dos días en masai mara

Actualizado el 8 mayo, 2022

Dos días en Masai Mara dan para mucho, no cabe duda. Repasando fotos, me doy cuenta de lo grandioso que es. Y recuerdo los nervios, las risas, la mirada atenta. No quería ni pestañear. Hubo tantos momentos mágicos que es difícil de resumir, pero hoy voy a enseñártelo 😊

Dos días en Masai Mara son pura magia

No es que quiera menoscabar al Cráter de Ngorongoro, que es otro sueño. Ni al famoso, enorme y también maravilloso Serengueti. Además, Masai Mara es la continuación de éste.

El parque cambia de nombre por el país, porque allí discurre el río Mara, y porque son tierras de Masais. El mismo hábitat, la misma fauna, y sin embargo todo cambia.

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Dos jirafas corriendo por la sabana de Masai Mara

Estamos en un área de más de 1500 kilómetros cuadrados, en pleno Gran Valle del Rift. A una altura de entre 1.500 y 2.000 metros. Aquí hay más de 500 especies de aves y 95 especies de mamíferos. Masai Mara está a cuatro o cinco horas de distancia de Nairobi, por carretera. En la web oficial del parque Maasai Mara puedes encontrar unos cuantos datos de valor.

Entramos en el Masai Mara en avioneta. Así, por la puerta grande

No me imagino mejor entrada para los dos días en Masai Mara que el acceso en avioneta. Después de un corto vuelo partiendo de un paisaje muy verde y cultivado, y sobrevolando bosques y miles de hectáreas cultivadas, una especie de olla gigante de color ocre se abre ante nuestras narices.

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Bosques que preceden a Masai Mara
campos de cultivo en forma semicircular desde el aire
Vista de campos cultivados de Kenia desde la avioneta

Voy sentada junto al piloto sudafricano que se gana la vida así, llevando y trayendo a grupos de guiris. No se parece a Robert Redford, pero en mi cabeza suena la música de Memorias de África, sí señor

No te puedo decir cómo contratar este servicio porque yo viajaba con una agencia y estaba organizado. Sé que la avioneta era de un lodge superlujoso que está en Masai Mara y que ni pisamos. Ni falta que nos hacía.

El experiencias de lujo se pueden llevar a todos los extremos que quieras, con mucho dinero por delante. Pero francamente, delante del león todos somos iguales. Y de la jirafa, los ñúes, o las cebras. O los curiosos pájaros nunca antes vistos. O las hienas.

En el Masai Mara todos padecemos la lluvia y el calor, que por cierto no es para nada intenso en los meses de Julio y Agosto.

Es cierto que no es lo mismo ir solo en un coche, moviéndote lo que quieras, ni con un superteleobjetivo o prismáticos de primera. Ni ver el amanecer montado en globo. Pero de verdad, para mí es suficiente lujo ver lo que he visto, como lo he visto.

globo subiendo en el masai mara
Globo elevándose al amanecer en Masai Mara

No obstante, si vas a ir a Kenia por tu cuenta, aquí puedes encontrar la forma de reservar por anticipado y con todas las garantías algunas de estas actividades 👇👇

A lo que vamos.

La avioneta asciende ligeramente y ante nosotros se abre de nuevo la «llanura infinita» que recordábamos de unos días atrás en el Serengueti.

Las paredes de la Falla del Rift marcan la frontera con las tierras verdes. Una visión única nos aguarda: miles de ñúes y cebras pastan en las praderas, debajo de nosotros.

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Ñúes pastando en las praderas de Masai Mara, vistos desde la avioneta
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El curso de un río semiseco sirve de guía para los búfalos

Difícil entender lo que estás viendo en ese momento. Emocionante, desde luego.

Tenemos que acostumbrar la vista rápido y entonces también distinguimos jirafas, cebras y búfalos entre la hierba amarilla. Las fotos no son buenas. Hechas a través de la ventanilla de la avioneta que traquetea. Ventanilla tintada de color azul… se hace lo que se puede, pero servirán para revivirlo.

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Ñúes en las praderas de Masai Mara vistos desde el aire
dos días en masai mara vuelo en avioneta

La pista de aterrizaje es como una pista para vehículos. Ahí, en medio de la llanura. Sin ninguna valla. A unos cien metros hay gacelas, alguna jirafa más allá.

Unos masai nos esperan con sus 4×4. Llevan muchos collares y pulseras, relojes digitales, mantas de colores y cinturones varios. Van como más engalanados que en Tanzania, o así me lo parece. La imagen es extraña. Las sensaciones también. Estoy pisando Masai Mara ¡no es para menos!

Yo no podía dejar de sonreír y eso que eran las tres de la tarde, no había comido aún, y llevaba un día con algo de diarrea, je, je. Por cierto, que la tripa se arregló desde ese momento.

dos días en masai mara
Uno de los masai guías del parque Masai Mara

Sin más dilación, nos asomamos al Río Mara para tomar un almuerzo «en tierra»

Seguimos en medio del campo, sin vallas ni protección. En el río Mara hay unos enormes cocodrilos y algún hipopótamo ¡Nunca hubiera imaginado ir de picnic con esas vistas!

