Actualizado el 13 octubre, 2019
Estamos en el País Bamoun, y de nuevo experimentamos cambios considerables. En esta región se habla francés, y del ambiente cristiano hemos pasado al musulmán (el 80% de los habitantes lo son). Para que luego digan que Camerún no es un país variado! Foumban es nuestra ciudad por un par de días, famosa por ser el mayor centro artesanal de África, o eso dicen.
Un par de días en Foumban
Foumban es también uno de los pocos centros históricos de Camerún. Como os decía, se la conoce por ser nada más y nada menos que el mayor centro artesanal de África.
Desde Foumban se exportan máscaras, joyería, estatuas y mobiliario al resto del mundo. Destaca la creación de estatuas y otros objetos de bronce con la técnica de la cera perdida.
En nuestro primer paseo, al atardecer, ya nos encontramos con unos cuantos vendedores que vienen a ofrecernos visitar su tienda. Son simpáticos, pero pueden agobiar un poco. Si les explicáis que acabáis de llegar, que vais a estar un par de días y tal, a lo mejor os hacen caso!!
Dónde dormir en Foumban
Nos alojamos en el Baba Hotel, que está bastante alejado del centro, a unos 2 km por la carretera. Es un fastidio, pero parece que en el pueblo no hay mejores alternativas. Nos avisaron de que éste iba a ser un alojamiento muy modesto, pero la verdad es que estaba fenomenal.
Recién reformado en buena parte, las habitaciones son amplias (algunas son bungalows en el jardín y otras -como la mía- están en el edificio principal). Hay un horario para el agua caliente, eso sí, y una alta posibilidad de cortes de luz, pero está francamente bien.
Allí cenamos una noche y también estuvo muy bien. En fin, lo recomiendo!!
No obstante, vimos que en el pueblo estaban terminando de construir un hotel nuevo con varias plantas y tenía buena pinta. Estaba situado más o menos frente a Correos, en la calle que sube al Palacio, no tiene pérdida.
Paseando por Foumban
La primera impresión es la de estar en un pueblo como tal, una impresión que no siempre es tan clara en muchas localidades de Camerún, porque sus centros urbanos están muy desparramados.
Resulta agradable pasear, la gente es bastante amable, la llamada a la oración inunda las calles… Desde el primer momento me siento bien aquí.
Qué ver en Foumban
El Palacio del Sultán
En esa primera tarde nos acercamos al Palacio del Sultán, aunque lo visitaremos al día siguiente. Tiene las puertas abiertas y entramos hasta una especie de plaza con una estatua en el centro. Una estatua que parece hecha por un dibujante de comic :-), y que muestra al sultán en plena batalla.
Llega un cochazo, un 4×4 de éstos enormes, último modelo, y los que están por allí nos dicen que es el sultán.
Efectivamente, vemos a un señor bastante grueso y vestido con turbante y una túnica, como el Lamido de N’Gaoundéré que nos hace un fugaz gesto de saludo.
El coche para junto a una puerta discreta, en un edificio anexo al palacio, dejando el espacio justo para que el sultán baje y desaparezca de nuestra vista.
Todos los que estaban por allí le señalaban con sonrisas y expresión de respeto, de veneración, lo cual no deja de sorprenderme. Por lo visto, el sultán habla español.
Los viernes el sultán de Foumban se desplaza del palacio a la mezquita con todo su séquito y músicos tocando, mientras es aclamado por los súbditos. No coincidimos con ése día, pero debe ser todo un espectáculo medieval digno de ver!
A la izquierda hay un muro con los retratos de todos los sultanes, los más recientes hechos a partir de fotografías. Y también unos dibujos que se suelen estampar en telas llamadas ndop, no sólo aquí, sino en todos los reinos del oeste de Camerún.
Antes de la colonización, las telas ndop eran utilizadas sólo por la aristocracia, y se asocian con el poder y los ritos funerarios.
El método tradicional consiste en teñirlas con índigo, donde después se dibuja. Son de algodón. Se cubren las líneas de los dibujos con hilo de rafia, y se aplica una segunda capa de índigo, para retirarse después la rafia y dejar el contraste de los dibujos. Por supuesto, esto ya se ha industrializado, y además los dibujos son más sencillos que los antiguos.
