¿Buscas qué ver en los alrededores de Ciudadela, Menorca, sin necesidad de coche? ¡Estás en el lugar correcto! Descubre dos excursiones a pie que te llevarán a tesoros escondidos muy cerca de la ciudad, desde las fascinantes canteras de Lithica Pedreres de s’Hostal hasta el espectacular arco natural de Pont d’en Gil. Si eres de los que prefiere explorar a su ritmo, esta guía te encantará ¡Ponte calzado cómodo y acompáñame! 😊
En este artículo descubrirás:
Información práctica para tu viaje a Ciudadela
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Además de hacer las excursiones que te voy a contar en detalle, puedes completar tu visita a Ciudadela con otras actividades como las siguientes:
Por último, no te olvides de reservar con tiempo un alojamiento en Ciudadela, lo vas a agradecer en cuanto a precios. Aquí puedes encontrar un montón de ofertas. Si te preguntas dónde me alojé yo, te diré que en el Hostal Ciutadella. Un sitio sencillo pero muy correcto y con buena relación calidad-precio, a dos minutos a pie del casco viejo.
Excursiones en los alrededores de Ciudadela o Ciutadella
Lithica Pedreres de s’Hostal, un lugar fantástico
Cuando me puse a buscar qué ver en los alrededores de Ciudadela, para completar mi estancia de tres noches en esta ciudad, no tenía ni idea de este lugar. Vi algunas fotos y decidí ir, pero aun así no terminé de entender lo espectacular del sitio hasta que estuve allí. No me lo podía creer. Es a-lu-ci-nan-te.
Además, siendo el mes de enero, lo vi completamente sola. No obstante, es probable que no te encuentres con mucha gente en otras épocas del año, porque creo que este es uno de los secretos mejor guardados de Menorca.
Qué es la Cantera Lithica
Nos encontramos en una cantera de piedra de marés, la piedra de Menorca que se utiliza para la construcción desde tiempos inmemoriales.
En esta cantera, en concreto, se extrajo piedra de forma manual entre los siglos XIX y XX, y de forma mecanizada hasta la década de 1990. Fue en 1994 cuando se cerró definitivamente, y años después se ha limpiado y acondicionado para las visitas.
Las canteras que se abandonaban eran rellenadas con los escombros y restos de la extracción de la roca. Con el tiempo, esos espacios abiertos en el suelo volvían a ser terreno cultivable y como tal se utilizaban. Un perpetuo reciclaje del lugar.
Un “detalle”: justo al lado de esta cantera museizada hay una en plena actividad. La piedra de marés se sigue utilizando, si bien las casas ya no se construyen íntegramente con ella. Digamos que el precio ha subido muchísimo.
Esta piedra se destina hoy en día para tabiques, arcos, techos, suelos exteriores y revestimiento de fachadas, cortándola en planchas.
La visita a las canteras de s’Hostal
Llegué un rato después de que abrieran las puertas. La mujer que estaba en la taquilla me dio la bienvenida con calidez, me explicó la señalización y me dio un plano.
Caminé unos pocos pasos y de repente me vi suspendida en un balcón frente a un gran espacio excavado hacia abajo, con un gran laberinto de bloques de piedra y una especie de estatua gigantesca.
¡Qué impresión esas proporciones ciclópeas y qué bonito con el color cálido de la piedra!
A partir de ahí, seguí el itinerario marcado con flechas, asomándome a todos los balconcillos posibles y atenta a las señales que advierten de que por ahí no debes ir por riesgo de caída.
Estuve dos horas vagando a solas, contemplando las bandadas de palomas que iban y venían entre los muros, y recorriendo los distintos caminos y rincones.
Poco a poco van entrando ganas de bajar a los niveles inferiores y encontrarte entre esas paredes enormes, pero tranquilo que la ruta está pensada para eso.
Cuando llegué abajo, me sentí pequeña, muy pequeña. Y me acordé de mis viajes a Egipto. Era como si estuviera en un complejo de grandes templos antiguos.
En los muros puedes ver claramente las marcas verticales y circulares que dejaban las máquinas de corte en su camino por la superficie rocosa.
Parecen una decoración peculiar, algún tipo de escritura ancestral, pero no. Son las huellas de la escoda, la herramienta principal de la extracción manual.
También hay escalones esculpidos en muchos lugares, casi misteriosamente porque no llevan a ningún lado. Los excavaban los canteros para abrir nuevos planos de extracción y para evacuar los bloques de piedra. Con el tiempo se abandonaban para ir a otra sección o lugar donde seguir extrayendo roca.
Además de ser una cantera llena de detalles esculpidos en la roca, se ha construido un Jardín Botánico. Hay muchos carteles explicativos que te ayudan a entender lo que estás viendo, espacios como el Jardín Medieval, el laberinto vegetal, etc.
Las canteras de s’Hostal fueron nombradas Bien de Interés Etnológico en 2017 entrando a formar parte del catálogo de Patrimonio Histórico de Menorca.
Información y consejos para visitar la cantera Lithica
Las canteras de s’Hostal están a unos 30 minutos andando desde el centro de Ciudadela.
