El reino de Bafut, Camerún

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Por Alicia Ortego

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Después de dormir en Bamenda, nos encaminamos al reino de Bafut, a poco más de 20 kilómetros de ésta. Es domingo y en el camino vemos una iglesia donde está a punto de empezar la misa y una fila de mujeres en la entrada lateral. Todas van vestidas igual, con una vistosa tela de colores africanas. Es el coro de la iglesia esperando para hacer su entrada cantando y dar comienzo así al oficio religioso…

mujeres con pañuelos amarillos en la cabeza y camisa blanca a punto de entrar en la iglesia reino de bafut
brazo de mujer sosteniendo tambor de madera pintado de amarillo y verde reino de bafut

Decidimos parar y acercarnos para ver el momento. Observamos cómo se preparan, calientan la voz, empiezan a cantar un poco, muy sonrientes. Hasta que salen tres curas  que van a encabezar la entrada en la iglesia. Estos nos saludan educadamente, nos preguntan de dónde venimos y adónde vamos, y nos explican que si queremos entrar, tenemos que hacerlo en ése momento. Después cerrarán las puertas de la Iglesia para que nada interrumpa la misa.
Nos quedamos hasta que hacen su entrada en la iglesia y nos vamos pitando, ya que hemos quedado con la Reina de Bafut para que nos muestre el palacio ¡y no hay que hacer esperar a una Reina!!!

Encuentro en el reino de Bafut

Sí, sí, una Reina. Bueno, una de ellas, ya que el Rey tiene unas cuantas esposas. En concreto, es la tercera de ocho esposas. Aparte, el rey tiene 42 mujeres heredadas de su padre.

Esto de heredar las mujeres (e hijos y nietos) de su padre implica que tiene que hacerse cargo de su manutención, vivienda, educación. Bueno, al menos de los que no puedan trabajar, claro.

Recuerdo al rey que conocimos en el País Lobi, en Burkina Faso. La historia es similar.

primera dama del reino de bafut

Esta mujer me sorprende y me gusta desde el principio. Es enérgica, se nota su autoridad. Pero también es amable, bromista, pícara, moderna… Desde luego, tiene mucho carácter.

La mejor guía que podíamos haber tenido para un Palacio  que está absolutamente vivo, que es su casa y la de su gran familia. ¡Todo un lujazo!

El palacio está situado en la antigua fortaleza alemana de 1901. El actual fon o soberano, Abumbi II, es un antiguo profesor de ingeniería agrónoma que heredó el trono de su padre.

Visita del Palacio de Bafut, guiados por la reina

Comenzamos la visita por la gran explanada a la que hemos accedido desde la puerta principal del recinto. Aparentemente vacía, es donde se celebra la fiesta anual y donde se hacen sacrificios cuando es requerido (aún hoy, aunque ya sólo de animales). Se convoca a los súbditos, además de los nobles y miembros de la corte.

Hay unas gradas con techo que me recuerdan a la arquitectura del sudeste asiático, y que es para el público notable de esa fiesta anual.

antigua plaza de ejecuciones del reino de bafut

Hay que decir que aquí son animistas, con una pátina de cristianismo.

En dicha plaza hay varios puntos estratégicos:

  • La piedra de los sacrificios, donde se matan pollos y corderos en la fiesta anual. Antes se sacrificaban cada vez que tenían que resolver un problema. Son sacrificios para pedir cosas a los espíritus. Hasta el año 1900 aproximadamente, se hacían sacrificios humanos. Una vez al año, los nobles tenían que “donar” un hijo y una hija para este sacrificio.
  • Un poco más allá hay otras dos piedras medianas aparentemente anodinas, que es donde se ajusticiaba a los criminales por delitos de sangre. La más grande es para los hombres, y la más pequeña para las mujeres. Allí la reina nos explicó que les ataban, les torturaban durante varios días mutilándoles poco a poco, y siempre llamando al pueblo para que lo viera. Se trataba de que fueran “castigos ejemplares”. ¿Os recuerda a algo? A mí, a la Inquisición.
  • Más allá hay dos ramas de árbol con forma de horquilla o de “y”. Cada brazo significa respectivamente el mundo espiritual y el mundo material. Aquí se sacrificaban dos jóvenes vírgenes (de nuevo, un hombre y una mujer) en la fiesta anual famosa, que se celebra en diciembre. Los últimos fueron sacrificados en 1914, igual que los últimos ajusticiados. 

Todo esto de los sacrificios me sorprende mucho, no me imaginaba que fueran tan sanguinarios, de forma tan estudiada,  y me recuerda un poco a lo que se encontraron los españoles y portugueses en América.  Aunque claro, a nosotros no nos enseñan Historia de África

Después entramos en un segundo recinto, las dependencias del palacio propiamente dichas.

A un lado se sitúan las casas de las mujeres e hijos del Rey.

grupo de tejados a cuatro aguas con tejas en el palacio del reino de bafut

Al otro lado, el museo, que es un edificio hecho para los alemanes que establecieron aquí su colonia a principios del siglo XX, hasta que perdieron la Gran Guerra.  Es evidente que el diseño fue realizado por ellos.