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Gran cocodrilo en el río Mara

El verano de 2017 fue más seco de lo normal. Las lluvias se habían retrasado un mes. Hay poca agua y la famosa migración de ñúes y cebras que cíclicamente se mueven entre Serengueti y Masai Mara no está muy avanzada. Más bien empezando. Increíble que haya quien aún niegue el cambio climático.

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Río Mara discurriendo entre praderas secas y pequeños bosques

El hormigueo en el estómago está ahí mientras comes el «lunch box» agachada, junto al río. Los masai están más o menos atentos, y en todo caso tranquilos. Ellos son los que saben, me digo, pero no puedes evitar pensar que quizá un gato salvaje, llámese león, leona o guepardo, puede aparecer a toda velocidad y hacer lo que quiera contigo o los que te acompañan.

Aun así, todo esto forma parte del encanto de la experiencia y no cambiaría esos nervios por nada del mundo.


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Después sí, te subes al 4×4 y ya no te bajas hasta que llegues al campamento. Antes, hay que aprovechar las horas de luz

Si no has vaciado la vejiga detrás del arbusto que te indicaron los masai, tú mismo o misma. Ya no se puede echar el pie a tierra. Así son los safaris.

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Contemplando a unos pequeños elefantes

El paisaje me encanta desde el primer momento. Se me antoja más limpio, más minimalista que el Serengueti. Siempre hay animales recortándose en la línea del horizonte y acacias sueltas.

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Llanura de Masai Mara con algunas acacias
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Ñúes recortándose en el horizonte de Masai Mara
árbol seco junto a pista en masai mara
Árbol solitario junto a la pista

En el Masai Mara, al contrario que en el Serengueti, las pistas se respetan lo justo

Los masai van y vienen a su antojo, campo a través. ¿Que hay un grupo de leonas al otro lado del río? pues lo cruzamos ¿Que hay que acercarse a ese árbol? pues se hace. Los turistillas no les decimos nada, ellos toman sus decisiones, pero no es una actitud respetuosa, eso está claro.

De vez en cuando, sobre todo por la mañana y al atardecer, nos cruzamos con grandes rebaños de vacas y masais pastoreándolas. Pastorear en este Parque Nacional está prohibido. Las vacas, además de comerse el pasto, dejan un rastro inconfundible de tierra removida. Son rastros muy anchos y kilométricos. También se exponen a que se las coma un león o guepardo, siendo la presa más facilona de la sabana, y todo esto rompe la cadena biológica más natural, más pura.

Pero los masai se tienen que ganar la vida y además siguen sintiendo que esta es su tierra, aunque les obligaran a dejarla hace ya bastantes décadas. Así que ahí están, haciendo uso de ellas y aportando otra visión rara al paisaje porque alrededor anda la fauna salvaje. Pero a la vez, es una imagen propia del lugar.

masai conduciendo rebaño de vacas en el masai mara
Masai pastoreando a sus vacas
dos días en Masai Mara rebaños masai
Gran rebaño de vacas y un antílope

Momentos en el Masai Mara

Como todo en la naturaleza, cada momento de en estos dos días en Masai Mara es diferente.

Mamíferos, clásicos y no tanto, depredadores y herbívoros

La familia de elefantes que se arrascan en el tronco de árbol maltrecho, se cuidan entre sí, y caminan juntos, siempre juntos. Tan bonitos.

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Elefante de Masai Mara
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Familia de elefantes yendo hacia el bosque

Aquél campo lleno de alcéfalos caama (especie de antílope), gacelas y babuinos. De dos en dos, los alcéfalos están subidos en termiteros, en posición estratégica. Así vigilan y protegen a los demás de un posible ataque de los depredadores. Impresionante cómo son los códigos de la naturaleza ¿no?

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Babuinos, impalas y elefantes
dos días en masai mara Kunantílope
Alcéfalos caama vigilando la sabana

Los guepardos, majestuosos, recostados. A lo suyo, moviendo muy ligeramente la cabeza según les da el viento. Dormitan, pasan de todo. Ya habrá tiempo de ponerse en pie cuan largos son y hacer una carrera para cazar una gacela o lo que se tercie. Pero ahora no. Ahora toca reposar. La viva imagen del «estoy tan agustito». O al menos así lo parece a tus ojos de humano.

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Guepardo recostado
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Guepardo de Masai Mara

Las jirafas. Puedes ponerles todos los adjetivos positivos que se te ocurran. No te cansas de ellas, nunca.

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Jirafa de Masai Mara

Los ñúes y las cebras, protagonistas de la gran migración. De los primeros se contabilizan millones de ejemplares. Sí, millones.

