Cuando supe que íbamos a pasar más de dos días en Tangalle, un lugar del sur de Sri Lanka con playas casi salvajes, me puse a averiguar qué se puede ver y hacer por allí. Porque dos días completos en la playa, por muy bonita que sea, se me hacían duros. Además estas playas «tienen truco» 😅
Por fortuna, la zona tiene suficientes atractivos como para que los días en Tangalle se pasen como un suspiro. Es más, recomiendo mucho hacer esta pausa -que no es pausa- para poder explorar la zona como se merece. Ahora entenderás por qué te digo esto.
Tangalle entre playas, tortugas marinas, una reserva de aves y una ciudad costera
“Hay palmeras como las de los anuncios, el mar es muy bravo, cenamos en el restaurante del hotel en primera línea de mar y la comida estaba riquísima”.
Estas son mis primeras palabras de Tangalle, la misma noche que llegamos, después de hacer el viaje desde Nuwara Eliya y visitar el templo de Kataragama. Teníamos por delante un par de días libres, donde cada uno haría lo que quisiera.
Yo me debatía entre cerrar planes y descansar. Aunque no me pudiera bañar en el mar, y ya sabiendo que el snorkel es imposible en el mes de agosto por las fortísimas corrientes que hay en esa costa del Océano Índico, me apetecía parar un poco.
Océano Índico. No sé si su nombre vendrá de “índigo”, el color entre azul y violeta que viajaba desde India hasta el Imperio Romano. Y mira, tras este pensamiento me ha dado por buscar el origen de Índico y me encuentro con este artículo de la revista Muy Interesante donde explican que se así lo bautizó Plinio el Viejo, escritor de la Antigua Roma.
Volviendo al tema que nos ocupa, la zona de Tangalle. No conozco mucho más de las costas de Sri Lanka que suben hacia el este, pero sí pude ver las que van hacia el oeste, hasta Colombo. Y desde este conocimiento, puedo afirmar que la costa de Tangalle es una maravilla natural y una muy buena elección para incluirla en un viaje a Sri Lanka. Además, por lo visto las playas del Este son más turísticas y puede que hayan perdido parte de su sabor local.
Como habrás adivinado por el título de este apartado, en Tangalle pude tener experiencias tanto culturales como, sobre todo, de contacto con la naturaleza. Y guardar tiempo para leer tumbada en una hamaca bajo las palmeras o quedarme hipnotizada mirando el mar de cientos de tonos verdes y azules ¿Quién da más? 🥰
Dónde alojarse en Tangalle
Cuando hablo de Tangalle, me estoy refiriendo no sólo a la ciudad. De hecho, la ciudad está bien para un paseo pero poco más, aunque si tu presupuesto es muy muy ajustado, quizá sea buena opción dormir allí.
La ciudad de Tangalle ocupa un pequeño cabo de la costa. Tanto hacia el este como hacia el oeste se extienden grandes playas, entre las que hay que destacar Tangalle Beach. Kilométrica, a sus espaldas se extienden lagunas interiores que bullen de vida.
En dicha playa hay varios hoteles y guesthouses de distintos precios, si bien en los meses de temporada baja hay muchos que están cerrados. Nosotros nos alojamos en el Lagoon Paradise Beach Resort, un hotel de precio medio o medio-alto según la temporada, muy solvente. Te lo recomiendo, el precio te puede sorprender. Pero si no te lo puedes permitir, siempre puedes ir a comer a su restaurante a pie de playa, que es realmente bueno.
La única pega del Paraíso es que está a unos cinco kilómetros de la ciudad si vas por la carretera, y algo menos si vas andando por la playa. El tuc tuc nos costó 1.000 Rps para esta distancia (agosto 2022), pero como los precios de este país están cambiando muy rápido por la inflación, posiblemente este dato no te sirva de mucho.
