Actualizado el 11 julio, 2022
Me acerqué a ella con mucha pereza. No porque no tuviera ganas, todo lo contrario pues estaba empezando un viaje, mis vacaciones, y no podía estar más contenta. Pero Lima, la capital, me daba pereza.
Lees un poco sobre su tamaño y distancias (100 km. de longitud) y piensas madre mía, es enorme, no sé cómo lo voy a hacer si sólo tengo un día (o dos).
Parece que el ánimo lo tienes que poner tú
Lima concentra casi el 30% de la población del país (8 millones de habitantes), y sufre un crecimiento indiscriminado en kilómetros y kilómetros sobre las faldas de las montañas que la rodean. Allí lo llaman «las invasiones», o sea, chabolismo.
Además, en lo que es nuestro verano, llegas y te encuentras con un cielo encapotado y gris-blanco que no tiene pinta de levantar en todo el día. La temperatura es fría a primera hora de la mañana.
Pero luego no llega la sangre al río, y está bastante bien empezar a conocer Perú y a los peruanos por Lima. Por el principio :)
Hablando de ríos. El nombre de Lima viene de Rímac. Es el río que discurre por estas tierras, y a su vez Rímac es una palabra quechua que significa «hablar».
Vamos a ver qué se puede hacer en un día en Lima
Alojarte en el seguro Barrio de Miraflores
El Barrio de Miraflores es la zona que muchos turistas escogen por ser más segura y tranquila que el centro histórico. También por tener un mayor número de servicios. Me refiero a la oferta hotelera, restaurantes, tiendas y vida nocturna.
👉 Te recomiendo que reserves con antelación tu alojamiento. Yo lo hago siempre en Booking. Desde aquí puedes acceder a la oferta de Lima.
Yo, no sé si por que había leído algún párrafo en la guía o por asociaciones que hice al nombre, me esperaba un barrio «bonito», con casitas o villas y jardines.
Y… debía de ser así hace años, cuando los que vivían aquí eran gente con dinero, con mucho dinero. Pero con el tiempo se ha convertido en un barrio de clase media y las casitas o pequeñas villas han ido desapareciendo. Ahora lo que abundan son edificios de oficinas y pisos, algunos de bastante altura, de arquitectura moderna. Los ricos se fueron a otro barrio (La Molina, nos dicen) en cuanto vieron que éste cambiaba. No vaya a ser que se contaminen 🙄
Miraflores se asoma al océano Pacífico y esta es una de las mejores actividades que se puede hacer allí. También está la compra de artesanías y recuerdos para la vuelta, porque hay unas cuantas tiendas enormes dedicadas a ello.
Paseamos al borde de los acantilados de arena, contemplando ése océano que yo veía por primera vez y que sin embargo casi no se dejaba ver. Cubierto por las nieblas que se generan gracias a la corriente de Humboldt (como en la Costa de los Esqueletos de Namibia).
Nos tomamos un rico café en el centro comercial que está allí mismo, encaramado en los extraños acantilados de arena. Y damos una vuelta por el Parque del Amor. El lugar para hacerse arrumacos o para «dejarse». Aderezado con bancos tapizados de poemas y citas.
Visita al centro histórico de Lima
Cómo llegar a Lima Cuadrada
Antes o después de explorar Miraflores, lo primero es ver cómo llegar al centro histórico (Lima Cuadrada) sin quedar atrapado en los famosos atascos de la capital, aunque son menores en fin de semana.
Enseguida averiguamos que se puede ir muy fácilmente en Metropolitano. Este es una especie de Metro pero en superficie. Circula por su propio carril en el centro de una autovía tipo M30 o M40, así como en las calles cuando se adentra en la ciudad.
👉 La línea que comunica Miraflores con las cercanías de la Plaza Mayor es la Línea C.
