Foumban está en la región del Oeste de Camerún, en el País Bamoun. En esta región se habla francés y el 80% de sus habitantes son musulmanes. Foumban fue nuestra ciudad por un par de días, famosa por ser el mayor centro artesanal de África, y aquí vivimos una de las anécdotas más amargas del viaje.
Cómo es Foumban
Foumban es uno de los pocos centros históricos de Camerún y además se la conoce como el mayor centro artesanal de África. Desde Foumban se exportan máscaras, joyería, estatuas y mobiliario al resto del mundo. Destaca la creación de estatuas y otros objetos de bronce con la técnica de la cera perdida.



En nuestro primer paseo, al atardecer, ya nos encontramos con unos cuantos vendedores que vienen a ofrecernos visitar su tienda. Son simpáticos, pero pueden agobiar un poco.
Dónde dormir en Foumban
Nos alojamos en el Baba Hotel, que está bastante alejado del centro, a unos 2 km por la carretera. Es un fastidio, pero parece que en el pueblo no hay mejores alternativas. Nos avisaron de que este iba a ser un alojamiento muy modesto, pero la verdad es que estaba fenomenal.
Recién reformado, las habitaciones eran amplias. Algunas son bungalows en el jardín y otras, como la mía, están en el edificio principal. Había un horario para el agua caliente y una alta posibilidad de cortes de luz, pero nada que no ocurra en otros sitios de Camerún.
Allí cenamos una noche y también estuvo muy bien. En fin, lo recomiendo.
No obstante, vimos que en el pueblo estaban terminando de construir un hotel nuevo con varias plantas y tenía buena pinta. Estaba situado más o menos frente a Correos, en la calle que sube al Palacio, no tiene pérdida.
Paseando por Foumban
La primera impresión es la de estar en un pueblo como tal, una impresión que no siempre es tan clara en muchas localidades de Camerún porque sus centros urbanos están muy desparramados.

Resulta agradable pasear, la gente es bastante amable, la llamada a la oración inunda las calles… Desde el primer momento me sentí bien, tranquila. Era, además, un agradable cambio frente a otras zonas del país.




Qué ver en Foumban
El Palacio del Sultán
En esa primera tarde nos acercamos al Palacio del Sultán, aunque lo visitaríamos por dentro al día siguiente. Nos lo encontramos con las puertas abiertas y entramos hasta una especie de plaza con una estatua en el centro. Una estatua que parece hecha por un dibujante de comic 😅 y que muestra al sultán en plena batalla.


Entonces llega un cochazo, un 4×4 enorme, último modelo, y los que están por allí nos dicen que es el sultán. Efectivamente, vemos a un señor bastante grueso y vestido con turbante y una túnica, como el Lamido de N’Gaoundéré que nos hace un fugaz gesto de saludo.
El coche para junto a una puerta discreta, en un edificio anexo al palacio, dejando el espacio justo para que el sultán baje y desaparezca de nuestra vista. Todos los que estaban por allí le señalaban con sonrisas y expresión de respeto, de veneración, lo cual no deja de sorprenderme. Nota curiosa: por lo visto, ese sultán hablaba español.
Los viernes el sultán de Foumban se desplaza del palacio a la mezquita con todo su séquito y músicos tocando, mientras es aclamado por los súbditos. No coincidimos con ese día, pero debe ser todo un espectáculo medieval digno de ver.

A la izquierda hay un muro con los retratos de todos los sultanes. Los más recientes estaban claramente hechos a partir de fotografías. También hay unos dibujos que se suelen estampar en telas llamadas ndop, no sólo aquí, sino en todos los reinos del oeste de Camerún.

Foumban fue fundada en el s. XV por Nchare Yen, primer miembro de la dinastía que sigue gobernando la nación bamoun hoy en día.
Antes de la colonización, las telas ndop eran utilizadas sólo por la aristocracia y se asocian con el poder y los ritos funerarios.
El método tradicional consiste en teñirlas con índigo, donde después se dibuja. Son de algodón. Se cubren las líneas de los dibujos con hilo de rafia y se aplica una segunda capa de índigo, para retirarse después la rafia y dejar el contraste de los dibujos. Por supuesto, esto ya se ha industrializado. Además los dibujos modernos son más sencillos que los antiguos.


