
Actualizado el 18 febrero, 2023
Aranjuez es como un joyero clásico. No parece encajar mucho en el entorno rural que la rodea, y sin embargo ahí está, acumulando unos cuantos siglos de arquitectura real. Palacios y jardines se suceden ante la mirada atónita de los miles de visitantes que cada fin de semana, al menos los de buen tiempo, se acercan desde la populosa Madrid. Una especie de Versalles español que en otoño se pone sus mejores galas, y por fin he encontrado el momento de verlo en dicha época. ¿Te vienes? 😊
El Real Sitio de Aranjuez
Empecemos con un poco de historia que nos ayudará a entender qué demonios hacen aquí estos edificios y jardines.
Fue la reina Isabel I la primera que quiso instalar sus posaderas en Aranjuez. Logró que se reformara la Casa Palacio y el Jardín de la Isla, anexo a dicho palacio, y allí le gustaba ir a pasear. No me extraña.

Los sucesivos reyes fueron haciéndose con las tierras y pueblos de la comarca. Querían tener un sitio de caza y recreo para ellos solos, así que con el correr de los años levantaron y acotaron jardines, huertas y acequias, el embarcadero de donde salían las barcas por el río Tajo… y se llegó a prohibir el asentamiento de poblaciones. Una gran finca para ellos solos ¿lo he dicho ya? sí.
Felipe V fue el primero que se asentó allí de manera más decidida. Con su educación francesa por bandera, se empezaron las ampliaciones del Palacio Real, derribando el anterior. Estamos ya en el siglo XVIII y esta es la época clave del aspecto que hoy tiene Aranjuez.
No obstante, fue el siguiente rey, Fernando VI, el que decidió no sólo refinar el real sitio, sino hacer una ciudad. Eso sí, con los mismos parámetros versallescos ya iniciados por su antecesor. Calles anchas, rectas, con monumentos y fuentes, jardines de cuidados parterres y simetrías buscadas.

Cuando llegó Carlos III la magna obra siguió adelante añadiendo hospicios, conventos y cuarteles, y con Carlos IV se terminó. Fue entonces cuando se erigieron las últimas fuentes, el Palacio de los Duques de Medinaceli, el de Godoy, la Casa del Labrador y tantas otras construcciones. ¡Hay mucha tela que cortar en Aranjuez!
A Carlos IV le gustaban las fiestas, e incluso fue aquí donde se celebró el primer vuelo en globo. Al mismo tiempo, las arcas reales estaban temblando.
Mala administración, demasiados «caprichos», baja rentabilidad de las propiedades reales. No tenían “cash”. Y este rey, aconsejado por su ministro Godoy, vendió España a los franceses en forma de alianza naval con Napoléon para apoyar la guerra con los británicos. ¿Resultado? Los franceses invadieron el país y aquí se quedaron durante tres años, suficientes para que estallara el Motín de Aranjuez en 1808, dando el pistoletazo de salida a la Guerra de la Independencia. Un motín detrás del cual estaba el mismísimo Fernando VII.
Perdona por la chapa de nombres, fechas y datos. Quería contextualizar el lugar que voy a enseñar con mis fotos y sensaciones. Responder(me) a las preguntas básicas de ¿qué hace este palacio en medio del campo? ¿por qué estos jardines tan cuidados, tan románticos?
Pero confieso que esta parte de la Historia siempre se me ha hecho muy árida. A lo mejor es que no me la han enseñado bien, con algo más que una sucesión de hechos. Todos esos nombres de reyes seguidos de un número, grandes apellidos con título nobiliario, las «intrigas palaciegas» (que dicho así suena interesante pero uf), las idas y venidas de normas y leyes que en esa época estaban en plena efervescencia…
Ahora sí, vamos a dar un paseo y a ver qué queda de aquél sitio de recreo de reyes, reinas y sus cortes…
Palacio Real de Aranjuez
La visita al Palacio Real de Aranjuez es bastante recomendable, aunque está prohibido hacer fotos en en las salas y gabinetes. Sólo puedes hacerlas en las escaleras que suben al segundo piso, donde hay una enorme lámpara de cristal que no será la única que veas.


Tras subir al segundo piso por las regias escaleras, empieza lo bueno. Lo que está vedado a las cámaras. Una sucesión de salones y habitaciones que te sorprenden. Algunos horteras y excesivos, otros románticos y otros más elegantes siempre desde los parámetros reales.
El Gabinete de Porcelana, revestido de abajo arriba de porcelanas con árboles, monos, hojas y frutas pintados de vivos colores es un buen ejemplo de los excesos y el punto hortera.
El salón de fumar o Gabinete Árabe te hará abrir la boca, porque es una imitación de la arquitectura de la Alhambra.
El Salón de Baile, el Comedor de Gala, la Sala de los Espejos, son ejemplos de elegancia con muchas telas, mármoles, oro y espejos.

