Ruta entre Muscat y la Reserva de Tortugas Ras al-Hadd, con visita a Sur, la ciudad de Simbad el Marino (Omán)

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Por Alicia Ortego

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Sur está en el extremo este de Omán y es conocida por su asociación con la leyenda de Simbad el Marino. Poco hace falta para soñar si uno oye este nombre ¿no? Pero antes de llegar desde la capital, hay unos cuantos sitios espectaculares donde parar. Aquí tienes todos los detalles 😊

Cómo llegar a Sur desde Mascate

Un nuevo día empieza en Omán y nos levantamos con la ilusión de empezar a recorrer durante varios días los paisajes soñados. Salimos de la capital a las 8 de la mañana y ponemos rumbo a Sur, la ciudad de Simbad el Marino. Pero la ruta de este día no se queda ahí, así que lo voy a contar en orden cronológico.

Antes, te cuento que la ruta hacia Sur desde Muscat va por una moderna autopista, lo que hace que sea un camino muy cómodo.

Si viajas por tu cuenta te recomiendo que alquiles un coche para poder hacer las paradas que te voy a señalar. Si viajas en transporte público, hay una línea que comunica Muscat con Sur, pero va por el interior y hace muchas paradas. Puedes echar un vistazo en la web de Mwasalat, la principal empresa de autobuses de Omán.

Bimma Sinkhole o Hawiyat Najm

Este lugar es tan increíble como su nombre impronunciable: Hawiyat Najm, más conocido como Bimma Sinkhole. Está junto a la magnífica costa de la que yo ya estaba enamorada y allí hay una especie de parque.

No se advierte nada hasta que llegas allí, aparte de este parque, hasta que la tierra se abre en una especie de cráter semicircular de 40 m de longitud y 20 metros de profundidad.

Al fondo, aguas cristalinas de rabiosos tonos turquesas y verdes. Está permitido el baño y en el agua hay pececillos pequeños.

la ciudad de simbad el marino
Bimma Sinkhole en la ruta a Sur

Wadi Shab

Otra «parada obligada» de los tours de camino a Sur y que está a continuación del anterior, es el Wadi Shab.

Este Wadi es un valle o cañón encajonado entre las montañas, y se puede hacer un trekking de dos o más horas caminando entre las rocas y el río. Si quieres ver los detalles, no te pierdas mi artículo sobre el trekking del Wadi Shab que hice en mi segundo viaje a Omán.

garza real en el agua
Garza en las aguas del río del Wadi Shab en la ruta a Sur
río y palmeras entre alta paredes de roca en wadi shab de omán
Comienzo del Wadi Shab – Ruta hacia Sur

Qalhat

A continuación pasamos cerca de Qalhat, y aunque no llegamos a parar, no quiero dejar pasar la ocasión de contarte algo de este lugar de gran importancia histórica, porque los grandes viajeros de hace unos siglos la citan en sus crónicas.

De esta ciudad Marco Polo escribió lo siguiente:

Esta ciudad tiene un buen puerto, frecuentado por barcos mercantes procedentes de la India. Desde su mercado las especias y otros productos se distribuyen a las ciudades del interior. Los caballos de pura raza son exportados a India, para gran ganancia de los mercaderes. 

Ibn Battuta también escribió, al visitar Qalhat en 1330, que:

La ciudad de Qalhat está en la costa. Tiene buenos mercados, y una de las mezquitas más bonitas del mundo. Los muros de la mezquita están cubiertos de azulejos azules, y está ubicada en una colina sobre el puerto. Esta mezquita fue construida por una importante mujer llamada Bibi Maryam. La gente de aquí son mercaderes, y traen muchos bienes de la India. Cuando llega un barco al puerto, la gente se alegra mucho. 

Qalhat sufrió un gran terremoto a finales del s. XIV, así que queda poco de lo que Ibn Battuta describe. Después, a principios del s. XVI, fue arrasada por los portugueses. Mataron a casi toda su población.

Más allá de estas paradas, el paisaje que se ve desde la autopista es magnífico. Una sucesión casi ininterrumpida de playas salvajes donde los camellos y los burritos están comiendo entre los matorrales.

