Actualizado el 9 abril, 2024
Llegó la hora. Por fin vacaciones! Dan ganas de gritarlo al viento una y otra vez. Escribo estas líneas cuando me faltan horas para poner el «out of the office» en el email del trabajo y salir pitando. Y unas poquitas más para coger un avión y salir otra vez de viaje. ¡Por fin! Llevo unos meses sin volar, y ya lo echo de menos.
No pensaba escribir un post contando dónde voy, qué pienso hacer y tal, pero esta vez me apetece mucho dejar unas palabras aquí… para ti.
Porque sí, me dirijo a cumplir algunos sueños en un sólo viaje y estoy emocionada. Un poco como siempre antes de un viaje, con esos sentimientos encontrados, pero sobre todo emocionada. Con muchas ganas.
Por fin vacaciones
Salir unas semanas más tarde que los demás tiene su cosa de cuesta arriba. Ves cómo se van, y cómo te quedas atrapado en la rutina de la que ellos han escapado antes. Es como que ves más claro que nunca esas cadenas que no te permiten hacer lo que más te gusta. Se hace cuesta arriba, lo repito, y más si tienes un pico de trabajo de esos que te dejan desfondada.
Pero el tiempo pasa inexorablemente y se acerca la fecha. Al principio miras el calendario y piensas que queda mucho, y que tienes mucho que hacer. Después vas viendo que se hace más tangible. Y llega el momento de la cuenta atrás. Contando horas, buscando casi quehaceres para no volverte loca.
Para dulcificarlo un poco me voy al pueblo. Sí, ése refugio de toda la vida. El escenario de mi juventud, salidas nocturnas, excesos, emociones, amistades más y menos profundas, noviazgos. Fueron unos cuantos veranos los que pasé allí. No en su totalidad, siempre había algún viajecito que los interrumpía, pero sí en buena parte.
Vuelvo, después de mucho tiempo. Tras saludar a la gente de entonces, que siempre alegra ver, me dedico a hacer fotos. Bueno, y a comer, leer, sestear, comer, leer, sestear… y hacer fotos. Un retiro buscado que me ha venido fenomenal.
En eso de hacer fotos decido poner en práctica algunas técnicas que he leído hace poco en un buen libro de consejos para fotografías de viajes, el de Tino Soriano, un gran maestro.
Fotografío el pequeño mundo que nos rodea. Busco y espero pacientemente a las mariposas, abejorros, incluso avispas (el efecto escudo de la cámara es increíble, pero cierto… con el miedo que me dan las avispas!). Rodeo a las flores hasta dar con una composición que me guste. No es fácil.
En pocos metros cuadrados encuentras muchas oportunidades y por supuesto muchas salen mal. Otras quedan curiosas, las que adornan esta retahíla de pensamientos. Al final el ejercicio me ayuda a cultivar la paciencia y a recordar que tengo mucho que aprender.
En algún momento entre foto y foto pienso que a falta de viajes, buena es la naturaleza próxima. Y que nunca debemos olvidar que incluso en nuestro día a día lleno de rutinas hay oportunidad para romperlas.
Me lleno entonces de paisaje, del atardecer de este día de pleno verano que nunca decepciona en la Alcarria. Porque sí, estoy dispuesta a jurar ante un tribunal que los atardeceres de mi pueblo son tan bellos como los de cualquier paraje africano. Así de claro.
Y después me lleno de noche. Buscando fotografiar las Perseidas que todos los años se pueden ver en nuestros cielos, en compañía de mis padres, hasta altas horas de la madrugada. Vimos unas cuantas, pero ninguna fue registrada por la cámara. No importa, la experiencia es lo que cuenta, y puedo decir que las que vi eran preciosas, preciosas!
Y nuevo viaje a la vista
Si me sigues en redes sociales desde hace un tiempo quizá lo sepas. O quizá se te haya pasado entre el mogollón de publicaciones que nos asedian cada día. Total, que ya sin rodeos te lo digo.
Cuando estés leyendo esto, estaré de camino o habré llegado a mi próximo destino:
CHILE
Llevo tiempo acariciando el sueño de Chile. Desde hace muchos años es uno de los países de Sudamérica que más me atraen, sin terminar de saber muy bien por qué.
Este viaje es especial porque voy en solitario durante tres semanas. Hasta ahora mis viajes completamente sola han sido de menor duración, así que tengo ganas de afrontar este pequeño reto. Un pasito más, no sé hacia dónde pero un pasito más.
Desde que compré los vuelos allá por el mes de Diciembre o Enero, cuando estaban a un precio razonable, empecé a estudiar qué ver. Era (soy) consciente de que Chile es un país muy grande con muchas posibilidades, y de que tres semanas moviéndote en transporte público no dan para tanto. Además allí es invierno ahora, así que hay zonas que no son muy practicables.
Sí, lo has adivinado… he dejado el sur para otra ocasión. No voy a ir a Chiloé (aunque me lo planteé y me encantaría), ni mucho menos voy a bajar a la Patagonia. Un segundo de silencio para estas renuncias, por favor, que realmente lo siento.
En cambio voy a cumplir un par de sueños largamente acariciados: pasar unos días en el desierto de Atacama, e incluso cruzar a Bolivia para hacer un tour de varios días por el Salar de Uyuni. Sólo de pensarlo, yiiiihhhaaaaa!!! Sé que este último va a ser duro, pero quiero, quiero, y quiero ir, fotografiarlo, vivirlo, y contemplarlo todo lo que pueda, de día y de noche! ¿superaré los no sé cuántos grados bajo cero para hacer alguna foto nocturna? prometo intentarlo!
En la búsqueda y decisión del itinerario a completar con estos objetivos clarísimos para mi, alguien me avisó de que los vuelos a Isla de Pascua estaban muy bien de precio (febrero) para volar en mis fechas (segunda quincena de agosto, es decir, 6 meses antes). Lo miré y tras dudar un poco decidí dar el paso.
Confieso que Isla de Pascua nunca ha estado en mis listas de deseos viajeros. Debo de ser rara, sí. Pero cuando compré los vuelos me invadió una gran emoción y cada vez que lo pienso las mariposas vuelven a mi estómago. Pasaré cuatro días en esa isla en medio del Pacífico. Seguramente el lugar más lejano y remoto de mi casa en el que haya estado nunca!!
Santiago de Chile y alrededores serán un buen contrapunto a estas dos aventuras que van a marcar el viaje y mi memoria.
Como ves, me queda al menos medio país para otra ocasión, otro año. El tiempo es el que es.
Durante el viaje voy a contarte las cosas en Facebook, Instagram, y Twitter
… Y a la vuelta, con calma y fotos espero que bonitas, lo haré también aquí, en el blog. Así que si quieres seguirme en directo para abrir boca, ya sabes, sígueme!! Si no tienes cuenta en estas redes sociales, te invito a que entres en el blog y vayas a la parte de abajo de la Home, porque ahí puedes ver las últimas fotos publicadas en mi cuenta de Instagram. No es lo mismo, pero… :)
Eso sí, ya no voy a publicar más posts hasta la vuelta. Unas semanas de descanso no hacen daño a nadie. Espero que lo entiendas.
No me enrollo más. Te deseo un buen verano, vacaciones, descanso, viajes, o lo que tengas en las próximas semanas. Y recuerda: «busca la belleza, es lo único que merece la pena en este asqueroso mundo» que es lo que decía más o menos Ramón Trecet en Radio3 para despedir su programa. Siempre me gustó esa frase.
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