
Actualizado el 12 octubre, 2021
Reconozco que no conozco bien la sierra de Madrid. En casa del herrero cuchillo de palo. Pero de vez en cuando trato de ponerle remedio. Para que tú también vayas conociendo los tesoros de la Comunidad Autónoma de Madrid, hoy voy a hablar de esta ruta en el Valle de Lozoya cuyo gran objetivo es llegar a las Cascadas del Purgatorio.
Con motivo del quinto aniversario de la asociación Madrid Travel Bloggers a la que pertenezco, decidimos marcarnos un día de campo y picnic.
Es primavera, el campo está precioso. Aún no hace calor, ni frío. Los días son más largos y por tanto muy aprovechables. Es el tiempo perfecto para andar, mover las piernas, y conocer rincones como estos.
Ruta de 1 día en el Valle de Lozoya
La propuesta se le ocurrió a Pablo Strubell, uno de mis compañeros de la asociación y parte de Un gran viaje. El objetivo era subir a las Cascadas del Purgatorio. Enseguida llamó mi atención este nombre tan dramático que seguramente escondía algo bonito.
Para completar el día, incorporamos la visita al Valle de los Neandertales. Otro nombre que enseguida llamó poderosamente mi atención.
✍ Consejo: como el Valle de los Neandertales es una visita para la que hay que hacer reserva, es mejor empezar el día con este objetivo. Así no haces la caminata con la presión de tener una reserva para después.
Reconozco que eso de empezar a andar montaña arriba a mediodía me chirriaba un poco, pero era la mejor solución «táctica».
Parque Arqueológico de El Valle de los Neandertales en Pinilla del Valle
Pinilla del Valle se sitúa en el Valle Alto del río Lozoya, asomándose al Embalse de Pinilla. El lugar es sencillamente precioso. Las montañas a un lado, quizá con algún resto de nieve. El embalse que termina en el río Lozoya, prados, bosques, playas en el embalse donde se levantan olas con el viento… De verdad, precioso!


Quedamos con el guía junto al pantano. Es paleontólogo, de los que trabajan en el yacimiento, y nos va contando muchas cosas mientras vamos hacia allí. La charla es un no parar de información y al mismo tiempo es muy amena, así que todos vamos pendientes de sus palabras.

Los paleontólogos de la Universidad Complutense de Madrid encontraron en el año 1979 un primer yacimiento: la Cueva del Camino. Se excavó durante los años 80 y después de un parón por falta de fondos, los científicos volvieron. Fue a partir del año 2002 cuando aparecieron otros tres yacimientos.
Parece mentira, pero este entorno fue en su día una sabana. Como las que hay ahora en África. Aquí habitaban hienas, leones, elefantes, rinocerontes, además de otras especies algo más comunes en Europa como caballos, gamos y ciervos.

Gracias a los restos de las hienas se ha logrado saber muchas cosas del Pleistoceno. Resulta que estos animalillos no se comen a sus presas in situ, generalmente robadas a otros cazadores. Se las llevan a su madriguera por aquéllo de que no se las roben a su vez. Y es por eso que dichas madrigueras son tesoros para los arqueólogos. Ahí se amontona un montón de información que no se deteriora si la cueva no recibe más visitas durante milenios.
En ese ambiente vivieron los Neandertales hace unos 40.000 años. Estos son una especie humana distinta a la nuestra. Bueno, algo de su genética llevamos porque algunos ligaron con los Homo Sapiens.

