La Sierra del Rincón, en la Comunidad de Madrid, es uno de los mejores parajes donde pasar un día haciendo senderismo fácil, sin renunciar a la comodidad de ir y volver a la ciudad en el día. Aquí tienes una ruta para pasar un día precioso con amigos o en familia.
Hay gente que oye la palabra trekking y se asusta. Normal, suena a algo muy aguerrido, de kilómetros y kilómetros. Bien equipado con «cosas técnicas». Si dices senderismo, la cosa cambia un poco ¿no? y no es más que una simple traducción del inglés al español.
La Sierra del Rincón también es conocida como Sierra Norte, y a nivel más popular como Sierra Pobre, aunque este apelativo viene de un tiempo en que se la miraba por encima del hombro desde la capital.

Punto de salida para un día de senderismo fácil: La Hiruela
La Hiruela es un bonito y cuidadísimo pueblo de la Sierra del Rincón, y el punto de partida para esta jornada de senderismo fácil.
Situado junto a la provincia de Guadalajara, el río Jarama hace de frontera natural entre las comunidades de Madrid y Castilla La Mancha. Y precisamente por ahí nos vamos a ir…

Desde La Hiruela parte una de las redes de senderos a recorrer en esta sierra. Estos caminos se identifican con las siglas GR y PR –Gran Recorrido / Pequeño Recorrido-, y pertenecen a la red europea de caminos homologados. Se trata de rutas de más de 50 km / menos de 50 km que, por supuesto, no tienes que hacer al completo si no quieres.
Las indicaciones te dan una orientación no sólo de la distancia, sino también del tiempo que puede llevar hacerla. En este caso, además, son senderos tematizados.
Si vas a buen paso, seguro que tardas menos de lo que indican. Y si vas «de paseo», haciendo fotos, disfrutando del paisaje y de una buena charla con tus amigos o familiares, te llevará más. ¿Y qué? ¡Pues nada, se trata de disfrutar!
En la web de Turismo de La Hiruela tienes un apartado con las sendas, información sobre la duración, longitud y dificultad, y avisos en caso de que alguna esté cerrada temporalmente.


El sendero de Molino a Molino de La Hiruela
Nosotros elegimos la Senda de Molino a Molino. Es un recorrido de unos 5 kilómetros que, según la web de Turismo de la Hiruela, tiene una dificultad alta, pero sinceramente no entiendo por qué. Yo la he hecho un par de veces sin ningún problema y aquí te la cuento.
Tras andar por la calle principal de La Hiruela y superar la plaza con su preciosa iglesia, enfilamos por este sendero.
Conduce hacia otro pueblo, Cardoso de la Sierra, que está en Guadalajara. Recuerda que una vez cruzado el Jarama cambias de comunidad, pero tranquilo que sigues en el Convenio de Schengen 😜.
Este era el sendero que los vecinos de ambos pueblos utilizaban para ir y venir de uno a otro. Ahora hay una moderna carretera, pero da una vuelta importante.
Si pones un poco de tu parte, o de tu imaginación mejor dicho, «les verás» andando junto a sus burros y mulas. Cargados los días de mercado. Arreglados para las fiestas en busca de amoríos. O quizá a los niños con las antiguas carteras al hombro, yendo y viniendo al colegio.

La primavera tímida de la Sierra
Nosotros nos encontramos con un inicio de primavera más tímido del esperado. En nuestras mentes comparamos mal los entornos y nos olvidamos de que estos parajes superan con creces los mil metros de altura, y por tanto las estaciones se hacen un poco de rogar con respecto a otros lugares.

En Abril los robledales siguen desnudos, y ni siquiera exhiben los típicos brotes que anuncian la hoja. Sí hay unos hermosos líquenes que cuelgan de sus troncos y que en algunos tramos del sendero te hacen pensar que has entrado en un cuento de hadas. Por cierto, esto es señal de la limpieza del aire.
Como siempre me pasa cuando ando por los bosques, mis sentidos se llenan de texturas diferentes: los rugosos troncos, los suaves musgos, la piedra, las hojas caídas.
Seguro que en verano es un lugar fresco y muy muy agradable. Tiemblo sólo de pensar en lo bonito que estará en otoño. Pienso ir, que lo sepas. Digo… ¡volver!


Es importante saber que en esta época el camino puede estar embarrado si ha llovido los días anteriores. Incluso puede que tengas que cruzar un riachuelo examinando bien las piedras que evitarán que metas la pata hasta la rodilla. ¿Quién dijo aventura? 😎

El bosque se interrumpe de vez en cuando con prados y hermosos álamos en el horizonte. Después vuelves otra vez al bosque de robles, con su musgo, sus piedras, algún bichejo, y tranquilas vacas que pastan entre los árboles.

De verdad, es tannnn bonito que me faltan los adjetivos ¡Los médicos deberían prescribir estos paseos por lo menos una vez a la semana. Verás qué pronto se nos quitaban muchas tonterías.
Otro consejo: cuanto más temprano vayas mejor, menos gente encontrarás. Hacia el mediodía es probable que haya grupos de senderistas de cierto tamaño, así como familias con niños y más bullicio en general.

Los molinos
Si sigues la senda, te encontrarás con Cardoso de la Sierra. Este es un pueblo algo menos interesante que La Hiruela, mucho más pequeño, pero acercarse hasta él implica andar junto a vallas de pizarra y es una gran excusa para continuar disfrutando del paisaje.

También puedes no cruzar la «frontera» del Jarama y girar a la derecha. Entonces llegarás enseguida a los restos del molino de Juan Bravo, del que apenas quedan más que cuatro paredes y una piedra de moler semienterrada en la hierba.

