Islamabad no es la típica ciudad de Asia. Rawalpindi, sí. Aquí tienes un artículo donde te cuento, desde mi experiencia, qué ver en ellas y algo su historia 😉
Islamabad, la ciudad de “la gente que es musulmana”
Islamabad fue creada desde cero en la década de 1960 por el arquitecto griego Constantino Apostolou ¿Cómo te quedas? De hecho, oficialmente, se inauguró en 1966.
Reemplazaba así a Karachi, en la costa, que hoy sigue siendo la capital económica de Pakistán.
No sé a ti, pero a mí me llamó la atención que sea una ciudad tan reciente, incluso sabiendo que Pakistán se constituyó como Estado en 1947.
¿Y por qué ese traslado de la capital a tantos kilómetros de distancia?
El presidente Ayub Khan decidió que esta sería una forma de repartir el desarrollo del país, hasta entonces concentrado en el sur. Y decidió que lo haría en un lugar nuevo, fuera de Rawalpindi, una ciudad antigua y muy congestionada por la cantidad de población, industria y centro militar que concentra.
Islamabad sería y es, por tanto, la capital administrativa (y la oficial del país). Hasta aquí se trasladaron los ministerios y demás dependencias del gobierno.
Se estima que, en 2024, la población de Islamabad es de 1.266.792 habitantes.
El resultado es una ciudad con trazado de forma triangular y dividida en sectores cuyos nombres son letras y números. Los edificios son como los que podrías ver en muchos otros lugares del mundo, sobre todo si los miras de lejos, pero cuando te acercas ves que tienen elementos del gusto musulmán y asiático.
Es una ciudad racional y me resultó muy desangelada, como falta de vida. Sin ser europea, tampoco parece asiática al cien por cien.
También es una ciudad «dispersa» en un valle muy verde (al menos en agosto), con las colinas del Parque Nacional Margalla dibujando sus límites en el horizonte. Esa sensación de dispersión obedece a la planificación del proyecto.
Que conste que no lo critico: que se planifiquen zonas verdes y para el descanso es algo que debería aplicarse a todas las ciudades del mundo.
Islamabad recibe la influencia del monzón de la India, por eso en verano es habitual que el ambiente sea brumoso por la combinación de la humedad y el calor. Prepárate para sudar.
Llegamos de madrugada y las calles están vacías. Hay bastantes árboles frondosos y muchas casas protegidas por muros. Casas que tienen buena pinta, por otra parte.
Por la mañana, esa sensación de ciudad fantasma no mejora mucho. Quizá es porque es temprano, ya que madrugamos intentando huir del calor cargado de humedad.
Por otro lado, las distancias en Islamabad pueden ser engañosas. Lo que en el mapa parece estar cerca puede suponer un buen paseo, así que es mejor comprobar bien la distancia y echar mano de un rickshaw.
La verdad es que no parece que hayamos aterrizado en Pakistán, salvo por algunas señales inequívocas, como algún hombre vestido con el shalwar kameez, el sonido de la llamada a la oración o el control de seguridad con señor armado que hay en la puerta del hotel 😅.
Luego ya, cuando te fijas más, ves los cables colgando, algunos edificios ruinosos, y muchos otros signos que te indican que sí, que estás en Asia.
¿Qué se puede ver y hacer en Islamabad, si es una ciudad tan sosa? Pues no hay muchos sitios que yo sepa, tanto por lo que busqué antes de ir, como por lo que pude visitar allí, pero paso a hablarte de ellos:
- Mezquita Faisal
- Monumento de Pakistán
- Colina de Daman-e-Kohl
- El sector F7: restaurantes y tiendas
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- Mis consejos prácticos para viajar al Norte de Pakistán.
- Imágenes y sensaciones de un viaje a Pakistán del Norte.
Mezquita Faisal de Islamabad
La Mezquita Faisal es el símbolo de Islamabad y uno de los imprescindibles que visitar en esta ciudad.
Con forma de tienda de campaña y minaretes altísimos, no se parece nada a los diseños tradicionales de otras mezquitas del mundo musulmán. Sinceramente, bonita, lo que se dice bonita, no me pareció.
Pero es cierto que su tamaño gigantesco impresiona. De hecho, dicen que es la mezquita más grande de Asia y una de las más grandes del mundo. Sus minaretes miden 88 metros de altura.
