Muscat o Mascate, la capital de Omán, es una parada imprescindible en cualquier viaje a este país. Sinceramente creo que es muy recomendable pasar un par de días, mejor al principio del viaje, aclimatándote a las costumbres omaníes. Dejándote llevar. Actualizo este post tras dos viajes a esta ciudad contándote la experiencia como si estuvieras allí ¿Te vienes? 😊
Aterrizar en Omán y cómo llegar a Muscat desde el aeropuerto
La coqueta terminal nos espera con su estilo árabe.
Cuando yo viajé a Omán había que tramitar el visado allí mismo. En la actualización que estoy haciendo en enero de 2025, acabo de comprobar que los españoles y muchas otras nacionalidades están exentos de pagar visado para estancias de máximo 14 días.
También parece que se ha abierto la opción del visado online para estancias mayores y otro tipo de visados. Te recomiendo que eches un vistazo a la web de la embajada de Omán en Madrid.
Por otra parte, debes saber que el aeropuerto está a cierta distancia de Muscat, así que necesitas algo de moneda local para poder pagar un taxi o coger el autobús. Pero no cambies mucho dinero en el aeropuerto, porque te darán peor cambio que en la ciudad.
Los taxis, al menos cuando yo fui, se cogen en una caseta que hay nada más salir de la terminal, a la derecha. Se compra el ticket y te asignan un conductor.
Una opción alternativa es reservar online el traslado del aeropuerto a tu hotel.
Una buena idea es recurrir a los servicios de cambio de moneda con Exact Change antes de ir a tu destino. Yo misma lo he hecho para viajar a Chile, Estambul, etc. y funciona genial. Puedes comprar online en su página web o por teléfono en 900 103 740 / 683 597 459. Si lo haces por teléfono, o si entras en su web otro día, añade el código VIAJESDEALI para que sepan que vas de mi parte.

Primeros momentos en Muscat, la capital de Omán, y esa agradable sensación de estar en un mundo completamente nuevo
La terminal está repleta de hombres vistiendo sus dishdashas blancas y kummas bordados, que no son otra cosa que los gorros típicos con forma de casquete originarios de Zanzíbar. O bien lucen sus turbantes, pequeños en comparación con los que he visto en otros países árabes.
También hay hombres con ropas paquistaníes y rasgos indostaníes. En cualquier caso, prácticamente todo hombres. Las mujeres salen de la terminal fugazmente, casi no se las ve, bien cubiertas y andando con prisa. Acompañadas por ellos, claro está. Hay muy pocos extranjeros, aunque me temo que esto está cambiando porque Omán es un destino turístico que va creciendo en popularidad año tras año.
El trayecto hasta la ciudad transcurre por una moderna autopista, y es probable que te encuentres con un sol espléndido y un cielo azul que contrastan vivamente con las construcciones blancas. Parece que aquí todo es azul y blanco. Empezamos bien 😊

Es probable que te pase como a mí, que el taxista te pregunte enseguida de dónde vienes. Y al oír que «de España», por supuesto menciona al Real Madrid. En realidad Muscat se divide entre los forofos del Real Madrid y los del Barça. Otra pregunta frecuente es si venimos por vacaciones o negocios.
Y es probable que te vaya señalando amablemente algunos hitos del camino: la mezquita del Sultán Qaboos -excusa perfecta para alabar las virtudes de este-. Ministerios y embajadas. La Ópera.
Dónde alojarse en Muscat
Muscat es una ciudad que puede resultar muy extensa. Si vas por turismo, te recomiendo que te quedes en Mutrah, ya que es donde están los sitios más típicos que visitar y podrás hacerlo a pie.
La primera vez nos alojamos en el Mutrah Hotel, reservado a través de Booking. No lo sabíamos, pero resulta que es el primer hotel de Omán, construido en 1970, cuando el país se abrió al mundo.
El personal del Mutrah Hotel es indio y muy muy amable. Nos ofrecen mostrarnos una habitación y si no nos convencía, buscarnos otra. Todo unas horas antes de las 14 h., que es cuando teóricamente se puede hacer el check in. Las habitaciones eran limpias y muy grandes, con un wifi que funcionaba bastante bien. Enseguida nos sentimos a gusto allí.
La segunda vez nos alojamos en el Naseem Hotel, en plena corniche. Este es un hotel de una estrella, bastante básico, pero aceptable. Sirven un desayuno sencillo pero bastante contundente.
Qué ver en Muscat
Como decía Muscat es más grande de lo que parece. Podemos hablar de tres zonas que visitar:
Mutrah, la parte vieja de Muscat
Tras un trayecto de 25-30 minutos, llegamos a Mutrah desde el aeropuerto.
Este es el barrio céntrico de la capital donde se encuentra el zoco, la corniche y un buen puñado de callejuelas que ayudan a soñar. Calles que se abren paso de manera intrincada entre las antiguas casonas hoy abandonadas por los omaníes.
Casonas de ventanas y balcones con celosías, de hasta tres y cuatro pisos, con puertas de madera labrada
El zoco
A las 12.30 p.m. el sol cae a plomo. Las calles aparecen prácticamente desiertas, los cierres de las tiendas echados. No llevas más de dos minutos andando cuando suena la llamada a la oración.
Empieza en una mezquita a tu izquierda para continuar un minuto después en otra, y después sigue en otra más alejada. Es una cadena de canto, una retahíla que siempre que la oigo, y en especial nada más llegar, me pone la piel de gallina y me emociona un pelín.

