Actualizado el 12 mayo, 2019
Hay veces en que sales de viaje y tu destino es una ciudad (o varias). Otras veces en que simplemente forman parte del itinerario, y posiblemente no sea lo más apetecible del mismo. El caso es que urbes hay muchas y con el tiempo te das cuenta de que se te acumulan las que amas, las que odias, y las que ni fu ni fa. A veces desde el primer minuto, otras veces después de un tiempo de estancia. Siempre con la sensación de que dan para más. Hoy quiero hablar de las ciudades del mundo…
Cuando visitas una nueva ciudad…
¿No se te hace harto difícil organizar qué ver, cómo moverte, dónde comer… en la distancia?
Las grandes ciudades apabullan e infunden respeto, si no las conoces de nada. Suele urgir eso de entender su lógica, el cómo orientarse y desplazarse, y si además tienes un tiempo limitado para dedicarles, cómo aprovecharlo lo mejor posible.
Hay gente a la que se le dan muy bien las ciudades «cuadriculadas», o las que tienen un río como punto de partida para saber dónde estás. A mi ninguna de estas dos categorías me sirve. Los patrones repetitivos me desorientan…
Lo bueno es que en poco tiempo, sobre todo si te vas a quedar principalmente en su centro o casco histórico, te haces con ellas. Y qué satisfactorio es coger el metro en El Cairo como si nada. No te cuento si además has encontrado una casa de comidas, mesón o puesto callejero en el que «te adoptan» (¿o tú a ellos?), por ejemplo para los desayunos o las cenas.
Aun así hay ciudades del mundo que desde el día uno hasta el último te agreden. Es lo que me pasa con Delhi. O son tan grandes las distancias que te cansan, mucho. Y si a ello sumas un transporte público muy caro, me cabrean, como Londres.
Están también las «no ciudades», como Ougagadogou en Burkina Faso, que en el año 2008 parecía un arrabal de chabolas y poco más. Hoy, no sé cómo es. Me suena haber visto fotos en las que las obras de pavimentación de algunas avenidas, en el centro de la ciudad, habían terminado.
Románticas, bellas, despiadadas, ruidosas, tranquilas, provincianas, megamodernas. Ciudades del mundo hay muchas, y muchas son puertas al pasado y al futuro, parecidas a la tuya (si vives en una), o total y absolutamente distintas.
Cargadas de estímulos que no sabes a dónde mirar, con o sin cámara.
Tremendamente sexies, o truculentas. Divertidas, aburridas, ruidosas y silenciosas. Llenas de historias o de secretos.
Todas las ciudades del mundo se parecen entre sí en algo…
Como una gran tribu, todas comparten algunas cosas. El toque de anonimato, por ejemplo. Hay mucha gente desconocida entre sí. Ventaja y desventaja al mismo tiempo. No dejas de sorprenderte cuando en una ciudad como Katmandu se acuerdan de ti los tenderos de aquella esquina, después de pasar un par de días por su puerta.
Me atravería a decir que todas las ciudades del mundo tienen algún oasis de paz, llámese parques, templos, museos anormalmente tranquilos. Y algún lugar donde la actividad y el ruido se disparan: zocos o mercados, estación de tren o bus, centro comercial. Aparte está la temida hora punta.
Todas tienen contaminación lumínica que impide ver las estrellas (en más y menos grado, pero la tienen). También tienen contaminación de la otra, de la que respiramos y nos mata lentamente. Algunas son tristemente famosas por ello, como Pekín, a quien de momento no tengo el gusto de conocer.
En la ciudad está la acción
Así es en la mayor parte de las ciudades de hoy en día. La gente emigra a la ciudad por necesidades económicas y también porque ahí está la acción. No lo digo yo, sino los antropólogos. Y creo que tienen razón.
En las ciudades se gestan los grandes cambios sociales y culturales. Es donde empieza a caminar la «tecnología punta», los productos de consumo que vienen de otros lugares, o los de lujo. Aquí nacen, mueren y se reproducen la mayoría de las modas.
Las urbes son los espacios más protegidos y distantes de la naturaleza que pueda haber en el mundo. Las grandes infraestructuras están aquí. Universidades, hospitales, transporte público que conecta unos sitios con otros, los ingenios del ocio pasivo como cine, teatro, conciertos, bibliotecas.
Las personas depositan muchos sueños en las ciudades. Sueños de crecimiento y prosperidad, de oportunidades. Sueños de libertad, de independencia y de realización personal.
Y las frustraciones crecen al mismo ritmo que los barrios de la periferia, los cerros llenos de chabolas que recuerdo que en Perú llaman «invasiones». Muchos salen adelante, y otros no lo aguantan.
Historias mínimas que se cruzan un día detrás de otro inconscientemente.
En el año 1900 el mundo sólo tenía 16 ciudades con más de un millón de habitantes. En 2005 ya había 314 millones de ciudades con más de un millón de habitantes.
¿Hacia dónde vamos? nadie lo sabe…
Ciudades del mundo hay muchas, pero ¿cuáles te tocan el corazón?