Dicen que la idea de construir esta mezquita fue del rey Faisal de Arabia Saudí, durante una visita que hizo a Islamabad en el año 1966. Imagino que fue invitado a la inauguración oficial de la ciudad y el hombre se permitió hacer este apunte «Podríais construir una gran mezquita, yo pongo la pasta».
Tres años más tarde se organizó un concurso internacional de arquitectos y se presentaron 43 proyectos. Lo ganó este diseño, pero aún hubo que esperar un tiempo para empezar a levantarla. En concreto, una década después de que el rey Faisal hiciera la propuesta.
Sin embargo, el rey Faisal no llegó a verla porque fue asesinado unos meses antes de que empezaran las obras. Sea como sea, su nombre ha quedado ahí.
La mezquita Faisal se terminó en el año 1986. Es decir, que se tardaron otros diez años en construirla. Parece ser que trabajaron 100.000 obreros en su construcción.
Si vas en fin de semana o festivo, así como después de una de las oraciones principales del día, te la encontrarás llena de gente.
Ojo, en cuanto detecten que eres/sois extranjeros, te pedirán una fotos, «selfies» o «tik toks», y cuando te quieras dar cuenta se formará una cola o tendrás una “corte” de gente siguiéndote para conseguir su foto contigo. Si quieres sentirte como un famoso, esta es tu oportunidad 😂😂.
Su amplio patio con algunas fuentes ofrece, además, un buen sitio en el que observar y hacer fotografías, sobre todo si vas al atardecer, cosa que recomiendo mucho.
Monumento de Pakistán
El Monumento de Pakistán es otro de los sitios a visitar en la pulcra Islamabad. Está en una colina y desde allí hay buenas vistas de la ciudad.
Alrededor de este monumento hay un complejo de plazas, miradores y un museo, pero el centro de atención es este símbolo de unidad nacional que conmemora y ensalza la variedad dentro de sus fronteras.
Con forma de flor de loto, cada pétalo grande representa una de las cuatro regiones de Pakistán: Baluchistán, Sind-Karachi, Punjab y Zinger-Pastun.
Entre ellos hay tres pétalos pequeños, que son las regiones con régimen de semiautonomía como Gilgit-Baltistán, y en la cara interior de todos ellos pétalos hay bajorrelieves que muestran escenas de la historia de cada región.
Por lo visto, desde el cielo se ve que forma la bandera de Pakistán. Si tienes un dron a mano (y permiso para utilizarlo), ya sabes.
¿Por qué una flor de loto? 👉🏼 Porque simboliza el rápido crecimiento y desarrollo de Pakistán.
Desde las terrazas que hay detrás del monumento tienes buenas vistas de Islamabad, pero espera a leer sobre el siguiente lugar.
Colina de Daman-e-Koh
Si quieres acercarte a las Margan Hills para obtener una vista más aérea de la ciudad, lo mejor es subir a este punto: la Colina de Daman-e-Koh, que está bastante cerca de la ciudad.
Aquí hay un parque lleno de caminos, mesas de picnic, y puestos de comida y bebida. También hay monos entre los árboles y otras «atracciones» como la de subirse a camellos vestidos con sillas de montar enormes, muchas telas y abalorios (da pena verlos).
En las noches de los días festivos la gente sube a “tomar el fresco” y admirar las vistas desde los miradores, ya sea en grupos familiares o de amigos.
Puedes encontrarte, eso sí, con bastante atasco en la carretera que sube hasta arriba. Hay parking de motos y de coches, por separado y creo que de pago, aunque seguramente cueste unos céntimos.
Dónde alojarse y comer en Islamabad
En cuanto a dónde dormir en Islamabad, yo te puedo hablar de dos hoteles diferentes, el de la llegada y el de nuestro último día en Pakistán.
De categoría media, ha visto tiempos mejores pero está bien. Lo que más me gusta es su situación, ya que está en el sector F-7, una zona llena de restaurantes y tiendas en la que, sobre todo a partir de las últimas horas del día, hay bastante vidilla.
Este otro hotel está al lado del sector F-11. Se trata de un barrio residencial muy tranquilo. Las casas suelen estar protegidas con muros, como ya he dicho antes, y casi no hay tráfico. Quizá es porque la gente entra y sale en coche de sus casas.
Este hotel está mucho mejor que el Hillview, pero para salir a cenar debes coger el coche y moverte al sector F-7.
