Actualizado el 25 enero, 2021
Jartum es la ciudad que no pudo ser… para mi. Jartum es la ciudad que no pudo ser porque el día completo que tenía reservado para verla y respirarla me puse enferma. Simple y llanamente. La noche anterior llegamos, cené, y a las pocas horas, de madrugada, empecé a visitar el baño como si no hubiera un mañana. Conté doce viajes. Logré «cerrar el grifo» a base de Fortasec, porque la siguiente noche volaría a España y porque no quería deshidratarme. Por la mañana estaba hecha una piltrafa, te puedes imaginar, pero aun así no quise resignarme a pasar el día en la cama. No aceptaba la idea de perderme al menos un par de rincones de esta ciudad que siempre sonó mítica a mis oídos. Y esto es lo que te puedo relatar.
Jartum, tres ciudades en una
Las calles de Jartum en el mes de Abril lucen con polvo en suspensión y calor. El sol agrede sin pudor, y los sudaneses van y vienen por la ciudad con paciencia, mucha paciencia. No sólo por el calor.
La opresión del gobierno, las altas tasas de paro, la sobrepoblación provocada por la migración del campo a la ciudad en busca de oportunidades. Todo esto son razones para decir que los habitantes de Jartum, y de todo Sudán, le echan mucha paciencia a la vida.
Y últimamente mucho valor, ya que en poco menos de un año han conseguido desbancar al tirano que buscan las cortes internacionales por delito de genocidio en Sudán del Sur. A base de protestas pacíficas. Cuando ya no pudieron más. Y en el momento en que escribo estas líneas, en el año 2019, se enfrentan al arduo proceso de alcanzar una democracia, paz y el camino a la prosperidad. Algunas veces con más protestas, con algunos muertos. Otras de nuevo con paciencia y esperas. Ojalá lo consigan, porque se lo merecen. Ya te conté que los sudaneses son gente realmente especial.
En Jartum hace años que está creciendo un skyline de rascacielos incongruente con el desierto y el Nilo. Y con las mezquitas, los turbantes, el desfile de gentes africanas que hay en sus calles, el polvo que lo domina todo ya venga de una tormenta de arena, o sea el acumulado por lo vetusto. ¿Quién invierte aquí? los estados del Golfo y China, principalmente.
Su nombre en árabe es Al-Jartum y significa “trompa de elefante”. En inglés y francés se escribe Khartoum, y en italiano y alemán Khartum.
Podríamos decir que Jartum es hoy tres ciudades en una. A la que siempre tuvo este nombre, Jartum, situada entre los dos ríos, se une Ondurman, una gran barriada con más millones de personas que Jartum. Allí viven en precarias condiciones muchos, muchísimos emigrantes que vienen a estudiar a la universidad, buscan progresar en la vida, o huyen de los estragos de la guerra que dividió al país.
Al otro lado del Nilo está Jartum Norte, también llamada Bahari, ciudad semi-industrial.
Dicho esto, los pocos turistas que pasamos por Jartum dedicamos un día, poco más, a visitar algunos de los escasos atractivos “que quedan en pie”. Y si tienes más tiempo, seguro que sentarte a ver la vida y sus personajes pasar es un buen plan.
Allí donde las aguas forman el Nilo definitivo
Jartum fue fundada en 1820 por Mehmet Ali, el que comandaba una expedición turco-egipcia. El lugar era una guarnición del ejército egipcio, pero poco a poco fue creciendo como centro comercial, que tenía mucho que ver con su origen: un puerto en el río Nilo.
El comercio de marfil, demandado por Europa, y poco después el de la esclavitud, también demandado por Europa, fueron su razón de ser, rivalizando con Zanzíbar.
¿Por qué aquí? porque en Jartum es donde confluyen los dos grandes brazos del Nilo: el Nilo Blanco y el Nilo Azul. Sin ellos el Nilo no sería el Nilo e incluso puede que no llegara al Mediterráneo. Y puede que no se hubiese desarrollado la civilización egipcia, y todo sería diferente a como lo conocemos.
