Qué ver en Gilgit, la ciudad de los bazares (Pakistán)

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Por Alicia Ortego

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Gilgit es una de las ciudades en las que pasar la noche antes o después de visitar el Valle de Hunza, en la mayoría de recorridos por el norte de Pakistán. Aquí tienes una pequeña guía de lo que hay que ver en Gilgit, y su historia.

El camino hacia Gilgit: Cañón de Rondu

Salimos de Skardu rumbo a Gilgit y el camino es tan espectacular que nos deja sin habla. Me refiero al Cañón de Rondu, una garganta profunda de pura roca por la que el río Indo corre desbocado junto a la carretera. Y eso que es verano.

La poderosa corriente se estrella contra las rocas una y otra vez, y en muchos puntos las gigantescas rocas que han caído de las montañas hacen que se formen enormes remolinos. Todo aquí es superlativo. Su visión estremece e hipnotiza. Hay un tramo bautizado por los de Al Filo de lo Imposible, el mítico programa de TVE, como “la batidora”. Ahí lo dejo.

carretera del cañon de rondu en el norte de pakistan
Carretera junto al río Indo en el Cañón de Rondu – Qué ver en Gilgit
remolino gigantesco de aguas marrones en el río indo
Gigantescos remolinos en el río Indo, en el cañón de Rondu – Qué ver en Gilgit

Pero hay una “curiosidad” en la otra orilla que, si no te la cuentan, no la ves. En las laderas de la montaña, casi verticales, se ven unas líneas horizontales que recorren la montaña. Parecen naturales porque son muy irregulares, pero no es así. Se trata de galerías abiertas por los hombres que dan paso a un laberinto en el interior de la montaña, también excavado por sus manos. De allí extraen turmalinas y otras piedras semipreciosas que se utilizan en la joyería que mucha gente del mundo consume.

montaña con galerías excavadas en el cañon de rondu
Galerías mineras en el cañón de Rondu – Qué ver en Gilgit

Ellos viven ahí, al menos durante los meses en que trabajan, que no sé si es todo el año. Se mueven por el interior de la montaña, por esa especie de hormiguero y, cuando tienen suficiente material, lo cargan en unas vagonetas de hierro oxidado para cruzar el río y dejarlas en la carretera, donde los camiones van a llevárselas. Las vagonetas parecen volar, colgadas de cables, sobre esas aguas y remolinos imposibles.

vagoneta sobre un río entre precipicios
Vagoneta colgada de cables que sirve para transportar los sacos de minerales en el cañón de Rondu – Qué ver en Gilgit

Justo en el saliente donde paramos para observar “el otro lado”, hay algunos sacos medio vacíos que contienen algunas de estas turmalinas.

trozo de turmalina en bruto
Trozo de turmalina en bruto – Qué ver en Gilgit

Llegamos a divisar algunas de las pertenencias de los mineros en la parte exterior de las galerías, pero no vimos a ningún hombre en ese momento. Sólo de pensar en la vida que llevan entre el abismo y el riesgo de desprendimientos de roca en el interior de la montaña, el estómago se encoge.

galerías de mineros en pakistán
Señales de los mineros en la roca – Qué ver en Gilgit

Saliendo del Cañón de Rondu llegamos a una especie de altiplano desde donde vemos, por última vez, la gran mole del Nanga Parbat. En este punto se cruzan las tres grandes cordilleras de la Tierra: el Himalaya, el Karakórum y el Hindu Kush.

Una vez más, con el cielo casi despejado, sentimos que la Naturaleza nos está dando un gran regalo ¿Sería esta la última gran montaña que veríamos? Pues no, aunque sí el primer y único ochomil.

nanga parbat pakistán
Macizo del Nanga Parbat en nuestro camino hacia Gilgit

Te he hablado del Nanga Parbat y su historia en estos posts:

Llegando a Gilgit

Acercándonos a la ciudad de Gilgit, nos desviamos y dejamos atrás el río Indo para retomar la Karakorum Highway, esta vez junto al río Gilgit, homónimo de la ciudad y región.

Este otro río, siendo también muy caudaloso, ha horadado el valle creando una especie de acantilados. En la parte superior, los campos de labor y bosquecillos trabajados por los campesinos intentan ganar la batalla a la montaña. Supongo que allí se cultivan gran parte de las sandías, tomates y muchas otras frutas y verduras que veremos en los bazares de Gilgit.

Aunque su aspecto de oasis sea de lo más bucólico, lo cierto es que muchas de estas aldeas están amenazadas por el Cambio Climático. En las últimas décadas no han sido pocas las veces en que las riadas y los desprendimientos han arrasado pueblos y gentes. Pakistán es uno de los países que más sufren y van a sufrir el calentamiento global, mientras que produce sólo un 1% o menos de los «gases invernadero» ¿Qué estamos haciendo? me pregunto una y otra vez.

acantilados y terrazas llenas de vegetación que ver en gilgit
Río Gilgit y sus acantilados – Qué ver en Gilgit

Por encima de esos “oasis” asoman varios picos de más de siete mil metros de altura, como el Diran, con sus 7.266 m.s.n.m., que es considerada una de las montañas más peligrosas de Pakistán por sus avalanchas de nieve, o el pico Pilchar Dobani de una altura similar.

pico dinar cubierto de nieve gilgit baltistan
Uno de los sietemiles con sus nieves perpetuas – Qué ver en Gilgit

Tras parar en una gasolinera antes de llegar a la ciudad, admirar el paisaje con el sol acercándose al horizonte, y fotografiarnos con un camión abarrotado de decoración (¡me encantan!), por fin llegamos a Gilgit, casi de noche.