Foumban fue fundada en el s. XV por Nchare Yen, primer miembro de la dinastía que sigue gobernando la nación bamoun hoy en día.
El mercado de los sastres de Foumban
Al día siguiente empezamos dando una vuelta por el mercado, y junto con una amiga, me voy a buscar un sastre para que me haga un vestido con la tela comprada en Bamenda.
Enseguida encontramos uno, aunque luego descubrimos que hay toda una zona con quizá un centenar o más de sastrerías. Pero si no los conoces… supongo que da igual, a no ser que quieras intentar conseguir el mejor chollo, cosa que dudo. Este es un hombre de unos 50 años, muy serio y educado.
Le dibujamos en un papel lo que queremos aproximadamente, y él asiente con la cabeza. También puedes llevar una prenda que quieras que copien, por lo visto lo hacen muy bien!!. Yo no las tenía todas conmigo, a saber cómo quedaría, con el dibujillo que le había hecho.
Nos tomó las medidas. Fue un momento un tanto delicado, especialmente en la zona del pecho. Estamos en zona musulmana! Puso mucha distancia y claro, luego tuvo que arreglarlo porque de esa zona nos quedaba grande… :-)).
Nos dijo que el precio era 3.500 CFAs cada uno. Poco más de 5 euros y no iba a gastar más que la mitad de la tela que habíamos comprado. Es decir, que el vestido salió por 8 €. Ni regateamos, lógicamente. Quedamos con él que pasaríamos a las 14 h a recogerlos. Eran las 9.30 de la mañana.
De ahí nos fuimos a visitar el palacio, y al salir decidimos pasar a ver qué tal le iba y por si nos los podíamos probar y tal. Eran las 12.30 h y resulta que ya los había hecho.
En 3 horas, los dos vestidos!!! Nos los probamos, tuvo que hacerles los arreglillos que ya he comentado y que hizo en cinco minutos, y voilá, vestido nuevo, con el que estoy encantada!
El mercado de alimentación
En el mercado volvemos a comprobar que la gente es realmente amable. No te acosan ni nada por el estilo, y si tú saludas, ellos te sonríen, te dan la mano, te dicen algunas palabras. Lástima que yo no hable apenas francés. Algunas personas nos pedían una foto, y después nos daban su teléfono móvil para que les llamáramos cuando la tuviéramos lista, ains…
Observo que hay más abundancia de fruta, verdura, y en general los puestos tienen mucha cantidad de género. Resulta que otra parte de la actividad de Foumban, además de la artesanía, es la agricultura.
El mercado se extiende alrededor de la mezquita. Aprovecho para hacer un inciso: las mezquitas de Camerún no me resultan muy atractivas. Son edificios “a la africana”, nada que ver con las mezquitas del Norte de África, o las de Malí.
Museo de Foumban
Mientras el «sastre valiente» nos hacía los vestidos, visitamos el museo, que abarca una parte del palacio del sultán.
De nuevo nos encontramos con que está prohibido hacer fotos en el interior. Una pena porque hay piezas muy bonitas, y en general la visita es muy interesante.
Curiosidades que recuerdo: unas campanas de bronce con cabeza de mujer, preciosas; cráneos humanos, de los enemigos que mataron en su día; las ropas de uno de los sultanes de hace unos siglos, que dicen que medía 2,60 metros de altura (ver las ropas, o sencillamente los brazaletes de tela gigantescos, es ya un espectáculo. Aunque francamente, parece increíble).
¿El primer antropólogo nativo? Un Leonardo Da Vinci africano
En el museo me llama mucho la atención la historia del sultán Njoya, una especie de Leonardo Da Vinci que en el s. XIX se inventó una escritura para su pueblo, la escritura bamoun o shümom.
¿Por qué hizo esto? Se dio cuenta de que la tradición oral depende demasiado de la memoria y capacidad de escucha de las personas, y por supuesto las historias van variando y deformándose con el paso del tiempo.
