claro. Mi momento, como adulta, llegó después de años escuchando las historias de mis padres. Viendo sus fotos y leyendo los libros que traían a casa, los que fui comprando, los de mis estudios de Antropología.
Había ahorrado y era uno de los primeros años en que no coincidía con amigos ni pareja para las vacaciones. Y me decidí. Sin pensarlo mucho. De hecho me dije a mí misma: no lo pienses, hazlo.
Sin ningún tipo de gesto épico, a pesar de la anterior frase, me apunté en una agencia de viajes de aventura para ir a los países que más me atraían en ese momento. Lugares con los que siempre había soñado.
Sí, un viaje organizado, en grupo. ¿Por qué no? Una forma como otra cualquiera de superar parte de mis temores. Lo importante era que me iba a… Mali y Burkina Faso!
¿Por dónde empezar a viajar en África Subsahariana?
Esto depende de tus inquietudes, preferencias, deseos, sueños. O de que gentecilla como una servidora que escribe aquí te logre inspirar. A veces basta con una foto, un post, un artículo de una revista de viajes, una película, un documental, un libro. En ello estamos algunos de los que publicamos en internet, repito.
Si no tienes una idea clara, ni una fuente de inspiración concreta, tendrás que pensar si te interesa más hacer un safari para ver naturaleza, por encima de todo, o si te interesa más el lado cultural y étnico del continente. También puedes querer un variadito, je, je, je, aunque esto es más difícil de conseguir y de condensar en un par de semanas o tres.
Seguro que quieres que me moje, así que aquí van algunas recomendaciones
Mis estrellas de África (por el momento), visitables sin problema:
La Ruta del Okavango (Namibia-Botswana-Zimbawe)
Tiene una magia especial. Domina el desierto, los paisajes y la fauna salvaje. Namibia es el país que más me gustó. También donde estuve más tiempo. Pero el Delta del Okavango es otra maravilla para no perderse. Y el broche de las Cataratas Victoria ¡qué quieres que te diga!
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Aquí puedes leer los posts que he publicado de esta ruta.
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Etiopía
Un gran país, sí señor. Muy variado, cuenta con monumentos increíbles como las iglesias de Lalibela, algunas de las escasas tribus del continente que aún mantienen su forma de vida más cercana al neolítico que al siglo XXI, paisajes maravillosos, altas montañas, las fuentes del Nilo Azul… Un viaje que no logro olvidar, y que siga siendo así :)
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Aquí puedes leer los posts de Etiopía.
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Sudán
El más reciente de mis viajes. Un país injustamente poco visitado.
Es seguro, la gente muy muy amable, tiene mucho desierto, el río Nilo, templos y pirámides del Antiguo Egipto que visitas casi en soledad como si fueras un arqueólogo. Me ha encantado.
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Aquí puedes leer los posts de Sudán.
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Burkina Faso
Burkina es un país mucho más humilde en cuanto a atractivos concretos, pero tan digno como los demás. Seguro que te deja huella en el corazón. Entre el Sahel y las tierras húmedas donde se despliegan pequeños reinos como el Lobi, su maravillosa gente y su música, es una gran oportunidad de observar el día a día africano. Un básico desde mi punto de vista.
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Aquí puedes leer los posts de Burkina Faso.
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Egipto
Superando la barrera del Sáhara en el lado norte, Egipto me dejó sin habla. Sólo lo he pisado en el típico viaje-oferta de 7 días, con todos los tiempos muy medidos. Me enfadé y me sentí frustrada viajando así. Me fui prometiéndome que volvería. Han pasado muchos años y me lo sigo debiendo. Sé que volveré, y más pronto que tarde.
Otros destinos en África
Podría decirte también que Kenia y Tanzania, y la isla Zanzíbar, son alucinantes. Y lo son, llenos de maravillas naturales. Pero esta es la imagen más publicitada, popular y tópica de África. La más comercializada, turística.
La que muchos utilizan como puerta de entrada y salida de África. Digo de salida porque tienen claro que ése va a ser su único viaje al continente, o al menos a los países al sur del Sáhara. Me da mucha pena encontrarme con gente así. No les entiendo.
¿Como puedes tener tan claro que ése va a ser tu único viaje? ¿por qué piensas que es el único lugar de todo un continente que puede tener interés para ti? (que no se den por aludidos los que ahorraron mucho y durante tiempo para un único viaje, que eso lo entiendo perfectamente).
Un consejo: no desestimes un país o región porque sea menos popular que otras, dentro de la impopularidad general de África. Si te interesa de verdad ¡A por ello!
¿Cómo viajar a África?