Nos alojamos en el Park Hotel de Gilgit, a unos 2,5 kilómetros del centro de la ciudad, aunque como está rodeado de calles llenas de tiendas de todo tipo, parece que estás en el centro. El sitio no está nada mal, aunque las habitaciones pueden defraudar un poco. El jardín y el restaurante están bastante bien y ofrecen un buen refugio del jaleo de la calle. También ofrece un parking seguro, por si quieres tomar nota.

La historia de Gilgit

Gilgit es una de las ciudades más importantes de esta región del norte de Pakistán. De hecho, su nombre está en el de la región o departamento: Gilgit-Baltistán.

Gilgit fue un importante centro en la época de la Ruta de la Seda, la red de rutas comerciales que conectaba Oriente y Occidente desde alrededor del siglo II. Te recomiendo que leas este breve post de Funci.org que reseña un libro fotográfico de la Ruta de la Seda, pero con datos muy interesantes sobre el pasado, presente y lo que China está preparando para el futuro.

calle del bazar de gilgit
Un bazar de Gilgit hoy en día que puede transportarnos a la antigua Ruta de la Seda – Qué ver en Gilgit

Desde el siglo II hasta el XI, Gilgit fue un importante centro del budismo “temprano”, y por su ubicación estratégica siempre fue objeto de deseo de los imperios y reinos de este lado del mundo o venidos de muy lejos. Desde el Imperio tibetano, hasta los califatos omeya y abasí, pasando por la cercana Cachemira.

En este periodo, Gilgit servía de paso a los monjes chinos que viajaban a Cachemira para aprender y predicar el budismo. Entre ellos destacan los peregrinos chinos Faxian y Xuanzang.

En 1931 se descubrieron los “Manuscritos de Gilgit”, una colección de textos budistas escritos en sánscrito sobre corteza de abedul. Dichos manuscritos contienen textos que hablan de filosofía, medicina y leyendas locales, y se han datado entre los siglos V y VI. Son, por tanto, algunos de los más antiguos del mundo y forman parte de la Memoria del Mundo de la UNESCO.

Gilgit en la actualidad

Gilgit es, hoy en día, uno de esos lugares donde el conflicto entre las comunidades chiíta y sunita sigue acechando. No es el único y en otros sitios está más “despierto”, pero aquí también está presente. De hecho, la ciudad está casi dividida entre ambas, y de vez en cuando chocan entre sí, por decirlo de una manera suave.

Por ejemplo, en 1988 se extendió el rumor de una masacre que los chiítas habían cometido contra los sunitas. En respuesta, miles de hombres armados venidos del sur atacaron la región, quemaron varias aldeas y mataron a unas 400 personas chiítas.

Más recientemente, en septiembre de 2023, hubo una serie de protestas que reavivaron estos conflictos, afectando a la estabilidad y cohesión social.

Alicia argelia

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Qué ver en Gilgit

Las opciones sobre qué ver en Gilgit no son muy amplias, aunque no por eso tiene menos interés. Principalmente:

  • Los bazares de Gilgit.
  • Los puentes del río Gilgit.
  • El Buda de Kharga.

Bazares de Gilgit

Todo el centro de Gilgit y sus barrios aledaños, como el de nuestro hotel, son un gran bazar que en realidad se divide en distintos bazares o mercados. Te aseguro que es un planazo darse un buen paseo por allí.

Cada calle está llena de tiendas, puestos ambulantes y actividades que comienzan muy temprano y terminan muy tarde. En la zona de las fruterías hay almacenes enormes y muy viejos, donde se amontonan las sandías y otras frutas de temporada.

Si entras a curiosear, te parecerá que te has transportado a los tiempos de la Edad Media, aunque los elementos del siglo XXI también estén presentes. No sé si es por los desconchones de las paredes, los altísimos techos, o los haces de luz que atraviesan la penumbra, pero esa sensación de traspasar una puerta del tiempo está ahí.

almacén de sandías que ver en gilgit
Almacén de sandías en uno de los bazares – Qué ver en Gilgit

Un poco más adelante, el aroma de masa frita inunda tu nariz. En un pequeño mostrador hay dispuestas muchas teteras de colores esperando a que los clientes paren para tomar un chai recién hecho con su torta frita. Casi me arrepiento de haber desayunado en el hotel. Compramos algunas, por un precio irrisorio, y están riquísimas. Se parecen a las porras madrileñas.

