El té de Ceylan: visita a las plantaciones y fábricas de Sri Lanka

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Por Alicia Ortego

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Las fábricas del té de Ceylan ya no son de los ingleses. La independencia del país incluyó el cambio a un gobierno comunista que lo tuvo claro desde el principio. Había que nacionalizar la industria del té, una de las más importantes (o la que más) de Sri Lanka. Pero nacionalizar no significa abandonar, así que el té de Ceylan se sigue produciendo para alegría de todos los que amamos esta bebida. Hoy te voy a contar cómo es visitar las plantaciones de té de Sri Lanka, sus fábricas y un montón de curiosidades 😊

El té de Ceylan

El té de Ceylan comenzó a ser cultivado por los ingleses cuando ya habían establecido su colonia en la isla. Una isla que entonces se llamaba Ceylan, hoy Sri Lanka.

Cuando los ingleses llegaron, el cultivo predominante en la isla era el café, pero una plaga se llevó por delante las cosechas y plantaciones. 

Algunos de esos ingleses emprendedores que buscaban su oportunidad en la vida pensaron que el té se daría bien en esta isla. Tanto como en las tierras del centro-sur de la vecina India, en la zona de Periyar. Entre ellos estaba el Señor Taylor.

Pues bien, el Sr. Taylor conoció al Sr. Lipton, un joven que había nacido pobre en Inglaterra y que por esa razón se echó la manta a la cabeza y viajó en busca de fortuna.

Cuando Lipton pasó por Ceylan y conoció a Taylor, este le dijo que dejara de buscar, que el té era una buena oportunidad. Y le hizo caso. 

Quién le iba a decir al Señor Lipton que un día su té sería mundialmente conocido. Doy fe de ello, porque me he encontrado con bolsitas de Lipton en muchos países africanos, latinoamericanos, europeos y asiáticos. 

colinas con arbustos de té de ceylan y filas de árboles altos
Los árboles sirven para marcar las fronteras de las plantaciones, además de cortafuegos

¿Hay algún sitio donde la marca Lipton no esté presente? Madre mía, esto parece un anuncio publicitario pero juro que no me pagan ni un duro. Es más, diré que hasta ahora Lipton siempre me ha parecido un té “random”, normalito, muy poco sexy frente a otras marcas que presentan un envoltorio más atractivo o que se venden a granel.

Pero confieso que ahora la miro con más respeto. Y es que buena parte de su té sigue viniendo de Sri Lanka. Es más, las antiguas plantaciones de Lipton siguen enviando unaparte de su producción a las factorías de Lipton en Inglaterra. 

Pero volvamos a la historia de las fábricas de té de Ceylan.

Cuando Sri Lanka consiguió la independencia, estas factorías fueron nacionalizadas igual que otras industrias que había en el país. Ahora ya no es así. Aunque el Estado sigue teniendo una participación en las mismas, su propiedad está en manos de algunas familias esrilanquesas. Y dichas familias tienen a su vez acuerdos con los antiguos propietarios, como es el caso de Lipton, para exportar una parte de la cosecha. 

Blue Field Tea Factory (Nuwara Eliya)

Llevábamos ya un rato circulando por una carretera con plantaciones a ambos lados. Las montañas parecen alfombradas por los arbustos del té, cuidadosamente recortados y muy verdes. Forman dibujos raros, patrones que dan una sensación de infinito y de mundo diferente. 

¿Sabías que la planta del té es en realidad un árbol? Se recorta para mantener la producción de brotes de hoja y para poder recolectarlas a mano, como tiene que ser. Me recuerda un poco a los bonsáis.

factoría de té de ceylan con chimenea de la que sale humo
Factoría de té y plantaciones

Entre los campos de té aparecen de vez en cuando unos edificios de madera con muchas ventanas emplomadas. Muchos están pintados de blanco y azul. Son las factorías de té. Mantenidas tras la marcha de los ingleses. Porque si algo funciona ¿para qué se va a cambiar?