En cuanto al exterior, te diría que vayas justo al atardecer a la fachada principal del Palacio Real (en el lado opuesto a la carretera), y que reserves tiempo para los jardines. Hay al menos tres que recorrer y tienen horario de apertura y cierre. Para mí es lo mejor de Aranjuez.
Jardín del Parterre
Aunque la carretera de acceso a Aranjuez pasa por delante de este pequeño jardín y da la falsa impresión de que es la fachada principal del Palacio Real, no es así.
El Jardín del Parterre me pareció más bien una plaza porque la mayor parte del suelo está pavimentado. Tiene un par de fuentes monumentales y está a continuación de un lateral del palacio.
Lo recorrerás en poco tiempo, pero tiene varias cosas interesantes: un mirador al río Tajo, que viene trazando una amplia curva, el acceso al Jardín de la Isla, y las citadas fuentes.

Las fuentes se accionan a varias horas del día que puedes consultar en la web de Aranjuez. Seguro que verlas en acción es un espectáculo muy bonito, pero yo no coincidí con las horas exactas, y tampoco tengo claro que hubieran funcionado ese día. Al menos la más grande y monumental estaba completamente seca. No te hagas muchas expectativas pero intenta coincidir con esas horas, no vaya a ser 🤗

Jardín de la Isla
El Jardín de la Isla fue el favorito de Isabel I, como te dije al principio. Confieso que no me dio tiempo a recorrerlo como se merece. No llegué a ver, por ejemplo, sus fuentes del extremo norte. Se echaba la tarde encima, quedaba muy poca luz y estábamos cansadas, así que sólo entramos a verlo un poco por encima en la zona más cercana al Palacio Real.

Estatuas recordando mitos griegos entre los árboles teñidos de otoño, pequeños laberintos de parterres, un paseo junto al río… Promete, así que este es uno de los objetivos para la siguiente visita, porque la habrá.
Un apunte: creo que la mañana puede ser el mejor momento del día para visitarlo.


Jardín del Príncipe
El Jardín del Príncipe es el más grande de Aranjuez, y de hecho es uno de los más grandes de España. Es al que más tiempo dedicamos y desde mi punto de vista, el más bonito.
Lo digo por sus magníficos árboles, paseos y un montón de rincones encantadores. Puede recordar a El Retiro. Ojalá lo tuviera más cerca de casa.

Los árboles, en concreto, nos dejaron con la boca abierta. Son enormes, tremendamente grandes, altísimos, con 20 o 30 metros de altura si no más.
Hay abetos, hayas, acantos, cipreses, castaños de indias, madroños, abedules, cedros del Himalaya, avellanos, acacias, incluso secuoyas con troncos y raíces inabarcables. Sólo cito algunos.
Un mundo de gigantes que se ve realzado por los colores del otoño como en ninguna otra época del año. Amarillos, ocres, naranjas, algún destello de rojo.


En otoño las hojas van cayendo suavemente a nada que sopla la brisa, y el sol se filtra creando atmósferas cálidas o misteriosas, según la cantidad de sombras que haya. No fue una sino varias veces las que sentimos que estábamos en un cuadro de Turner.



Si estás atenta verás a las ardillas correteando, cuando no pasa por tu lado alguno de los pavos reales que lo habitan, con sus plumas azul eléctrico y verde brillante 💙

Aquí y allá te vas encontrando con fuentes con querubines, dioses clásicos y motivos vegetales que compiten con los naturales. No te pierdas la Fuente del Cisne, ni la Fuente de Apolo.




En este Jardín es donde están dos de los lugares imprescindibles de Aranjuez
Uno es el Museo de Falúas Reales, que suena al Antiguo Egipto pero es que así se llaman las embarcaciones reales.
Aquí se guarda toda una colección de ellas. Son barcas de calado bajo, muy ornamentadas, con las que los miembros de la familia real y supongo que invitados y aliados políticos, salían de paseo por el Tajo.
No está permitido hacer fotos en el interior, así que no te las puedo enseñar, pero te aseguro que hay varias sorprendentes. Casi todas tienen su punto de lujo, sillones tapizados con ricos brocados, pinturas doradas y toldos para protegerse del sol.