Y entonces te das cuenta de que parece que estás en una película de ciencia ficción. Una peli en la que las protagonistas llegan a una ciudad anormalmente vacía, siendo pleno día
No hay tráfico, salvo algún coche esporádico. Ni gente, salvo algún que otro hombre. Es viernes y esto ayuda a que no haya mucha gente porque es su festivo, pero también tiene que ver con las elevadas temperaturas y la humedad.
En estos momentos es cuando te acuerdas de que en tu país los guiris recorren esforzadamente los sitios a pleno sol en el mes de Julio o Agosto, mientras tú piensas «están locos estos romanos».

Como en Irán o en Líbano, el zoco o souqh está cubierto y luce oscuro en las horas de descanso. Te contarán que abre sobre las 16.30 h, pero en realidad no se activa hasta más tarde, cuando el sol baja.

En el primer viaje me encontré con que había muchas, muchas fotos de todos los tamaños del Sultán Qaboos. También muchas cintas con banderitas de Omán.
¿Pasará algo, o es siempre así? ¿Será el cumpleaños del sultán? Resolveríamos el misterio al día siguiente, con el guía con el que habíamos quedado para hacer varios días de tour.
En Abril de 2015 el sultán estaba a punto de volver de Alemania tras unos meses de tratamiento en una clínica por un cáncer. Se estaban preparando para la fiesta de bienvenida en la que mostrarían su alegría por el retorno.
[Actualización: el Sultán Qaboos murió en enero de 2020]

Decidimos dejar el zoco para después, y rodearlo por el exterior caminando hasta encontrarnos con el mar. Nos perdimos por un rato, distraídas por las casas, los detalles, las señales de tráfico con sus particularidades.
Hasta que nos topamos con una especie de antiguo palacete y una torre de vigilancia encaramada a un risco. Teníamos que decidir en qué dirección seguir y no nos poníamos de acuerdo, así que al ver a un hombre con su hijo le preguntamos y muy amablemente nos indicó la correcta. Empezábamos a conocer la amabilidad de los omaníes.
En el segundo viaje hicimos algo muy similar. El calor era aún mayor (finales de Septiembre, en vez de finales de Marzo). La diferencia es que ya no había calles decoradas. Esta vez sí podía ver la Mutrah de siempre, en su estado normal.

La Corniche de Mutrah
La Corniche de Mutrah es el paseo marítimo de Muscat, con el Puerto del Sultán a la izquierda, donde atraca sus yates, y una fortaleza a la derecha.

El minarete y la cúpula de una preciosa mezquita revestida de azulejos donde dominan los azules, destaca sobre algunas casas antiguas encaladas. Ante este panorama te vienen a la mente las ilustraciones de la leyenda de Simbad el Marino, y las de Las Mil y Una noches. No hace falta que te diga lo bonito que es y la impresión que causa 🥰

Parece que estamos en ese escenario de sueños y leyendas de amor. Emires y sultanes, harenes, riquezas, envidias palaciegas, sedas, incienso. Los elementos modernos apenas estorban por la quietud del ambiente.


