viaje a sri lanka: monje joven vestido de naranja caminando entre árboles verdes

Sri Lanka es de esos destinos que te llegan al corazón poco a poco. En silencio. De puntillas. Y cuanto te quieres dar cuenta, has caído en sus redes. Te hará falta una semana o más para darte cuenta. No porque no te guste lo que ves, es sólo que entra suave hasta tu corazón ¿Te vienes? 😊

Por qué Sri Lanka 

Confieso que elegí Sri Lanka como destino de vacaciones desde la conformidad. Con un pelín de pereza. Aunque estaba en mi lista de deseos viajeros desde hace tiempo, no era de los prioritarios. No obstante, quería coincidir con dos amigas que hice en Albania y este era el lugar en el que había más consenso. A veces una excusa como esta es suficiente para tomar una decisión tan importante ¿no? 😉

El caso es que reservamos el viaje con la agencia Tuareg Viatges y sólo unos días después empezaron a saltar noticias sobre la situación del país. Como siempre, eran malas. Los noticiarios no están para informar sobre el mundo en positivo, todos lo sabemos. 

Primavera de 2022. Sri Lanka se declara en bancarrota absoluta. No hay divisas. Empieza a escasear el petróleo. Se advierte de que ocurrirá lo mismo con otros suministros básicos. Después de dos años de cierre total por la pandemia de covid (incluidas las importaciones y exportaciones), la crisis energética mundial, la guerra de Ucrania, y una gran dosis de corrupción por parte de sus políticos, Sri Lanka se encuentra en la peor crisis que ha vivido desde su independencia en 1948. 

Los esrilanqueses no son gente agresiva y ni siquiera peleona. De hecho, les cuesta decir “no”, según nos cuenta nuestra guía Pilar, que lleva viviendo media vida en esta preciosa isla. Pero si la gota colma el vaso, mejor no te los cruces. Esto en general para la vida, y en particular para una crisis como esta. 

Los líderes religiosos se organizaron con una parte de los intelectuales del país. La gente salió a protestar contra el gobierno. Hubo grandes manifestaciones. Casi todas pacíficas, en la capital Colombo. Pero algunas no lo fueron. Una o dos. Son las que llegaron a nuestras televisiones y periódicos. Hubo heridos, muertos. Consiguieron tirar abajo el gobierno.

Y esa es la foto fija que se quedó en nuestras retinas. La de las calles del centro de Colombo. La de los titulares de todo el mundo mirando a este pequeño país y apretando un poco el culo por si llegase a ocurrir algo así en sus calles. Pero… ¿ocurría lo mismo en el resto del país? De manera automática pensamos que sí. Los medios tampoco se extienden en hacer este tipo de aclaraciones.

puestos de pescado con clientes en tangalle
Mercado de Tangalle

Empezamos a dudar de nuestro viaje a Sri Lanka, no te voy a mentir ¿y si corres peligro? ¿y si no hay logística que lo haga viable? ¿debes ir a un país con una situación tan incierta? Y a nivel más general…

¿Es ético viajar a un país con una gran crisis económica y/o política, donde la gente lo está pasando mal, para pasar tus vacaciones? Y esto, sin quitar gravedad al asunto esrilanqués, no puedo menos que responder con: ¿por qué no te haces esta pregunta cuando te planteas ir de safari en Tanzania o Kenia, o a la India a conocer el Taj Mahal, por ejemplo? Bueno, no me voy a meter en polémicas, que este post no va de eso.

El caso es que aún faltaban meses para nuestro viaje. Algo en nuestro interior nos decía que podíamos ir. Además, al viajar con una agencia nos sentíamos más tranquilas que si fuéramos por nuestra cuenta.

Tuareg Viatges nos informó de la situación gracias a su enlace en el país y no una, sino varias veces (¡gracias!). Con eso y otras noticias que conseguimos recabar fuera de los medios tradicionales, confirmamos. Se podía ir. Se puede ir. Y además muchas familias esrilanquesas lo van a agradecer. Como ocurre con muchos otros países. Como ocurrió en España justo después de la pandemia. 

El turismo representó un 12,5% del PIB en Sri Lanka en el año 2019, muy similar al caso de España. Llevaba manteniendo un crecimiento sostenido desde el fin de la guerra civil en 2009. 

