Seguimos nuestro periplo por los pueblos montañeses de Camerún, yendo al mercado de Tourou, a 50 km de Mokolo. Aquí reina la etnia hidé, que son agricultores de mijo, cacahuete y algodón como sus vecinos mafa.
El paisaje sigue siendo verde y salpicado de acacias que aparecen totalmente secas. Estas acacias son los árboles que avisan del cambio de estación, porque echan la hoja cuando empieza la época seca y la tiran cuando vienen las lluvias. Una buena alerta natural para los agricultores… la naturaleza no deja de sorprenderme!

Observando Nigeria desde la barrera
Antes de llegar allí hacemos una parada y “pisamos terreno nigeriano” (el borde izquierdo de la pista). Ante nuestros ojos se despliega un gran valle verde, perteneciente al país vecino. Las fronteras caprichosas de este mundo, África a la cabeza.

El mercado de Tourou
El mercado de Tourou es semanal y se celebra los jueves. Su principal atractivo para los turistas es que aquí vienen los gudur, una etnia procedente del lado nigeriano de los montes Mandara.

Las mujeres gudur llevan calabazas como sombrero, y algunas (sobre todo las mayores), un piercing en la nariz consistente en un clavo de hierro bastante largo.
Las calabazas son pirograbadas y después teñidas de rojo en la mayoría de los casos. Los dibujos son geométricos, muy vistosos. Por lo visto, las utilizan para protegerse del sol y por motivos estéticos.

Para explorar mejor el mercado hay que dispersarse y tratar de ser lo más discretos posible
No cometemos el error del día anterior y nos dispersamos por el mercado. Somos los únicos extranjeros y yendo de uno en uno, o de dos en dos, la gente pasa bastante de nosotros.
A un lado encontramos las cabañitas de techo bajo donde -sobre todo los hombres- se reúnen a beber bil-bil, la cerveza de mijo recién fermentada. No les gusta un pelo que hagamos fotos, ojo!

En otra zona la gente come alrededor de los puestos de pescado y buñuelos. Más allá, descubrimos que se vende mijo, maíz, alubias de varios tipos, arroz.


También hay piezas de recambio para motos, linternas, bolígrafos y demás objetos cotidianos, así como piedras de cal que nos dice el vendedor que son para la acidez de estómago (toma ya!).



Me llama mucho la atención que los bebés vayan con la cabecita tapada con gorros de lana.
Hace un calor tremendo, así que resulta más que curioso.
Cuando volví a casa, mostrando las fotos a mi familia, mi madre me dijo que esto también se hacía en España cuando ella era pequeña (hablamos de hace algo más de 50 años), tanto en invierno como en verano. Al menos en las zonas rurales.
Básicamente se trata de que los bebés no se constipen, ya que es muy probable que un resfriado acabe en pulmonía o neumonía, y de ahí a la tumba.
Me cuadra, aquí la supervivencia infantil es bastante baja. La barrera de «seguridad» es que lleguen a cumplir los 3 años de edad.

La verdad es que lo mejor en estos lugares es dar una buena vuelta, y después tratar de encontrar un sitio donde sentarte y observar, simplemente, las escenas que transcurren delante de ti.



Conversaciones y chismorreos, risas, saludos, negociaciones, regateos, incluso discusiones y peleas.
Todo un universo de relaciones, costumbres, ritos.



Las famosas calabazas-sombrero, también se pueden comprar como souvenir
Ah! También hay un puesto de calabazas-sombrero dispuesto precisamente para los pocos turistas que circulamos por allí.


Por supuesto, después de un rato de regateo, nos llevamos uno de estos souvenirs… son irresistibles :)
La vendedora las frota con un trapo empapado en ¿gasolina? para que brillen. Nos dice que es aceite, pero apesta a gasolina!
En fin, toca envolverlas bien, y os diré que aun hoy en día, varios años después, sigue estando pringosa.

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¡Por unos segundos has conseguido transportarme a África!
He estado curioseando tu blog y es una delicia, ¡Cómo no había caído por aquí antes! Seguiré pasando.
Un saludo
Hola Antonio! muchísimas gracias, es un honor y me da muchos ánimos para seguir adelante! llevo poco tiempo, apenas 8 o 9 días publicando, así que mil gracias por tu comentario!! Yo también conozco el tuyo, que de paso me acuerdo de agregar aquí, por eso digo que es un honor!! :-)