El mercado de los sastres de Foumban
Al día siguiente empezamos dando una vuelta por el mercado. Una amiga y yo nos fuimos a buscar un sastre para que nos hiciera un vestido con la tela comprada en Bamenda.
Enseguida encontramos uno, aunque luego descubrimos que hay toda una zona con quizá un centenar o más de sastrerías. Pero si no los conoces, en fin, supongo que da igual, a no ser que quieras intentar conseguir el mejor chollo, cosa que dudo. Este es un hombre de unos 50 años, muy serio y educado.


Le dibujamos en un papel lo que queremos aproximadamente, y él asiente con la cabeza. También puedes llevar una prenda que quieras copiar. Por lo visto lo hacen muy bien. Yo no las tenía todas conmigo, a saber cómo quedaría con el dibujillo que le había hecho 🤣🤣
Nos tomó las medidas. Fue un momento un tanto delicado, especialmente en la zona del pecho ¡Estamos en zona musulmana! Puso mucha distancia y claro, luego tuvo que arreglarlo porque de esa zona nos quedaba grande.
Nos dijo que el precio era 3.500 CFAs cada uno. Poco más de 5 euros y no iba a gastar más que la mitad de la tela que habíamos comprado. Es decir, que el vestido salió por 8€.
Ni regateamos, lógicamente. Quedamos con él que pasaríamos unas cuatro horas después, y nos fuimos a visitar el palacio. Al salir de este, decidimos volver a ver qué tal le iba. Sólo habían pasado tres horas y ya tenía hechos los dos vestidos.
Nos los probamos, tuvo que hacerles los arreglillos que ya he comentado y que hizo en cinco minutos, y voilá, vestido nuevo, con el que estoy encantada 😊

El mercado de alimentación
En el mercado de comida volvimos a comprobar que la gente es realmente amable. No te acosan ni nada por el estilo, y si tú saludas, ellos te sonríen, te dan la mano, te dicen algunas palabras. Lástima que yo no hable apenas francés.
Algunas personas nos pedían una foto y después nos daban su teléfono móvil para que les llamáramos cuando la tuviéramos lista. Creían que las podíamos imprimir y dárselas en mano.




Observo que hay más abundancia de fruta, verdura, y en general los puestos tienen mucha cantidad de género. Resulta que otra parte de la actividad de Foumban, además de la artesanía, es la agricultura.


El mercado se extiende alrededor de la mezquita. Aprovecho para hacer un inciso: las mezquitas de Camerún no resultan muy atractivas. Son edificios “a la africana”, nada que ver con las mezquitas del Norte de África o las del Sahel.