Pasaron las semanas y llegó el momento. Para entonces mi ilusión e interés por este viaje a Sri Lanka había aumentado muchísimo. Ya sólo quedaba ir y ver in situ si la realidad era tan negra como la pintan, pero mi confianza era casi absoluta en que todo iba a ir bien.

Spoiler: ha sido un gran viaje. Sin dificultades. Lo están pasando mal. Tienen dificultades económicas y mucha incertidumbre. Pero nos dan la bienvenida con esperanza e ilusión. Porque parte de la reducción de la incertidumbre depende de la apertura del país. De la vuelta a la normalidad.

puerto con barcas pintadas de colores y aguas turquesas
Pescadores en una playa del sur de Sri Lanka

¿Que por qué Sri Lanka? 

Antes he dicho que este era un destino que tenía en mi lista de deseos, pero no en los primeros puestos. Siempre imaginé Sri Lanka como una “mini India” y a mí India me encanta. Tanto, que la he visitado en tres ocasiones. Pero esa idea de «será como India pero en versión light» también me llevaba a sentir pereza por acometer este viaje.

👉 Puedes acceder a todos los posts que he escrito hasta la fecha sobre India aquí.

Es cierto que las referencias que tenía me aconsejaban que fuera. Sabía que muchos de los que van, vuelven encantados. Me había escuchado los magníficos podcasts de Algo que Recordar y había leído algunos posts como los de los amigos de Vagamundos viajeros, pero nada, me daba pereza. Hasta que se presentó la ocasión.

Te cuento esto porque si estás en este punto, te animo y mucho a vencer esa pereza tonta.  

estupa budista blanca rodeada de columnas y gente local
Templo de Mihintale

Primeras sensaciones de un viaje a Sri Lanka, un país que se cuela en tu alma 

Primer día en Sri Lanka. Hemos avanzado los relojes tres horas y media en el horario de nuestro verano. Llevamos unas 20 horas de viaje, catorce volando y el resto en los aeropuertos de turno. Pero allí es por la tarde y nada más pisar el suelo del aeropuerto de Colombo ponemos rumbo a Dambulla, nuestra primera base de operaciones. 

Desde la ventanilla observo el paisaje. Es muy verde, hay muchas palmeras y campos de arroz. También hay más tráfico del que esperaba por la crisis del combustible, aunque no tanto como acostumbra.

Junto a la carretera se suceden los budas, alguna iglesia, alguna mezquita y algún templo hindú. También hay colas kilométricas en las gasolineras. Los conductores tienen expresiones de paciencia.

Nos cuentan que se acaba de instaurar un sistema por QR. Cada conductor tiene un código y lo presenta en la gasolinera para recibir la cantidad semanal de gasolina o diesel que le toca: 5 para una moto o un tuc tuc, 20 litros para un coche, etc. En estos primeros días las colas siguen estando muy presentes porque aún se está instaurando. En los siguientes, ya no se ven tantas e incluso los últimos días parecen haber desaparecido.

autobús pintado con dibujos y filigranas de sri lanka
Autobús tuneado… la primera foto del viaje a Sri Lanka, por cierto
tres cascadas cayendo por precipicio rodeadas de mucho verde
Sri Lanka es uno de los países más verdes que he tenido el gusto de conocer
parte de estatua de buda con flores en el regazo en viaje a sri lanka
Detalle de una estatua de Buda con la flor nacional
cabeza de buda gigante revestida de oro con pelo negro
Budas y más Budas… Sri Lanka está llena!!

De repente, aparece un elefante. Está cruzando la carretera. Ha salido de un bosque y se va hacia otro. Así sin más, con toda la naturalidad del mundo. Y así debe de ser.

El vehículo aminora la marcha y observo fascinada a ese ser vivo tan delicado y fuerte a la vez. Es uno de mis animales favoritos del mundo mundial 🥰

Dicen que trae buena suerte cruzarse con un elefante en el camino. 

primer plano de elefante del viaje a sri lanka

Los elefantes asiáticos son diferentes a los africanos, tanto por su menor tamaño como por la «despigmentación» de parte de su piel.