Poco antes de llegar a Sur verás una enorme planta de gas, que junto con el petróleo es una de las modernas fuentes de riqueza de Oman.

Sur está en el extremo este de Omán y es conocida por su asociación con la leyenda de Simbad el Marino. Poco hace falta para soñar si uno oye este nombre ¿no? Pero antes de llegar desde la capital, hay unos cuantos sitios espectaculares donde parar. Aquí tienes todos los detalles 😊 sur

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Sur, la ciudad de Simbad el Marino

Después se llega a Sur, una ciudad pintada de blanco que comparte nombre con otra ciudad situada en el Líbano, y el mismísimo Herodoto teorizó acerca de esto.

El «padre de la Historia» planteó que los Fenicios tenían su origen aquí y que al expandirse hacia el norte, llegando al Mediterráneo, dieron este mismo nombre a aquel asentamiento.

Hoy en día el origen de los fenicios sigue siendo motivo de disputa entre los científicos.

Sur tuvo su momento en la historia durante los siglos en que el sultanato de Omán se extendía hasta Zanzíbar. Llegó a contar con una flota de 100 dhows dedicados al comercio al que se referían Marco Polo e Ibn Battuta.
En 1861 ambos territorios se separaron, y el comercio transportado por los famosos dhows fue languideciendo.

Hoy en día Sur, con 7000 habitantes, sigue siendo un puerto comercial al que llegan maderas procedentes de India. También es conocida por sus caballos de pura raza árabe.

barco dhow en ensenada de arena y detrás la ciudad de simbad el marino llamada sur
Un dhow varada en la playa de Sur

En busca de los dhowslos barcos de los árabes del mar

En la ciudad de Sur se continúa con la fabricación de dhows. Hoy se utilizan para barcos de recreo de los omaníes más adinerados. O para las empresas turísticas que los alquilan a los visitantes de los cercanos emiratos.

Nada más llegar fuimos a ver el restaurado dhow Fatah al Khair, uno de los últimos veleros construidos en Sur que surcaron el océano. Con 75 años de edad, aparece completamente nuevo y resulta difícil creer su historia, pero es así.

Fue encontrado en Yemen, y los habitantes de Sur enviaron a un capitán retirado a comprarlo para conservar el que ya es su símbolo.

barco dhow antiguo expuesto junto al mar en la ciudad de simbad el marino
Dhow Fatah al Khair expuesto junto a la ciudad de Sur

Muy cerca está la fábrica de dhows, tras una larga tapia blanca. Cuando yo fui era la hora de descanso y los trabajadores, indios o bangladeshíes, acababan de dejar sus tareas y se disponían a comer.

Dimos una vuelta por allí, con el silencio como acompañante, y observamos a placer el dhow que en ese momento estaba en construcción.

Los dhows son barcos que se siguen construyendo a ojo, sin planos, como siempre.

la ciudad de simbad el marino
Un dhow de Sur en construcción
itinerarios para viajar en Omán dhow en Sur
Dhow junto al mar en Sur
parte inferior de la quilla de un dhow en construcción sin clavos de metal
Dhow en construcción. No se emplean clavos de hierro, sólo de madera – Sur

Al Ayjah

Justo al lado de la fábrica hay un moderno puente que da paso a la antigua Al Ayjah, la parte más bonita de Sur y desde luego el imprescindible a visitar.

puente que cruza a la ciudad de simbad el marino desde sur
Puente y Al Ayjah al fondo

Al Ayjah es una población anexa a Sur, y durante muchos años ha mantenido sus ínfulas de independencia con respecto a la famosa ciudad de Simbad el Marino.

Quizá por eso es la que conserva las antiguas casas que ya no quedan en Sur. Blanquísimas, se recortan sobre los azules del cielo y el mar en lo que parece un lugar especialmente creado para soñar.

gran cartel del sultán qaboos en la fachada de una casa blanca
Casas de Al Ayjah, la vecina de Sur, con un cartel del sultán Qaboos
faro de la ciudad de sur

En Al Ayjah no te puedes perder el faro que está en el extremo de la playita llena de barcas de pesca.
Desde allí tienes una buena vista de las casas de Al Ayjah, la playita, y la vecina Sur con su puerto.