El museo está muy bien, aunque está prohibido hacer fotos dentro. Precisamente me gusta mucho más el interior. Paredes enyesadas, puertas, ventanas y vigas de madera pintada de verde o azul brillante. Muy limpio, con una gran sala en el centro que está abierta hasta el techo, dejando las habitaciones del segundo piso alrededor y con una barandilla para ver desde arriba dicha sala.

Alberga una colección de estatuas de madera enormes,  que se utilizaban para impartir justicia. También hay trajes de la secta secreta que acompaña al Rey e interviene en los asuntos de estado, hechos con plumas de aves, fetiches, y objetos de la vida cotidiana.

Este museo fue la vivienda del naturalista inglés Gerald Durrell, que hizo aquí sus primeras expediciones científicas en busca de nuevas especies entre 1949 y 1957.

casa de los colonos alemanes en el reino de bafut
tres niños pequeños cantando reino de bafut

Saliendo, gracias a su elevación en el terreno, podemos apreciar el tamaño del palacio. Al fondo está el Parlamento o Casa de la Palabra, justo al lado de la vivienda del Rey (que hoy no está en casa, por cierto).

entrada al palacio del reino de bafut
pintura de un león rugiendo en la puerta del palacio del reino de bafut

Cuando llegamos al Parlamento o Palacio ceremonial nos dicen que la visita incluye una danza ritual como la que se representa en la fiesta anual de diciembre. 

Es una danza que tradicionalmente realizan los Mkem, según leí después en la guía, que son los hombres más influyentes del reino, miembros de las sociedades secretas. Por lo visto, conmemoran antiguas gestas militares.

Danza de los Mkem, miembros de las Sociedades Secretas de Bafut

bailarín del reino de bafut con traje de plumas y máscara de madera en la cabeza

Los bailarines salen con trajes de plumas como los que habíamos visto en el museo, y máscaras zoomórficas en la cabeza, con forma de elefante, cocodrilo… Además llevan una malla cubriéndoles toda la cabeza, para no ser reconocidos (son de una secta secreta, qué queréis! :-P). Todos llevan una especie de cascabeles en los tobillos, hechos con grandes semillas, que al saltar enérgicamente hacen sonar, y lanzas.

músicos tocando un gran xilófono en el reino de bafut

Bailan alrededor de un grupo de músicos que tocan un balafón enorme, un tam tam y un instrumento de viento que no sé cómo se llama.

bailarines con traje de plumas y máscara en la cabeza con forma de elefante reino de bafut

danzarín del reino de bafut sobre palos con cara tapada por malla

Al final, sale otro bailarín subido a unos zancos muy altos. Lleva unas hojas verdes grandes que va repartiendo a todos los asistentes, y al poco tiempo termina el baile.

Además de nosotros, por aquí y por allí hay algunas mujeres y varios niños viendo el espectáculo. Son habitantes del palacio. No sé si mujeres del fon o sencillamente parte del servicio.
Me llama mucho la atención una niña con los ojos muy verdes, que nos mira con atención y curiosidad ¿será una princesita? :)

retrato de niña con ojos muy verdes en el reino de bafut

Justo al lado de este escenario se erige el Parlamento, un edificio similar al de la chéfferie de Bandjoun, aunque éste es mucho más antiguo y resulta más auténtico.

Está elevado en el terreno y se accede a él por unas escaleras de piedra muy desgastadas, pero ¡¡cuidado!! No podemos ni siquiera pisarlas, porque sería un sacrilegio.

La multa por un despiste como éste es el precio de una o dos cabras, y no es broma, porque ya ha ocurrido. Lo malo no es el precio, sino que es una afrenta para ellos. No quiero pensar en la escena y sus caras.

antiguo palacio de madera con columnas llenas de grabados en el reino de bafut

grabado en madera reino de bafut

En la fiesta anual, que ya he mencionado varias veces, se renueva el tejado de este edificio con las ofrendas que traen las gentes de Bafut, año tras año.

detalle de entrada al palacio taburete de madera labrado con figuras reino de bafut

Finalmente nos dirijimos a la zona de las casas de las mujeres. Por allí hay algunas jóvenes y una de ellas lleva a sus mellizos o gemelos en brazos. Es hija de la reina, es decir, una de las princesas.

Nos explica que está estudiando en la universidad, aunque se ha trasladado un tiempo a casa de sus padres (cuando se casó, se independizó), para que ella le ayude con los niños. En breve volverá a su propia casa, creo que en Douala, y a sus estudios también.

hija del rey con sus gemelos en brazos reino de bafut

Nos pasó una cosa muy graciosa. Había ropa tendida, sobre todo paños blancos que son los pañales de los bebés (como en España antiguamente). Le preguntamos qué utilizan para lograr que queden tan blancos, algo que ya habíamos observado en otros sitios y que la verdad es que nos dejaba un poco alucinadas, sabiendo que lavan a mano y tal. Y nos dijo: ah! muy sencillo… Omo, Skipp… Vamos, los detergentes del supermercado y mucha más paciencia que nosotras restregando, añadiría yo!! :-)

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