Al volver de un viaje, corto o largo, pero intenso, siempre me pasa lo mismo. Hay una serie de cosas que echo mucho de menos. Especialmente en un periodo de 2 o 3 días en los que supongo que la mente, además del cuerpo, se readapta al espacio de siempre. Mientras hago el esfuerzo de «volver» del todo. Aquí tienes la «lista» de cosas que me pasan ¿coincidimos en algo? 😊
Volver de un viaje y echar de menos…
Los olores
El olor es indescriptible y único en cada país al que llegas por primera vez. Los hay afrutados, secos, húmedos, a basura, a perfume, a vegetación, a pescado… No te pierdas esta parte del viaje nunca, porque aunque no se pueda registrar físicamente, sí puede quedar en la memoria.

Los sonidos
Los sonidos son miles, y muchas veces diferentes. De otro idioma incomprensible para ti. De otras músicas, bocinas de motos y coches como los de un viaje a la India. O el no sonido, el silencio, cuando vuelvo de un desierto por ejemplo.


Descalzarme
Descalzarme a la menor oportunidad es una de las cosas que suelo hacer en muchos viajes, sobre todo si no hace frío, claro. Quitarme las botas, zapatos o chanclas, y sentir el suelo que piso es como un ritual, algo que ya hago sin pensar.
Además, hay muchos países donde te tienes que descalzar sí o sí para entrar en sus templos, ya sean mezquitas o templos budistas. Y en sus casas.
Confieso que yo no tengo esa costumbre en mi casa, donde como mínimo llevo unas «zapatillas de estar por casa», así que cuando vuelvo de un viaje lo echo de menos, sí. Es como una parte de libertad que pierdo.

La vestimenta «descuidada«
En general, al volver de un viaje echo de menos el hecho de que me importe bien poco lo que llevo puesto y su grado de limpieza. Siempre es mucho más relajado en los viajes. Las tiranías de tu sociedad, especialmente del mundo laboral, desaparecen.
No obstante, reconozco que desde que soy autónoma y teletrabajo ya no sufro esa tiranía y la escasa ropa que realmente necesito es cómoda. Dejo la «formal» para ocasiones puntuales, y eso me da mucha más libertad. Pero la sensación de que me da igual cómo vestir y combinar las prendas, en muchos viajes, es algo que no tengo en mi día a día.
En los últimos años, además, aprovecho para ponerme las prendas que he comprado en otros viajes, como mi querido shalwar kameez de Pakistán.

La rápida familiaridad
Hay un fenómeno que al menos a mí me pasa, pero no sé si a todo el mundo. Es la familiaridad que te envuelve cuando llevas más de un día en un lugar, con la mirada hacia ese mundo que no te pertenece.
Si además te reencuentras con ciudadanos para ti anónimos que viste el día anterior, te embarga una alegría difícil de explicar. Te sientes un poco en casa sin dejar de pensar que estás en un lugar remoto.
Quizá buscas algún anclaje efímero mientras estás allí y por eso te alegras de ver de nuevo una cara y de saber reconocerla. Si además te sonrió, saludó, o incluso te dio la bienvenida a su país o su ciudad, ni te cuento. Y esto son cosas que echar de menos al volver de un viaje, sí.

Cobrar conciencia
Más importante que lo anterior, desde mi punto de vista, es cobrar conciencia de que estás en un lugar muy lejano y con el que soñabas. Como el monasterio de Lamayuru, o la remota Namibia. Uf, cómo me pegó de fuerte la depresión post-viaje al volver de Namibia.

El regateo
Después de volver de algunos viajes he echado de menos negociar el precio del taxi antes de subirte a él, o la compra de alguna fruta o cualquier otra cosa en el mercado. Lógicamente esto no ocurre siempre, pero a veces es tremendo. Te pasas día tras día regateando y claro, al volver casi te dan ganas de hacer lo mismo en tu ciudad 😂

La inspección de habitaciones
Cuando viajas por tu cuenta y en según qué países, lo habitual es inspeccionar la habitación donde vas a dormir, antes de confirmar que te quedas en ella. Es cierto que a veces resulta muy pesado y pierdes mucho tiempo buscando un sitio donde dormir esa noche. Y también que, hoy en día, muchos vamos reservando online antes de llegar y hacer esta operación, así que esto se va perdiendo. Pero lo eché de menos al volver de un viaje en más de una ocasión ¿Te ha pasado?

Las cosas más cotidianas y distintas a tu vida
¿Quién no echa de menos, al volver de un viaje, las acciones más cotidianas durante el mismo? Estar pendiente de buscar dónde comprar agua mineral, estar atento a lo que comes y mirar a ver si el sitio te da confianza para tomarte un zumo o incluso una ensalada, que te sabe a gloria. Como si nunca hubieras comido una ensalada. Pensar en qué hacer al día siguiente. Estudiar el mapa, leer una guía de viajes. Pensar en cuándo toca lavar la ropa a mano o en una lavandería (que hay que localizar).