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Museo de Foumban
Mientras el «sastre valiente» nos hacía los vestidos, visitamos el museo, que abarca una parte del palacio del sultán. Está prohibido hacer fotos en el interior, así que no te lo puedo enseñar. Una pena porque hay piezas muy bonitas, y en general la visita es muy interesante.
Curiosidades que recuerdo: unas campanas de bronce con cabeza de mujer, preciosas; cráneos humanos, de los enemigos que mataron en su día; las ropas de uno de los sultanes de hace unos siglos, que dicen que medía 2,60 metros de altura (ver las ropas, o sencillamente los brazaletes de tela gigantescos, es ya un espectáculo. Aunque francamente, parece increíble).
El Leonardo Da Vinci africano
En el museo me llama mucho la atención la historia del sultán Njoya, una especie de Leonardo Da Vinci que en el siglo XIX se inventó una escritura para su pueblo, la escritura bamoun o shümom.
¿Por qué hizo esto? Se dio cuenta de que la tradición oral depende demasiado de la memoria y capacidad de escucha de las personas, y por supuesto las historias van variando y deformándose con el paso del tiempo.
Observó que los europeos escribían y anotaban todo tipo de cosas gracias a su escritura, así que decidió elaborar un código propio con el que escribir la historia de su pueblo, las costumbres, las leyes, las creencias, etc. Además, escribió varios libros sobre todas estas temáticas. Realmente admirable e inteligente por su parte.
Hoy en día se está tratando de no perderla, ya que son pocos los bamunes que saben leerla y escribirla.
Digo que es una especie de Leonardo Da Vinci porque no es lo único que hizo. Inspirado o asimilando la tecnología europea, este hombre inventó un montón de cosas. Máquinas agrícolas, fusiles, un vehículo… y confeccionaba sombreros, joyas, vasos de vidrio.
Fue quien mandó construir el actual palacio y también fue el primero que se convirtió al Islam, viendo que los europeos supeditaban su autoridad al Papa de Roma y denostaban la poligamia considerándola un “exceso”. Es decir, que eligió lo que más y mejor se adaptaba a su cultura. La mayoría de súbditos le siguió en esta conversión.
Los símbolos de la realeza Bamoun son tres, y están por todas partes:
La serpiente de dos cabezas (vigilancia y fuerza).
La araña (trabajo).
La doble campana (patria).
Al salir del museo, nos hacen una demostración de la música tradicional bamoun. Los instrumentos son realmente curiosos.

Los barrios artesanos de Foumban
A partir de ahí, nos dedicamos a deambular sin rumbo por Foumban, en parte para hacer algunas compras y en parte para descubrir ese «gran centro artesanal» africano. Para ello, nos vamos a un barrio que está algo alejado del centro.

Un par de árboles gigantescos señalan la zona donde hay varios talleres y tiendas de artesanos.
Las tiendas son parte de las viviendas o pequeños locales abarrotados. Vamos entrando en una y otra, regateando, regateando, regateando.
Son duros de pelar, y los precios están algo subidos, pero con paciencia y todo el tiempo que quieras, puedes comprar algún recuerdo.

Las «tiendas» son como cuevas de Alí Babá. Oscuras y llenísimas de objetos de todo tipo y culturas. Hay estatuas del Congo, máscaras de mil sitios, cajas, muebles. Suele haber mucho polvo y telarañas, así que elegir una pieza que te guste no siempre es fácil.


Cuidado con las sombras de la noche
Al atardecer, nos fuimos al Café Royal a tomar algo ante las magníficas vistas que tiene este lugar. Se hizo de noche y decidimos irnos al hotel. Estábamos esperando a que varios de nosotros trajeran unas cervezas para la cena, y a escasos metros de nosotros, en un rincón muy oscuro, atracan a una amiga.
Según nos contó, un hombre la empujó tirándola al suelo. Ella intentó levantarse inmediatamente y volvió a empujarla, tirando del bolso que llevaba cruzado donde tenía la cámara, el móvil y el monedero. Se lo llevó. Ella se quedó con el dedo meñique vuelto del revés, y así que como logró llegar a donde estábamos.
Imposible perseguirle, porque había una cuesta abajo totalmente oscura que se interna en uno de los barrios.
Así que me hubiera gustado terminar este post diciendo que Foumban es un sitio tranquilo y seguro, porque de hecho nos dijeron que esto había sido un suceso aislado. Pero quizá sencillamente las cosas están empeorando por allí también, como ha sucedido en Douala con el paso de los años. Una verdadera lástima.
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¡Jolín! Menuda faena para tu amiga, ¿le rompió el dedo?
Por tu relato parecía un sitio encantador, pero imagino que hay que ir con cuidado…
Un saludo
Si… no le rompió el dedo, sólo se lo dislocó y en el hospital se lo pusieron en su sitio. después estuvo varias semanas con él inflamado, pero bueno, afortunadamente no fue a mayores.
Es un sitio encantandor, pero efectivamente hay que ir con cuidado en cuanto cae la noche sobre todo, igual que en otros sitios. En fin, las cosas son así y es un fastidio, pero no por ello deja de merecer la pena conocerlo. :-)Gracias por comentar, Helena! :)