Observó que los europeos escribían y anotaban todo tipo de cosas gracias a su escritura, así que decidió elaborar un código propio con el que escribir la historia de su pueblo, las costumbres, las leyes, las creencias, etc. Además, escribió varios libros sobre todas estas temáticas.
Realmente admirable e inteligente por su parte.
Hoy en día se está tratando de no perderla, ya que son pocos los bamunes que saben leerla y escribirla.
Digo que es una especie de Leonardo Da Vinci porque no es lo único que hizo.
Inspirado o asimilando la tecnología europea, este hombre inventó un montón de cosas. Máquinas agrícolas, fusiles, un vehículo… y confeccionaba sombreros, joyas, vasos de vidrio.
Fue quien mandó construir el actual palacio y también fue el primero que se convirtió al Islam, viendo que los europeos supeditaban su autoridad al Papa de Roma y denostaban la poligamia considerándola un “exceso”.
Es decir, que eligió lo que más y mejor se adaptaba a su cultura. La mayoría de súbditos le siguió en esta conversión.
Los símbolos de la realeza Bamoun son tres, y están por todas partes
- La serpiente de dos cabezas (vigilancia y fuerza).
- La araña (trabajo).
- La doble campana (patria).
Al salir del museo, nos hacen una demostración de la música tradicional bamoun. Los instrumentos son realmente curiosos.
Los barrios artesanos de Foumban
A partir de ahí, nos dedicamos a deambular sin rumbo por Foumban, en parte también para hacer algunas compras. Nos vamos a un barrio que está algo alejado del centro.
Un par de árboles gigantescos señalan la zona donde hay varios talleres y tiendas de artesanos.
Las tiendas son parte de las viviendas, o pequeños locales abarrotados. Vamos entrando en una y otra, regateando, regateando, regateando.
Son duros de pelar, y los precios están algo subidos, pero con paciencia y todo el tiempo que quieras, puedes comprar algún recuerdo. Al final, nos vamos a comer a las 16.30 h.
Las «tiendas» son como cuevas de Alí Babá. Pscuras y llenísimas de objetos de todo tipo y culturas. Hay estatuas del Congo, máscaras de mil sitios, cajas, muebles. Suele haber mucho polvo y telarañas, así que elegir una pieza que te guste no siempre es fácil.
Y al final, una despedida amarga de Foumban: cuidado con las sombras de la noche
Al atardecer, nos vamos al Café Royal a tomar algo ante las magníficas vistas que tiene este lugar.
Se hace de noche, y nos vamos al hotel… Estamos esperando para irnos, y en un rincón oscuro a escasos metros, atracan a una amiga.
Según nos contó, la empujó un hombre tirándola al suelo. Ella intentó levantarse después de unos segundos, y volvió a empujarla, tirando del bolso que llevaba cruzado donde tenía la cámara, un móvil de tarjeta, y el monedero. Se lo llevó.
Ella se quedó con el dedo meñique vuelto del revés, que es como vino hacia nosotros.
Imposible perseguirle, porque había una cuesta abajo totalmente oscura que se interna en uno de los barrios.
Así que iba a contaros que Foumban es un sitio tranquilo y seguro, porque de hecho nos dicen que esto es un suceso aislado. Pero quizá sencillamente las cosas están empeorando por allí también, como ha sucedido en Douala con el paso de los años. Una verdadera lástima. Por cierto, parece que el hospital está muy bien, bastante limpio.
Esto me recuerda que…
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¡Jolín! Menuda faena para tu amiga, ¿le rompió el dedo?
Por tu relato parecía un sitio encantador, pero imagino que hay que ir con cuidado…
Un saludo
Si… no le rompió el dedo, sólo se lo dislocó y en el hospital se lo pusieron en su sitio. después estuvo varias semanas con él inflamado, pero bueno, afortunadamente no fue a mayores.
Es un sitio encantandor, pero efectivamente hay que ir con cuidado en cuanto cae la noche sobre todo, igual que en otros sitios. En fin, las cosas son así y es un fastidio, pero no por ello deja de merecer la pena conocerlo. :-)Gracias por comentar, Helena! :)