¿Por qué suena mítica Jartum? Quizá porque además del comercio, éste fue el punto de salida de algunas o muchas expediciones de los exploradores que buscaban las Fuentes del Nilo.
Al Mogram, como se llama a la confluencia del Nilo, era uno de los sitios que quería ver y lo conseguí, aunque fuera por la vida con la cara blanca y cierto mareo provocado por la nochecita diarreica.
Me hacía mucha ilusión contemplar el lugar donde el Nilo Blanco y el Nilo Azul unen sus aguas. Ya ves tú. Como tantos otros sitios simbólicos, no es para tanto. Pero oye, quería verlo, y lo vi.
El Nilo Azul llega a Jartum procedente de Etiopía. El Nilo Blanco viene de las aguas del Lago Victoria. Las aguas de cada uno tienen un color distinto, y junto con la línea de cambio de corrientes puedes contemplar el lugar exacto donde se besan por primera vez. Por fin cerraba el círculo.
Para poder ver y fotografiar este punto tan importante geográficamente hablando, has de evitar el puente desde el que tienes magníficas vistas. Es considerado un lugar estratégico y la prohibición de los militares es extrema.
Pero hay una solución. Ir al Mogran Family Park. Se trata de un antiguo parque de atracciones, del que queda una pista de coches de choque desvencijada y medio comida por la vegetación, una noria que se cae de óxido, y algunas cosillas más. Atravesándolo por un camino que te lleva a la orilla, lleno de maleza, este es el lugar desde el que poder asomarse a la orilla y hacer fotos sin que nadie te diga nada. Muy poco romántico, cero glorioso, pero todo sea por observarlo a placer y, por qué no, llevarte ése recuerdo en la cámara o en el móvil…
También hay ferries desde donde hacer unas tomas, pero no fuimos.
Museo Nacional de Sudán
También quería visitar el Museo Nacional de Sudán por más de una razón. Antes de ir a Sudán había leído que aquí se guardan algunas o muchas de las maravillas arqueológicas encontradas en los yacimientos que íbamos a visitar. Sólo por eso ya tenía interés.
Pero además es que es el lugar de trabajo de nuestra guía Shadia, con la que hice amistad y a la que cogí un gran cariño. De alguna manera, por lo que ella nos iba contando, incluida la precariedad con la que tienen que trabajar los arqueólogos sudaneses, sentía cierto vínculo emocional con el museo. Así que ¿cómo perdérmelo?
Insistí en ir, a pesar de que los demás me insistían en que me fuera a la cama.
El Museo Nacional de Sudán se ubica en un edificio que recuerda a las casas nubias, y lo guardan enormes estatuas del Antiguo Egipto. Los faraones se sitúan impasibles junto a los rascacielos que hay un poco más allá. Seguro que los antiguos dioses se ríen por lo bajini pensando en que esas estructuras no van a durar ni la mitad que los edificios que ellos inspiraron a los hombres hace más de 3.000 años.
Enseguida entramos en una gran sala de techos muy altos. Todo parece dispuesto de una manera más moderna de la que puedes imaginar. Shadia nos dice que no son ajenos a cómo son los museos del siglo XXI en otras partes del mundo, así que intentan estar a la altura. Otra cosa son los recursos.
En el centro, mirando a los que entramos, se dispone una de las grandes estatuas reales de granito negro encontradas en Jebel Barkal, en mi querida Karima. Es magnífica. Tanto como el busto de César hecho en bronce que hay un poco más allá.
Las vitrinas, con un grado de polvo nada despreciable, se suceden. Están llenas de objetos de cerámica, joyas, y en fin, lo que suelen tener los museos arqueológicos.
Creo que esta visita tiene más sentido hacerla después de haber visitado los lugares donde los encontraron. Y cuando te gusta mucho la historia. La exposición de cerámica de Kerma es muy buena, por cierto.