Si puedes ir al atardecer, hazlo así, porque es un sitio para enamorarse.

almenas en forma de arco con el mar de color turquesa detrás
Vistas desde las almenas del faro de Al Ayjah – Sur
vista de una mezquita delante del mar a través de un arco de adobe
Vista desde el Faro de Al Ayjah – Sur
casas árabes mirando al mar en la ciudad de simbad el marino
Al Ayjah – Sur
la ciudad de simbad el marino
Al Ayjah – Sur
la ciudad de simbad el marino
Faro de Al Ayjah – Sur

Comiendo en el puerto de Al Ayjah

Nuestro guía nos llevó a comer a un sitio local, en el puerto de Al Ayjah. Por el camino vimos cómo los niños y niñas salían de la escuela. Ellos, vestidos exactamente igual que los adultos. Ellas, con el uniforme escolar.

niño omaní con su traje tradicional y mochila volviendo del colegio y dos cabras cruzando la carretera
Calles de Al Ayjah – Sur

Un rico pescado a la brasa, arroces con frutos secos, azafrán, canela y pasas. Un juego de salsas de la gastronomía india que son resultado del intercambio comercial y cultural de la Edad Media.

En Omán se come con las manos. Sólo en algunos establecimiento tienen cubiertos. Como en cada comida, me concentré para coger los alimentos con la derecha puesto que soy zurda y allí es una gran falta de educación comer con la izquierda.

plato de arroz basmati con frutos secos y azafrán
Plato de arroz basmati con frutos secos y azafrán – Sur

La reserva de tortugas Ras al Hadd

Y continuamos viaje. Nuestro objetivo final era hacer la visita nocturna a la Reserva Natural de Ras al Hadd, donde las tortugas verdes desovan durante la noche.

Nos dirigimos pues al Turtle Beach Resort, un alojamiento de tipo medio que está realmente bien. A base de bungalows espaciosos, cuenta con una playa privada donde bañarse (incluso en bikini, chicas). Un buen restaurante, y la posibilidad de ir a hacer la visita de las tortugas -la reserva está a unos kilómetros-.

También fue el único sitio donde nos bebimos una cerveza, ya que el alcohol no suele estar disponible ni visible en Omán.

orilla del mar con agua de varios tonos de azul y un poco de espumita al llegar a la orilla
Playa del Turtle Beach Resort de Ras al Hadd – Sur

¿Cuál es el problema de este lugar? Pues que es eso, y ya está

No hay posibilidad de salir a dar un paseo. Está todo vallado, y sin coche es como una trampa, o una burbuja. Si hubiéramos llegado más tarde, me hubiera dado igual. Pero es que nos plantamos allí ¡¡A las cuatro de la tarde!!

No quedaba otra que echarse una siesta, leer frente al trocito de mar turquesa y pensar en la aventura que nos esperaba esa noche.

Anotación o consejo: si te apetece toda una tarde de relax playero, ok. Si no, y vas a hacer un viaje similar con una agencia local, asegúrate de que no hagan el plan así, y aprovecha para visitar más sitios o estar más tiempo en Sur.

Creo que ellos piensan que queremos este tipo de relax, pero cuando viajas a un sitio tan lejano y tienes interés por conocer su cultura, para mí no es buena opción.

dhow de madera anclado en el agua cerca de la playa
Dhow frente a la playa del Turtle Beach Resort de Ras al Hadd – Sur

Viendo desovar a las tortugas en Ras al Hadd

Llegamos al Centro de Interpretación de la Reserva de Ras al Hadd tras conducir por una serie de pistas en la negra noche. Una vez allí, hay que pagar una entrada.

Este es uno de los sitios donde te encontrarás con muchos más turistas occidentales. Sobre todo, alemanes e italianos, además de algunos norteamericanos.

Para visitar la playa y ver las tortugas, te distribuyen en grupos que salen con media hora de diferencia. De esa forma no hay más de tres grupos en la playa a la vez. A todos se asigna un guía local.

Cuando salimos en nuestro turno, aluciné con el paisaje.