Yo recordaba el Amman del año 2000 y no le asignaba grandes recuerdos (tampoco malos), pero cuando volví en 2014 me encontré con una ciudad llena de gente amable, sonriente, acogedora, con ganas de reír. Loca, pero no tanto como para que te agreda.
Y en cambio todas las expectativas que tenía hacia Budapest se cumplieron a medias. Bonita en lo exterior, un tanto fría en lo demás. Muy parecido a lo que me ocurrió en Amsterdam, aunque quizá esa humedad que cala hasta los huesos fuera la culpable.
Florencia me generó cierto síndrome de Stendhal y hoy por hoy no me invita mucho a volver… y en cambio volvería una y otra vez a Estambul y a Isfahan. Sin pestañear. Igual que a Muscat y a Katmandú. Tampoco echo nada de menos el ruido de Quito, la última gran ciudad que he visitado por primera vez antes de publicar este post.
Me reconcilié con Atenas hace muy poquito, y no lo conseguí del todo con Delhi…
Hay ciudades del mundo que no te gustan para nada en cuanto las pisas en el inicio de tu viaje. Pero si vuelves después de unos días o semanas, por ejemplo para coger el vuelo de vuelta o emprender otra ruta, puede ser que las encuentres entrañables. Que veas su lado bueno. Me pasó con Teherán, con Rangún o Yangón, y con muchas otras.
Para que una ciudad te toque el corazón, por lo tanto, no es necesario que sea bonita. Ni espectacular, ni megamoderna.
Basta con que hayas tenido algún encuentro especial, que la visitases en un momento concreto de tu vida, o que hiciera mucho sol.
Basta con que crearas algún lazo emocional, hablando con el señor que se sentó junto a ti en el autobús. Descubriendo alguna de esas historias mínimas que habitan sus calles. O sencillamente que todo te fuera bien allí.
Es vuestro turno: ¿cuáles son vuestras ciudades favoritas? ¿y las que habéis odiado? ¿y las que ni fu ni fa?
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Cualquiera de las de Irán . Pero el gratísimo recuerdo me vine con el de Shiraz . Momentos con la población local en los mausoleos de Saadi , Hafez y sobre todo en la ciudadela al atardecer jugando con los críos que luego se venían detrás cuando nos íbamos .
Esfahan bajo el punte khaju escuchando a la gente cantar canciones tradicionales persas . Solo acordarme me pone la piel de gallina
Muy de acuerdo. A Irán se le ama por su gente, las ciudades son el decorado 🙂
Amo Roma, NY y Madrid. No me gustó nada Lima. Y así que no fu ni fa… Copenhague y Bruselas.
Bueno, en realidad amo algunas más… Jajaja pero la lista sería interminable!
Jajajajaja coincidimos en Roma y Madrid, y Lima a mi, ni fu ni fa… Las otras no las conozco aún! 😉
Me ha encantado el post! Amo muchas ciudades pero la primera que me viene a la cabeza es Lisboa, me parece súper sexy. Amsterdam también encabezaba lista de favoritas pero en mi segunda visita la pille de fiesta por alguna final futbolera y ya no la viví como la recordaba.
Ni fu ni fa, Bruselas por ejemplo.
Un saludo
Gracias Marta!! Jajajajaja, pobre Bruselas, ya ha salido en tres comentarios llevándose la peor parte, voy a tener que ir a comprobarlo! 😀 Lisboa me encanta a mi también 🙂
Besos!
¡Hola Ali!
Qué cosas, siempre he pensado en escribir un artículo sobre esto pero siempre lo he ido postergando.
Definitivamente hace falta crear algún tipo de vínculo emocional, algunas ciudades sin embargo son demasiado “frías” o “duras” y es difícil conectar con ellas. Me llama la atención tu experiencia con ciudades como Budapest o Florencia. Precisamente este fin de semana estaba hablando con mi novia de ciudades que gustan a todo el mundo, y justo acordamos estas dos.
Yo en general he tenido suerte y me ha gustado prácticamente todo, aunque hay 2 ciudades que siempre nombro: Bruselas y Turku (Finlandia). La primera por sucia, gris y sosa, y la segunda porque no hay absolutamente nada que ver y cuando fui había bastante gente borracha. Sin embargo tengo que añadir un país entero ahora: Cuba. A pesar de que todo el mundo la ama, a mi me dejó un sabor de boca más bien tirando a malo. Claro está, depende de las experiencias de cada uno, pero la comida es mala a rabiar, y lo peor de todo para mi fue la gente. Uno tras otro, los cubanos tratan de hacer un dineral contigo, simplemente por el hecho de no ser cubano. Hay excepciones, pero el trato que recibí día sí y día también fue ese. Vas a comprar churros y te pones a la cola: el cubano delante de ti los compra a 5 céntimos, y cuando llegas tú el vendedor te suelta: “1 euro”. Y así con la comida, el transporte, etc…
Y leyendo los comentarios, de acuerdo con XABIROCH. Las ciudades de Irán tienen algo, o quizás su gente, pero por allí se respira un sentimiento casi poético, qué magia hay allí.