Las horas de vaciado de mente
Otra de las cosas importantes que nos regalan los viajes son las horas de «vaciado de mente». Dejando que el entorno te envuelva y tú sólo pienses en el placer que es recostarte en unos cojines, o sentarse en la sombra a ver la vida pasar.
Observar el atardecer, la vida pasar, la fauna salvaje. Jugar con niños desconocidos que te miran con curiosidad. Caminar por las montañas. Mirar el mar.

Fotografiar lo que veo
La fotografía es muy importante para mí. Es un hobbie, pero también una forma de expresión, un reto, un placer. Detrás del visor me olvido del tiempo y sólo pienso en capturar la belleza o lo que me llama la atención. No es un «vicio» como algunos piensan. Es otra cosa.
Soy consciente de que intentar atrapar las nuevas vivencias es un poco absurdo, pero yo persigo «crear» mi mirada. Transmitir a otros y a mí misma lo que estoy viviendo, encontrar la belleza del mundo y atraparla de alguna forma.
Al volver de un viaje, echo de menos ese día a día con la cámara, encontrando escenas y encuadres que me motivan más que los que veo en mi cotidianeidad.

Escribir lo que siento, lo que hago
Escribir durante un viaje es un ritual que intento cumplir a diario. A veces sólo por la noche antes de que el cansancio me venza, otros días a salto de mata. Aunque reconozco que a veces se hace cuesta arriba, después agradezco muchísimo tener esas notas tomadas en el momento. Y cuando vuelvo, es otra cosa que echo de menos, claro.
Calcular los precios
Volvemos al asunto económico, que en los viajes puede ser bastante intenso. Una de las cosas en las que no soy hábil es el cambio de moneda, pero no hay más remedio que aprender. Calcular los precios de las cosas sobre la marcha es un deber, si no quieres «palmar pasta» todo el rato. A la vuelta, también se queda como una pequeña añoranza.
Deducir
Y deducir cosas. Poco a poco. Los horarios, las costumbres locales, las comidas, los tiempos laborales y libres, la apertura y cierre de tiendas, el idioma, etc.
Madrugar sin pereza
Madrugar no cuesta ni la mitad cuando tienes delante de ti un mundo nuevo que ver y experimentar. Y si no es nuevo, sí es diferente a lo que ves la mayor parte del año. Eso también lo echo de menos al volver de un viaje, fíjate tú, porque seamos sinceros, madrugar para trabajar no es lo mismo 😅😅

Practicar mi inglés
Mi inglés no es muy allá, pero suele ser suficiente para entenderme. En muchos viajes tengo la oportunidad de practicarlo y también de aprender nuevas palabras, las que utilizan más los locales que, como yo, no hablan inglés de forma nativa. Puede ser muy divertido y es algo a echar de menos después de volver de un viaje.
Estar todo el día en la calle
Estar todo el día en la calle es una de las cosas que más echo de menos al volver de un viaje. Quien dice en la calle, dice en el campo, el desierto o la montaña. En el exterior, vaya. Porque lo normal es que te pases todo el santo día fuera del alojamiento, y es algo que, hasta que no dejas de hacerlo, casi ni te enteras.
Este echar de menos, por cierto, puedes sufrirlo al volver de un fin de semana en la provincia de al lado, o de la otra punta del mundo.

Los amaneceres y los atardeceres
Aunque es obvio y va muy ligado al punto anterior, los amaneceres y atardeceres suelen ser momentos que echas de menos cuando vuelves a casa. Muchas veces son un momento de recogimiento, de calma, si bien es cierto que otras te pillan volviendo al alojamiento o en un traslado… pero nadie dijo que todo es perfecto.

El minimalismo vital
Lo que llamo «minimalismo vital» es manejar todas mis posesiones concentradas en una única mochila, bolsa o maleta. Si hay algo que demuestran los viajes es que se puede vivir con muy poco. Con muchísimo menos de lo que tenemos guardado en una casa. Y esa sensación de tener lo básico y no necesitar nada más, me encanta.
El descubrimiento
La sensación de descubrir un sitio especial, o un rincón que por ser cotidiano allí, es muy especial para ti. Los viajes están llenos de estos momentos: mercados, templos recónditos, un valle especialmente bonito, una montaña mítica.

La sencillez de la vida
En los viajes no sueles tener preocupaciones y te concentras en disfrutar. Quizá sea eso lo que todos pensamos cuando decimos «quiero ser millonario». Podríamos hacer lo que nos diera la gana todos los días, sin preocupaciones (materiales). Y somos muy afortunados por disfrutar de esa sensación aunque sea en unas pocas semanas al año. Algo para echar de menos al volver de un viaje, sí o sí.