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Qué ver en la ciudad de Tangalle
Empecemos por la ciudad de Tangalle. En el mes de agosto es fácil que te encuentres con un clima muy caluroso y con un alto nivel de humedad. No sé cómo será el resto del año, pero sabiendo que en Sri Lanka las temperaturas son bastante estables durante todo el año, quizá no cambie mucho.
El caso es que así con ese tremendo calor cuesta andar por allí. Nosotros fuimos por la mañana, sin madrugar, y se nos hizo un poco cuesta arriba. ¡Menos mal que habíamos cogido un tuc tuc!
Pero más allá de estos “sufrimientos del turista” que se terminan olvidando, Tangalle bien vale una visita porque es una ciudad de provincias muy animada, con bastante tráfico y gente yendo y viniendo. El tipo de sitio local donde puedes observar la vida de allí, sin artificios para el turista, aunque hay muchos sitios así en Sri Lanka (por fortuna).
Los mercados de Tangalle
En el centro de Tangalle está la estación de autobuses y el mercado central junto a ella.
El mercado central de Tangalle tiene un nombre un poco grandilocuente para lo que es, un mercado cubierto que no se deja ver desde el exterior. Pequeño, algo oscuro, con puestos de verdura, fruta y otros alimentos. Aun así merece la pena darse una vuelta por allí. En la calle trasera, en el exterior, están los puestos de pescado y carne.
💡 Debes saber que los miércoles y sábados hay un mercado más grande. Se llega desde la calle trasera del mercado central, y se ubica bajo un gran edificio de varias plantas. Allí se vende mucha fruta, algo de pescado y algo de ropa para ellos. Los clientes se trasladan esos días a este otro mercado, y el ambiente que buscamos con ellos.
El puerto de Tangalle
Lo que más me gustó de Tangalle, sin embargo, fue el puerto pesquero. Sería porque coincidió que estaba lleno de barcos atracados o porque era el primero que veía en Sri Lanka, pero me gustó mucho.
Los barcos de pesca esrilanqueses llevan unos mástiles con banderitas de colores. Además, muchos de ellos decoran sus cascos y cabinas como los camiones, como si fuera una pasarela de “streetart”. La imagen del futbolista Messi, por cierto, se repite mucho 😂😂
Mientras paseábamos por el puerto observando cómo algunos hombres arreglaban sus barcos, hablamos con unos pescadores que estaban sentados a la sombra de un árbol. Nos dijeron que sobre todo pescan atún, y se pasan un mes en alta mar para dicha labor.
Ese día estaban todos en el puerto porque al día siguiente era Poya, día de luna llena, y por tanto festivo.
Después nos invitaron a subir a su barco, para lo que tuvimos que cruzar otro pues están atracados en línea, y nos enseñaron su camarote, el lugar donde guardan el pescado, etc. Fueron muy amables.
Volviendo al centro, buscamos un sitio para tomar algo. Nos costó un poco, no te creas que hay muchos, pero al final encontramos un sitio donde comer un roti con huevo y un refresco por ¡1€ por persona!
Tangalle Beach
Esa misma tarde decidimos coger el bañador e ir a un punto de la playa donde hay una pequeña barrera de rocas. Estas impiden que las olas y fuertes corrientes te lleven mar adentro.
Nos llevó un poco cogerle el truquillo, pero después pudimos bañarnos con bastante seguridad y la verdad es que me encantó jugar con las olas como cuando era pequeña.
Aprovechamos las tumbonas de una guesthouse que estaba cerrada y nos relajamos bajo las palmeras… como en los anuncios, sí 🤩
El atardecer fue precioso con las figuras de dichas palmeras silueteadas y el cambio de colores en el cielo. Antes estuve “persiguiendo” pajarillos, porque esta zona está llena de lagunas pegadas a la costa que atraen a las aves. Vi un Martín Pescador pescando, una garza real muy asustadiza, y muchos otros pequeñitos que no sé identificar.
Avistamiento de tortugas marinas
¿Sabías que Tangalle es un lugar al que vienen a desovar hasta 5 de las 7 especies de tortugas marinas en peligro de extinción que pueblan los océanos?