Si te asomas a admirar las limpias aguas, tus ojos no darán crédito… ¡hay un montón de peces tropicales perfectamente visibles! Sí, ahí, en un puerto urbano en el que atracan los cruceros que vienen del Golfo.
Casi en el centro de la bahía y frente al impresionante yate del sultán suele estar anclado uno o varios dhow en un perfecto contraste de tiempos y épocas.


Los dhow eran los barcos que en la Edad Media surcaban el Índico. Aprovechando los vientos del monzón, comerciaban con especias, sedas y todo tipo de artículos en India. Ya no lucen las velas triangulares, van a motor. Unos son barcos de recreo y otros siguen dedicados a la pesca.

La ruta de «los árabes del mar» discurría paralela a la Ruta de la Seda y proveía de especias necesarias para la conservación de alimentos a medio mundo occidental, incluida la Antigua Roma. A cambio, de aquí salían barcos cargados con, sobre todo, incienso y maderas de las costas africanas.

Hace poco leí en un libro escrito por un viajero español, que estas rutas marítimas no fueron descubiertas y utilizadas hasta la llegada de los europeos. Falso. Los árabes ya lo hacían mucho antes, al menos desde el siglo XII. Los europeos, en este caso portugueses, tardaron mucho en descubrirlas. Aunque cuando llegaron se llevaron el gato al agua como se suele decir. Imponiendo su presencia y fuerza y haciéndose con el comercio de las preciadas especias. Precisamente ese fue el principio de la «era oscura» del sultanato de Omán.
También por eso Colón buscó una nueva ruta para tratar de encontrar lo mismo, el comercio de especias.

Pisamos por tanto una costa que ha visto mucho, que se ha nutrido de muchas historias, de muchas gentes venidas de los continentes cercanos: África y Asia
Su cultura está impregnada de todo ello, tanto en la cocina como en el idioma. Incluso en los rasgos físicos -una parte de los omaníes tienen claros rasgos africanos- y en su vestimenta, como el kumma que tanto me gusta.


La Corniche es un buen sitio para sentarse a comer. Hay varios restaurantes junto a la parada de autobuses y el zoco. Sirven kebabs, shawarmas, hummus y algunos otros platos a un precio algo decente. También deliciosas limonadas con mucho hielo, azúcar y menta.


Las calles de Mutrah
Tras la comida, se impone andar por las callejuelas viejas que te llaman por su atractivo decadente y romántico. En esas horas somnolientas, sólo de vez en cuando te cruzas con alguien.
Un grupo de omaníes sentados en sus sillas de camping, charlando a lo suyo. Unos chicos indios o bangladeshíes que te piden que les hagas una foto con su móvil y con tu cámara. Una antigua torre con almenas. Se impone fijarse en los detalles arquitectónicos y disfrutar de la calma.


De nuevo se trata de un escenario semivacío en el que puedes curiosear y hacer fotografías con total libertad. Sin miedo a que te miren o alguien se sienta molesto.







Old Muscat y el palacio del sultán
Old Muscat es otro punto de interés turístico. Muchos pensamos que Old Muscat debe de ser «el casco viejo» de la ciudad y donde conviene alojarse, pero no es así. Esa es Mutrah y está a unos 3 o 4 kilómetros de distancia.
Se puede ir andando, pero con el calor que se gastan por allí, es mejor ir en coche.
Old Muscat se llama así porque es el antiguo enclave de la ciudad, del que quedan muy pocos restos originales.
Para ir, nos dirigimos a la parada de taxis que hay junto a la puerta del zoco. Los conductores esperan a sus clientes sentados cómodamente en sillas de playa. Desde ellas llaman a todo aquel potencial cliente para ofrecer sus servicios. Siempre te ofrecen «taxi». Yo siempre les respondía con un la, la, shukran («no, no, gracias»). Y ellos se partían de risa.
Verles ahí como señorones tiene un punto muy gracioso. Parecen más bien señores de Cádiz o Málaga tomando el fresco en las horas de calor.

Esta vez, en cambio, iba a ser que sí. Tras un regateo paciente conseguimos que nos bajaran la extraordinaria cantidad de 5 OMR a 2,5 OMR -que ya es bastante, unos 6€- antes de subirnos al taxi. El trayecto es de unos escasos 15 minutos.

