Actualizado el 17 octubre, 2019
Londji es un pueblo de pescadores de la costa sur de Camerún, y está a unos 25 kilómetros al norte de Kribi. Este es uno de los atractivos turísticos de la zona, y de hecho te lo intentarán vender en la oficina de turismo de Kribi, por una módica cantidad de 40 euros (año 2011), al menos sin regatear. Pero cogiendo un taxi y negociando el precio, saldrá por la mitad como poco, y merece la pena, créeme! :)
Londji, un pueblo de pescadores que conserva su autenticidad
No sabía qué esperar de Londji. Si es un atractivo turístico, al menos esperaba ver turistas. Pero resultó que no, que además de no encontrarnos con otros turistas, sí nos topamos con un pueblo bastante auténtico. Al margen de las parabólicas que pueblan sus tejados, dicho sea de paso.
Ese día los pescadores no habían salido a la mar. Suelen hacerlo dos o tres veces por semana en días alternos, para pasar una o dos noches pescando, así que había más gente que en Ebodje, otro pueblo costero en el que habíamos estado unos días antes.
Lo primero que hacemos es darnos un pequeño paseo por las cuatro calles de Londji.
Algunos hombres están cosiendo las redes de pesca o reparando las barcas. También hay niños encargados de estas faenas, y en mayor número.
En realidad la mayoría de los adultos están charlando en la playa, jugando al parchís, o a una especie de juego de damas que se lleva mucho por allí.
De las casas salen sonidos de música reggae, y por un momento me da la sensación de haberme transportado a un ambiente caribeño, o zanzibareño. Con su relax y languidez.
Encuentros en las calles de Londji
Nos encontramos con unos niños que están fabricando sus propios juguetes. Es alucinante. Con unas tablillas, latas de conserva y mil cachivaches más recuperados de la basura, se montan unos bólidos estupendos que nos enseñan orgullosos.
No puedo evitar pensar de nuevo en la creatividad africana. No es esta la primera muestra que veo de ella, ni será la última. Allí donde vas te encuentras con mil y un detalles de cómo los africanos aprovechan los recursos que tienen a mano y les dan utilidad.
Aparece una niña pequeñita con coletitas que debe de tener un año y medio. La mujer que está al lado nos dice que tiene una gemela, y va a por ella para enseñárnosla. Como ya conté en otro post, los mellizos y gemelos son considerados una bendición, un signo de buena suerte, y por eso los “muestran” con alegría.
Las casas se extienden en paralelo a la playa con una calle principal y muchos recovecos y pequeños callejones entre sí. Todas de madera, pintadas de azul, aunque muchas ya han perdido el color, y algunas decoradas con dibujos y cortinas de encaje en las ventanas.
Sí me sorprendió ver bastante basura en las calles y en la playa, algo que en otros lugares no había visto.
La gente nos mira de forma hosca en un principio, hasta que les saludas. Entonces suelen sonreír e incluso te preguntan qué tal, de dónde eres, alguna broma.
Si pasas y no saludas –por mucha gente que haya-, se enfadan y lo toman por un gesto de altanería o de algo peor.
El tema de las fotos no les gusta en general, y los críos son los primeros que salen corriendo si enfocas hacia ellos.
Por lo visto, la noticia del suceso de la ONG francesa “El Arca de Noé” que intentó secuestrar a más de 100 niños en Chad, país vecino de Camerún, llegó aquí. Desde entonces las madres y padres se mosquean por si los blancos que aparecen por allí se muestran demasiado cariñosos con los niños, o hacen demasiadas fotos. No se les puede culpar ¿quién les asegura que no hay más blancos pirados como aquella gentuza?
La playa de Londji
Salimos a la playa, donde un grupo de niños y no tan niños juega al fútbol, con porterías incluidas.
Nos acercamos a ver cómo va el pescado que hemos encargado para comer. Este es el viaje donde más pescado he comido con diferencia!!
Resulta que la cosa va para largo, aunque nos han montado unas mesas con sillas en la arena.
Un poco más allá unos pescadores faenan en la orilla con la barca recién arribada. Son muy musculosos y fuertes por lo que se ve, porque sostener un motor sobre el hombro «así como si nada» me parece a mi que no lo hacemos todos.
Vemos a unos críos con unos pañuelos grandes anudados al hombro, como si fueran capas de Superman o algo así.
Son niños recién circuncidados. No tendrían más de 6 ó 7 años y juegan entre ellos, apartados del resto. Un compañero nuestro les hincha un globo y se ponen a jugar como locos, encantados, dando saltos.
Uno de ellos, sin embargo, hace muecas de dolor cada dos por tres, y se quita el pañuelo en el que lleva envuelto el pene. Un pañuelo ya manchado, que se le ha caído varias veces en la arena. Alguno de los hombres que está por allí le da una voz, para que sea más cuidadoso.
Uf. Este tipo de prácticas, tan arraigadas e importantes para ellos a nivel social, me generan rechazo.
No puedo evitar pensar en otras que aún existen, ya sea el planchado de pechos a las niñas, aquí en Camerún. Me aseguraron que está en franco retroceso y que se ha hecho bastante campaña en su contra, pero no sé si se habrá erradicado del todo. Y también está la mucho más conocida ablación femenina.
Los otros niños mantienen cierta distancia con éstos. Nos dicen que así es como debe de ser durante unos días. Eso sí, se burlan de ellos. Si alguno se cae, se desternillan de risa. Pero los pequeños circuncidados no se achantan y hacen lo mismo.
Asistimos a un cruce de burlas, chanzas y risas a mala idea entre unos y otros. Como en todas partes los niños, niños son
De los globos pasamos a las pompas de jabón, con las que lo flipan. Yo también, qué queréis que os diga. Creo que es uno de los juegos más mágicos que existen, me fascinan!!
Después de comer el pescado, partimos a Douala, la capital económica de Camerún. Desde allí subiremos al oeste del país al día siguiente. Cambiaremos otra vez de escenario subiendo a 1.800-2.000 metros de altura. Otros paisajes, otras gentes.
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Hola Ali,
Es muy curiosa la foto del coche de juguete, está claro que en llamado primer mundo como es España no valoramos lo que tenemos.
Qué pena los niños recién circuncidados, recuerdo en Eyup, Estambul que los niños iban vestidos como príncipes después de haberlos circuncidado, pero vaya dolor !!
Saludos.
Hola Victor! sí, no valoramos lo que tenemos y la imaginación cada vez más atrofiada, me temo…
Saludos
Me encanta como escribes tus viajes y, leyendo tu viaje a Grecia vi entradas de Camerún y me flipo jeje como mi chico es camerunes, me puse a leerlas y me parto contigo.
Me encantan!
Gracias!
Hola Laura! Gracias por tu comentario, me encanta saber que te gustan!! ?