Hay que comprar una tarjeta para poder acceder a los «andenes«, que cuesta 4,5 soles (agosto 2014). A partir de ahí recargas el dinero que quieres o prevés gastar (2 soles por trayecto, unos 0,60 €). Lo bueno es que no son tarjetas nominales, así que con una sola puedes recargar varios billetes y entrar varias personas.
Eso sí, en las horas punta los «metros» van realmente llenos. Nada que no sepamos los que vivimos en ciudades grandes. De paso puedes entablar conversación con la gente que te rodea. Realmente me pareció muy cómodo y eficaz :)
Otras opciones son el taxi, a negociar antes de subir, y los autobuses que van por las mismas rutas que los coches, y que seguramente tarden más tiempo por los desvíos y paradas que van haciendo.
La Plaza Mayor de Lima
Llegamos al centro histórico, dirigiéndonos enseguida a la Plaza Mayor de Lima, antes Plaza de Armas. La primera de este viaje pues todas las ciudades de Perú tienen una «plaza de armas». aunque en algunas como la de la propia capital ya no se llaman así oficialmente.
Las dimensiones son bastante grandes, pero no tanto como para sorprenderte si pensamos en el tamaño de la ciudad. Es bonita, no digo que no, pero bajo el manto de los nubarrones se veía un pelín deslucida…
Encontré también que estaba muy muy tranquila. Yo me esperaba más bullicio. Más vidilla, más tipismo. Quizá por ser sábado y bien temprano estaba prácticamente vacía.
Lo que había era mucha policía. Algunos con escudos antidisturbios, cascos y demás «aperos», si bien en actitud relajada, apoyados en los muros de una de las esquinas de la plaza. Quizá estuviera prevista alguna manifestación porque en ese mes de agosto los médicos y profesionales de la Sanidad andaban protestando. Por recortes y cierres de hospitales… ¿te suena?
Dos de sus flancos están jalonados por arcadas que pueden dar cobijo de la lluvia o del sol. Sobre ellos, fachadas de color amarillo y grandes balcones coloniales de madera muy oscura y ricamente labrados.
Los otros dos lados de la plaza están ocupados por los principales edificios de la ciudad: la Catedral y el Palacio Presidencial o Casa de Pizarro. En este, a media mañana, se realiza un cambio de guardia con banda de música y todo.
Además el centro de la plaza está ocupado por un parquecillo con una gran fuente y algunos bancos en los que sentarse a ver «la vida» pasar. Cuentan que este es el lugar donde Pizarro clavó su espada en 1535 y puso la primera piedra de la que él llamó «Ciudad de los Reyes».
Pizarro escogió este lugar por razones obvias: la comunicación por mar facilitaría los viajes a España. Además este era un valle fértil en el que los Marangas habían establecido sus cultivos aprovechando los ríos que allí desembocan. Un oasis en la costa desértica del Perú. Lo que no sabía Pizarro es que el invierno es largo, y que los movimientos tectónicos son el pan de cada día.
Hablando de terremotos. Un «detalle» que me llamó la atención fue encontrar carteles con una S grande señalando los espacios seguros en caso de sismo. Al principio veía alguno que otro en las columnas de las iglesias, pero poco a poco me di cuenta de que estaban en muchísimos lugares. Prácticamente en todos ¡Tranquilizador!
La Catedral de Lima se quedó para otra ocasión
Nos acercamos a la primera atracción, la Catedral. Y nos enteramos que la entrada cuesta 10 soles + 30 soles el museo, además de tener que esperar a que abrieran las 10 de la mañana. Descartamos pagar casi 17 € a la institución de la Iglesia, que al fin y al cabo es la receptora.
Dentro de la Catedral están las tumbas de la familia Pizarro. Quizá en otra ocasión…
Saliendo por una bocacalle, la Casa de la Literatura Peruana nos señalaba el camino. Antes era la estación del ferrocarril. En ese momento también estaba cerrada ¿Quién dijo que madrugar ayuda?
