Saliendo del Lago Titicaca en dirección a la mítica Cuzco y el Valle Sagrado de los Incas, visitamos varios lugares increíbles. Me refiero a Sillustani y Raqchi, antiguos yacimientos llenos de misterio e historia.
Sillustani y Raqchi son dos espectaculares yacimientos del Perú que no dejan indiferente
Sillustani significa algo que resbala, y se alza sobre el lago Umayo.
La ruinas de Sillustani son escasas pero impresionantes. A ello vamos a sumar la ubicación, porque el lago Umayo en sí mismo es precioso. Un marco incomparable en el que perderse un par de horas sí o sí.

Sillustani fue un centro religioso-militar, lleno de enterramientos en forma de embudo muy curiosos, llamados chullpas.

Son como pequeñas pirámides de piedra perfectamente labrada y encajada que se recortan en el horizonte según te vas acercando.
En ellas se colocaban los cadáveres cubiertos por un paño que se cambiaba cada año. El momento elegido era cuando el sol pasa por el cénit y la cornisa protege con su sombra todo el contorno de la chullpa. Para saber qué momento era el propicio, hay también un «observatorio solar» donde había una Intihuatana. Una piedra para amarrar el sol en el solsticio de invierno impidiendo que no abandonara a los seres humanos.



Todo esto fue erigido por los collas («habitantes del altiplano»). Otro pueblo conquistado por los incas. Estos siguieron utilizando esta gran necrópolis, así que se han encontrado restos mezclados de ambos pueblos.

Cuando alcanzas la parte superior del yacimiento te das de bruces con una magnífica panorámica de la laguna Umayo, que significa «agua salada» en aymara.
Dice la leyenda que las lágrimas de una princesa que lloraba por su amado dieron origen a la laguna.

Como fuimos a primera hora, tuvimos el yacimiento para nosotros solos. Todo un lujazo porque cuando nos íbamos ya llegaban los primeros autobuses, así que ya sabéis lo que hay hacer.
Después paramos unos minutos en la casa de una familia de Atuncolla, el pueblo más importante de la zona. Las casas aún conservan en muchos casos los tejados de totora (juncos) y son de piedra y adobe. Además todas tienen unos toros de barro cocido o cerámica vidriada muy ornamentados. Por lo visto significan protección y prosperidad. Los veríamos más de cerca en Chinchero.



Juliaca, la capital del pirateo
Entre Sillustani y Raqchi hay que pasar por Juliaca, la capital del pirateo de Perú. Desde la ventanilla pude observar cómo las calles bullían de actividad. Se organizan como antes, por tipos de comercio o mercancías, aunque ahora no se trate de herreros y tejedores sino de cosas más modernas.


La proximidad con la frontera boliviana ha hecho de ésta una ciudad llena de mafiosos y especuladores. La única ciudad donde el Banco Santander tiene sede en el país.
La Raya, donde se unen las cordilleras de los Andes
Continuamos camino subiendo de nuevo en altitud, hasta el Nudo de Vilcanota, también llamado La Raya. Estamos a más de 4.300 m. de altura.
Aquí se unen la cordillera Oriental y Occidental. Los picos de Santa Teresa, Vilcanota (en el centro) y Santa Bárbara, con algo de nieve pero ya no tanta como en la Valle Sagrado de los Incas, se adueñan del paisaje.
Me sorprendí a mí misma echando de menos a los paisajes de esta última, pero la Sierra de Perú, llamada Todos los Andes, es un paisaje precioso.


Justo por aquí pasa el mítico Valle Sagrado de los Incas, cruzando todo el Valle Sagrado de los Incas.


Puedes reservar un tour como este en GetYourGuide, te dejo el enlace aquí.
Y por fin Raqchi, la segunda maravilla de esta ruta
Y llegamos a comer a Raqchi, la segunda gran sorpresa del día que me hizo olvidar mi nostalgia por la Cordillera Blanca, je, je.

Nos recibieron las mujeres al cargo de la oferta de «turismo vivencial» del pueblo, porque íbamos a comer en una de sus casas.
Esta cooperativa o asociación de mujeres de Raqchi ofrece alojamiento, comidas e incluso clases de cerámica, la artesanía por la que son más conocidas. Buscan así mostrar su cultura, transmitir sus conocimientos y ganar algún dinero.