Hay un segundo piso, pero ahí las fuerzas me fallaron así que me dejaron sentada en una silla detrás del mostrador vacío que hace las veces de recepción del museo. Ja, ja, menos mal que no había mucho visitante, porque la imagen debía de ser estrambótica.
Me perdí los frescos de las iglesias de los primeros cristianos de Nubia, de entre los siglos ocho y catorce. Fueron salvados de la Catedral de Faras por la UNESCO. Hoy está sumergida en el Lago Nasser.
Museo Etnográfico de Jartum
Antes de ir al Museo Nacional pasamos por este pequeño museo, del que yo no sabía nada. Aquí se exponen muestras de la diversidad étnica de Sudán. Tiendas nómadas, utensilios cotidianos, aperos de labranza, joyas, vestidos… aderezado con maniquíes y mucho polvo.
La mañana no dio para más, y yo empezaba a estar tan fatigada que yendo en coche de un sitio a otro me quedaba dormida. Shadia intentó reanimarme llevándonos al Blue Nile Sailing Club, un sitio muy chic a orillas del Nilo, donde insistió en que me tomara ¡¡una limonada con hielo!! Por supuesto no la probé. De hecho estaba convencida de que mi diarrea se debía a una limonada con menta y hielo que tomé para acompañar la cena la noche anterior. En el restaurante me aseguraron de que todo era con agua mineral, pero me temo que no era así. Hay sitios en los que no debes relajarte con estas cosas, mala decisión la mía, pero lo hecho, hecho está.
El Jartum que no pude ver: Omdurman
No pude visitar Omdurman por encontrarme tan mal, y esto me fastidió mucho porque tenía unas ganas locas. Allí hay varios atractivos que reclaman al menos una visita. A saber:
La tumba de Mahdi
Mahdi es un héroe de la historia de Sudán. Es reconocido como el libertador de Sudán de las garras del Imperio Británico.
La rebelión de Mahdi estalló en el año 1880, en el oeste del país, y fue avanzando con sus huestes, sometiendo a las tropas turco-egipcias que servían a los británicos. El Gobernador General de Sudán, Charles Gordon, que llevaba sólo cuatro años en el cargo, decidió mantenerse firme y defender la ciudad del avance de Mahdi. Su lógica era que la defensa de una ciudad que se halla entre dos ríos, es más fácil. Pero también es más fácil de asediar, y de eso no parece que se diera cuenta.
En septiembre de 1884 empezó el asedio de Mahdi a Jartum. En Diciembre ya casi no tenían qué comer, y poco después los supervivientes comían ratas, el único alimento posible. Enero fue el mes en que Mahdi entró con sus tropas y saqueó la ciudad. Gordon murió en los escalones de entrada al Palacio del Gobernador. Mahdi lamentó el asesinato de Gordon, porque quería convertirlo al Islam.
Con todo, Mahdi prefería Omdurman a Jartum, así que decidió establecer la capital en esta humilde ciudad. De todas formas murió cinco meses después de su heroica victoria (derrotar al Imperio Británico fue, y sigue viéndose así, un acto heroico), de una enfermedad. En 1898 los británicos volvieron a tomar ambas ciudades, y la capital volvió a ser Jartum.
La tumba de Mahdi fue destruida por los británicos. No podían dejar un punto de peregrinaje, admiración y recordatorio del que fue su enemigo público número uno… Pero en 1947 se reconstruyó. Parece que los británicos superaron sus miedos (todavía no se habían ido de Sudán).
La tumba es visitable. Me hubiera gustado.
El zoco de Omdurman
Es el otro gran punto de interés de esta ciudad satélite de Jartum. Dicen que es el zoco más grande del país. Por lo visto es todo un espectáculo de gentes, aromas, actividades… aunque mi amigo Santi, que sí fue con Shadia y Seif mientras yo dormía unas horas, me dijo que también es agobiante. No sé si así me consoló o qué. Me hubiera gustado comprobarlo por mi misma.