En Old Muscat se erigen las fortalezas de la capital, que en el pasado guardaban la pequeña bahía de los posibles ataques piratas. Aún son utilizadas como cuarteles militares, pero pueden admirarse desde las calles inmediatas.

Además está el palacio del sultán. Enorme, es un gran complejo de edificios nuevos que no está abierto a las visitas. A no ser que seas un Jefe de Estado o un honorable Embajador, claro está. Es decir, lo único que puedes hacer es llegar hasta la verja y curiosear entre los barrotes, así que ver algo de sus edificios desde la corniche que hay al lado.


Además, en Old Muscat se encuentra uno de los museos de la ciudad, el museo Bait Fransa (French House). Fue la sede del consulado francés en el siglo XIX y hoy es un pequeño museo que exhibe un resumen etnográfico de vestimentas y objetos del Omán tradicional. Una buena introducción a lo que luego ves en el país.


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Mutrah de noche
Mutrah cambia de noche. Tiendas abiertas en el zoco, gente por las calles ¡incluso mujeres! A partir de las seis de la tarde las calles se animan, hasta aproximadamente las once de la noche.



Ahora sí, recorremos el zoco entreteniéndonos. Observando qué hacen, qué venden. La locura de los carteles iluminados. Los vestidos de colores y lentejuelas en las tiendas de los sastres, que ahí están concentrados en su tela, cosiendo o planchando. Vestidos que seguramente son para las bodas y fiestas privadas.



El incienso se quema, expandiendo su fragancia para atraer a los compradores. Allí es un artículo de uso diario. Los perfumes flotan en el ambiente al paso de hombres y mujeres ¡y huelen tan bien…! Al pasar delante de la panadería, el aroma del pan recién hecho te hace salivar. En definitiva, un festival para los sentidos.






Más tarde, se impone terminar la noche con un breve paseo por el Marina Drive, que es la continuación de la Corniche, observando las luces sobre el agua.

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La mezquita y la ópera de Muscat
Sea tu primer o segundo día, debes organizarte para salir de Mutrah e ir a visitar la Mezquita del Sultán Qaboos y la Opera House, que están muy cerca el uno del otro, pero algo lejos del centro. Y lo mejor es hacerlo por la mañana, en especial para poder entrar en la mezquita.
Una buena idea es apuntarte a un tour guiado por Muscat como el que te enlazo aquí, que incluye la Mezquita, el mercado de pescado y el zoco.
La Gran Mezquita del Sultán Qaboos
La Gran Mezquita del Sultán Qaboos es la única que los extranjeros podemos visitar en todo el país, y atención, tiene un horario bastante restringido: de 8.00 a 11.00 a.m.

¿Merece la pena visitar la Gran Mezquita de Muscat? Yo me lo preguntaba la primera vez, aunque había leído que sí. La segunda iba deseando volver a encontrarme con ella, así que creo que con esto lo digo todo.

La Gran Mezquita del sultán Qaboos te deja con la boca abierta. Descalzarse y pisar los maravillosos mármoles traídos de Italia y perfectamente pulidos. Contemplar la alfombra persa enorme y tejida a mano en Irán, en las montañas del Khorasan, de una sola pieza, es un placer.



No, no es un sitio hortera ni fastuoso en ese sentido. Es simétrico, limpio, sencillo, fino, con gusto. El mismísimo Sultán la diseñó y escogió todos los detalles. Well done!!


En la sala de oraciones principal, donde los hombres pueden rezar (las mujeres lo hacen en una contigua, como en todas las mezquitas), grandes lámparas cuelgan del techo.
Destaca la lámpara del centro, que es realmente enorme. Dicen que es la lámpara de araña más grande del mundo, con miles de lámparas engarzadas en oro. No resulta hortera, aunque sí recuerda un poco a una nave espacial, sobre todo cuando te sitúas justo debajo de ella.