Durante muchos años se consideró que los Neandertales son mucho más primitivos que nosotros. Tanto es así que la explicación de por qué habían desaparecido tenía que ver con esto, con que eran «menos listos». Pero las teorías han cambiado. Cuanto más se les conoce, más se les quiere, podríamos decir.
Los neandertales no tenían tanto pelo en el cuerpo como se pensaba. Eran pelirrojos y tenían los ojos verdes o azules. Su piel era clara, ya que al vivir en un clima más frío -les tocó una glaciación a los pobres- tenían que retener más el sol para sintetizar la vitamina D y el calcio de los huesos. También se sabe que eran diestros por las señales de dentelladas que quedaron en sus dientes.
Utilizaban herramientas de sílex y sobre todo de cuarzo, una piedra más común en esta sierra. No habían llegado a la alfarería, pero sí hacían pinturas rupestres, aunque fueran un poco más toscas que las de los Sapiens. No, de momento no se han encontrado pinturas en estos yacimientos concretos, pero sí en otros.

En este Parque Arqueológico hay cuatro abrigos y cuevas donde se han encontrado restos neandertales
La última cueva se descubrió en el año 2009 y fue llamada “Des-cubierta” (muy grandes los científicos poniendo nombres, ji, ji). Consta de una serie de galerías conectadas entre sí. Y allí dentro había cuatro dientes de neandertal. Tres de ellos son de leche, así que junto con un fragmento de mandíbula de una niña de 2-3 años de edad, la ecuación está clara.
La llamaron “la niña del Lozoya”, y por cómo estaban dispuestos los restos se cree que es un enterramiento. Pero hay más. Aquí se han encontrado dos cráneos de rinocerontes de estepa (uoooh) y trofeos de bisontes, uros y cérvidos, junto a restos de fuego. Todo lleva a pensar que este es un lugar donde se llevaron a cabo rituales, y no en un año concreto sino durante mucho tiempo. Entre esto y las pinturas, está claro que los Neandertales también estaban desarrollando un pensamiento simbólico. Lástima que se extinguieran antes de continuar evolucionando.
El río Lozoya lleva dos millones de años discurriendo por estas montañas. Ha visto de todo y ahí sigue, casi imperturbable.

¿Cómo se sabe todo esto? Parte de la explicación que nos cuentan en la visita está dedicada a entender a través de qué signos los científicos interpretan y llegan a conocer tantos detalles. Alguno te lo acabo de contar, pero he decidido no reproducir todo aquí. Quiero que lo disfrutes allí. Que estés pendiente de sus palabras tanto como lo estuvimos nosotros. A nada que tengas un poco de curiosidad, te encantará.
Ruta de Rascafría a las Cascadas del Purgatorio
Después nos trasladamos al pueblo de Rascafría y tras comprar algo de comida echamos a andar hacia la cascada del Purgatorio.
Enseguida nos metemos por un sendero que discurre entre árboles. El río, que no nos abandonará en casi ningún momento, discurre limpio y fresco a pocos metros. Hay árboles, bastante polen en primavera (a tener en cuenta), y algunos prados habitados por vacas.

Como ya eran las dos de la tarde decidimos acercarnos al bosque finlandés para comer el picnic. Este paraje está un poco antes de llegar al Monasterio de El Paular y allí hay un laguito con su pequeño muelle de madera y todo. Elegimos un claro del bosque y comimos al sol más a gustito que nada… :-)
Después sí, toca andar montaña arriba. Ascendemos poco a poco, sin que haya nunca un gran desnivel. El camino alterna entre la pista bien delimitada y senderos con rocas. Nos rodea el bosque de robles, que más arriba deja paso a los pinos. También hay sauces, fresnos y abedules.


El Arroyo del Aguilón queda a nuestra derecha y se interrumpe cada dos por tres por pequeños rápidos que hacen saltar el agua alegremente y pozas en las que se refleja la vegetación.


El agua se ve cristalina. Limpia, limpia. Parece que te llama para darte un chapuzón. Hay mariposas, florecillas silvestres, suenan los pájaros y (ése día) la conversación de un grupo de viajeros que vamos contando anécdotas de Asia Central, África… Suena tan bucólico como es.


La recompensa, si es que es necesario, es las Cascadas del Purgatorio.
La Cascada Baja es un salto de agua de más de 10 metros de altura junto a un gran farallón de roca kárstica, que es el tipo de roca de esta sierra.
Hay una segunda cascada con un salto de 15 metros, más arriba, pero nos quedamos en esta. Estábamos cansaditos. No descarto volver y llegar hasta la siguiente otro día.