Sólo hay que coger el Camí Vell de Maó que transcurre por el polígono industrial de Ciudadela. Andando todo seguido, pasarás por un túnel y después cruzarás la Ronda Sur (carretera de doble sentido con buena visibilidad). Un poco después habrás llegado a tu destino.
Bonus: Poblado Talayótico Montefí de Dalt
Al salir de la cantera, me dirigí a este poblado talayótico que verás en el camino de ida (si vas andando). Te aconsejo que lo dejes para después por si te entretienes más tiempo en la cantera. Aunque no sea de los más espectaculares de la isla, no deja de tener su interés. Te hablé de este y otros yacimientos en el post sobre sitios arqueológicos de Menorca 😊
Camino Sa Farola hacia Pont d’en Gil
La otra excursión que te propongo para hacer caminando, aunque también puedes ir en coche, es el Camino Sa Farola, que puedes continuar hasta Pont d’en Gil cruzando la urbanización Los Delfines.
En mi caso fueron unas tres horas andando, haciendo pequeñas pausas para hacer fotos, pero reconozco que acabé bastante cansada, sobre todo porque fui un poco deprisa para que no se hiciera de noche.
El Camino Sa Farola es un recorrido que empieza en el puerto de Ciudadela tomando la dirección del Faro de Ciudadela.
La primera parte es una carretera sombreada por grandes árboles que casi ocultan el cielo y la costa que queda a tu izquierda. Un poco más adelante, el recorrido ya se pega al mar.
La primera playa o cala que te encuentras es la Playa sa Farola. Recogida, como todas las demás, sus aguas transparentes son una buena carta de presentación que, en días soleados, debe ser muy espectacular.
A continuación te encuentras con el Faro de Ciudadela, también conocido como Faro de punta Sa Farola. Fue construido en la segunda mitad del siglo XIX y dispuso de luz eléctrica a principios del siglo XX.
A continuación las vistas de la costa, el Canal de Menorca y la isla de Mallorca en el horizonte te van a sorprender 😊
A partir de ahí comienza un paseo con acera ancha. A un lado, los acantilados. Al otro, casas y chalets de buen nivel. Quién tuviera uno para pasar ahí largas temporadas 😅
Siguiendo la línea de costa llegas a la Playa Cala en Blanes. Mucho más dentro del litoral, va seguida de un palmeral. Un hotel grande y feo, de los pocos que he visto en Menorca, preside el lugar.
Ahí es donde decidí cruzar la playa bajando por unas escaleras desde el camino de Sa Farola, e internarme en la urbanización Los Delfines para ir en dirección a Pont d’en Gil. No obstante, el camino de Sa Farola aún continúa un poco más.
Pont d’en Gil
Pont d’en Gil está en pleno Camí de Cavalls, y es uno de esos sitios que ves en fotos antes de ir y no te lo quieres perder.
El esfuerzo valió la pena. Lo único que me fastidió fue no quedarme hasta la puesta de sol porque no quería volver a cruzar la urbanización de noche y sola. Siendo invierno, estaba todo cerrado y no había un alma por las calles. Sí que había algo de gente que iba a ver la puesta de sol en sus coches, pero decidí ser prudente.
Al día siguiente, por cierto, vi un cartel en el hostal donde dormía que informaba de un autobús que tiene un par de servicios en esa época del año. Yo había buscado información en internet pero no encontré nada, así que me dio mucha rabia no haberme fijado ni haber preguntado antes. Avisado estás, si estás en el mismo caso que yo (sin coche) 😅
Pero vamos a lo importante. ¿Qué es Pont d’en Gil?
Se trata de unos acantilados en los que hay un arco natural impresionante. Es un sitio perfecto y de lo más fotogénico para ver la puesta de sol. Dicen que acercarse a él desde el mar es mejor aún.
Cuando sales de la urbanización para tomar el tramo del Camí de Cavalls que te lleva al mirador, te encuentras con una gran extensión de rocas retorcidas. Sólo es un preludio de ese sitio tan especial, pero igualmente bonito.
Si vas en coche, puedes aparcar en un parking que hay al final de la urbanización. Después sólo tienes que andar unos cinco minutos hasta el mirador de Pont d’en Gil. El camino está señalizado y seguro que hay gente por allí. No tiene pérdida. Por cierto, que puedes alquilar un coche en Menorca aquí, donde encontrarás varias compañías que comparar.
Si quieres caminar más, un buen plan puede ser salir de Ciudadela por la mañana y llegar hasta Punta Nati, para volver tranquilamente por la costa hasta Pont d’en Gil y ver la puesta de sol. No lo descarto para mi próxima visita 😉
Después de explorar las antiguas canteras de Lithica y de maravillarte con las vistas del Pont d’en Gil, es fácil entender por qué los alrededores de Ciudadela son un verdadero paraíso para los amantes del senderismo. Estas dos excursiones demuestran que no necesitas un coche para descubrir la belleza natural de Menorca; sólo un par de pies dispuestos a caminar y una cámara lista para capturar cada momento.
Ahora que ya tienes las claves para tu próxima aventura, solo queda una cosa por hacer: ¡empezar a planear tu escapada! Si te animas a hacer alguna de estas rutas en los alrededores de Ciudadela, no olvides compartir tus fotos y etiquetarme en redes sociales.
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