Charlando con Amina, voluntaria en la mezquita
En las dos visitas que he realizado a esta mezquita, siempre he terminado entrando en la pequeña librería-tienda de la mezquita. Allí hay varias mujeres voluntarias encargadas de recibir a los visitantes. Te invitan a café y dátiles, o a halwa, el dulce típico de Omán. Y empieza la conversación. Nos instan a que les preguntemos sobre lo que queramos de su país, incluidas las mujeres.
Lo aprovechamos, claro, y le pedimos que nos cuente cómo es su vida, la de las mujeres, en Omán. Un discurso perfectamente elaborado se desgrana de su rostro amable.
En Omán las mujeres ocupan hoy el 60% de las plazas universitarias. Pueden trabajar, conducir, y ser bastante independientes, aunque también son amantes de la familia y los hijos.
Su discurso es bastante «evangelizador». Insiste en que en Omán se cuida y respeta a la mujer, que ellas viven muy bien allí. Un discurso afirmativo sobre cómo visten y lo contentas que están por ello. Y afirmando también que la mujer, mejor casada, aunque también puede estudiar en la Universidad y trabajar si quiere.
Hubo muchas cosas que nos chocaron, pero también es cierto que ella demostró en todo momento una gran carga de energía, decisión y carácter. Y también es cierto que no olvidaré su abrazo cuando le dije que nos habíamos conocido un año y medio antes allí mismo, y que yo había publicado su foto en este blog. Besos y mucho sentimiento. De esas mujeres que se quedan en la memoria.

La Ópera House de Muscat
Bastante cerca de la mezquita, en el otro lado de la autopista, está el edificio de la Ópera de Muscat, también visitable.
Más fastuosa, es un escaparate de arquitectura oriental y riqueza extraída de los pozos de petróleo. Demasiado barroco para mi gusto, aunque no puedo decir que no es bonita.


Con la entrada te puedes sumar a una de las visitas guiadas en inglés, creo que hay también en otros idiomas.

