País Bamileké, Camerún

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Por Alicia Ortego

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Hoy se han sucedido unos cuantos cambios. Y todo en un trayecto entre Douala y Bamenda que nos lleva más de 12 horas rodando. Para empezar, hemos entrado en la zona anglófona de Camerún. La mayor parte del país es francófona, excepto un par de zonas, que son las menos favorecidas por el gobierno central y donde hay movimientos independentistas. Precisamente por esto, la presencia de la policía y también del ejército se hace más evidente en las carreteras. Entramos en el País Bamileké.

País Bamileké, el jardín de Camerún

Atravesamos el país Bamileké entre lluvias y niebla, adivinándose un paisaje muy verde. En el trayecto contemplamos grandes plantaciones de aceite de palma, bananas, piñas, papayas.

De hecho, paramos a comprar fruta para la comida (¡baratísima!). En muchos puntos de la carretera hay puestos de fruta tropical, no sólo las citadas, sino también fruta de la pasión, rambutanes, y unas naranjas que resultan muy ácidas.

¿Quiénes son los Bamileké?

Los Bamileké son una etnia comerciante y emprendedora, y se les llama “los judíos de Camerún”. Lo que no sé es si hay un tono despectivo en este apodo. Sí es cierto que unas cuantas familias han logrado despuntar construyendo sus «imperios». Por ejemplo, el de la marca de cerillas más vendida en Camerún.

puesto de comida en país bamileké

El día de los funerales Bamileké

Además, vamos viendo por el camino muchos funerales. Sí, sí, hasta el punto de generar cierto mal rollo.

¿Ha pasado algo que todo el mundo se ha muerto el mismo día?
En realidad, no. Es que es sábado.
Los funerales son eventos importantes. Cuanta más gente logren que acuda, más prestigio se lleva la familia, a cuenta del fallecido. Por eso si la persona muere en día laboral, se conserva el cadáver en el depósito hasta el fin de semana. Así, todos los familiares y amigos pueden venir desde donde se encuentren, aunque vivan en las grandes ciudades como Douala o Yaoundé.

Los funerales se celebran «a la manera inglesa» en el País Bamileké: comida, bebida, música, y todos vestidos como de boda, con trajes y joyas por doquier, aunque el color negro es el que predomina.

Precisamente poco antes de llegar a la chéfferie nos encontramos con un atasco en la carretera, que además es estrecha.

Al principio pienso que puede haber habido un accidente o algo así, pero observo que hay cochazos de lujo aparcados a ambos lados de la carretera, y en cuanto podemos avanzar un poco, está claro. Hay un gran funeral y los invitados están colapsando la carretera.

Nos bajamos y decidimos estirar un poco las piernas, mientras nuestro chófer espera y se abre paso en el caos circulatorio.
Es alucinante. Miles de personas (sí, sí, miles), todos super-vestidos y arreglados, y con mucho oro encima.

Se dirigen a una especie de mansión compuesta por varios edificios en la ladera de la montaña, con grandes carpas llenas de mesas y sillas, músicos, telas decorativas.

Los que vienen por la carretera nos estrechan la mano y nos dan las gracias (¡¡??). Nos dicen que ha muerto una “gran mama”, y debía de ser muy importante, viendo el fiestón que se ha montado.

Como decía, la gente va muy vestida, predominantemente de negro. Me recuerdan, tanto ellas como ellos, un poco a las películas de gangsters de los años 20 y 30 de Nueva York. Quizá por los sombreros y los chalecos con cadenita asomando.

A todo esto, hay policía intentando aclarar el atasco y van con pasamontañas y rifles de largo alcance o lo que sea… (unas armas realmente grandes). Dan miedo.

No me decidí a hacer fotos, un poco por respeto y un poco por si la poli o alguien me decía algo.

Visitando una jefatura Bamileké

Hacia el mediodía visitamos la chéfferie de Bandjoun, nuestro primer contacto con este tipo de jefaturas tradicionales. Están presentes en buena parte de Camerún, y desde luego el País Bamileké es un buen lugar para conocerlas.

palacio con gran tejado de hierba y columnas con relieves

La chefféries es la forma en que la sociedad tradicional bamileké está organizada. La vida social y política gira en torno al fon o jefe, que a su vez tiene a su alrededor a sus consejeros y nobles. El fon ejerce funciones tanto políticas como espirituales, y es el referente social a todos los efectos. Gobierna rodeado de consejeros, sociedades secretas y sirvientes reales.

El fon  actual de Bandjoun ejerce los poderes judicial, administrativo y religioso al mismo tiempo. Gobierna sobre una población de más de 200.000 súbditos.

puerta con relieves de madera de escenas de la vida

El centro simbólico del poder es el palacio, reflejo de la cosmología bamileké. Sólo se puede ver desde el exterior y hoy en día es un edificio bastante moderno, que en ese momento estaba en proceso de ampliación.

Además, están la Casa de la Palabra, que es la que muestro en estas fotos, las casas de las 50 esposas del jefe, la casa de los fetiches y el bosque sagrado que sólo pudimos ver de lejos (está prohibido entrar).

La Casa de la Palabra y el museo etnográfico

La casa de la palabra o el Parlamento es el edificio que más destaca. Se puede visitar junto con un museo etnográfico que reúne un montón de piezas bamileké. Me sorprendió por lo cuidado y didáctico que se lo  han montado. En el museo hay piezas curiosísimas como los tronos de los antiguos reyes, con forma de leopardo y mono, totalmente recubiertas con cuentas de cristal de colores. Las cuentas que traían los europeos que venían a colonizar la zona. No está permitido hacer fotos.

El Parlamento o Casa de la Palabra es un edificio impresionante con 25 metros de altura, un gran techo de paja y columnas talladas con figuras realizadas por los artesanos reales de Bandjoun.

El techo se construyó con las aportaciones de los habitantes del reino. Cada individuo aportaba una o más brazadas de paja de mijo.

Este gran tejado se soporta sobre columnas de madera totalmente talladas. Las figuras esculpidas son modernas en su gran mayoría, porque en 2005 sufrió un incendio (provocado, justo cuando había de nombrar al nuevo fon). Por eso han incorporado todo tipo de simbolismos modernos, desde un señor llevando una caja de cervezas al hombro, hasta una escultura del papa Juan Pablo, alguna Virgen, músicos, animales.

relieve en madera de hombre llevando caja de cervezas

Nos permiten ver el interior. Aquí es donde se reúnen los sabios, tanto en una gran fiesta anual, como en las ocasiones en que han de ejercer justicia, o cuando el fon muere y hay que decidir sobre la sucesión al trono.
No hay luz eléctrica, y la sala central, que ocupa casi toda la planta, sólo tiene un par de accesos -puertas un poco elevadas respecto al pasillo exterior-. En realidad, merece mucho más la pena el exterior del lugar.

Una buena entrada para otra zona del país realmente interesante, y diferente a todo lo que hemos visto anteriormente :-)

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2 comentarios en «País Bamileké, Camerún»

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