Buscando rutas fáciles en la Comunidad de Madrid para hacer con mis padres encontré la Cascada del Hervidero (o Cascadas, en plural). Es una opción más que recomendable para hacer en primavera o en otoño, huyendo del calor estival y del frío del invierno. Tiene un punto justo de agreste, otro punto bucólico y varios rincones sorprendentes ¡Te la enseño! 😊
El paisaje singular de la ruta a la Cascada del Hervidero
El Área Recreativa Los Patos y los alisos del Guadalix
El camino a la Cascada del Hervidero parte del Área Recreativa Los Patos, en la margen izquierda del río Guadalix. El sitio es bonito siempre y cuando no mires hacia la carretera ni el polígono industrial que hay al lado, y está poblado de grandes sauces llorones, chopos y alisos.

Lo bueno es que a escasos metros ya te sumerges en la naturaleza. El bosque se espesa un poco, la senda se estrecha y las raíces y rocas te obligan a mirar dónde pones los pies. ¡Empieza la diversión!

Aunque el objetivo final es la Cascada del Hervidero, bien bonita, la verdad es que esta primera parte de la ruta me encantó.
En escasos minutos nos encontramos ante unos grandes cortados de conglomerados de arcilla. Recuerda un poco al terreno de las Cárcavas que te mostré aquí, y como la senda va muy pegada a sus faldas, impresionan.


A esa misma altura los alisos ya se han hecho dueños de las riberas del río Guadalix. Sus troncos curvados se arriman al cauce formando una especie de onda infinita que se refleja en el agua a la perfección.

El efecto óptico es precioso, aunque observamos un detalle que nos parece de lo más raro. Tanto las rocas como las raíces que crecen sobre ellas aparecen blanqueadas. Suponemos que el agua lleva tanta cal que, cuando baja su nivel, todo lo que ha sido bañado por ella se queda así, blanco, como si alguien se hubiera entretenido en pintarlo.
Al volver a casa he buscado una explicación y lo que he encontrado es que en la zona hay mucha roca caliza y también una importante presencia de magnesio, un ingrediente para fabricar cal.
De hecho, de aquí se extrajeron piedras calizas para utilizar en las obras del Canal de Isabel II en la segunda mitad del siglo XIX, y aún se pueden encontrar restos de antiguas canteras.

El río Guadalix es un afluente del Jarama que nace en la Sierra de la Morcuera, a la altura de Rascafría. Su nombre es de origen árabe y parece que significa “río de alisedas”, en referencia a la cantidad de alisos que hay en sus riberas.
El camino de ida a la Cascada del Hervidero
Continuamos por el camino principal. Este discurre un poco alzado sobre el río Guadalix, y a la izquierda se abren prados vallados con algunos árboles orgullosos que se recortan en el cielo azul. Estas dehesas son el lugar de esparcimiento y comida de las vacas de la zona 😊

Cuando una vaca hizo presencia (en realidad era una rezagada del rebaño que acababa de pasar), los excursionistas que había por allí se revolucionaron. Los niños gritaban «¡una vaca!». Algún despistado creyó al principio que era un caballo.
Yo pensé «madre mía qué alejados estamos de la naturaleza»

El ascenso es ligero pero constante mientras el río parece hundirse cada vez más en un pequeño cañón labrado por sus aguas. A nuestro alrededor crecen las encinas, además de matorrales.
En un momento dado, llegamos a una pista ancha y pedregosa. Es la antigua carretera de servicio del Canal de Isabel II, por la que después vemos llegar un par de coches.
Cruzamos el Puente de San Antonio, el primer resto de las infraestructuras de canalización de aguas que se hicieron en esta zona para abastecer de agua a las poblaciones de la región.

Nada más cruzar el puente hay que coger el sendero que sale a la izquierda, bien marcado, y que nos lleva directamente a la Cascada del Hervidero, también conocida como Charco del Hervidero.
Por el camino nos encontramos con la Almenara (otra palabra árabe) del Sifón de Guadalix, que se utilizaba para recoger el agua del río.
En la ladera del monte se observan otras construcciones similares que no tienen mucho encanto, pero al mismo tiempo resultan curiosas. Como mínimo harán que te preguntes ¿para qué serán? Ahora ya lo sabes, más o menos 😏


Llegando al objetivo de la ruta: la Cascada del Hervidero
Por fin, un poco más adelante, llegamos al Puente de la Cascada ¿Y dónde está la cascada? A ver… prácticamente no se ve desde lo alto del puente. Desde allí las ramas de los árboles del río la ocultan parcialmente, y eso que cuando fui aún no tenían hojas.



Toca bajar por unas escaleras de piedra que descienden muy empinadas y hacen una curva cerrada. No cabe más de una persona. Sin barandilla ni nada donde agarrarse.
Da un poquito de vértigo, y mis padres decidieron que no bajaban porque les parecía muy precario. Y porque ya había mucha gente. De hecho, hubo que organizarse para que los que bajaban dejasen subir a los que estaban abajo.

Dicho esto, bajar a la base del río para contemplar la Cascada del Hervidero es lo que debes hacer si nada o poco te lo impide, y te aseguro que es la mejor recompensa al camino hecho.



El Charco del Hervidero es el punto en el que las aguas del río se precipitan en dos caídas paralelas alrededor de una gran roca. Si te fijas bien, tiene forma de pirámide con una escalera labrada en el centro. El rincón es precioso, diferente, sorprendente, aunque con tanta gente pierde un poco de encanto. Somos muchos en Madrid.

El camino de vuelta y las sorpresas que guarda el río Guadalix
Mientras la cantidad de público crecía y crecía siendo ya las 12 del mediodía, decidimos emprender la vuelta y, ahora sí, caminando más cerca del agua. A la ida ya habíamos echado un ojo a la Cascada Becerra, y ahora queríamos verla de cerca.

Disfrutando de la orilla y sus alisos, escuchando a los pájaros y caminando casi solos, llegamos a dicho salto de agua.
No es una cascada natural, sino una represa hecha con piedras que da lugar al Charco de Aliso, una especie de laguito rodeado de grandes ejemplares de este árbol fascinante. El lugar es precioso y lleno de detalles como las pozas naturales, los restos de un antiguo molino y colmenas de miel en la otra orilla.



Los alisos necesitan tener las raíces cerca o metidas en el agua constantemente y están presentes en casi toda Europa, Marruecos, Argelia, Túnez, Turquía, el norte de Irán, Kazajstán, Chile, Perú, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda entre otros países. Impresionante ¿no?
Su madera es clara pero al cortarla se vuelve roja, por lo que en muchos sitios se asocia con la sangre humana, y de ahí a forjar mitos o respetarlo profundamente, hay un paso.



Desde ahí volvimos al camino principal y cruzamos un pequeño puente para hacer los últimos metros del recorrido por la margen izquierda (la derecha a la ida), para llegar al polígono industrial y al coche.
Consejos prácticos para hacer la ruta de la Cascada del Hervidero

En conclusión, la ruta de la Cascada del Hervidero es una buena oportunidad de pasar una mañana en la naturaleza y contemplar un punto precioso de la Comunidad de Madrid.
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