Nuestro primer contacto con las plantaciones de té y las factorías fue en la región de Nuwara Eliya, en la Blue Field Tea Factory. Esta es una de las fábricas más conocidas y frecuentadas por el turismo, tanto nacional como internacional, y por la calidad de sus tés.

fábrica de té curiosidades de sri lanka
Blue Field tea cafe factory

Allí hicimos una visita guiada por un chico esrilanqués que ha aprendido a hablar español con los turistas y ¡es increíble lo bien que se expresa! No sólo para contar la explicación, que en un momento dado se puede aprender, sino también para responder a nuestras preguntas. Aprendí cositas como las siguientes:  

  • En Sri Lanka se cultiva té negro, verde y blanco. No hay té rojo. 
  • El 80% de la producción se envía a la subasta de Colombo, y de allí una parte se exporta y otra se consume en el país. El 20% restante es el que se queda en la plantación para vender directamente.
  • La sustancia del té es la cafeína, igual que el café. La teína no existe. La cafeína, por cierto, es una droga psicoactiva aunque en principio genera una adicción mínima. 
  • El té negro y el té verde provienen de la misma planta. La diferencia está en las hojas que se seleccionan y en que el té negro se deja fermentar, mientras que el té verde no se fermenta. Eso es lo que hace que hoy en día se considere más saludable el té verde. 
  • En Sri Lanka se bebe sobre todo té negro. El tradicional es en polvo y es el más fuerte de todos. Tanto que se parece al café en el paladar y por eso se mezcla con leche y mucha azúcar. Además es muy astringente. 
sirviendo té con leche viajar a sri lanka
Sirviendo tazas de té negro con leche
  • Al seleccionar las hojas se debe quitar el tallo, que se utiliza como fertilizante. 
  • No hay té de más o menos calidad, sólo más o menos fuerte, y más o menos limpio de tallos. 
  • El té blanco, por otro lado, es de una planta distinta de la que sólo se utilizan los brotes más tiernos. Por tanto, son hojas más escogidas, se recoge mucha menos cantidad, y se seca al sol. De ahí que sea el más caro. Aunque no el más sabroso, desde mi punto de vista. 

Las explicaciones se van desgranando mientras visitamos las diferentes salas de la fábrica. Está vacía porque es domingo, el día de descanso semanal, así que resulta un poco menos interesante de lo que sería al verla en funcionamiento. 

maquinaria de factoría de té qué ver en sri lanka
Maquinaria de la factoría Blue Field Tea Cafe
ventana con rejilla en la factoría que deja ver los campos de té verdes
Las plantaciones de té están junto a la factoría

Reina el silencio, las máquinas vetustas pero listas para ponerse en marcha están calladas. Por aquí y por allá hay carteles que hablan a los trabajadores de normas de limpieza, comportamiento y ética. Me llama la atención el que anuncia los cinco principios de la empresa (traducción literal): 

  1. Lleva tus cosas innecesarias en orden. 
  2. Organiza las cosas que necesitas en un orden adecuado. 
  3. Limpia tu sitio de trabajo completamente. 
  4. Mantén un alto nivel de limpieza. 
  5. Forma a las personas para que continúen de forma independiente. 

Al final vamos a la cafetería y tienda. Allí hacemos una cata de tés y después aprovechamos para comprar algunos paquetes.

puerta de horno de finales del siglo XIX en bluefield's factory
Antiguo horno aún en activo de finales del siglo XIX o principios del siglo XX en Bluefield’s factory

👉 Aviso a navegantes: los precios del té son mejores que en ciudades como Kandy, además de tener la garantía de la calidad de este lugar. Compré otro paquete de té en el mercado de dicha ciudad y aún dudo de si realmente es la variedad Earl Grey.

Te dejo aquí la página web de Blue Field Tea Cafe donde explican la historia del té, entre otros muchos datos, aunque está en inglés ¡Y sigue leyendo que ahora nos adentramos en las plantaciones!

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La vida en las plantaciones de té de Ceylan

Una cosa que no he contado hasta ahora es que los trabajadores viven en las plantaciones, en pueblos o asentamientos. Una costumbre que viene de los tiempos en que eran esclavos o semiesclavos, pero que se ha mantenido hasta hoy. 

paisaje de plantaciones con pueblo en el valle
Comunidad de una plantación

Los trabajadores de las plantaciones de té son relativamente pobres, aunque gracias a los sindicatos comunistas se organizaron y mejoraron sus condiciones. Así, hoy en día disponen de centros sanitarios, escuelas, y la jornada de trabajo es de ocho horas con un día de descanso a la semana. 

escuela infantil en Sri Lanka
Escuela infantil de una plantación de té

Con todo, su vida es bastante aislada del resto de la población de Sri Lanka al encontrarse lejos de las principales ciudades. Tengamos en cuenta, además, que la gente que vive y trabaja aquí son descendientes de los tamiles que trajeron los ingleses de la India para encargarse de este trabajo.

