Actualizado el 3 noviembre, 2022
Una de las maravillas de la Antigua Roma que se conservan en este mundo es Baalbek. Aunque leas y veas fotos, cuando estés allí no te lo creerás, palabra de honor. Las dimensiones gigantescas, el buen estado de conservación, los detalles… todo. Voy a intentar contar y mostrar con fotos cómo fue la visita al yacimiento arqueológico de Baalbek que viví, y no fui la única, con verdadera emoción a cada paso que daba.
Es primera hora de la tarde y nos acompaña un viento glacial que iría a más. El sol pugna por pasar entre las nubes que parecen cargadas de agua. Al día siguiente cae una gran nevada, en pleno mes de abril, pero nosotros ya nos habíamos ido.
¿Qué es, o mejor dicho, qué fue Baalbek?
Lo que hoy es el yacimiento arqueológico de Baalbek, Patrimonio de la Humanidad desde 1984, fue un gran centro religioso dedicado a la tríada de dioses más nombrados y poderosos del Olimpo griego, pero en su versión romana: Júpiter (Zeus), Venus (Afrodita) y Mercurio (Hermes).
Júpiter es el padre de los dioses y los hombres. El dios del Cielo, del Trueno, de la Energía. Hijo de Saturno y Cibeles, anda de diosa en diosa y de mujer en mujer (mortales), engendrando tanto dioses como héroes. Provocando envidias y luchas, a la vez que organiza las cosas en su mundo y en el nuestro. Nunca me cayó demasiado bien, la verdad, por su aire de tirano.
Venus es, como seguro sabes, la diosa del Amor, la Belleza y la Fertilidad. También es la diosa de los jardines y los campos, algo que de nuevo tiene que ver con la belleza y la fertilidad. Nació en el mar, sobre una concha, y es hija de Urano. Esto es así porque Saturno cortó los genitales a Urano y los tiró al océano. De ese semen emergió esta belleza. Recuerdo que en la mitología griega la tildan de envidiosa, celosa, caprichosa, vanidosa. Poniendo los cuernos siempre a Vulcano, el marido que le impusieron después de ser rechazada por Júpiter. Podríamos decir que esta diosa fue la que instaló en las mentes machistas eso de «si guapa, tonta».
Mercurio es el dios de los Viajeros, las Fronteras, el Ingenio y el Comercio. También el dios de los Ladrones y Mentirosos. ¡Vaya mezcla! ¿o no? Bueno, pensando en cómo la población sedentaria ha considerado siempre a los nómadas, tiene su lógica.
Si nos quedamos en un plano más histórico y menos mitológico, has de saber que los fenicios fueron los primeros en establecer aquí una importante parada y posta en la ruta comercial entre Tiro y Damasco, y un punto de adoración de su dios Baal, el dios del sol.
Los griegos renombraron la ciudad y la llamaron Heliópolis, la ciudad del sol, y así se llamó hasta que Julio César la incorporó al Imperio Romano en el año 47 antes de Cristo. Entonces decidió renombrarla y se inició la construcción de los templos más grandes y hermosos del imperio, algo que no se hizo en un día precisamente, sino que les llevó dos siglos.
Los terremotos y las civilizaciones que conquistaron estas tierras una y otra vez, a lo largo de los milenios, son los responsables de la devastación de Baalbek. Y aun así, sigue siendo tan impresionante!
Nos acercamos a la entrada principal del yacimiento arqueológico de Baalbek
Unos grandes muros ocultan lo que hay detrás. Sin embargo, antes de pasar por taquilla, a la derecha de la avenida que flanquea las ruinas, hay una gran plaza con dos templos.
Son el Templo de las Musas y el Templo de Venus. Esto es sólo un aperitivo. El conjunto es precioso y así debió de parecérselo también a los bizantinos, quienes decidieron reutilizar el templo de Venus como iglesia dedicada a Santa Bárbara.
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Y exploramos la morada de los dioses: Baalbek te hace abrir la boca a cada paso que das
Por fin entramos y nos dirigimos a una enorme escalinata. Arriba se alzan muros y enormes columnas. Es el Propileo, la entrada ceremonial. Esto sólo está empezando.
Hoy sólo quedan en pie y enteras seis columnas de granito egipcio, de color rosado. ¡Pero qué columnas! En origen fueron doce, y aún pueden verse los soportes de todas, y partes sueltas de las demás.
Dicen los arquéologos que el suelo estaba pavimentado con mosaicos y el techo era de madera de cedro.