Este no es el elefante que se cruzó en la carretera el primer día, sino uno del safari que hicimos uno o dos días después, pero se le parece 😜

Llegamos al hotel de Dambulla siendo ya noche cerrada. Estamos cerca del Ecuador y las horas de luz son las que son: doce. Amanece a las seis y pico de la mañana y atardece a las seis y pico. Rápidamente, por cierto, como si el sol estuviera estresado.

puesta de sol en el mar con dos señoras musulmanas y sus niños pasando delante
Atardecer en el fuerte de Galle

No hace tanto calor como esperaba. Ni llueve a pesar de ser época de monzón. El hotel está en medio del campo y el ambiente es selvático. Sólo se escuchan algunos ruidos misteriosos entre la vegetación que nos rodea. No hay ruido de tráfico ni otros sonidos humanos. Sí hay monos, pájaros, quizá murciélagos…

Las habitaciones se distribuyen en pequeñas casitas con un gran parque y piscina al lado. Las enormes raíces de los árboles cruzan la hierba porque la selva no se doma así como así. En la puerta de la habitación y en la ducha nos esperan ranitas de distinto tamaño. Y mosquitos, muchos mosquitos.  

Las bienvenidas

Nos reciben con un collar de delicadas flores. A lo hawaiano. Y unas velas que debemos encender.

Qué importantes son las bienvenidas cuando llegas a un país nuevo, extraño

Las primeras sonrisas, las primeras miradas, parece que marcan. En Sri Lanka son delicadas, cálidas, un poco tímidas y expectantes. Menos fijas que en la India. 

Sri Lanka es un país de gente muy amable con el viajero. La sonrisa aparece en su rostro enseguida y a pesar de las circunstancias. Sean las que sean. Sus maneras son tan tranquilas como amables.  

Abundan las ganas de decirte unas palabras, ya sea un simple welcome o la típica pregunta sobre de dónde vienes, qué te parece su país. Algunos se lanzan a comentar la situación en la que se encuentran y a alabar o criticar al nuevo presidente. Así sin más, mientras andas por la calle y saludas.

Las expectativas que no se cumplen, pero para bien

Yo esperaba encontrar una mini India en Sri Lanka, ya lo he dicho. Por algo la llaman “la lágrima de India”, ya que la isla parece desprenderse del subcontinente. Pero no es así, y me parece que es injusto emplear ese apodo. Bueno, sí hay cierto parecido con el sur de India, pero sólo en algunas cosas.

chica joven haciendo ofrenda con nenúfares blancos en sri lanka
Joven en un templo budista de Sri Lanka
templo del diente de buda de Kandy con avenida con banderas budistas
El templo del diente de Buda de Kandy cuya arquitectura es de lo más singular
relieves en roca de templo con dos elefantes en polonnaruwa en el viaje a sri lanka
Relieves de Polonnaruwa

Mucho mejor, me digo. He podido apreciar otro lugar del mundo en su diferencia. Pero no puedo evitar hacer una comparativa para que, si te ocurre lo mismo que a mí, sepas que no vas a encontrar una mini India en Sri Lanka 😅

Diferencias con India

  • Los colores de Sri Lanka son distintos a los de India. Aquí hay mucho más verde y menos “estallido de color” en los saris y las vestimentas de la gente. De hecho abunda el blanco si atendemos a los peregrinos budistas que se mueven por todo el país. 
  • Tampoco hay tanta gente, tanta población como en India. Quizá en Colombo sí te da esa sensación pero ni siquiera… lo de la India es too much.
  • Me atrevería a afirmar que hay más tuk tuks por metro cuadrado que en el país vecino, pero esto es una estimación muy poco fiable 😂
fila de tuk tuks con sus dueños dentro sacando un pie
Tuk Tuks de Sri Lanka esperando clientes
  • Por otro lado mi sensación es que el nivel de vida en Sri Lanka es, por término medio, bastante superior al de India. Casi no se ven mendigos y gente durmiendo en la calle, ni cuerpos delgadísimos. 
  • No encontrarás vacas por todas partes. Ni en las calles, ni en los templos, ni en los caminos. No es que no sean sagradas para los hinduistas de Sri Lanka, pero no hay tantas ni parecen convivir con los humanos como en la India.
  • Los templos hindúes son menos numerosos que las estupas budistas y sólo abren para las ceremonias. Además, muchas veces no admiten visitantes. 
  • En Sri Lanka he comido ensaladas con total tranquilidad, fruta ya cortada, helados y yogur casero. En India no se me ocurriría, a no ser que viera con mis propios ojos que la lavan con agua mineral. He vuelto a casa con tres kilos de más, ay. 
  • Las calles de las ciudades y pueblos de Sri Lanka suelen estar bien barridas y limpias. Además es fácil encontrar contenedores de separación de basuras para el reciclaje. No todo es de color de rosa, porque también hay lugares con montones de basura pero… ni la sombra de lo que ves en India. 

