Tarishing es una pequeña localidad rural que se asienta a los pies de la cara Este del Nanga Parbat. Desde cualquier rincón de sus calles y campos de cultivo, la gigantesca mole de granito y gneis se eleva sobre tu cabeza. Desde allí, además, también se ve una parte de la famosa pared Rupal. Te voy a contar por qué es una visita increíble que puedes hacer en el Norte de Pakistán.
Viniendo de contemplar la cara Norte del Nanga Parbat desde Fairy Meadows, no sabía qué esperar de esta etapa. Hasta que llegué y… “aluciné pepinillos” (expresión viejuna, lo sé).
Entrando en el mundo rural del Norte de Pakistán: Valle de Astore y Rupal
Nos despertamos en la cara Norte del Nanga Parbat, en Fairy Meadows, y bajamos caminando hasta Tato (unas dos horas), donde nos recogen los 4×4 para volver a hacer los 12 kilómetros de infarto que hay hasta el río Indo. Tras un rato de descanso, continuamos ruta hacia el Valle de Astore.
Desde luego fue un día de lo más intenso 😅
El Valle de Astore es atravesado por el río del mismo nombre, afluente del Indo, y tiene unos 120 km de recorrido.
En el pasado, fue parte de la ruta que utilizaba la gente para ir a Srinagar, hoy en la Cachemira de India y por tanto lugar vedado para los pakistaníes.
Entramos por él atravesando un gran cañón cuyas paredes estremecen.
El valle con forma de V es estrecho y vertical. En un momento dado, tenemos que parar un par de minutos porque hay rocas cayendo sobre la carretera.
Circulamos un poco callados. Admirados por el paisaje tan dramático y magnífico que vamos recorriendo y, al mismo tiempo, sintiendo cierta tensión por el peligro de los desprendimientos. Además, empieza a llover un poco. Todos intuimos que esta no es una buena noticia, aunque por suerte no va a más.
Superado el cañón, paramos a comer en un restaurante de carretera donde de nuevo nos regalan con una comida más sabrosa de lo que uno pudiera pensar. Mientras, un chaval riega la carretera con una manguera para intentar evitar el polvo que levantan los camiones y coches que pasan de vez en cuando.
Más adelante, una cascada nos sorprende y nos lleva a parar otra vez. Igual que un grupo de turistas punjabíes.
Tras pasar la ciudad de Astore, de la que no recuerdo nada más que el valle donde se ubica rodeada de cultivos, llegamos a Gori Kote, un pueblo donde aprovechamos para comprar agua, fruta y alguna cosa más.
Gori Kote conserva la arquitectura y ambiente tradicionales. Lleno de tiendas locales, todas con puertas de madera pintadas de azul o verde, parece que el tiempo se ha detenido aquí.
Confieso que no me atreví a sacar la cámara por no importunar a la gente y por no llamar la atención (algo difícil de evitar, por otra parte). Sí hice algunas fotos con el móvil, casi a escondidas.
Los hombres responden al salam aleikum con complacencia. Las mujeres no, si van acompañadas de ellos. Mantener una actitud de decoro en público es una de las presiones sociales a las que deben hacer frente.
Por el camino hemos visto mezquitas con una bandera negra y letras en árabe de color blanco. Resulta que es la bandera de los chiíes. A partir de ahora ya sabemos diferenciar la rama del Islam que se profesa en cada pueblo o región.
También observo que la mayoría de los hombres llevan el gorro gilgit que yo ya había visto en Cachemira y en fotos de Afganistán. Muchos completan su atuendo con un chaleco sobre el shalwar kameez.
Estamos en Baltistán, o “país de los Balti”, pueblo cuyo origen se sitúa en Tibet y Nepal, aunque esta es otra historia que contaré en su momento.
Después, nos internamos en el Valle de Rupal, que recibe el mismo nombre que el río que lo recorre, y la pared del Nanga Parbat que ha dado y seguirá dando tantos quebraderos de cabeza al mundo del montañismo.
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Tarishing (Valle de Rupal)
El Valle de Rupal está a 65 kilómetros de Astore y para adentrarse en él se necesita un vehículo 4×4.
Tarishing es el sitio de paso de los escaladores que buscan llegar a alguno de los campamentos base de la cara Este – Sureste del Nanga Parbat, o incluso los que van a escalar la pared Rupal.
Aquí se habla sobre todo el idioma Shina, cuyas raíces también provienen del Himalaya.