Bueno, me ha encantado el post Alicia, ¡lo comparto! ¡Un saludo desde Moscú!
Jabi
Hola Jabi! Gracias por tu comentario desde Moscú!!! Je, je, lo de las reflexiones viajeras es lo que tiene, pero yo te animo a que algún día hagas las tuyas en tu blog, faltaría!
Budapest y Florencia no es que las odiara, o no me gustaran, simplemente no terminaron de llegarme al corazón como otras!
Lo que comentas de Cuba, no eres el único al que se lo he oído decir…
Un abrazo!!
Hola amigos. En realidad no he viajado mucho por cuestion de dinero, hablare pues, de suramerica. Santiago de chile me gusto mucho la primera vez y luego la segunda no tanto, por su cultura y civismo, ambas veces. Lima, muy poco, quito tampoco me emociono mucho. La paz, no me gusto para nada desde que llegue, en cambio santa cruz de la sierra si fue un agradable sorpresa. Mendoza es bonita. Ciudad de panama es como neutral, depende mucho de acque vayas. Bogota me gusta mucho, medellin es muy bonita muy ordenada ( menos en su trafico vehicular), pero tiene em problema de la inseguridad, lo cual es compensado por su gente. Es mi aporte, corto, pero espero les ayude a tomar deciciones en un futuro.
Gracias Alexander!! Esa idea de «ciudad neutral me gusta»… No has viajado poco! Coincidimos en impresiones de Lima y Quito 🙂
Amo NY, Roma y París , odie Orlando ( me enferme), disfrute Quito y Lima, me gustan Madrid, Florencia , Venecia, Washington, me encantaron Heidelberg e Innsbruck; Atenas , de no ser por la Acrópolis y Plaka….sería ni fu ni fa, pero ahí caen Múnich y São Paulo… me gustó La Habana y adoro Bogotá!!!
Saludos!!!
Qué bueno! Gracias! 😀
Yo sí le daré un voto bueno a Bruselas, no esperaba nada y me encantó! Fue mi primera experiencia con nieve, y la guía turística que nos dio el tour era muy carismática y divertida. De las ciudades que no volvería, definitivamente París. La torre Eiffel es impresionante y muy bonitos museos y restaurantes deliciosos, pero la gente es apática, si no hablas francés son muy groseros, el tráfico es horrible, hay muchísima basura por todos lados y cada dos pasos hay vendedores ambulantes queriéndotelo vender recuerditos (te ofrecen exactamente lo mismo) de la torre Eiffel es muy molesto. Amsterdam me gustó mucho, al igual que trier (para los que no les gustan las ciudades grandes) es la ciudad más antigua de Alemania e irradia historia por todas partes. Londres también es muy bonito, pero está infestado de gente por todas partes! El subterráneo es impresionante! Y Venecia es perfecto para los que les gusta caminar y perderse entre calles, está muy bonito, aunque tengo que decir que como pizza dos veces y no es la mejor que he probado, (aunque tal vez no comí en los lugares correctos, me gustaría darle otra oportunidad a la comida de allá) y eso que tengan autobuses barco es una monada, muy chulo!
Gracias Sarah! Me hace gracia tu comentario de Londres… Si vas a China o India me lo cuentas! 😀
Un abrazo
Ali
Sin duda fue Nápoles, después de semanas viajando por la fría Europa (Me refiero a su gente pues era verano) bajamos del tren y encontramos esa ciudad tan humana, tan transparente, una ciudad donde cada persona que encontrabas no se esforzaba por expresar su esencia….. hay que mencionar que soy de Ciudad de México y había vivido en el caos de ella toda mi vida, Nápoles me abrió los ojos, me hizo entender que todo el caos de mi ciudad era lo que realmente la hacía única…. aprendí que lo bello de una ciudad no se plasma en una postal pues la esencia de la gente solo se percibe caminando entre ellos….. cordialmente invitada a mi país….
Qué bueno, Víctor! Nápoles me encantó, y tengo muchas ganas de conocer Mexico… Gracias!!
Ya se que les va a pareceriy trillado pero yo me enamoré de Paris y hasta la fecha, cierto que ha cambiado para empeorar, pero yo prefiero seguir guardando mi flechazo la primera vez que fui en 1999 y luego volvi y volvi y quiero volver de nuevo y sentarme a orillas del sena y ver pasar el tiempo y no me importa que ños franceses ni volteen a verme, pero también me encanto Brujas, hermosa, romántica tiene 10 de calificación
Bruselas ni fu ni fa . no tengo ninguna odiada
Londres ruidosa, vibrante, su metro excelente. Cara pero vale la pena, demasiada historia para perdersela. Venecia bella, como perdida en en tiempo, pero me hartaron las palomas.
Gracias Elba! Nada está trillado en las ciudades 🙂 Y bueno, las palomas suelen hartar 😂
Un abrazo
Ali