Similitudes con India 

  • Una parte de la población tamil proviene de Tamil Nadu, el estado del sur de India. Sus templos y rasgos así lo reflejan. 
hombre con coco haciendo ofrenda
Ofrenda hinduista en el templo de Kataragama, uno de los pocos lugares que me transportó a India
  • Hay muchos monos. Están por todas partes. La mayoría se hacen los reyes de las ramas y caminos. De las ruinas arqueológicas y los templos. Y pueden ser tan agresivos como en India. Cuidado con llevar algo de comida o bebida en la mano porque te lo quitan. Me pasó con un refresco. Al menos fue rápido y delicado. Indoloro 😂, aunque otro sí que intentó echar mano de mi mochila con más agresividad. En fin, cosillas que pasan en los viajes.
  • Otra especie muy presente y común en ambos países son los cuervos negros que animan los cielos… Ellos suelen quedarse a una distancia prudente, dicho sea de paso. 
  • La comida puede ser igual o más picante que la de India
  • Hay jardines de especias y plantaciones de té en las montañas. Esto sí se parece bastante a algunas zonas del sur de India. 
  • La gente te dice que sí con el mismo balanceo de cabeza que para nosotros no es ni sí, ni no.  
  • La costumbre de mascar betel y escupirlo al suelo en forma de gargajos rojos que parecen sangre, también está instalada entre una parte de los esrilanqueses.

Los contrastes de Sri Lanka

Dejando de lado que no es una mini India, Sri Lanka sorprende porque es variadísima, en el contexto de su tamaño, que es de una extensión similar a Suiza.

En dos horas pasas de la playa a la montaña, de palmerales paradisíacos que se asoman al Índico a las plantaciones de té en las alturas. Del calor con alto grado de humedad al frío de la montaña. Pero frío, frío. 

paisaje de plantaciones de té
Plantación de té cerca de Haputhala

En el mismo día puedes hacer un safari en la selva por la mañana o la tarde, y visitar un templo o unas ruinas arqueológicas Patrimonio de la Humanidad en el “Triángulo Cultural”. 

Selvas, llanuras, cascadas, paisajes jurásicos, playas impresionantes donde anidan las tortugas marinas, highlands que parecen traídas de Escocia. Parece un pequeño universo.

Y está llena fauna silvestre que te encuentras por todas partes. A veces te preguntas si tiene sentido ir de safari a alguno de sus parques nacionales 😇

“Sólo” le falta un gran desierto, una cadena montañosa a lo himaláyico o alpino, un glaciar y algún volcán en erupción, je, je. 

vistas desde lo alto de la roca del león en sigiriya con campos muy verdes
Vistas desde lo alto de la Roca del León, Sigiriya
paisaje de horton plains que se parece a highlands escocia
Horton Plains National Park, las highlands esrilanquesas
playa con palmera cocotera en el viaje a Sri Lanka
Tangalle beach

Recuerdos y detalles sin ton ni son

Los nombres de Sri Lanka son como un jeroglífico para nosotros, para los foráneos. Difícil aprenderlos, difícil pronunciarlos y escribirlos con nuestro alfabeto.  

Anudharapura, Polonnaruwa, Minneriya, Ruwanweligasa, Thuparamaya, Abhayagiriya… Casi respiras de alivio con nombres como Kandy, Galle o Colombo. 

