La estampa de un islote unido a tierra por un apéndice rocoso sobre el que trepan unas escaleras trazando curvas es… perfecta ¡Qué ganas tenía de conocer San Juan de Gaztelugatxe! Tantas veces vista en fotos con esa imagen de sitio singular, épico, valiente, de postal buena. Por fin se dio la ocasión, y por fin te puedo enseñar este lugar, esperando que sea una nueva inspiración para tus escapadas ¿Te vienes? 😉
San Juan de Gaztelugatxe, el escenario de Rocadragón
Esas escaleras trepando hasta la cumbre terminada en una ermita no podían ser obviadas para una serie como Juego de Tronos y su precuela La Casa del Dragón. Con sol es alucinante, con niebla y nubes seguro que también.
Desde el complejo de cafeterías y restaurantes que hay junto al acceso principal, ya te puedes hacer una idea de esa postal que te espera. Pero lo mejor está bajando más, acercándote, y el culmen llega cuando te sitúas a sus pies.
El camino te lleva por la ladera de la montaña rodeado de vegetación frondosa incluso en verano. En un momento dado te encuentras con el cartel que señala un pequeño desvío a un mirador. No lo dejes pasar, por lo que más quieras, porque desde allí verás la ermita de San Juan de Gaztelugatxe de frente, un poco por encima de ella, y es una vista fantástica. Me atrevería a decir que la mejor.
Después hay que continuar, ya sin árboles que den sombra, bajando por el camino. Es una vía empinada, con un pavimento que te obliga a mirar por dónde pisas, pero ya con la alegría de acercarte a ese escenario de fantasía.
Y mientras, si miras de frente, a la derecha de la roca de la ermita para ser más exactos, verás un par de playas salvajes. Es allí donde las gaviotas se posan por las tardes para recibir los rayos del sol, secarse, y disfrutar de un medio sin humanos. Nosotros no podemos pisar ese lugar, pero sí observarlo desde la distancia. Igual que la Isla de Aquech o Akatxa, cuya base de pura roca está labrada por el mar con oquedades y cuevas de distintas alturas.
A continuación las curvas del camino te ponen San Juan de Gaztelugatxe delante. Y ya es difícil mirar para otro lado. Menuda pasada de sitio.
El puente de piedra que cruza el paso del mar, con sus ojos y pilares construidos sobre el flysch de la costa (aquí también hay flysch o muestras del plegamiento de la corteza terrestre como en Zumaia), es una preciosidad. Y caminar sobre él como que emociona. Las rocas redondeadas y pulidas, el murete que protege de las caídas, y la continuación con la escalinata.
Por cierto, un par de arcos de roca naturales salen del peñón original y parecen otro puente.
Toca subir 241 escalones. No hay otro modo. Pero la buena noticia es que puedes hacerlo a tu ritmo. A no ser que llegues poco antes del cierre, que en ese caso tendrás que darte prisa si quieres llegar hasta el final.
La recompensa que te espera arriba son las grandes vistas de la costa vasca. Desde mi punto de vista no son más espectaculares que las que puedas obtener desde otros sitios, como el Cabo de Matxitxako, pero aquí lo que cuenta es la experiencia. Me refiero a la subida por ese camino amurallado, pasando junto a las cruces que se recortan en el horizonte de agua, escuchando a las gaviotas.
Dicen que si tocas la campana de la iglesia tres veces, ahuyentarás a los malos espíritus y atraerás a la buena suerte. También dicen que pisar la huella de San Juan trae suerte.
Yo creo y me quedo con el hecho de que poder subir allí es una suerte.
Para volver, tendrás que deshacer el camino, pero hay una vía alternativa a la subida empinada que tuviste que bajar. Al poco de empezar a volver, de espaldas al mar, verás un camino ancho que se dirige a la izquierda. Es una ruta más larga pero con menos desnivel, aunque también lo tiene.
La verdad es que no me quedó nada claro que ese camino fuera menos esforzado que la cuesta del más corto, así que decidimos subir por donde habíamos bajado. Hay que sumar que hacía bastante calor y ese otro camino va sin sombra un buen trecho. Quizá lo haga en próximas visitas.
La historia de San Juan de Gaztelugatxe
Aunque la ermita actual sea de 1980, no resta encanto al conjunto. ¿Por qué es tan moderna? te preguntarás…
Las batallas y los incendios han dado buena cuenta de los templos levantados a lo largo de los siglos. El último gran incendio sucedió en 1978 y fue provocado. Por lo visto alguien subió, prendió fuego y tiró la cabeza de la imagen del santo a las rocas. Allí la encontraron unos días más tarde.
San Juan de Gaztelugatxe ha sido escenario de no pocos asaltos, dramas, y objeto de leyendas
Está claro que en la Edad Media un sitio tan singular no podía pasar desapercibido. Un islote golpeado por las olas del mar, escondido en los días de niebla, atormentado bajo los rayos y truenos de las tormentas ofrecería una imagen inquietante. Me imagino la cantidad de leyendas que se pudieron desarrollar contemplándolo.
La primera ermita se levantó en el siglo IX. Después se construyó un convento en el siglo XII. Hacia 1330 los frailes se fueron y con ellos toda la documentación, reliquias y cualquier cosa de valor que pudiese haber, para ponerlos a buen recaudo en su nuevo destino.