Para comer o cenar en Islamabad, te recomiendo los restaurantes de la zona F-7.
El único que te puedo recomendares el Restaurante Kabul. Es de comida afgana, tienen una parrilla riquísima y también preparan muchos platos de pasta y verduras. Los precios están genial, aunque esto es habitual en Pakistán, excepto en los sitios de lujo.
En las calles de alrededor hay más restaurantes de este estilo, así como algún sitio de zumos y batidos. Mi principal consejo es que mires bien si tienen público local o están vacíos, a no ser que sea una hora temprana.
Si no te apetece cenar nada contundente, te sugiero un rico batido de mango hecho con leche (pídelo sin hielo). Por menos de 1,5 € te sirven medio litro y está de muerte.
Rawalpindi, la otra cara de la moneda
Si quieres empezar a ver y sentir Asia al entrar en Pakistán por Islamabad, te recomiendo que vayas a Rawalpindi, a sólo 15 minutos de la capital.
En Rawalpindi no hay casi nada específico que ver, pero sus bazares son un festival para nuestros sentidos.
La historia de Rawalpindi podría empezar a contarse por los vestigios de un antiguo asentamiento budista, y se sabe que la primera invasión musulmana corrió a cargo de Mahmud de Ghazni. Este regaló la ciudad en ruinas al Jefe Ghakkar, pero no hizo nada con ella hasta que, en 1493, fue restaurada por Jhanda Khan.
Rawalpindi fue un punto estratégico del Emperador Mogol Jahangir, y más tarde, ya en el siglo XIX, se desarrolló como centro comercial Sij.
Así siguió hasta que en 1849 los Británicos se quedaron con el control de la ciudad y establecieron el cuartel general para la región norte de Pakistán.
Cuando el Raj Británico decidió la separación de India y Pakistán, en Rawalpindi había un 34% de población hindú y un 18% de población Sij. Fueron obligados a marcharse a India, y sus casas, templos y negocios fueron destruidos.
Rawalpindi fue la capital de Pakistán entre el año 1959 y la inauguración de Islamabad en 1966. De hecho, fue una capital transitoria mientras esperaban a que se construyera la ciudad nueva.
Hay algo que todavía permanece desde los tiempos de los ingleses: sigue siendo el principal lugar de acantonamiento del ejército.
Rawalpindi también es conocida por un trágico suceso: en el año 2007 la ex primera ministra, que entonces se presentaba a la Presidencia del país, Benazir Bhutto, fue asesinada. Primero la dispararon en la cabeza, y después el terrorista hizo detonar los explosivos que llevaba encima.
El casco antiguo de Rawalpindi está situado entre el Bazar Rajah y Fowara Chowk, mientras que Murree Road es la avenida-carretera que la conecta con Islamabad.
El Bazar Rajah se extiende entre cinco calles que salen de forma radial desde el cruce o plaza Fowara Chowk. Andando hacia el Este hay un viejo templo hindú, abandonado y en parte utilizado como vivienda.
Aparte de las calles centrales, hay otros bazares con nombre propio. Los diferenciarás por lo que venden:
- Kalan Bazaar: mercado de las telas.
- Moti Bazaar: mercado de las mujeres (maquillaje, chales, bisutería, postizos para el pelo, etc.).
- Sarafa Bazaar: mercado de los joyeros, donde se venden todo tipo de joyas de oro y plata, así como utensilios de cobre para la cocina.
Para mí, lo mejor del primer día en Pakistán fue Rawalpindi sin lugar a dudas. Reconozco que me daba un poco de corte sacar la cámara y que fuéramos el centro de las miradas, pero la gente (casi todo hombres), es realmente amable.
Entre eso y la cantidad de negocios, oficios y mercancías de todo tipo, como digo fue un festival de sensaciones que, aunque puede saturar, pocas veces deja de sorprender.
Te dejo aquí algunas fotos de ese día ¡y me cuesta no subir más! antes de las últimas letras de este post:
Si buscas un sitio para comer en Rawalpindi te puedo recomendar el Lasania Restaurant, a unos diez minutos en rickshaw de Raja Bazaar.
En definitiva, Islamabad y Rawalpindi son dos caras de la misma moneda. Muy distintas entre sí, son ciudades que te van a sorprender en un sentido u otro, y que siendo a menudo la entrada al país, sobre todo para viajar al Norte de Pakistán, no te las debes perder 😊
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