Las ciudades están llenas de carteles que compiten por tu atención. También de cables colgando sin ton ni son, y de tuk tuks decorados con mimo por sus propietarios. Que si asientos plastificados con imágenes oníricas, que si un juguetito junto al volante, que si unas estampitas, una frase inspiradora como Think different en la parte de atrás… 

El té esrilanqués que más consumen es el negro. De gran intensidad, lo mezclan con leche y lo toman con unos taquitos de azúcar que no es otra cosa que miel solidificada para mordisquear mientras beben, en vez de disolverla en el té. Puro vicio para los golosos. Una costumbre, por cierto, que también se hace en Irán, aunque allí es con terrones de azúcar de toda la vida. 

mujer tamil con pendientes y piercing en la nariz de oro en el viaje a sri lanka

Los pendientes de las mujeres tamiles son pequeños y dibujan filigranas en las orejas y la nariz. Me recuerdan muchísimo a los tradicionales de las gitanas.

Muchas de ellas trabajan en las plantaciones de té. Un trabajo durísimo.

Me echo a temblar sólo de pensar en las ocho horas que pasan bajo el sol, andando arriba y abajo entre los arbustos del té con muy poco espacio entre unos y otros, trabajando en pendientes muy pronunciadas.

Tendrías que ver sus manos. 

Los saris esrilanqueses llevan un volante en la cintura. Las maestras deben vestirlos. 

maestras vestidas con sari tradicional en el viaje a sri lanka
Maestras de Sri Lanka con el sari tradicional

La gente te pide que les hagas una foto o que poses con ellos. Un señor sentado en el patio de la mezquita de Colombo, unos chicos, o la adolescente que te hace una foto a hurtadillas con su móvil para subirla al Facebook en ese mismo momento.

hombres sentados en el suelo en mezquita de colombo
En la mezquita roja de Colombo

Los árboles sagrados se distinguen de los demás porque tienen cintas de tela anudadas en las ramas. Representan a aquél bajo el que se iluminó Buda. Todos los templos budistas tienen uno en su recinto, pero también los puedes ver en otros lugares.

Hay flores extrañas como la “lámpara de Buda”. Exhuberantes como los lotos y nenúfares de distintos colores.   

árbol sagrado con tela roja alrededor del tronco y buda yaciente delante
Árbol sagrado
flor conocida como "lámpara de buda" con ramas rojas y fruto verde
flor «lámpara de Buda»

Gente rompiendo un coco antes de entrar en un templo. Son hinduistas y es una ofrenda. Lo ideal es que se rompa en cuatro partes lo más iguales posibles.

Los esrilanqueses que trabajan con el turismo tienen ganas de aprender tu idioma. Te piden que les enseñes expresiones en español. Las repiten, las ejercitan, las perfeccionan. Algunos lo hablan francamente bien y sólo lo han aprendido a base de preguntar a los turistas.

Los conductores llevan imágenes de la Virgen, Buda o dioses hindúes según su religión. También otros objetos colgando, por ejemplo un manojo de arroz. Todo sea por protegerse de los males que puedan acaecer. 

Sientes el calor del suelo cuando tienes que caminar descalzo en los templos budistas e hinduistas. Menos mal que se admiten calcetines 😅  

Las parejas de enamorados pasean por lugares sombreados, tranquilos, discretos, un poco apartados. Muchos aún se tapan de las miradas indiscretas con un paraguas, aunque parece que esta práctica se está dejando a un lado. Poco a poco, lentamente, se relaja la recia moral de la sociedad esrilanquesa. 

El sarong de los hombres es una especie de pareo «para todo» anudado con pliegues en la cintura. Las telas y colores, así como el anudado, son lo que distinguen si es para un día cotidiano o para una fiesta. En el campo y el mar se siguen utilizando mucho, no en la gran ciudad. 

señor con tela tipo pareo y camisa a rayas dejando bicicleta en la puerta
Un hombre vistiendo un sarong en el fuerte de Galle

Cultura, arqueología, festivales religiosos, camiones y barcos más tuneados que los tuk tuks. Aves preciosas, enormes varanos, palmeras y mil tonos de verde. Zumos de frutas maravillosos, especias. Un país donde se está bien. Muy bien. Y te lo muestro en el siguiente vídeo 😉 

Estas son mis sensaciones de un viaje a Sri Lanka. No dudes en dejar un comentario diciéndome qué te ha parecido este post ¡es gratis! 😜

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