La luna llena iluminaba una costa maravillosa. La playa, de arena blanca, relucía entre los altos acantilados, oscuros y fantasmales, que la resguardan de las olas. El mar estaba un poquito picado, pero no mucho.

costa rocosa interrumpida por playas
Así es la costa que se extiende un poco más al sur de Ras al Hadd. Las playas donde desovan las tortugas están entre los acantilados

En esta actividad hay que seguir unas normas básicas. El sistema es el mismo que en las playas de Sri Lanka, donde también puedes ver tortugas desovando.

  • Hay que guardar silencio durante todo el tiempo que estés allí. Las tortugas se estresan al percibir que hay alguna amenaza y esto puede causar que se den la vuelta sin desovar, o lo dejen a medias. Esto es un desastre porque no todos los huevos llegan a buen puerto si los depredadores tienen suerte de encontrar un nido «real».
  • Ir con cuidado, mirando bien por dónde pisas.
  • Seguir siempre las indicaciones del guía.
  • No se permite hacer fotos con flash, y con la cámara o el móvil sólo cuando te lo permitan. Normalmente los guías iluminan un poco a las tortugas con sus linternas para poder hacer esas fotos, pero te aseguro que es difícil en la oscuridad.

Lo primero que hacen las tortugas al llegar a la playa es un nido falso, vacío. Después, unos metros más allá, hacen el verdadero. Aquél donde entierran diligentemente a sus huevos. La programación de la naturaleza nunca dejará de sorprenderme.

¡¡Y tuvimos muchísima suerte!! La temporada alta es entre Julio y Octubre, mientras que nosotras viajábamos en abril, pero los guías encontraron a una enorme tortuga que estaba en pleno proceso de enterramiento de sus huevos.

Impresionante oírla respirar trabajosamente, mientras daba paletadas de arena hacia atrás. Un proceso que suele llevar unas 2 horas en total. Impresionante ver un ojo que parece mirarte desde la era de los dinosaurios.

También encontraron un nido «verdadero» y en él 15 crías que ya habían salido del cascarón.

Entonces, los omaníes hicieron algo que me llamó mucho la atención: Las terminaron de desenterrar, iluminándolas con sus frontales para que pudiéramos verlas. Las cogieron con mucho cuidado. Se las repartieron y las soltaron en la orilla para que pudiéramos ver cómo se metían en el agua.

Espero que esté bien, que de esta forma más allá de mostrarlas a los turistas, ayuden a que los depredadores no se las coman.

La verdad es que fue muy emocionante. Las tortuguitas eran monísimas, preciosas. Perfectas miniaturas de sus enormes madres.

Hubo otro momento de agitación. Efectivamente en la orilla se distinguía un bulto negro que avanzaba con sorprendente rapidez a pesar de su gran tamaño. Era una tortuga recién llegada, presta a iniciar su desove.

Sin embargo, el grupo de turistas más cercano estaba haciendo ruido y… terminó por darse la vuelta. Justo lo que nos habían advertido que podía pasar si hacíamos ruido. Justo lo que no contribuye a la conservación de esta especie única.

Nuestro guía nos dijo que seguramente iría a otra playa. Creo que nos intentaba tranquilizar. Yo me enfadé mucho y me dejó mal cuerpo, triste.

Para observar la naturaleza, y en especial la fauna salvaje, hay que estar en silencio y por supuesto cuidar de no ser muy invasivo en el entorno en el que estás.

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2 comentarios en «Ruta entre Muscat y la Reserva de Tortugas Ras al-Hadd, con visita a Sur, la ciudad de Simbad el Marino (Omán)»

  1. Acabo de llegar a tu pagina, que he encontrado gracias al blog de La Mochila de Mama. Solo queria decirte que me ha gustado mucho este post, sobretodo porque nos morimos de ganas de ir a Oman y, aunque ya haya mas gente que va, aun no es demasiada. El relato que haces es precioso y las fotografias te trasladan perfectamente a ese lugar. Te seguiremos sin duda :) (perdon por las tildes, teclado americano :( )

    Un abrazo!

    Responder
    • Hola Nuria! me alegro mucho de que os guste y os sirva para inspiraros… aún quedan capítulos por publicar de este precioso país, y sí, no hay mucho turismo, es genial :)
      Un abrazo y disculpa que haya tardado tanto en contestar, tenía problemas de conexión :S
      Alicia

      Responder

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