El lugar donde se puede ir a verlas es el Wildlife Turtle Project Kapuhenwala, en la zona de Rekawa, a unos 10 km de la ciudad de Tangalle. Se trata de un proyecto de conservación cuyo objetivo es proteger sus lugares de anidamiento.
Con un poco de suerte, podríamos ver alguna tortuga verde, carey, boba, golfina o laúd en el esforzado proceso de desove. O quién sabe, quizá a sus crías abriéndose paso hasta el mar. Es algo que vi en las costas de Omán hace unos años y sólo de pensar en volver a presenciarlo ya me emocionaba.
El tema se organiza así: a través del hotel reservamos para ir la primera noche, así como tuc tucs para llevarnos. Ellos llaman al sitio y a la hora convenida vamos para allá. Cuando llegas, además de recibir una pequeña charla sobre el proyecto de conservación y las especies de tortugas que anidan allí, toca esperar.
La casa de información de Wildlife Turtle Project está a unos cien metros de la playa, entre la vegetación. Los voluntarios o empleados, no me quedó muy claro, se dedican a buscar en la playa la presencia de tortugas, así como de nidos con huevos que puedan estar a punto de eclosionar. Una vez los tienen localizados, vienen a por los visitantes y les llevan hasta ellas.
Nos tocó esperar una hora y pico, no tanto como pensábamos en realidad, aunque se hace un poquito largo porque es por la noche y ya estábamos cansados. Nadie dijo que fuera fácil.
Cuando nos llamaron salimos con los frontales de los guías. A diferencia de Omán, aquí permiten utilizar la cámara y el móvil, pero por supuesto el flash está terminantemente prohibido.
La enorme luna llena iluminaba la noche y parecía rasgar las nubes altas que incluso podrían ser confundidas con auroras boreales. El ruido del mar nos impedía escucharnos entre nosotros, más allá de que debíamos estar en silencio.
Primero nos llevaron a ver cómo unas tortuguitas salían del nido, ayudadas por los voluntarios, y las seguimos hasta la orilla. Uno de ellos me puso una en la mano cuando estaba ya muy cerca del agua para que la ayudara a llegar sana y salva. Fue muy emocionante.
Después echamos a andar por la playa unos 800 metros. Allí había una enorme tortuga verde haciendo un nido para poner sus huevos.
Las tortugas salen del mar para desovar. Se adentran durante una media hora en la playa, generalmente hasta el punto donde las olas no llegan. Para ellas se trata de un viaje muy esforzado porque no están adaptadas a andar por tierra.
Después de descansar un poco, excavan un gran nido expulsando la arena hacia los lados y por detrás con sus patas. Este es un proceso que lleva unos 45 minutos. Después descansan de nuevo y entonces empiezan a soltar los huevos. Son redondos, del tamaño de una pelota de ping pong, y salen de dos en dos o de tres en tres. Cuando ha terminado, tras descansar otro poquito, comienza a enterrarlos con la arena de alrededor.
No sé cuánto tiempo pasamos cerca de ella, acercándonos por turnos en grupos pequeños, iluminando con una luz roja para no perturbarla. Cuando llegamos estaba terminando de hacer el nido, y después se puso a echar los huevos. Era fascinante, aunque también me sentía un poco voyeur.
Volvimos algo más tarde de la 1 de la madrugada. Algunos se quedaron un rato más y llegaron a ver a la tortuga volviendo al mar. El guía principal la ayudó a salir del nido, una vez hubo terminado de enterrar los huevos. No estamos seguros de si esto es una buena práctica, o sencillamente quería terminar y que los turistas que quedaban le dieran una propina mayor 🤔
Aspectos prácticos a tener en cuenta para el avistamiento de tortugas en Sri Lanka
✍ El precio de la actividad de las tortugas es de 3.000 Rps (agosto 2022), y a ello hay que sumar lo que te cueste el tuc tuc, que normalmente te esperará para llevarte de vuelta. El total puede ser unas 5.000 Rps o poco más por persona. Sólo se paga si se ven tortugas.