Convento de San Francisco
Después de estudiar el mapa y las posibilidades del centro, decidimos encaminarnos hacia el Convento de San Francisco. Este convento alberga una gran colección de huesos de monjes en las catacumbas que funcionaron hasta el s. XIX.
Yo recordaba mi visita a las Catacumbas de los Capuccinos en Palermo, que fue alucinante, y tenía claro que esta sí era una visita que quería hacer.
👉 El Convento de San Francisco está a un par de cuadras de la plaza, girando a la derecha desde la Casa de la Literatura y andando por un par de calles peatonales.
Cuando llegamos nos encontramos con que la entrada a la iglesia es gratuita, pero no al convento y las catacumbas, que cuesta 7 Soles. Sin derecho a fotos.
Decidí claudicar y entrar. Una hora de visita nos llevó por las distintas estancias y los corredores alrededor del claustro principal.
👉 La visita se tiene que hacer guiada en alguno de los grupos que se van formando cada poco tiempo, alternándose en varios idiomas. Nos tocó escuchar las explicaciones en inglés. No deja de ser irónico cuando estás en un país con tu misma lengua, je, je, pero por no esperar y de paso practicar el English… 😜
Hacia el final de la misma nos bajaron a las catacumbas donde hay un montón de «depósitos» de huesos, ordenados por tipo. No es lo que me esperaba, pero la visita global es muy interesante, destacando la antigua Biblioteca.
Convento de Santo Domingo
Cambiamos de dirección y tras volver a pasar frente a la Casa de Pizarro, enseguida nos encontramos con el Convento de Santo Domingo de Lima.
De nuevo había que pagar entrada excepto para visitar la iglesia, que es lo que hicimos.
El confesor de Pizarro -tendría mucho trabajo con este cliente- era de la Orden de los Dominicos.
Entre otros datos curiosos, en el convento está enterrada Santa Rosa de Lima, la patrona de América ni más ni menos. Junto a su cráneo, exhibido en la misma Iglesia, está el de San Martin de Porres, que nació en Lima y era un mulato patrón de los barberos y de los bomberos.
Mercado central de Lima
Más tarde decidimos ir al Mercado Central, a unos diez o quince minutos andando desde la Plaza Mayor. Allí sí había gente, bullicio y vida en la calle!!
Un tipo nos dijo «no sigan más allá» al cruzarse con nosotros. No sé si era una advertencia por el potencial peligro de carteristas. Yo llevaba la cámara réflex colgada del cuello pero bien agarrada y decidí guardarla en su funda por un rato.
La verdad es que en ningún momento vimos ningún movimiento sospechoso pero no era la primera vez que un limeño nos advertía de ello. Mejor no bajar mucho la guardia.
Uno de los datos que más me han sorprendido es que en el centro de Lima hay más de un millón y medio de vendedores. Se dice pronto. Agrupados en el Fedeval, un sindicato que defiende sus intereses contra la municipalidad, han evitado hasta ahora la prohibición de venta ambulante. Esta actividad es el medio de subsistencia de mucha gente.
El Mercado Central es una zona que abarca varias cuadras organizadas por tipos de comercio. Por ejemplo estuvimos andando por la zona de tiendas de productos para fiestas (cumpleaños, la fiesta de los 15 años, etc., etc.) que abarcan desde los típicos globos y espumillones de brillantes colores, hasta trajes imposibles.
Barrio Chino de Lima
Las mismas calles desembocan en el Barrio Chino, que también andamos un poco y como todos los barrios chinos tiene su puerta tipo pagoda.
No hay que olvidar que la colonia china del Perú se remonta a mediados del siglo XIX. En aquellos tiempos los hacendados de la costa decidieron «importar» una mano de obra barata. Más dócil que los andinos para las plantaciones de azúcar y la explotación del guano (excrementos de aves). Traídos como esclavos, entrando en el siglo XX pasaron a ser ciudadanos libres.