Vestidas con sus trajes típicos, llevan dos tipos de sombreros: negros con bordados muy curiosos, tipo chapela. Y otro sombrero de cuero y fieltro como el que tenéis aquí arriba, quizá más masculino.


Cuando os hablaba de Huaraz y del Callejón de Huaylas, os conté que por culpa de las catástrofes naturales los pueblos tradicionales se han sustituido por una arquitectura moderna y anodina. Aquí, en cambio, me fijé en que la arquitectura tradicional se veía bastante respetada. Esto ya es una constante en el Valle Sagrado. No es que no hayan sufrido catástrofes naturales de consideración, es que se han reconstruido con más acierto.

Así, la plaza de Raqchi es muy agradable, con una iglesia preciosa hecha con lava volcánica y pintada de blanco.

Además de la amable compañía de las mujeres, y su rica comida, a base de varios tipos de papas y boniatos asados, sopa de quinoa y carne de alpaca, resulta que en este pueblo hay una ruinas totalmente inesperadas e impresionantes.
Esta fue la primera vez que vi, por fin, sillares incas.


Grandes bloques de piedra granítica perfectamente tallados. Unidos entre sí por un sistema tipo «puzzle» que no necesita ningún tipo de material para unirlas. Increíble…
Lo que me dejó de piedra, sin embargo, fueron los restos del templo de Wiracocha. Un gran muro cuya base de piedra aún soporta los 15 metros de pared de adobe reforzado con pelo de llama.

Me dejó sin habla el pensar que ese muro de adobe lleva ahí desde el siglo XIV o XV. Sólo hasta hace unos 10 años se le ha hecho caso y puesto un poco de protección.
El adobe es más resistente de lo que pensamos, sí, pero ¿varios siglos bajo las inclemencias del tiempo y los volcanes que lo rodean? Uf!
En realidad esta es la pared central que soportaba el vértice del tejado de paja. Había otras dos paredes de menor altura a cada lado que se han derrumbado con el paso de los siglos.

Se le llama «el Partenón de los incas», así que… no exagero ;)
¿Quién era Wiracocha? (no confundir con el dios Huiracocha)
Fue el primer inca con espíritu imperialista que reinó hacia 1410.
En este templo se encontró una estatua suya a tamaño natural que los españoles trasladaron a Cusco para colocarlo bajo los cimientos de la catedral. Qué mala leche tenían los españolitos de entonces…
Sin embargo, como dicha catedral tardó en construirse, la cabeza de la estatua está en un museo de Lima. Y el cuerpo en el patio del ayuntamiento de Cusco. No sé por qué la división de la estatua, sinceramente.

A su lado hay una zona de viviendas y otra de graneros donde se guardaba la comida para los meses y años de sequía. Y un poco más allá, una laguna artificial que aún existe y es utilizada por los habitantes de Raqchi.

Tiene forma de media luna y dicen que aquí se adoraba a la luna, a la par que se utilizaba para lavar lana y regar los cultivos de maíz de las terrazas cercanas.

No me imagino una mejor entrada en el Valle Sagrado de los Incas ¿y vosotros?


¿Quieres seguir leyendo sobre Perú? No te pierdas el resto de artículos del blog!!
- 3 semanas en Perú.
- Lima: dos días en la capital de Perú.
- La Cordillera Blanca:
- La costa más popular y el desierto peruanos:
- Un día en Arequipa, la ciudad blanca.
- Valle del Colca:
- Lago Titicaca:
- Rumbo al Valle Sagrado de los Incas:
➡️ Este post contiene enlaces a sitios afiliados. Esto significa que si haces una reserva desde dichos enlaces, yo ganaré una pequeña comisión. En ningún caso tú pagarás más y en alguno conseguirás un descuento, como en IATI Seguros. Puedes leer más en este artículo.
Raqchi, un antiguo templo inca, simplente es muy fascinante que los incas dejaron en estas tierras, gracias por el artículo.
¡Gracias!