De ahí que lo haga una y otra vez, ir para volver de un viaje ¿Te pasa lo mismo?
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¡Grandioso Alicia!
He estado estos últimos días haciendo yo también un repaso a todas esas cosas que echo de menos cuando estoy de viaje.Sobre todo esas cosas sencillas, del día a día. Inevitable imagino, cuando volvemos, aunque quizás no todo el mundo las sienta igual. Los primeros días incluso sigo llevando las mismas rutinas en algunos aspectos. (¡Llevo 15 días haciéndome un zumo natural de mango para desayunar! Aunque lamentablemente no me sabe igual…) Hasta que poco a poco esas cosas se diluyen sin remedio en la nueva cotidianidad. Y empiezo a añorar ya lo que hasta hace poco era la increíble «rutina» del viaje. Entonces empiezo a soñar ya en el próximo.
Siento lo mismo que tú, Alicia en todo lo que describes. Me has puesto la piel de gallina.
Un abrazo fuerte
Carol! muchísimas gracias, a mi me has puesto la piel de gallina con tu comentario!! Está claro que tú y yo somos almas gemelas en esto del viaje, y de escribir sobre ello porque ya sabes que tus artículos me encantan. Vamos a tener que hacer un viaje juntas un día de estos!! Un abrazo enorme!
Ali
Pero qué bien escribes leñe! Recién levantados nos leemos tu post para que no se nos olvide que aùn echando de menos de vez en cuando el jamón, se extraña mucho más todo lo que tú describes. Nos ha encantado el post y las fotos (claro). Un abrazo desde tierras niponas!
Aaah!!! Qué ilusión que me leáis y comenteis!! Gracias por los piropos, que además viniendo de un par de artistazos como vosotros emociona más ? Buen día en Japón!! ???
Me ha encantado el post porque me he sentido super identificada, Creo que nos acostumbramos demasiado rápido a descubrir y conocer lugares nuevos y como dices al final necesitamos unos días a la vuelta de desintoxicación del viaje y vuelta a la rutina.
¡Un abrazo!
Muchas gracias Silvia, me alegro mucho de que te haya encantado!! efectivamente, al final nos pasa un poco lo mismo a todos, es lo maravilloso de viajar :)
Besos
Alicia
Sencillamente precioso. Un artículo escrito con el corazón, que muestra los sentimientos más profundos. A mí me ocurre algo parecido al regresar a casa. Siempre siento que algo de mí se ha quedado allí, en ese lugar en el que me encontraba hace unos días, unos horas y que siempre, con el paso del tiempo, cuando miras las fotos, regalas una sonrisa añorando los momentos vividos y sueñas con el próximo destino.
Felicidades por el post, por como describes tus sentimientos y por las geniales fotos.
Un abrazo.
Muchísimas gracias Antonio!! sí, lo escribí con el corazón, a veces son sensaciones mucho más intensas que otras, supongo que depende del destino y duración del viaje que ha terminado, pero al final siempre están ahí :)
Un abrazo!
Ali
Ali, ¡parece que hayas escrito mis sensaciones!
De las que más añoro son la sonrisa de los niños y el silencio del desierto. Estas sensaciones no tienen precio ¿no crees? De acuerdo, también todas las demás, pero… éstas son especiales para mí.
¡Besazos!
Mercè!! sí, el silencio y los niños, los niños y el silencio del desierto que no es cualquier cosa… ains. Son experiencias profundas, que a mi me aportan tanto, que no siempre tengo todas las palabras.
No, no tienen precio… y lo bueno es que nos demos cuenta, porque no todo el mundo es capaz (cada vez me encuentro con más ejemplos de gente que no entiendo por qué viaja, echando de menos todas sus cosas desde el día 2, y alegrándose de la vuelta. No lo entiendo, para mi es cada vez un poco más desgarrador abandonar la rutina que no lo es de cada viaje).
Besazos!!!!
Ali
Felicidades por el post, has dado en el clavo. Muchas de estas sensaciones son las que te encuentras a la vuelta de un viaje y te hace pensar que un poquito de ti se ha quedado por ahí. Además de la sensación de que lo rápido todo pasa y lo mucho que se vive en pocos días cuando estás de viaje. Se aprovecha hasta el último segundo.
Saludos
Gracias Julia!! Me alegro de que coincidamos. Sí, es otra grandeza de los viajes, vivir mucho en poco tiempo ?
Un abrazo!
Ali
Tocaya! que identificada me siento con lo que escribes siempre (especialmente por la pasión compartida por el desierto!)
Cuantas veces eché de menos las mismas cosas que describes, y al leerte sonrio y me alegro de estar donde estoy… de amanecer temprano y sin pereza cada día viendo dunas naranjas! en silencio… descalzarme a cada momento antes de arrodillarme en una alfombra y comer en contacto con el suelo y con la comida que palpo con mis dedos! de escuchar niños riendo por todas partes, que aun juegan en la calle ajenos a las videoconsolas, de deleitarme con amaneceres y atardeceres que llenan el alma…
Echamos de menos el viaje en sí… o una forma de vida? Seguramente ambas!
Un gustazo leerte siempre! Gracias por compartirlo!
Ali
Guapa!! Muchas gracias por tus piropos y gran complemento al post todo tu comentario. No sé si es el viaje en sí, pero es maravilloso vivirlo (y darse cuenta) ???
Gracias a ti estoy viajando a países a los que nunca voy a poder ir y recobrando con inusitada fuerza los recuerdos de algunos de mis viajes, Etiopía, Nepal…
Felicidades y gracias!
Hola! Me alegro poder ayudarte a viajar con la mente, y muchísimas gracias por tu comentario ?
Un abrazo
Ali