La actividad principal es la agricultura y ganadería. Cultivos de patatas, maíz, lechugas y trigo son la constante, y lo seguirán siendo en el resto de valles que iremos visitando en esta ruta por el Norte de Pakistán.
No se puede negar que su aspecto cuidado aporta una imagen poética y bucólica, un poco lejos de la realidad de sus habitantes.
En Tarishing se vive tranquilo, sí. Pero los médicos están lejos (en Astore y Skardu), los colegios a partir de la enseñanza secundaria también. Y muchos otros recursos. Los jóvenes que pueden se van a estudiar y no vuelven así como así.
En invierno se quedan prácticamente aislados, con temperaturas bajísimas y grandes nevadas. Mejor no te pongas enfermo en esas fechas.
En esta área hay una gran diversidad de fauna y flora. Podríamos destacar los pinos azules, el leopardo de las nieves, el íbex del Himalaya y el oso marrón del Himalaya. Una fauna que es realmente difícil de ver, a no ser que tengas mucho tiempo y buenos guías.
Llegamos por la tarde y la luz va cayendo. Después de instalarnos, nos repartirmos entre el Bright Mountain Hotel and Guesthouse Tarishing Astore, y el Tarishing Nanga Parbat Tourist Cottage, que está cruzando la calle. Desde luego, por nombres largos no será 😎
Son alojamientos bastante básicos, pero suficientes para una noche.
A continuación nos vamos a dar una vuelta con la mirada puesta en el pico Rakhiot (7.074 m), con forma piramidal, que ¡está despejado!
Un hombre ejerce de guía local y nos lleva al cementerio. Este se despliega en una especie de meseta un poco elevada sobre el pueblo. Seguramente es parte de una antigua morrena de los glaciares que abrieron camino al río. Más allá hay otra que oculta uno de los glaciares del Nanga Parbat.
En el cementerio hay una torre que tiene 600 años de antigüedad. Está hecha con troncos y funcionaba como torre vigía y punto de reunión de los ancianos del lugar.
El pueblo es muy rural, bonito y tranquilo. La mayoría de las calles y callejones son recorridos por un canal de agua, y hay huertos de manzanos entre las casas.
Casi no vemos gente. Nos cruzamos con alguna mujer, pero sólo saludan si están solas y, por supuesto, huyen de las cámaras (aunque alguna nos hace un “robado” con su móvil). También es cierto que está anocheciendo y es probable que la mayoría de la gente se meta en casa en cuanto oscurece.
Entre Tarishing y el pueblo de Rupal (a 4 km), viven unas 500 personas.
Visitamos uno de los molinos del pueblo, consistente en una gran rueda de piedra como las que se usaban antes en Europa, movida por la corriente del riachuelo que pasa al lado. Estamos en época de cosecha y por tanto no para de trabajar.
Por cierto, al día siguiente vemos que aquí recogen el trigo cuando aún está verde ¿será la variedad, o es para evitar que las lluvias del final del verano lo malogren?
También damos un paseo entre los campos. Ahí es cuando vivimos un atardecer precioso ante las paredes del macizo del Nanga Parbat.
La historia de la Pared Rupal (Nanga Parbat)
Algunos compañeros se despiertan antes del amanecer, es decir, antes de las 5 de la mañana, para acercarse al glaciar. Yo, lo siento mucho, estaba tan cansada que decidí arañar un poquito más de tiempo a la cama, aunque tampoco mucho más.
Cuando las primeras luces iluminan la montaña, ya estoy en la calle. La visión del amanecer es grandiosa.
Y este es un buen momento para hablar de la PARED RUPAL, la pesadilla del Nanga Parbat.
La pared Rupal está en la cara Sur/sudeste del Nanga Parbat, y aunque Tarishing no es el mejor sitio para verla, tampoco es el peor. Siempre y cuando las nubes te dejen, claro.
Esta pared de roca es la más grande del mundo, con 4.500 metros de desnivel desde su base. Además, dicen que tiene el peor clima del Nanga Parbat, y eso ya es mucho decir.
La primera vez que se intentó escalar fue en 1963, sin éxito. Años más tarde, en 1970, llegó la expedición alemana de la que formaban parte Reinhold y Gunter Messner.
El jefe de la expedición era el hermano de un alpinista que había muerto años atrás, pero él no era escalador. Un primer error, al menos para Reinhold Messner, por entonces muy joven, quien luego dijo que la organización era bastante nefasta. El conflicto entre ellos se hizo patente casi desde el principio.
Según las palabras de Reinhold Messner, esta fue la expedición más dramática que hizo en su vida, y la que pagó más caro.
