Las puertas y ventanas son elementos que siempre me han atraído y que he ido fotografiando en mis viajes. Dentro y fuera de España, viejas y nuevas. Bonitas y feas (a priori). A veces me pregunto: ¿Qué tendrán? Hoy me he propuesto contestarme en este post :-).
Las puertas y ventanas del mundo dicen muchas cosas del sitio en el que estás

Sí. Las puertas y ventanas dicen mucho del sitio donde estás. De sus gentes, del presente y del pasado.
Son la frontera entre lo público y lo privado, entre la esfera social y la esfera personal o familiar de los habitantes del lugar.

Desde la calle, si observas atentamente, verás muchos detalles curiosos, simpáticos, interesantes. Detalles que nos dejan entender un poco mejor dónde estamos.
Antiguos llamadores, aldabones y cerraduras, o nuevos imitando a los antiguos. Curiosas cerraduras incluso con mecanismos secretos…

¿Y quién no se ha sentido llamado a entrar en una casa para curiosear, para quizá llegar a entender cómo se hacen allí las cosas, cómo se vive allí?


O detalles que nos hablan de las tradiciones y supersticiones del lugar, como las «flores del sol» en Navarra, cercanas a la festividad de «Todos los santos» (y todos los muertos, añadiría yo).

Pensarlo no significa hacerlo, y desde luego nos ahorraremos muchos disgustos si pedimos permiso y nos es concedido antes! Piensa si te gustaría que alguien entrara en tu casa sin preguntar primero. Aclaración: una casa es donde vive alguien, aunque sea una choza de ramas!


Las puertas y ventanas del mundo son ejemplos de adaptación al clima y las condiciones incluso geológicas
Por ejemplo, las puertas y ventanas de Valparaíso y muchas de Viña del Mar se encajan en paredes de chapa, un material muy flexible y por tanto seguro contra los terremotos.
Los lugares donde llueve mucho suelen lucir grandes balconadas acristaladas. Supongo que es una buena forma de asegurar la entrada de luz y compensar el ambiente sombrío y húmedo de la lluvia.

En muchos puntos del Mediterráneo las casas se blanquean con cal para reflejar la luz del sol y asegurar una temperatura más fresca en su interior. También en el Atlántico, como en las Islas Canarias. Y en contraste con dicho blanco, las puertas se pintan de azul intenso o verde.


En las cabañas de las tribus africanas no hay muchas ventanas, y las puertas son estrechas y bajitas. ¿Para que no entren las fieras salvajes mientras duermen? ¿para que el viento, la arena y la lluvia no inunden su hogar? ¿porque abrir un hueco más grande implica una obra arquitectónica de mayor calibre?


En la arquitectura islámica las ventanas suelen ser pequeñas, aunque no es la única cultura que edifica así. Para protegerse del frío, viento, lluvia, sol. Y de las miradas de los demás.


Y son un escaparate social, consciente o no…
A veces, son portadoras de mensajes acerca de la religión y las creencias, algo tan importante para la gente. Incluso pueden ejercer de protectoras en sí mismas ¡ante las «fuerzas del mal»!

Hablan de la familia que habita ése lugar, de su estatus social, o del cumplimiento de ritos como haber ido a La Meca.

O se constituyen en un escaparate que muestra que cuidan su casa, y que por tanto estamos ante una familia limpia y hacendosa, que a su vez suele ser un signo de algo más grande. Bondad, honradez, honorabilidad, trabajo, esfuerzo, dignidad…


A veces dan paso a minimundos como son los patios
En Andalucía los vemos tras las rejas o los portones abiertos. También, claro está, en los países árabes se atisban con un poco de suerte (los de Andalucía son herencia de los árabes).



Conclusión: en cada sitio, además de admirar los monumentos de turno, conviene fijarse en las puertas y ventanas. Mejor si son de hogares, porque nos darán información sobre dónde estamos…
No es un simple voyeurismo ¿o sí? 🙃😎
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te he copiado una fotografía para mi blog. Hace referencia a “la vieja del visilla” y es un señor que esta “atilfando” tras una ventana (Atilfar= atisbar)
Je, je, esas fotos molan 😉