Por lo visto Fernando VI era aficionado a los paseos en falúa. Se hacía acompañar de Carlos Brochi Farinelli, uno de los cantantes más famosos del siglo XVIII. Era un cantante “castrato”, es decir, que fue castrado, dicen que por una intervención médica necesaria tras una caída del caballo. La castración era una práctica prohibida pero se hacía la vista gorda.
En este lado del Jardín, si te acercas a la orilla del Tajo, te encontrarás con el Embarcadero de Fernando VI. Desde aquí partían las falúas para dar esos paseos placenteros. Y probablemente te encuentres con un nutrido grupo de ocas o gansos, ruidosos y curiosos a partes iguales.




El otro «imprescindible» también está en el interior del Jardín del Príncipe. Es la Casa del Labrador, un palacete que mandó construir «el rey de las falúas».
El monarca, en su versión más derrochadora, decidió que quería construir una “casa de campo” para pasar allí las primaveras, así que encargó a Juan de Villanueva, el constructor del Museo del Prado, las reformas de una casa rústica que había allí por aquél entonces.
Nos la encontramos cerrada por la pandemia, snif, pero dicen que sus salones son alucinantes. Todo muy neoclásico, dorado y combinando distintos tipos de mármoles y piedras semipreciosas. También está prohibido hacer fotos, pero en la web de Patrimonio Nacional puedes ver algunas.


Otros rincones del Jardín del Príncipe que yo no me perdería son:
- El Estanque de los Chinescos con su pequeño templo neogriego y un pabellón “chinesco” que da nombre al lugar.
- Las islas Asiáticas y Américas, llamadas así por el tipo de vegetación que hay, incluyendo un bosquecillo de bambúes gigantes.

Consejos para organizar tu visita a Aranjuez
El primer consejo que te voy a dar es que madrugues para salir de Madrid, cosa que nosotras no hicimos, ejem.
No lo subestimes, se te va el día completo andando de un lado a otro y probablemente no te dé tiempo a verlo todo. Una buena idea es ir a dormir allí y aprovechar medio día más como mínimo porque ¡hay más sitios que los que yo te cuento aquí! Si no me crees, echa un vistazo a la web de Turismo en Aranjuez.
👉 Puedes reservar alojamiento en Aranjuez aquí.
👉 Puedes reservar visitas guiadas o incluso un paseo en globo en Aranjuez aquí. ¡Yo no lo descarto para la próxima vez que vaya!
Si quieres ir en otoño o invierno recuerda que los días son más cortos y que Aranjuez se llena bastante el fin de semana a partir de las 12 del mediodía. Nosotras entramos en el Palacio Real a esta hora y un ratito después había una cola importante ¡por los pelos no nos encontramos con todo ese mogollón!
Me pareció que el Palacio y el Jardín de la Isla son los lugares donde se concentra más la gente, y no tanto el Jardín del Príncipe.
Recuerda también que estos parques tienen una hora de apertura y otra de cierre. A partir de octubre precisamente empiezan a cerrar antes, entre las 18 y las 18.30 h.

Si vas a pasar el día nada más, te diría que te lleves la comida, en especial si hace buen tiempo. Pero si quieres comer en algún restaurante consulta las opiniones en internet y reserva con antelación.
Hay muchos sitios y no todos son buenos precisamente. Nosotras acabamos en un sitio bastante regulero del que ni recuerdo el nombre, pero fue el único en el que encontramos mesa. Y ojo, que los precios están subiditos. Una lástima.

Otoño y primavera son las mejores épocas para visitar Aranjuez y ver los jardines en todo su esplendor, como se suele decir 😏
💡 Y una opción a considerar es apuntarte a un freetour.
- El precio de la entrada de adultos al Palacio Real de Aranjuez es de 9€ (año 2023). Para ver las entradas reducidas y los detalles de horarios, días de apertura y cierre, consulta la página de información de Patrimonio Nacional. Ahí también puedes comprar las entradas online.
- Guarda bien la entrada porque con ella puedes visitar el Museo de las Falúas Reales.
- La entrada de la Casa del Labrador, si está abierta, es de 5 €.
- El acceso a todos los jardines es gratuito.

Cómo ir a Aranjuez desde Madrid en transporte público
Puedes ir a Aranjuez desde Madrid en autobús desde la Estación Sur de autobuses de Mendez Álvaro (50-55 minutos), o coger un tren de cercanías en Atocha (línea C3, 45 minutos).
Hay muchos horarios pero insisto: madruga, al menos si es fin de semana.
Cómo ir a Aranjuez en coche desde Madrid
La distancia entre Aranjuez y Madrid es de 49 kilómetros o algo menos, según desde dónde salgas. Se tarda unos 40-45 minutos. Puedes aparcar en las calles cercanas al Palacio Real, junto al edificio de los juzgados y el hotel NH Collection.
Desde Madrid tienes que ir por la A-4 en dirección a Córdoba hasta que veas el desvío a Aranjuez ¡Muy Fácil! 😊
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