Voy a intentar resumirla:
El 27 de junio de 1970 los hermanos Messner alcanzaron la cumbre del Nanga Parbat tras haber completado la ascensión por la pared Rupal.
Antes habían discutido con el jefe de expedición que, desde el campamento base, no se decidía a dar la orden de subir a la cumbre.
Reinhold Messner decidió aprovechar una ventana de buen tiempo para atacar la pared, saliendo a las dos de la mañana del campamento V. Iba solo.
Se trata de impulsos, abismo, riesgo.
Se trata de la felicidad antes del último gran paso.
Los segundos en los que nada parece imposible.
Reinhold Messner en la película Nanga Parbat del Director Joseph Vilsmaier, año 2010.
Se supone que su hermano y otro del equipo se quedarían en dicho campamento asegurando la vía de bajada con cuerdas, pero Gunter decidió que iba a ir detrás de su hermano.
En sólo 4 horas, siendo ya mediodía, alcanzó a Reinhold y siguieron juntos. Llegaron a la cima del Nanga Parbat, siendo los primeros hombres en escalar la temida Rupal.
Cuando se disponen a bajar, se enfrentan al hecho objetivo de que no tienen cuerda ni vía de bajada para volver por el mismo camino. Y, en principio, no hay otra forma de volver porque la cara Diamir del Nanga Parbat aún no había sido explorada.
Gunter, además, tiene síntomas del Mal de Altura Agudo. Alucinaciones, debilidad muscular, dificultad para moverse, respirar…
Se les hace tarde y deciden pasar la noche contra una roca, tratando de protegerse del viento y la nieve. Sin tienda de campaña, ni sacos, ni equipo de ningún tipo. Ni siquiera tienen algo que les ayude a fundir la nieve para poder beber.
Al día siguiente otros dos miembros de la expedición suben hacia la cima. Pasan a cierta distancia y logran tener una conversación a gritos con Reinhold, entre las fuertes rachas de viento, pero no hay posibilidad de que se puedan encontrar. Les separa un abismo.
Viendo que no les van a rescatar, los Messner deciden bajar por la cara Diamir, la opuesta a Rupal. La que aún no había sido explorada.
Llegan al espolón Mummery y ahí Reinhold Messner se adelanta. Su hermano se va cayendo cada dos por tres. Sin fuerzas. El propio Reinhold también tiene alucinaciones. De hecho, está convencido de que hay una figura que va por delante de ellos y les está guiando.
Cuando llega al glaciar de la base de la montaña, oye el estruendo de una avalancha y se da cuenta de que su hermano no viene detrás. Vuelve sobre sus pasos y se encuentra con los restos de un alud reciente. Grita el nombre de su hermano pero es imposible encontrarle.
Reinhold Messner consiguió llegar al valle, fue rescatado por unos pastores y consiguió que le llevaran a un hospital. Perdió las falanges de siete dedos por congelación. Esto no le detuvo.
Al año siguiente volvió al Nanga Parbat a buscar a su hermano, y así siguió haciéndolo durante años.
En el año 2005 se encontraron los restos de Gunter Messner. Reinhold Messner fue allí y confirmó que eran las botas y la chaqueta de su hermano. Se llevó esto y los huesos de la pierna para que los analizaran. Efectivamente, eran de él.
Atrás quedaba la enorme polémica que había rodeado a este suceso. La versión de Reinhold Messner era la única, claro, y el jefe de expedición puso en duda si la muerte de su hermano había sido un accidente, o si le había abandonado.
Reinhold Messner siguió escalando y fue el primero en subir los 14 ochomiles de la Tierra, el primero en llegar a la cima del Everest sin oxígeno y en solitario, y otras gestas famosas en el alpinismo.
La ascensión de la pared Rupal la contó en el libro La Montaña Desnuda: Nanga Parbat. Hermano, muerte y soledad, escrito 30 años después. Los que lo han leído, dicen que el libro parece dirigirse más a responder las críticas y sospechas, que a contar la experiencia de la escalada.
Te animo a ver la peli “Nanga Parbat” que narra esta historia. La tienes en Youtube, en alemán con subtítulos en español. Te dejo aquí el enlace directo. Por cierto, el propio Reinhold Messner dio su beneplácito a esta película.
Tarishing quedará en mi memoria como un lugar muy agradable en el que sentimos el poder del Nanga Parbat, el ochomil más occidental del mundo. Ahora que he visto la película y he leído más sobre las expediciones que trataron de escalarlo, me parece más increíble haberlo visto tan cerca ❤️
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