tortas de masa frita recién hechas que ver en gilgit
Tortas de masa frita recién hechas, mmmm – Qué ver en Gilgit

Y unos metros más allá, un tipo simpático está preparando filetes de carne picada y especiada en una plancha grande, como ya vimos en Skardu. Cuando pone la carne en la plancha y la aplasta, te aseguro que mete los dedos en el aceite hirviendo. Increíble. De vez en cuando grita su mercancía a los que pasan por delante y toca una campanilla ¡Un festival para los sentidos!

cocinando filetes rusos en pakistán
Tocando la campanilla mientras fríe filetes de carne picada – Qué ver en Pakistán

Mientras, los trabajadores vienen y van. De todas las edades, cargando con grandes sacos y carros llenos de fruta o cualquier otra mercancía.

tomates colocados artísticamente en un mostrador
Precioso mostrador de uno de los bazares – Qué ver en Gilgit
puesto ambulante de mangos en gilgit norte de pakistan
Puesto ambulante de mangos – Qué ver en Gilgit

En otra calle, ya cerca del río, están las carnicerías. Hay una muy especial, ya que tiene un árbol enorme detrás del mostrador, pintado de rojo. Está claro que construyeron el local respetando el árbol. Me queda la duda de si lo pintaron de rojo (igual que el mostrador y parte de la pared), porque es una forma de “señalizar” que ahí hay una carnicería. Probablemente sí. El dueño, por cierto, es tan simpático y amable como la mayoría.

carnicería que ver en gilgit
Carnicería mítica – Qué ver en Gilgit

Cuando te quieres dar cuenta, ya estás en la zona de la ropa, calzado y complementos. O puedes ver a un señor de toda la vida, arreglando radios de toda la vida.

señor arreglando radios antiguas con un soldador
Taller de reparación de radios – Qué ver en Gilgit

Más cerca del río nos encontramos con varios talleres donde están fabricando las gorras o boinas gilgitis. Son de lana y muchos hombres las llevan puestas incluso en verano. Dicen que la lana es un buen aislante, por cierto.

taller de gilgitis, la boina típica que ver en gilgit
Taller de gilgitis de lana – Qué ver en Pakistán

Puentes sobre el río Gilgit

En el centro de Gilgit hay al menos dos puentes colgantes, modernos y quiero pensar que robustos, que cruzan el río. Con ellos, también cruzas del lado sunnita al chiíta y viceversa.

Nosotros apenas notamos el cambio, salvo que en el lado chiíta hay banderas negras con aleyas en color blanco. Y, por otro lado, hay menos vidilla, ya que los bazares están en el lado sunnita, donde está la mayor parte de la ciudad. O así lo entendí yo.

cruzando un puente que ver en gilgit
Cruzando un puente sobre el río desde el lado chiíta – Qué ver en Gilgit

De todas formas, a nivel de gente y amabilidad ambos lados son iguales desde nuestro punto de vista. Los hombres nos piden que les hagamos una foto con sus nietos mientras nos preguntan de dónde somos. Otros se limitan a mirarnos fijamente y sonríen cuando les saludamos. La sensación de amabilidad es tan potente como en Skardu o Karimabad, si bien es cierto que aquí hay muchas menos mujeres en la calle. De hecho, no llegamos a ver ni una docena de ellas en las dos horas que dedicamos a los bazares de Gilgit.

hombres de gilgit en pakistan
Hombres de Gilgit que accedieron a que les hiciera una fotografía

Buda de Kharga o Kargah

A las afueras de Gilgit, a unos 9 kilómetros, está el Buda de Kharga, testigo del pasado budista de la región. Excavado en medio de una pared de roca muy alta, fue tallado en el s. VII d.C. y los europeos lo descubrieron a finales de la década de 1930. El relieve mide unos 15 metros de altura.

Cerca de esta figura, a menos de un kilómetro, fue donde se encontraron los restos del monasterio y las estupas con los famosos Manuscritos de Gilgit.

Volviendo al Buda, un dato curioso son los agujeros y la línea que lo rodean como si fuera la silueta de una casa con tejado a dos aguas. Se cree que es donde estaba la estructura de madera que lo protegía de las inclemencias del tiempo.

relieve del buda de kharga que ver en gilgit
Buda de Kharga – Qué ver en Gilgit

La leyenda local dice que esa figura no es Buda, sino una “bruja” gigante devoradora de hombres. Se supone que ese ser demoníaco, por supuesto femenino (nótese la ironía), aterrorizó a la gente de la zona hasta que un hombre santo consiguió clavarla al acantilado.

Para verlo un poco de cerca hay que subir unas escaleras empinadas hasta llegar a un balconcillo o mirador, pero se ve mejor con un poco de distancia, desde más abajo.

escaleras que suben al mirador del buda de kharga
Escaleras de subida y bajada para ver más de cerca el Buda de Kharga – Qué ver en Gilgit

Espero que esta breve mirada te ayude a hacerte una idea de qué ver en Gilgit, y a disfrutarla cuando estés allí.

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