💡 Si tu estancia es de dos noches en Tangalle, te recomiendo que reserves para la primera noche. Así podrías tener dos oportunidades, porque no siempre hay tortugas.
❗ Los guías esperan una propina de los turistas al terminar la actividad, si bien no es obligatorio.
✍ Lleva algo de ropa con la que abrigarte porque a partir de cierta hora hace bastante fresco. Y sobre todo lleva mucha paciencia contigo. La espera en la caseta puede ser tediosa. Vimos cómo una pareja se fue, un poco airada, cuando llevábamos una hora. Muy poco rato después nos llamaron para ir a la playa.
La mejor época para ver tortugas es entre Marzo y Junio. Dicen que se ha llegado a ver más de 20 tortugas en la playa en una misma noche. Si vas en otro mes, como fue mi caso, puedes tener suerte igualmente. Sólo vimos una tortuga y las crías, pero podíamos no haber visto nada.
También dicen que las noches de luna llena son las mejores porque siempre hay alguna tortuga que va a la playa.
Kalametiya Bird Watch
Al día siguiente, después de tomarme la mañana para leer, escribir y pasear, me fui con otros compañeros a hacer una actividad de avistamiento de aves.
Para ello cogimos otro par de tuc tucs y nos fuimos al Santuario de Aves de Kalametiya o Kalametiya Bird Sanctuary. De nuevo habíamos pedido ayuda al hotel para que lo gestionaran, algo que seguro tú también puedes hacer en tu alojamiento.
Fue precioso. Dos horas y media navegando por la Laguna de Kalametiya en barcas propulsadas a remo. En silencio. Con el sol bajo de la tarde.
A mí estas actividades siempre me dejan como si me hubieran dado un buen masaje en todo el cuerpo 🥰
El silencio se rompe con los sonidos de las aves que paran en este santuario. Las aguas están llenas de lirios y otras plantas acuáticas. Hay árboles cuyas raíces crecen ¡hacia arriba! buscando el sol y el oxígeno del aire. Algún que otro hombre conduce a sus búfalos por el agua, también en silencio.
Nuestro guía, el manager de la agencia, nos señaló las casas donde vivían antes. Después del Tsunami de finales de 2004 ya no se atreven a vivir aquí. Causó muchas muertes en la zona.
También nos contó que la temporada de anidamiento, cuando más aves hay, va de septiembre a febrero. Entonces debe de estar llenísimo de aves y estos “safaris” serán un festival. Aun así no me quejo en absoluto porque vimos muchas aves y muy distintas.
Martines pescadores con sus brillantes colores, garzas reales, garcetas, patos de distintos tipos, un águila pescadora preciosa, cormoranes… y también algún que otro mono 😊
Esta actividad la hicimos con Kalametiya BirdWatching & Ecotourism, una empresa local que se toma muy en serio el respeto por la naturaleza. Te dejo aquí el enlace por si quieres ir con ellos a hacer un “safari” como este.
Además de las barcas y su saber, llevan a bordo una guía de aves que puedes consultar, así como prismáticos. Del tema de las fotos te ocupas tú, claro está. También incluyen una bebida y algo de comer, fruta y algún dulce casero. Mi impresión fue muy buena.
✍ Esta experiencia nos costó, en agosto de 2022, 7.500 Rps por cada barco de 4 personas. Aparte pagamos los tuc tuc a 5.500 Rps incluyendo la espera para llevarnos de vuelta (a dividir entre los dos o tres pasajeros). La suma, por persona, al cambio es de unos 10-12 €. Me parece un precio increíble para una actividad que en total nos llevó unas tres hora y media o cuatro horas, incluyendo el desplazamiento.
No se me ocurre mejor broche de oro para una estancia de dos días en Tangalle, pero sigue leyendo que tengo más cosas que contarte 😇.
