Actualizado el 5 marzo, 2019
Cerca de Lomé, la capital actual, está Togoville, la conocida como primera ciudad de Togo. Togoville se alza en la ribera del lago Togo. Es todo un poco redundante en cuanto a nombres, pero es así y mirándolo bien, más fácil para recordar ;)
Para llegar a Togoville o bien cruzas el lago, o bien das una gran vuelta por carretera. La elección, más bonita por otra parte, está clara ¿no?
El lago Togo, la puerta de entrada más bonita para visitar Togoville
El lago Togo es de poca profundidad y está «ocupado» por filas y filas de redes de pescar cangrejos.
Además los hombres se mueven -andando-entre sus aguas con las redes que sólo ellos saben lanzar tan bien. ¡Dentro mapa!
La barca en la que montamos no tiene motor y es impulsada por una pértiga, algo que me gusta mucho más que la experiencia de Ganvié en Benin, porque así no se asusta a los peces ni se contamina el agua.
Antes de subirnos el barquero ha achicado como un palmo de agua del fondo. Pienso: menos mal que la profundidad no pasa de la cintura. Si hay que mojarse, nos mojamos (así cualquiera, pensaréis, y tenéis razón).
Al llegar a la orilla de Togoville, unos chicos vienen corriendo a cogernos en brazos para que no metamos los pies en el agua. ¡Pero esto qué es!
Hay que ser rápido si no quieres verte en una pose algo ridícula, casi secuestrado en los brazos de alguien que quizá hasta es más pequeño que tu -aunque más fuerte-.
Yo anduve lista y no me cogieron, je, je, así que metí los pies en el agua y tan a gusto. Si no lo lográis, preparad el bolsillo para una propina (aparte de la experiencia).
Togoville, la primera ciudad de Togo, es centro de peregrinaje para dos religiones: el vudú y el cristianismo
Además de los chicos que te cogen en brazos, nos recibe un guía de la Asociación de Turismo de Togoville, algo más que necesario aquí.
Nos da una vuelta por el pueblo haciendo primero una especie de ruta del vudú, de fetiche en fetiche, de altar en altar.
Hace mucho calor y no se ve casi un alma por las calles. No recuerdo los detalles y no tomé apuntes. Sí me quedó claro que esta es una ciudad muy importante para los acólitos del vudú de este país. Es un centro sagrado en el que además hay escuelas para sacerdotes de esta religión.
En realidad en toda esta costa, que se continúa en el cercano Benin, el vudú es esencial desde tiempos inmemoriales.
También recuerdo, muy claramente, al Dios Supremo, que aún tenía colgado de su cuello un gallo abierto en canal 3 días antes.
En el camino pasamos por la «plaza de la esclavitud», adivinad por qué. Y muchas casas de la época colonial bastante derruidas, pero que a mi se me antojan preciosas por ese color anaranjado que el polvo, la tierra de esta tierra, les da.
La Catedral de Togoville
Este recinto sagrado fue visitado por el Papa Juan Pablo II en los años 80 porque, dicen, es uno de los lugares donde se apareció la Virgen María una década antes -en 1970-. Pidieron su canonización y la Iglesia la aprobó tras examinar las pruebas presentadas.
Un mural cuenta la historia que el mismo guía nos cuenta también. La historia de cómo la Virgen apareció en medio del lago y muchísima gente pudo verla, e incluso, dicen, hacerle fotos.
¿Dónde están esas fotos? ¡yo querría verlas, que no todos los días se fotografían estas cosas!
Quizá sea un rumor. Sintiéndolo mucho, no pude contrastarlo.
Todos los días, a cualquier hora, los fieles se acercan a pedirle cosas. Prueba es el anfiteatro lleno de bancos frente a la puerta de la iglesia, donde se celebran las ceremonias más multitudinarias. La verdad es que cuando entro en el edificio me entran muchas ganas de salir. Quizá sea el calor, o la sensación de que no estoy en África.
Desde la valla que hay detrás de la virgen, las vistas del lago son estupendas, eso sí.
Un pequeño cementerio se alza en la parte trasera. Tumbas de los antiguos sacerdotes, algunos europeos, sobreviven entre la maleza.
Muy cerca está el centro artesanal, en la calle junto al muro de la Iglesia.
Observo cómo un hombre labra la madera con calma, paciencia, mucho esfuerzo y sudor, mientras trato de guarecerme del implacable sol… hasta que decidimos continuar visitando el mercado semanal, que precisamente se celebra hoy.