Una gran pecualiaridad de esta población es su adaptación e integración en la cultura peruana. De hecho, muchos hablan quechua además de español y sus propios dialectos (la mayoría cantonés).
En toda la zona hay un montón de restaurantes chinos que allí llaman chifas en los que comer auténticas sopas de fideos y platos de tallarines, además de platos que fusionan la tradición de ambas orillas del Pacífico.
Esta fue nuestra elección para comer ese día, así que por 12 soles incluyendo bebida (menos de 4€) nos apretamos un menú completo y de raciones enormes. Fue nuestra primera aproximación a los gustos del país en cuanto a cantidades!! :)
De postre, qué mejor que fijarse en lo que venden en el mercado y probar frutas completamente nuevas para mí como el pacai.
No te olvides de lo imprescindible: pasear por el centro de Lima
Continuamos nuestro paseo por el centro. Esta vez ya deambulando sin rumbo fijo. Esto era en realidad lo que más me apetecía hacer. Es lo que el cuerpo pide el primer día en una gran ciudad y en un gran país como es Perú.
Cenar en Miraflores
Finalmente, decidimos volver a Miraflores porque el cansancio ya hacía acto de presencia. Tras el paseo ya citado por el Parque del Amor y alrededores, acabamos cenando en uno de esos lugares que te alegras de haber descubierto (volvimos sin dudarlo en la siguiente ocasión): La Lucha.
Es una «sanguichería» y sí, lo que venden son bocatas. Deliciosos bocatas peruanos en un ambiente moderno, ecléctico, joven y agradable. A unos precios bastante asequibles.
Además en las pizarras que decoran el lugar anuncian que la carne y papas que utilizan proceden de lugares cercanos.
El local está lleno de mensajes que hablan de valores o cantan las alabanzas de la papa, del Perú… junto con fotografías antiguas.
Entre 4 y 5 € puedes comer un bocata, patatas con salsas y cerveza (tercio).
Aún recuerdo su especialidad «La Lucha», un bocadillo de lomo y queso peruano muy rico, y «El Preferido» que me gustó más aún, hecho con ternera guisada (con su salsa y todo), queso y palta (ahuacate). Aunque si tienes mucha hambre no dudes en pedir el Sandwich Club! Por cierto, la atención y servicio impecables. De verdad, lo recomiendo al 100% si te apetece comer en este plan :)
Si quieres ir «a tiro hecho» lo mejor es hacer un tour guiado que puedes reservar online con antelación. Aquí puedes hacerlo.
Y este fue el día que pasé en Lima. El día siguiente comenzaba muy temprano para viajar a la región de Huaraz, de la que tenía muy pocas referencias y sólo por eso muchas ganas de conocer ;)
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Hola Ali,
Tu relato nos trae muchos recuerdos de nuestro viaje a Perú. Incluso varias coincidencias! Cuando fuimos nosotros (en junio del año pasado) la plaza de Armas también estaba rodeada por los antidisturbios; después vimos una manifestación, pero no supimos de que era. Y uno de los dias comimos en una sucursal de la sanguicheria La Lucha que estaba en el centro comercial Larcomar, en Miraflores. Que bocadillos mas buenos!
Saludos
Hola chicos! qué bueno, Perú me ha encantado!! La Lucha que yo conocí no estaba en el centro comercial, sino en la calle principal que sube hacia la zona de mercados de artesanía, frente a un parque… quizá hayan cambiado de local, o tienen varios, pero sí, los bocatas están buenísimos!
Un abrazo,
Alicia
Muchos recuerdos de nuestro viaje a Perú recien en el pasado diciembre. Leerte me vuelve a hacer presente en esos lugares maravillosos!!
Me alegro!! 🙂🙂
Lima es la capital del Perú, la única capital de un pais que está a las Orillas del oceáno Pacífico, un lugar que fue una de las principales capaitales de la Colonia española, donde se dejaron muchos vestigios arqueitectónicos digos de conocerlos.
Así es, gracias por tu comentario :)