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Testigos del calentamiento global de la Tierra
No sabemos cuánto tiempo podremos seguir disfrutando de estas playas. El nivel del mar crece a ojos vista. Allí, delante de tus narices. Cada vez hay más episodios de mareas fuertes y grandes oleajes que entran muchos metros tierra adentro llevándose todo lo que pillan de por medio. Bien lo saben los que tienen un resort a pie de playa, sea grande o pequeño, aunque se empeñen en mantenerlo. Al fin y al cabo es su sustento.
Caminando por la gran playa cercana a Tangalle puedes ver cómo hay un gran escalón de arena entre el agua y las primeras palmeras. El mar se lleva la arena de la playa una y otra vez, y va comiendo el terreno a las raíces de las palmeras y arbustos que crecen allí mismo.
Aunque en Sri Lanka se esfuerzan por mantener las playas turísticas limpias, y lo consiguen, no parecen hacer lo mismo con otros sitios. O no parecen conseguirlo.
En el mismo muelle de Tangalle los plásticos se acumulan en montones caóticos junto a los barcos que están en reparación. Y en el agua flotan otros tantos. Serán los traídos por las mareas y los que la propia ciudad de Tangalle genera.
Nos estamos haciendo daño a nosotros mismos, y no aprendemos. Por favor, no contribuyas a ello, o trata de minimizar al máximo tu impacto. Ojalá consigamos ser muchos para intentar reducir un poco esa cantidad de basura que ahoga a nuestros océanos y por tanto a nosotros.
Por supuesto hay muchísimas otras cosas que dependen de las “altas esferas” y de los poderes fácticos, de las grandes industrias, pero recordemos que estas se alimentan de nosotros.
Bueno, no quiero enrollarme más, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de hablar de ello a través de este altavoz. Las veces que sean necesarias.
A tener en cuenta para una estancia de 2 días en Tangalle Beach
Como decía al principio, hay resorts a pie de playa y muchos proporcionan un lugar tranquilo, lejos del ruido y ajetreo de la ciudad. Pero esa paz tiene un precio, y es que estás un poco “atrapado”. Moverse implica cierta logística.
Para moverte por la zona necesitas disponer de un vehículo. No te preocupes, suele haber tuc tucs dispuestos a llevarte, o el personal del hotel les puede llamar cuando los necesites.
Los trayectos por la costa se hacen por carreteras que tienen que salvar las lagunas que hay junto a la misma. Esto implica tener que circular un poco tierra adentro y dar rodeos que hacen más tedioso el camino. Cuenta con que el trayecto siempre va a resultar más largo de lo que pensabas al mirar el mapa.
El pequeño aislamiento de los hoteles también implica que no vas a tener a mano tiendas si necesitas comprar algo concreto o quieres ir de “shopping”. Para mí no es ningún inconveniente, pero tenlo en cuenta, sobre todo por alguna necesidad que tengas en un momento dado.
Si necesitas cambiar dinero, intenta no hacerlo en el hotel porque siempre te van a cobrar una comisión. Mejor déjalo para cuando vayas a la ciudad de Tangalle. Allí podrás cambiar en algunas tiendas que tienen un cartel anunciando esa posibilidad. Puede ser una simple ferretería, je, je. O bien tenlo en cuenta y lleva dinero cambiado de antes.
No intentes ir de valiente con el mar si vas en la época es que está bravo. Ha habido muchos ahogamientos. Si quieres bañarte utiliza la piscina del hotel o pregunta a la gente local si hay algún sitio donde te puedes dar un baño sin problema… pero aun así, sé muy precavido.
No te olvides de la protección solar y de tu hidratación ¡El calor y la humedad en esta zona son muy fuertes!
En resumen, dos días en Tangalle dan para unas cuantas experiencias preciosas sin renunciar al descanso, y yo volvería a invertir este tiempo sin lugar a dudas. En la guía de Sri Lanka que publiqué en su día, en el apartado de Precios y actividades, puedes consultar qué otras opciones hay. Yo no las pude hacer, pero ahí las tienes 😊
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