El lugar es precioso y en primavera la cascada está bien nutrida con el deshielo de las cumbres. Nos quedamos un buen rato en el pequeño mirador de madera que hay frente a la cascada, disfrutando de esa visión que parece mentira que esté tan cerca de la gran ciudad.
¿Y esto del Purgatorio? parece que puede tener relación con los monjes del Monasterio de El Paular. Según la leyenda subirían hasta la cascada para purgar sus pecados y librarse de pasar por el temido Purgatorio.
Aspectos prácticos para hacer esta ruta
El Parque Arqueológico de El Valle de los Neandertales
Está muy cerca del pueblo Pinilla del Valle. Desde el parking son unos 4 kilómetros andando ida y vuelta. A la ida irás acompañado de los guías, que son miembros del equipo de investigación del yacimiento. El camino es muy cómodo y para todas las edades.
Tienes toda la información de la visita y también puedes hacer la reserva online aquí.
La ruta desde Rascafría o desde el Monasterio del Paular
Es una ruta muy asequible en cuanto a desnivel y comodidad del camino. La ida y vuelta desde el Monasterio son casi cuatro horas, unos 13 kilómetros, y desde Rascafría tienes que añadir una hora más también, sumando la ida y la vuelta.

Cómo ir a Pinilla del Valle y Rascafría desde Madrid
Lo más práctico y también más contaminante si sólo eres una o dos personas es llevar tu propio vehículo. Pero es cierto que para hacer las dos actividades de esta ruta lo vas a necesitar.
Si has escogido el coche tienes que saber que en Pinilla del Valle puedes aparcar junto al embalse, punto de quedada para salir con el guía a visitar el Parque Arqueológico. No suele haber problema.
Para ir a las cascadas del Purgatorio hay zonas de aparcamiento en El Monasterio de El Paular y en las cercanas Presillas. Son buenos puntos de salida para el camino, pero suelen llenarse enseguida. La mejor opción, a no ser que vayas muy temprano por la mañana, es dejar el coche en Rascafría, en las calles que están un poco más abajo del centro del pueblo.
Si optas por el transporte público te recomiendo que vayas a las cascadas del Purgatorio y dejes el Valle de los Neandertales para otro día, a combinar con rutas desde Pinilla del Valle, que también las hay.
El autobús pasa por ambos pueblos (y muchos más). Es el 194 y sale de Plaza Castilla. Sólo hay uno de ida y otro de vuelta, al menos en los fines de semana.
Aquí puedes el recorrido de los autobuses y los horarios.

Lleva agua porque no hay fuentes por el camino. También es buena idea llevar alguna fruta o algo así.
No dejes ningún resto, incluido el de la fruta. ¡Hay que mantener este lugar como es! Tienes contenedores para las distintas basuras junto a las Presillas y junto al Puente del Perdón, al lado del Monasterio. También puedes llevarte la basura a casa, así que no hay excusa.
Si no te apetece llevar tu propio bocata, te recomiendo el bar Casa Juanito, en Rascafría. Puedes encargar tortillas de patata o comprar bocatas. Te aconsejo que hagas hueco para unos torreznos, je, je. Un poco más arriba hay una tahona donde comprar pan de pueblo, y un «chino» para comprar bebida o cualquier otra cosilla.
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Hola. Muchas gracias por toda la información. Me encantaría poder ir con mis hijos. Crees que la caminata sería bueno para ellos.
Excelentes fotos. Me encantó toda la descripción del lugar.
Hola Carla! Según la edad, con nosotros venía una niña de unos 11 años, y vi niños más pequeños. Podéis parar siempre que queráis y no hay mucho desnivel 🙂 Mejor vais por la mañana temprano y así hará menos calor, y el Valle de los Neanthertales para otro día, que al final también es una pequeña caminata!
Gracias
😘