El mercado semanal de Togoville
El mercado ya no se celebra en las calles del pueblo como antaño. Creo que por razones de salubridad decidieron hacerlo en un recinto un poco apartado.
El caso es que hay que ir a su encuentro siguiendo un camino de arena, hasta que llegamos a una pequeña explanada donde varios edificios además de chamizos acogen los puestos.
Aprovecho para visitar al zapatero
Una de mis sandalias está en las últimas. La suela está a punto de caerse -y yo metiéndola en el agua-. Es la segunda que remiendo en estas tierras (la del otro pie, en un mercado anterior). 300 CFAs y 10 minutos aproximadamente para un cosido impecable. Decido no regatear, aunque unos días antes cosí la otra que estaba en peor estado, por 200 CFAs.
Decido no negociar unos céntimos y que tanto este como el anterior zapatero, ganen lo suyo. Además el coste del hilo puede que sea algo superior aquí. ¿Que cuánto es en Euros? pues estamos hablando de entre 30 y 40 céntimos de euro!!!
Mientras espero, observo la mesita de los utensilios, perfectamente dispuestos como si fuera una mesa de instrumental cirujano. Con esa presentación estaba claro que haría un buen trabajo :)
El mercado está tranquilo hasta que de repente estalla una bronca en un puesto de sujetadores y lencerías varias.
El vendedor va contra una mujer joven que estaba junto a otras tratando de elegir entre la mercancía… o de afanar algo. No sabemos muy bien qué ocurre, pero casi casi llegan a las manos. El tipo es alto y fuerte, pero ni ella ni él se achantan ante la posibilidad de darse un par de hostias. Alguien consigue calmarles, alejar a la mujer y poco a poco las cosas vuelven a su sitio.
Estos brotes violentos es de las cosas que menos me gustan de algunos de los sitios que he visitado en África, aunque no podría decir que en todos es igual.
Los gestos, las discusiones, suelen ser más agresivos. Es un mundo de supervivientes y en estas cosas es cuando se nota. Al mismo nivel, son capaces de ser hospitalarios y protectores, y sus sonrisas son tan francas como sus miradas.
Como en tantos y tantos mercados, la mayoría de las mercancías se disponen en pequeños montoncitos listos para la venta, o para pesarlos a granel.
Siempre con una presentación cuidadosa, ordenada, intentando hacer que todo sea lo más atractivo posible a la vista del cliente.
Para mi es una demostración de trabajo, esfuerzo, cariño y esperanza de vender lo máximo posible para llegar a casa con un buen jornal que asegurará la comida del día o de la semana.
Esto sí que tiene valor y no los lineales de nuestros supermercados, aunque sigan el mismo principio.
Aquí todavía se venden los cauríes, esas conchas de mar que ejercieron de moneda para casi todo un continente, el africano, hasta la llegada de los europeos. Aún se pueden encontrar en muchísimos ornamentos y utensilios no sólo de los países costeros, si no también del interior.
Un poco de historia de Togoville
Su nombre fue dado por el alemán Gustav Nachtigal en 1885 tras firmar un tratado con el rey Mlapla II. Parece ser que Togo viene de Toa-Go que significa algo así como «el sitio opuesto al agua». Y sí, el país toma su nombre de este gran lago de poca profundidad.
La población de Togoville, unas 8.000 personas, son cristianos, animistas o ambas cosas. Además, Togoville es conocida por sus High School, a las que acuden jóvenes de todo el país e incluso de otros países.
Resumen: lugar de peregrinaje de dos religiones importantes en este país, que conviven pacíficamente bajo el mismo sol. Lugar también conocido por la calidad de sus instituciones educativas. Me gusta.
Y la visita termina… tenemos que poner rumbo a Benín de nuevo.
Otro pueblo de colores intensos, rojo y naranja + verde y azul, seguirá su día a día y no nos recordará, pero nosotros a él sí.
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Que ganas de volver a Africa. A Irene le va a encantar cuando lo conozca.
Tienes fotos increíbles Ali, y un texto que dan ganas de elegirlo como próximo destino.
Y decir que ese tono Africano, que incluso cuando están de acuerdo parece como si discutieran. :)
Un besazo
Gracias David!! siempre dan ganas de volver, aunque no todo es idílico, pero sarna con gusto no pica ;P
Seguro que a Irene le va a encantar!! :D
Un besazo y nos vemos prontito!