Por último, no menos importante, y esto ya no es culpa de que me encontrara mal sino de que no pudimos cuadrar bien las fechas del viaje para estar allí, me hubiera gustado ir a la tumba de Hamed al-Nil.
Todos los viernes por la tarde los derviches se concentran alrededor de la tumba de Hamed al-Nil, un líder Sufi del siglo XIX, para tocar música y danzar. Es un ritual que atrae a muchos visitantes y una de las cosas más recomendadas para hacer en la gran Jartum, así que si estás preparando un viaje a Sudán, intenta cuadrarlo.
Epílogo
Esa tarde vino Shayma, una chica que conocí en Instagram a través de la cuenta de World Press Photo, ya que es una de las fotógrafas que han destacado. Si algo me gusta de esta red social es que es realmente global y puedes hablar con gente de todo el mundo.
Cuando le dije unos meses antes que iba a viajar a Sudán, ella me invitó a quedar en Jartum.
Así lo hicimos. Nos escribimos varias veces antes de nuestra llegada y finalmente quedamos en nuestro hotel por resultar un sitio fácil para nosotros. Lo que yo no sabía es que ella tenía que hacer un recorrido de más de una hora por culpa del maldito tráfico de la ciudad. Cuando me enteré me sentí mal por ella.
Los sudaneses tienen una generosidad desbordante, en serio.
Le expliqué que me encontraba fatal pero bajé a charlar un rato en recepción. ¡Ella quería habernos llevado a hacer un pequeño crucero por el Nilo para ver el atardecer!
Hablamos un poco de fotografía, nos contó su pequeña historia con World Press Photo y sus sueños de viajar y exponer fotos allí y fuera de su país. Después he visto en Instagram que ha ido a Etiopía, Indonesia, Arabia Saudí, y que ha hecho una pequeña exposición en Egipto. Me alegro muchísimo por Shayma y ojalá siga cumpliendo sueños.
Y hasta aquí puedo leer con respecto a Jartum…
Índice de posts de Sudán
- Jartum, la ciudad que no pudo ser
- Gentes de Sudán: si te lo cuentan, no te lo crees
- Viaje a Sudán: Las pirámides de Meroe
- Viaje a Sudán: los yacimientos arqueológicos de la región de Karima
- Viaje a Sudán: cómo es vivir bajo una gran tormenta de arena
- Cuarto día en Sudán: la antigua civilización de Kerma y una noche perfecta en el desierto
- Tercer día en Sudán: la tercera catarata del Nilo y grabados rupestres
- Segundo día de viaje en Sudán: el templo de Soleb y los pueblos nubios
- Primer día en Sudán: historias junto al Nilo y la ciudad de Dongola
- Guía de viaje a Sudán para 10 días: itinerario y consejos prácticos
- Sudán, imágenes y sensaciones de un viaje nada convencional
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Enhorabuena por tu blog, Alicia. Soy un valenciano que en esta noche de viernes he buscado información sobre el Mahdi y Jartum, a raíz de una novela de Kipling que estoy leyendo.
Me gusta tu estilo próximo, y a la vez tu visión aguda. Me identifico con tu forma de viajar.
Gracias y suerte.
Rafa Armengot
Muchas gracias Rafa! Un placer saber que te ha gustado, y aquí tienes el blog para cuando te apetezca 😉 un abrazo y suerte!!
Pues parece que pudo ser. En países como Sudán es normal terminar como terminaste aunque igual te puede pasar en Madrid o en Nueva York… el azar !!
Saludos blogueros
Hola Paco! Al final pudo ser… a medias, porque no estaba en condiciones y al final no pude ir a Omdurmam, pero como dices, es bastante normal terminar así, te puede pasar en cualquier lado, y al menos fue al final del viaje añadiría yo 😉
Saludos blogueros!