Este tramo el camino puede haber desaparecido por las lluvias, como nos ocurrió. De nuevo no te preocupes porque más adelante hay un estupendo puente de madera para cruzar, y también una isleta por la que se puede buscar el mejor paso si el río está crecido.
El río Jarama, limpio y bonito a esta altura, es un regalo para la vista.

Al rato se llega al Molino Harinero, completamente reconstruido y normalmente cerrado. Para mí, excesivamente «restaurado». No obstante, es un lugar ideal para comerte el bocata mientras observas el río, ya que hay unas cuantos bancos de madera con sus mesas.

El sendero de los Oficios de la Vida
Enlazando con el sendero de los molinos, el sendero de los Oficios de La Vida nos muestra algunos hitos que, como su propio nombre indica, nos hablan de cómo se ganaban la vida en estas tierras hace tan sólo unas décadas.
Colmenas de miel que funcionaron hasta 1980 destacan en la ladera del monte, primorosamente colocadas. ¿De verdad que ya no van a esa «urbanización de chalets» las abejas? yo si fuera ellas ni me lo pensaba 😉

Por otro lado, ascendiendo un poco más y cruzando la carretera, llegamos a la Carbonera. Esta reconstrucción ilustra cómo se hacía el carbón para pasar los largos inviernos en las montañas.

Y ya está, porque junto con el Molino Harinero estos son los oficios que se destacan.
Volvemos a bajar al río, por otra parte y otro puente, para subir al pueblo entre huertos y frutales. En total, aunque no lo recuerdo bien porque paramos a comer, fue una ruta de unas tres horas y media. Íbamos a un paso muy tranquilo. Insisto, senderismo fácil, fácil.
Y como nos quedaba bastante día por delante, decidimos coger el coche y trasladarnos a otro nudo de senderos.
Segundo objetivo: Puebla de la Sierra
Tras un ratito de coche, no mucho, llegamos al pueblo llamado Puebla de la Sierra. Aquí tocaba improvisar, porque no formaba parte de nuestros planes al inicio.

Dimos un paseo por sus calles, que mezclan arquitectura tradicional y moderna, y vimos que de allí parten un montón de senderos con rutas de 4 o 5 horas, tiempo que no teníamos. Un gran plan sería, pues, pasar la noche en la Hiruela o en Puebla de la Sierra y hacer más larga esta escapada.

Al final encontramos uno a nuestra medida, que prometía ser fácil y corto: De paseo por los Linares, una ruta circular que arranca cerca del lavadero del pueblo y recorre huertas, eras, una primera alameda y un bosquecillo de robles más adelante.
La verdad es que se me hizo muy corto y creo que no fui la única. Unos años después volví y aquí tienes una guía completa de Puebla de la Sierra con más sitios que visitar allí.

La vuelta a Madrid, sin rumbo fijo por la Sierra del Rincón
No queríamos volver, je, je, y mira tú que casi sin pretenderlo, nos encontramos subiendo pequeños puertos que regalan vistas magníficas de la Sierra del Rincón.
Ocurrió al poco de tomar la carretera en dirección al embalse del Atazar, dirección Madrid por la M-130. Una de esas carreteras que tanto me gustan por sus curvas y sorpresas tras ellas (no, la chica de la curva no entra en estas sorpresas).
Observamos cómo las laderas de la montaña están arrugadas, y recordé el Geoparque del Flysch, en la lejana costa vasca.
Al fin y al cabo, esta es otra muestra geológica de lo que aconteció hace millones de años en la Tierra, cuando se formaban las masas continentales del sitio que habitamos. Aquí, en la Sierra del Rincón.



Tras varias paradas, llegamos a Cervera de Buitrago y… ¡toma! Allí hay un embalse con un puerto con barcos de recreo que casi logran transportarnos a otras latitudes. A una playa que en Madrid no existe (pero sí una sierra como esta).
¿Se puede pedir más de un día de senderismo fácil en las cercanías de Madrid? Yo diría que no mucho más. Deseando repetir y esperando que te animes para que te deje de dar yuyu la palabra trekking, je, je.
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Esa zona es una pasada, más que pateármela, la he pedaleado mucho con la bici jejeje
El robledal de la zona del Cardoso / la Hiruela es espectacular en otoño. Si lo juntas con el clima y altitud de la zona realmente hace honor a lo de cuento de hadas, sin tener que pasarte por el siempre visitado hayedo de Montejo.
Si te pegas una ruta muy larga puedes ir hasta el collado del Mosquito y de allí hasta el Pico tres Provincias con unas vistas espectaculares de toda la llanura Castellana
Un abrazo!
Qué bien suena Rubén… sí, decidido, espero volver en otoño!! Volveré a tu comentario para anotarme estas rutas. Gracias y otro abrazo! :)
Me ha encantado este post, muy en la línea de las rutas de fotosenderismo que hago y publico en Fotohiking. Lástima que me pilla lejos, pero me apunto tu propuesta si me acerco por allí con tiempo.
Por cierto que «trekking» se asocia con senderismo pero realmente no lo es. Trekking es travesía o montañismo, rutas largas fuera de senderos que a menudo implican hacer noche en refugios o en tienda. En cambio el senderismo (o «hiking») es recorrer senderos señalizados sin pasarse nunca de un día.
Muchas gracias Santi, por el comentario y la puntualización!! O sea, que los «temores» de algunos no van desencaminados, je, je, pero es cierto que se usa Trekking para todo, incluso en agencias de turismo, o eso he visto por ahí…
Un abrazo!
Con esta manía que tienen los de marketing por usar palabras en inglés, supongo que «trekking» en el mercado español vende más que «hiking», que no se pronuncia tal como se escribe, y en cualquier caso hacer trekking mola más que el vulgar senderismo. ;)
Un abrazo!
ja, ja, muy cierto! :D