En el siglo XIV, el año 1334 en concreto, el rey de Castilla Alfonso XI quiso quedarse con el señorío de Bizkaia. Juan Núñez de Lara se rebeló y se atrincheró con sus caballeros allí arriba. Un mes resistieron. Lo consiguieron, porque el rey terminó firmando un armisticio antes de retirarse. Toma ya. Yo me pregunto ¿cómo lo lograrían? ¿Cómo conseguirían agua potable allí arriba? ¿y comida? ¿Les abastecerían por mar, desde el otro lado de la roca?
En el siglo XVI, con la fiebre de la búsqueda de supuestos tesoros ocultos, San Juan de Gaztelugatxe se convirtió en objetivo de ni más ni menos que el pirata sir Francis Drake. Perdón, corsario. Y navegante, explorador, e incluso vicealmirante inglés en el reinado de Isabel I. Estuvo en todos los lados, vaya. Aquí puedes leer su biografía resumida.
San Juan de Gaztelugatxe siguió siendo un centro religioso al que acudía la gente con devoción. Los peregrinos acudían a “la roca”, encontrando cobijo en la hospedería de 12 camas que habilitaron los religiosos. En realidad el lugar estaba habitado por un solo fraile-ermitaño que hacía las veces de mayordomo, guardián, y atendía a los feligreses.
Los peregrinos llevaban joyas y hacían donaciones, así que el lugar volvió a llenarse de alhajas, además de atesorar una imagen de San Juan Bautista. Bien, pues cuentan que Sir Francis Drake halló el tesoro buscado, la saqueó y la quemó. Y dicen que los saqueadores despeñaron al ermitaño que vivía allí arriba. No quedó de él ni un solo hueso sano…
Otra de las leyendas que no te debes perder es que el mismísimo San Juan llegó a Gaztelugatxe desde Bermeo dando sólo tres grandes pasos. El primero en el portal de las murallas que aún se conserva en esta localidad, el segundo en el barrio de Arene, y el tercero en las cercanías de la Isla de Burgoa, antes de alcanzar el peñón. Hoy puedes ver la losa con la huella del pie nada más llegar arriba. No es que esta fuera su ubicación original, pero en la última renovación se decidió ponerla allí.
Bueno, digo última renovación pero en realidad no son pocas las ocasiones en las que el lugar tiene que ser intervenido. El mar es el mar, y su fuerza destructora obliga a reconstruir y arreglar el puente y la escalinata con relativa frecuencia. Por eso se limita el número de visitantes, tanto por la conservación del sitio como por la seguridad de las personas.
Por otro lado, Gaztelugatxe es una zona natural de gran valor, nombrada Biotopo Protegido en 1998. Los biotopos protegidos son sitios naturales de pequeño tamaño con un uso público reducido.
Información práctica y consejos para visitar San Juan de Gaztelugatxe
Llegar a San Juan de Gaztelugatxe no tiene mucho misterio.
👉 En coche, puedes ir desde Bermeo o desde Bakio, pero ten en cuenta que los parkings que hay junto al acceso se llenan fácilmente. Una buena idea sería dejar el coche en Bakio o Bermeo, y allí coger uno de los buses que tienen parada allí. Es un trayecto de 10-15 minutos desde ambas localidades.
Si aun así decides ir en coche, saliendo de Bermeo te aconsejo que te desvíes al Cabo de Matxitxako desde donde podrás contemplar Rocadragón en el horizonte. Desde Bakio puedes tomar la carretera que va junto a la costa hasta el parking de San Juan de Gaztelugatxe.
👉 Otra opción para llegar es hacer todo el viaje en autobús. Puedes ir desde Bilbao. Y también puedes ir en el Euskotren desde Bermeo y allí coger el bus. Aquí puedes consultar los horarios de Euskotren.
👉 Y otra forma más bonita aún es llegar andando por la senda de Bakio-Matxitxako. Se inicia en el mirador de Bakio y en sólo dos kilómetros estarás ante el acceso de Urizarreta. Desde Matxitxako son cuatro kilómetros hasta la base de la ermita.
❗❗ Muy importante: para visitar San Juan de Gaztelugatxe tienes que hacer la reserva online. Esto es así, y no hay vuelta de hoja. Si decides ir sin esa reserva, te quedarás a las puertas. No hay excepciones, no te la juegues, sólo es un trámite bastante sencillo con una sola pega: debes elegir la hora de entrada, lo que puede condicionar un poco tu día en la zona. Aquí tienes el enlace para hacer la reserva.
La visita es gratuita, pero la reserva online la tienes que hacer igualmente.
Te aconsejo que la visites en la última hora de la tarde, según la disponibilidad de reservas. Lo digo por la luz, ya que a esa hora puede ser mucho más especial.
👉 Una gran idea es hacer este tour por los escenarios de Juego de Tronos.
Como vas a tener que subir 241 escalones hasta la ermita, y antes de ello tienes que bajar por un camino, bien arreglado pero camino, lleva calzado con buen agarre en la suela y ropa cómoda.
Lleva también agua, aunque al lado del puente hay una fuente de agua no tratada. Yo aproveché para rellenar mi cantimplora y no me sentó mal, pero valóralo.
Si buscas alojamiento en la zona te recomiendo que reserves con tiempo, en especial si vas en fechas señaladas o verano.
👉 Si buscas más información de la zona, echa un ojo a la Guía para una escapada en la costa de Vizcaya que he publicado.
Por fin he cumplido el sueño de visitar San Juan de Gaztelugatxe y no me ha decepcionado en absoluto. ¿Y tú, la conoces?
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