Como muchas otras cosas, puedes hacerlo de muchas formas.
Probablemente la primera elección a la que te enfrentes es si hacerlo de manera suave, o de cabeza. Y esto tanto para escoger el destino concreto en este vasto continente, como la forma de viajar y el tiempo a dedicar.
En cuanto a “formas”, ya te lo he dicho: una opción para superar tus miedos es hacerlo con una agencia de viajes. Las hay de todos los tipos y colores, aunque te recomiendo que elijas contratar una local, si consigues una buena referencia. O una agencia española que cuide un poco las cosas: grupos pequeños, ritmo algo más pausado, buena relación precio-días de viaje, itinerario, respetuosa con el entorno en lo posible, con la economía local. Algunas te lo cuentan, sólo hay que informarse!
Por supuesto también te recomiendo que viajes a tu aire. En transporte público o propio. Con una buena dosis de paciencia y buen humor, y sin muy ambicioso en tu lista de objetivos si te vas a mover en transporte público o colectivo. Cuanto más tiempo reúnas para un viaje así, mucho mejor. Viajarás más barato también, seguro. A cambio es altamente probable que sea un viaje lleno de aprendizajes, intenso y espero que el inicio de ese enganche del que todos hablan.
La gran pregunta: por qué viajar a África
Porque África da ganas de vivir. Es lo que más percibes a tu alrededor: vida.
África te hace sentir libre. Te das cuenta de que no necesitas tanto. De que nuestros pequeños dramas del día a día son absolutamente absurdos.
Y te hace sentir querida: porque la hospitalidad es una ley que se practica todos los días en muchísimos rincones del continente. Es más, la humanidad, con todas las letras, que he visto en África no la he encontrado en otros sitios. No quiero desmerecer a ningún otro país ni continente, pero en África las relaciones humanas son especiales.
Es tan importante el saludo, los gestos, la mirada limpia, la sonrisa, el contacto mediante el apretón de manos, la palmada, el abrazo, como la vida misma.
Recuerdo que en ese primer viaje, hace ahora diez años, una de las cosas que más me sorprendieron fue esa cantidad de contacto que tenía con los demás. Hacía mucho tiempo que no me tocaban, ni que yo tocaba tanto a la gente, así.
Muchos de esos contactos sumados en cada viaje se quedan en tu mente. Desde la niñita que me acariciaba los pelillos del brazo “disimuladamente” en Bobo Dioulasso, hasta la mujer nubia que me abrazó como a una hija.
África recarga las pilas. Despierta tus sueños, tus ganas de viajar más y a sitios más remotos, tu creatividad. Vuelves con sensación de haber ganado tiempo de vida.
Soy consciente de que idealizo muchas cosas
Todo esto es producto de una forma de viajar que es muy convencional. Siempre me pregunto si me llenaría igual un viaje de varios meses. No lo sé, quizá algún día lo averigüe.
También sé que no entiendo un carajo de lo que pasa en cada país de los que he visitado. Lees algunas cosas, hablas lo que puedes y con quien puedes. No se puede comparar a nadie que viva allí o que pase mucho más tiempo que tú. Pero no por ello voy a dejar de ir. Puede que logre ver algo de su realidad, y realmente me interesa.
Además, mientras tanto, no voy a negarme el placer de sentarme a beber una mirinda, una cerveza fría o un té en medio de un mercado abigarrado y lleno de color. Ni de saludar a todo el que te cruzas por el camino.Prefiero y quiero contribuir a sus economías locales con mi dinero de turista, y comprobar una vez más que es mucho más positivamente diferente que lo que nos enseñan en la televisión y periódicos. Independientemente de la forma de viaje que escoja en cada momento.
Mis sueños para futuros viajes a África
Voy al grano, aquí está mi lista:
Me encantaría viajar a Níger y andar junto a los Peul e incluso presenciar la fiesta del Gerewol.
Viajar a Chad para sumergirme en el desierto más profundo, lleno de cañones de piedra y ríos en los que aún beben grandes rebaños de camellos.
También iría a Senegal y a Ghana, sencillamente porque me han hablado maravillas de ambos países.
Cabo Verde se ha colado hace poquito en mis sueños. Y si hablamos de islas, sumemos a Madagascar, Isla Reunión, Santo Tomé y Príncipe.
Argelia siempre está en mis sueños, ya lo sabes si eres de mis lectores fieles.
Quiero volver a Etiopía, esta vez para explorar el Danakil. Y si hablamos de volver, Namibia lo repetiría de cabo a rabo más allá de explorar nuevos rincones.
Uganda, Sudáfrica, Zambia, son otras opciones…
¡Pues no queda continente ni nada!
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