Hay mucho alcoholismo, violencia machista, y sobrepoblación. Los gobiernos pusieron en marcha proyectos de becas para la universidad en la capital o en ciudades grandes y favorecer el movimiento de la población. Una forma de romper el aislamiento, en especial para las mujeres, pero este es un cambio que va despacio.

mujer tamil con pendientes y piercing en la nariz de oro en el viaje a sri lanka

Las mujeres siempre han sido las encargadas de recolectar las hojas de té.

No sé si tiene que ver con que se requieren manos más “delicadas”, pero lo que sí tengo clarísimo es que es un trabajo realmente duro.

Trabajar encorvada bajo el sol y con altas temperaturas, cargando sacos de muchos kilos cuando están llenos, pinchándote las piernas y las manos con las ramas de los arbustos, andando por esas pendientes empinadas… no puede ser una tarea amable.

Mujeres de todas las edades, incluso ancianas. 

Otras trabajan en las máquinas de las fábricas.

mujer recogiendo hojas de té de ceylan con saco sujeto a la cabeza
Mujer recogiendo las hojas de té con el saco sujeto a la cabeza
mujer recogiendo té en una plantación qué ver en sri lanka
Mujer joven recogiendo hojas de té

Y no es que los hombres no trabajen, que conste. Ellos se encargan de las tareas de poda y limpieza de los campos.

También son los capataces de las plantaciones. En ese cargo no hay mujeres. Al menos de momento. 

Estando allí nos contaron que desde la pandemia de covid se empieza a ver hombres recolectando la hoja del té. Dicen que es porque hay menos mujeres, pero no saben explicar por qué. ¿Quizá la pandemia ha hecho que se queden más en casa a cuidar de los niños? ¿Quizá las chicas se van a estudiar a la universidad y no vuelven? 

Lipton’s Seat o el asiento de Lipton

Nos dirigimos a la que fue la plantación del Sr. Lipton desde Haputalla. Si buscas este punto en google maps, lo encontrarás. 

Antes de viajar a Sri Lanka no tenía ni idea de que podría visitarla, ni de que el único rastro que queda de este señor sea un lugar llamado “Lipton’s Seat”. Bueno, el único rastro es un decir, porque la gran compañía que creó desde Sri Lanka sigue vivita y coleando. 

Los campos de arbustos de té llenan las colinas que nos rodean, a través de las cuales se extiende una carretera de un solo carril. Vamos en tuc tuc, y el chico que lo conduce para de vez en cuando para que hagamos alguna foto. Es un joven alegre y ¿por qué no decirlo? muy guapo 😊.

arbustos de té de ceylan muy verdes con caminos que los dividen
En las plantaciones de té hay caminos estrechos que sirven para avanzar entre las plantas

Entre los campos despuntan árboles altos. Algunos parecen laureles, otros sauces, y me entero de que sirven para limitar las parcelas y como cortafuegos. Aquí también hay incendios de vez en cuando. 

Esta zona, a diferencia de la de Nuwara Eliya, es menos frecuentada por el turismo. La gente no pide dinero por las fotos y todo es muy tranquilo. 

tuc tuc rojo avanzando por carretera estrecha entre plantaciones de té de ceylan
Los tuc tuc son la mejor forma de transporte en las plantaciones

Tras pagar una entrada de 500 Rp para acceder a los antiguos dominios de Lipton, acometemos la última subida entre grandes curvas hasta llegar a la cima de una colina. Allí está el “asiento del sr. Lipton” y una estatua bizarra del mismo sosteniendo una taza de té. 

estatua del señor Lipton sentado con taza de té en la mano en un balcón
El señor Lipton da la bienvenida a todo aquél que suba a «su sitio»

Resulta que Lipton’s Seat era el lugar a donde el señor llevaba a sus invitados para mostrarles sus dominios. Allí organizaba picnics y disfrutaba de la naturaleza mientras hacía planes de futuro. El sitio es un gran mirador con una panorámica envidiable desde la que, según cuentan, en los días muy despejados se puede divisar la costa. No fue el caso, pero no me quejo. 

vistas desde lipton's seat
Vistas desde Lipton’s Seat

Como llegamos al mediodía, nos encontramos con los campos vacíos de trabajadoras y trabajadores. Algunas están comiendo su tupper en los caminos, otras quizá hayan ido a casa, si les pilla cerca. Nosotros hacemos lo propio en el Lipton’s Seat.