Un último vistazo a Marina Drive desde las alturas
En la primera noche del primer viaje a Omán, al volver de la excursión por las montañas de Al Hajar, volvimos a disfrutar de un buen rato de zoco, del paseo marítimo, y de una cena en la terraza del hotel Marina. Creo que fue la comida más cara que pagamos en todo el viaje, consistente en pescado a la brasa y arroz, pero el lugar lo merecía.
Desde allí se puede ver toda la bahía de Muscat y sus luces de colores. Mientras, escuchábamos cómo la última llamada a la oración del día se iba multiplicando mezquita a mezquita.
Te dejo un vídeo con el momento:
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Excelente relato. Me tienes en vilo e iré siguiéndolos, puesto que es un país que me atrae mucho y que quiero visitar más pronto que tarde.
Un saludo!
Muchas gracias Jordi!! ja, ja, me encanta tenerte en vilo!!
En serio, es un país que bien merece un buen viaje, o varios… a mi se me han hecho cortos los 9 días, pero ha dado tiempo a ver unas cuantas maravillas. La capital es "sólo" la entrada!! :)
Un abrazo!
Voy a Oman en enero, por mi cuenta, con mi pareja. Tienes dirección de tu guía. Quisiéramos salir un día fuera de Muscat y necesitamos un guia-chofer con un 4×4. Sabes cuanto nos cobraría por ir a la ciudad de los castillos y ver un oasis? Gracias
Hola Alberto! Qué bien :)
En el post de «9 días en Omán» está el link a su agencia, donde puedes contactar vía email con él. Se llama Amur y es el dueño de la agencia. No te sé decir cuánto cobra por un día, lo siento… planteadle lo que queréis hacer, de la manera más clara posible. por ejemplo, ¿haríais esa excursión desde Muscat o desde Nizwa? ¿la ciudad de los castillos que comentas, es Nizwa? Si no, lo que hay son oasis con un castillo o fortaleza, como el de Ibra.
Las montañas están más cerca de Nizwa, pero la agencia está en Muscat así que igualmente tendrá que desplazarse, seguramente, con el coche desde allí. Y ver un oasis… cuál? en las montañas los hay, también relativamente cerca de Nizwa hacia el sur. Nizwa es un oasis también pero me imagino que allí iréis en bus (no os la podéis perder, la viudad vieja es preciosa).
Un pueblo muy recomendable en las montañas es Al-Hamra.
Saludos
Alicia
Hola Alicia, que bien escribes, eres periodista o que? es muy agradable leerte; yo también estuve en Muscat, en el año 2013, y la verdad, me identifico totalmente contigo en tus opiniones sobre este hermosa ciudad, la sensación que se tiene al visitarla, como tu dices, es como estar «en un escenario de sueños y leyendas de amor. Emires y sultanes, harenes, riquezas, envidias palaciegas». me encantó esta ciudad y me encanto tu relato, muy chevere.
chao y sigue escribiendo tus experiencias de viaje.
Hola Gloria! Muchas gracias por tu comentario! Oman es una pasada y… No, no soy periodista, si te vale socióloga, ja, ja!
Un abrazo!
Me encanto tu relato , nunca pense en Oman como un destino de viaje,despues de
tu relato impecable , ansio caminar por esas calles ,
un abrazo
Muchas gracias Isabel! Me alegro mucho haber despertado las ganas de viajar allí, ya sabes que es lo que pretendo con este blog, inspirar ? y Oman lo merece…
Gracias de nuevo!
Saludos
Alicia
¡Eso de actualizar el post es perfecto! Cada vez más pensamos que para hablar de un lugar hay que volver a él… Así que en tu segunda vez, los argumentos son aún más sólidos ¡Cantidad de impresiones y datos! Felicidades por el trabajo y el interés de ir actualizando.
Muchas gracias Álex! Sí, creo que tiene interés y ya que ha surgido la oportunidad de volver, por qué no actualizar, como lo hacemos con las sensaciones y vivencias mismas? ?
Un abrazo!
Voy a viajar a Omán en un par de semanas. Gracias por tu blog, me está dando tantas ideas que creo que los 9 días de que dispongo me van a saber a nada :-)
Hola Martika, gracias a ti por comentar, y me alegro de que te guste!! Jajajajaja disfrutarás tus 9 dias y seguro que tú también descubres cosas! ?
Un abrazo
Hola Alicia, mil gracias por tu relato de Muscat, tenía ganas de ir pero ahora mucho más!!! Gracias por el relato y las fotos, son preciosas!! En 10 días pararemos en Muscat, ya que vamos de viaje por la zona. Voy con mi marido y mis hijas de 6 y 8 anos. Mi pregunta va más orientada a sugerencias para ir con ninos, sí las tienes. Creo que Mutrah, el ambiente, callejear, los olores, colores… es lo que mas les va a atraer. Y la mezquita. Pero si sugieres algo mas genial!
Saludos!!
Hola María! qué bien y qué envidia me dais!! Pero lo siento, no te puedo decir nada más específico… de todas formas seguro que los niños se lo pasan bien sólo con esto. No dejéis de asomaros a las aguas del puerto para descubrir los peces tropicales que nadan ahí mismo!! Ah, sé que hay un parque junto a la carretera de la costa que va de Mutrah a Old Muscat, cerca de la rotonda con un quemador de incienso como símbolo, je, je. Seguro que al caer el sol van por allí las familias locales, sobre todo si es fin de semana. También podéis ir a la zona de Seeb, cerca del aeropuerto, donde hay una playa muy maja y también las familias van al caer el sol (tengo un post de Seeb por si quieres curiosearlo más).
Y lo dicho, pasadlo genial!!
Alicia
Alicia, estuve un dia en Muscat, sólo un dia porqueiba en un crucero, pero me encantó lo que vi y me quedaron ganas de volver. Muchas gracias por toda la magnífica información que nos has dado.
Oh, pues espero que puedas volver 🙂
Hola Ali, estoy preparando mi viaje a Omán el próximo Noviembre, descubrí tu post y ahora tengo muchas más ganas de ir, me empecé a leer el libro «los árabes del mar» y estoy encantada, también con lo que describes y con las fotos, son espectaculares! Muchas gracias ;)
Hola Carolina: muchas gracias! me alegro mucho de que hayas elegido Omán y de que te gusten mis posts, no te arrepentirás, es un país genial :)
Un abrazo y que vaya muy bien el viaje!
Alicia
Regresé de Omán hace 5 días y ya estoy planeando mi viaje para el próximo año, es espectacular ese país y su gente, me acordé mucho de tus fotos y del libro. Merece muchisimo la pena! Gracias ;)
Qué bien!! Me alegro mucho!! No ha de qué
Ops, me falló el móvil. Te decía Carolina que no hay de qué. Gracias a ti por volver aquí a contarlo! Un abrazo!!