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Ñúes de Masai Mara
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grupo de cebras en el masai mara
Cebras de Masai Mara

Las hienas, que a mí me parecen feísimas pero todo el mundo parece tenerles cierto cariño, quizá por lástima ante su falta de atractivo estético… Las hay por todas partes y suelen ir en grupo.

dos días en masai mara hienas
Hienas

Aves tan raras como bonitas

Un pájaro raro, extraño, que se te antoja presumido porque lleva un tocado de plumas en abanico alrededor de la cabeza. Como una señora en el torneo de Wimbledon. Elegante y gracioso, te presento al pájaro Secretario.

dos días en masai mara pájaro secretario
Pájaro secretario

No acaba ahí el capítulo de las aves, claro. Otra bien curiosa es el Jaribú africano. Una especie de cigüeña maquillada, especialmente en su pico de brillantes colores rojo y amarillo.

cigüeña de pico rojo y amarillo en masai mara
Jaribú africano

Las leonas, leones y cachorrillos

¿Recuerdas cuando te contaba que el Serengueti es conocido como «el parque de los felinos»? Pues Masai Mara no le anda a la zaga. O es que están más concentrados en menos terreno.

Cada encuentro con ellos es inolvidable. Su belleza, el respeto que te sale del estómago viéndoles ahí, a escasos metros de ti.

dos días en masai mara cachorro león
Me pareció ver un lindo gatito

Aquél grupo de leonas, alguna embarazada, que van levantándose y desperezándose una a una para colocarse en semicírculo, dispuestas para la caza. Otras retozando patas arriba sobre la hierba. Perfectamente sincronizadas, como si hicieran gimnasia acuática.

El león macho entre los arbustos, que se levanta y pasa entre los coches que le rodean, sí, pero a una distancia mucho más respetuosa que en el caso de las leonas. Y se sienta con la luz del sol temprano dándole en la cara. Tú en el vehículo abierto, de escasa altura, haciendo fotos, vídeo, y contemplándole a placer. Con la impresión en el cuerpo.

dos días en masai mara rey león
León macho dormitando entre los arbustos
león macho con gran melena mirando de frente en masai mara
León macho esplendoroso con la luz de la mañana
león de gran melena en masai mara

En otro momento estás ante dos leonas bajo una acacia. Tú a tres metros de ellas, echándote para atrás instintivamente. Buscando tranquilidad unos centímetros más adentro del todoterreno. Afortunadamente están a lo suyo. Dormitando, lamiéndose…

dos días en masai mara leona
Leona
dos días en masai mara leona

Aquélla leona con sus dos crías, que dejó pensamos que abandonadas mientras ella cruzaba de un salto un riachuelo para irse a… ¿cazar? Las crías se metieron en una madriguera, bajo tierra, después de observar curiosas los bultos que somos nosotros. Obedientes, adorables.

dos días en masai mara leona
Leona yéndose
cachorro de león a punto de entrar en madriguera en el suelo masai mara
Cachorro a punto de entrar en la madriguera

Los cadáveres del Masai Mara, la avaricia del turismo, las búsquedas

En los dos días en Masai Mara vimos muchos esqueletos. Esqueletos en la hierba, en el barro. Abundan los de ñu, cebra y gacela. Son los desperdicios de las batallas nocturnas, quizá alguna diurna.

dos días en Masai Mara esqueleto
Esqueleto en el barro de Masai Mara

El gran revuelo e ida de olla de algunos chóferes y sus clientes por ver a un leopardo comerse un ñu debajo de un árbol, semioculto por los matorrales. Decidimos que no, que así no. No lo vimos. No así, acosando.

dos días en masai mara
Coches de turistas en Masai Mara acosando a un leopardo que se está comiendo un ñu en un árbol, según nos contaron

La búsqueda del rinoceronte, tras encontrar unas huellas. No hubo suerte tampoco. Hay poquísimos. Pero fue genial mantener la tensión, aguzar la vista, barrer todo a tu alrededor para intentar encontrarlo. Y por el camino esa familia de búfalos preciosos, la cigüeña más colorida que has visto en la vida, más leones, más ñúes, un rebaño de Elands…

dos días en Masai Mara huellas
¿Huellas de rinoceronte?
dos días en Masai Mara búfalos
Búfalos
dos días en masai mara eland
Elands en el Masai Mara

Las luces del Masai Mara

Masai Mara es un no parar. Es maravilloso. Con lluvia, con sol. Con más o menos luz. Antes y después de la tormenta, durante. Los arco iris. Los amaneceres y atardeceres. Dos días en Masai Mara también te aseguran todo esto.

dos días en masai mara amanecer
Amanecer en Masai Mara

Justo antes de este viaje había publicado aquí un post donde te recomendaba estar atento/a a la luz de cada momento y sacar partido a tus fotos. Pues me acordé muchísimo del mismo.

Hubo pocos momentos sin una luz especial, aunque siempre fue un reto capturar la atmósfera, luchar contra la escasez de luz…

dos días en masai mara tormenta
Lluvia en el Masai Mara, pequeños remolinos de polvo y una luz espectacular
campamento con arco iris en masai mara
Arco iris en el campamento mientras la lluvia nos agua un poco la tarde

Poco más puedo decir de una estancia de dos días en Masai Mara, salvo que ojalá hubieran sido cuatro días, y ojalá hubiera podido ver a los ñúes cruzando el río Mara, tantas veces soñado. Quizá vuelva. Si este relato no ha sido suficiente para imaginártelo, aquí tienes un pequeño vídeo de dos minutos, aunque nunca será comparable con ir y verlo en persona…

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