Allí hay una familia que nos ha preparado un almuerzo (previo aviso) que resulta ser una maravilla. Comemos rotis, samosas, sandwiches y otras viandas, y nos bebemos una taza del té negro con leche tradicional, que está buenísimo. Lo amables que son no se puede explicar con palabras. 

plato de samosas triangulares
Samosas recién hechas
retrato de hombre con tez oscura y barba canosa
Uno de los anfitriones de Lipton’s seat

Después decidimos desandar parte del camino hecho con los tuc tucs, para ver si así nos encontramos con las recolectoras. Y porque hace un día precioso en el que lo que apetece es contemplar todo el tiempo posible esas mareas de verde intenso que forman los arbustos del té de Ceylan. 

paisaje de plantaciones de té
Los arbustos forman dibujos rotos por los caminos y los árboles

Por el camino observo los detalles, como me gusta hacer.

  • Carteles lanzando mensajes a todo aquél que quiera leerlos. En este caso son frases sobre la importancia del cuidado del medio ambiente.
  • Pequeños templos hinduistas que protegen los campos y sus trabajadores.
  • Altares e iglesias cristianas.
  • Niños y niñas volviendo del colegio, con sus uniformes y carteras.
  • Mujeres trabajando en los campos, ahora sí. 
cartel con frase concienciadora de la importancia del medio ambiente
«Una nación que destruye sus suelos se destruye a sí misma. Los bosques son los pulmones de nuestra tierra, purifican el aire y dan fuerza fresca a nuestra gente»
cartel de diosa hindu y ofrendas en una plantación de té de ceylan
Detalle de un templo hindú cerca de Lipton’s Seat
mujer recogiendo hojas en un campo lleno de arbustos de té y dos niñas con trenzas volviendo del cole
Mientras sus madres recogen las hojas de té, las niñas vuelven del colegio

Tras haber bajado unos cuantos cientos de metros, nos encontramos con una escena insospechada.

Son cerca de las 17 h, hora en que se acaba la jornada de trabajo. Las mujeres están llegando a una curva de la carretera. Van cargadas con grandes sacos de hojas de té. El capataz las espera para pesarlos y anotar en el cuaderno lo que entrega cada una.

Pedimos permiso y nos autoriza a mirar y hacer fotos. La imagen es de otro tiempo, pero esto ocurre en el siglo XXI. No es idílica.  

Las trabajadoras de las plantaciones de té de Ceylan tienen la obligación de recoger entre 20 y 25 Kg de hojas de té al día. Si no es así, imagino que no rinden lo suficiente y… o bien se juegan el puesto de trabajo, o bien cobran menos. Vimos alguna cara de disgusto tras el pesado con la báscula. 

mujeres pesando uno de los sacos de té ante la mirada del capataz
Mujeres pesando uno de los sacos de té ante la atenta mirada del capataz

Una vez se pesa su saco, lo vuelcan en un montón y lo mezclan con las hojas de otros sacos, revolviéndolas con las manos. Después, llenan nuevos sacos que se transportarán a la factoría para el procesado. 

revolviendo las hojas de té de ceylan junto a la fila que va pesando los sacos
Revolviendo las hojas de té junto a la fila donde van entregando los sacos
hojas de té en el suelo entre sacos que se van llenando
Hojas de té de Ceylan

Las mujeres tamiles llevan pendientes de oro y piercings en la nariz muy historiados. Me recuerdan muchísimo a las joyas tradicionales de las gitanas. Muchas tienen los dientes manchados de betel, esa nuez que se masca y aporta vigor, además de adicción. 

anciana con piercings de oro en los dos lados de la nariz
Recogedora de té a pesar de su edad
mujer hindu con dientes manchados de rojo de betel
Mujer recolectora de té de Ceylan

En resumen, visitar las plantaciones del famoso té de Ceylan es un imprescindible de cualquier viaje a Sri Lanka. Y una ocasión perfecta para entender de dónde viene y qué hay detrás de eso que bebes a media mañana o media tarde. El té, que tanto reconforta en los días fríos. 

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