(Baalbek) Es el triunfo de la piedra
-Robert Byron –
Cuando llegamos arriba y avanzamos un poco por la entrada principal, llegamos a una enorme plaza hexagonal. Los peregrinos utilizaban este lugar para prepararse convenientemente antes de entrar en la zona de templos sagrados. Se lavarían, cambiarían de ropa, y arreglarían sus ofrendas.
Atención al dato: 30 columnas de ocho metros de altura sostenían el techo, ya que no era una plaza a cielo abierto.
De ahí pasamos a la Gran Plaza. Las dimensiones son colosales, con más de 100 metros de largo y de ancho. Aquí se hacían los sacrificios de animales, en un altar que hay más o menos en el centro. También hay un par de grandes piscinas donde supongo que la gente haría sus abluciones, decoradas con relieves de Cupido y Medusa.
Ocupando casi todo el frente de la plaza hay otras escaleras. Subiéndolas llegas a una gran plataforma. Estamos en el templo de Júpiter (recuerda, el padre de los dioses), del que sólo quedan en pie seis de las 54 columnas que sostenían sus techos.
En abril de 2019 estaban cubiertas con andamios porque las estaban restaurando. Y aun así te dejan sin habla. Son enormes, tremendas.
En cifras: 22 metros de altura con dos metros y medio de diámetro.
Si ya impresiona ¿cómo sería entonces?
Me imagino a la gente circulando entre estos templos y plazas. Mujeres cubiertas con velos, hombres con sus mantos, yendo y viniendo, rezando con devoción. Con gallinas y ovejas para sacrificar.
Los sacerdotes con sus cabezas afeitadas poniendo orden y encargándose de los ritos y los sacrificios. Habría sangre, antorchas y velas, puede que también flores. Se oirían cantos.
Sería un poco como en los templos hindúes y budistas de hoy en día. Imagino.
El templo de Baco, la joya de Baalbek
En el yacimiento arqueológico de Baalbek todo es superlativo, ya te lo he dicho. Pero es que va a más a cada paso que das.
Pisando aún el suelo del templo de Júpiter te asomas y desde esa altura de siete metros te encuentras con el Templo de Baco, el dios del vino. Es la postal más famosa de Baalbek y viéndolo desde allí arriba no puedes evitar caer rendida a sus pies.
Un detalle: mientras lo contemplo desde esa atalaya observo que hay gente paseando entre las 19 columnas que siguen en pie en los muros exteriores del templo. Me sentí feliz. Porque ver estos templos desde fuera es una pasada, pero poder entrar en ellos, algo que por ejemplo ya no se puede hacer en el Partenón, hace que la pasada sea tremenda! Ja, ja, me faltan las palabras, en serio, es increíble.
El Templo de Baco conserva muchísimos detalles, como los relieves representando sirenas que aún se sujetan al techo, entre las columnas y los muros.
Y por supuesto el interior, que es alucinante. Se accede por un lateral, de nuevo subiendo escaleras que se mantienen en perfecto estado. Está decorado con columnas que parecen salir de las paredes, nichos donde habría estatuas, y relieves de hojas de parra. Es como un gran teatro.
Dicen que aquí se honraba al dios Baco haciendo honor a “lo suyo”: grandes fiestas donde beber y drogarse.
El museo de Baalbek
Junto al templo de Baco hay un edificio muy bien conservado. Son los antiguos establos y almacenes del templo, un lugar idóneo para albergar el museo con algunas de las piezas encontradas en el yacimiento. También hay muchos paneles informativos con la cronología del lugar, de Líbano, y de las excavaciones arqueológicas realizadas hasta el momento. Además hay una exposición permanente de fotografías de la vida campesina de Baalbek de finales del siglo XIX y principios del XX.
No hay mucho más que decir, y siento que me falta por contar todo. Este es uno de los sitios arqueológicos más impresionantes en los que he estado en toda mi vida, y desde luego el que más de la época romana.
Uno de esos sitios que hacen abrir la boca de admiración pero no una, sino muchas veces. Espero que te hagas una idea con las fotografías que ilustran este artículo, pero no dudes en que la experiencia allí será mucho mejor. Siempre.
Estuvimos unas dos horas y media, apurando hasta la hora del cierre. Yo ya no dejaba de tiritar, tal era el frío helador que nos seguía acompañando, pero Baalbek es un lugar que bien merece otro par de horas como mínimo. No me importaría volver y recrearme aún más 🤗
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gracias Alicia, me deja algo decepcionado tu viaje al líbano pero agradezco infinitamente tu honestidad, de esta manera no me hago falsas expectativas, entiendo a Beirut como una ciudad que no ha podido resurgir después de la guerra y a Baalbek como su gran atracción turística.
Hola Jaime, gracias por tu comentario! No entiendo bien lo de que te deja algo decepcionado «mi» viaje al Líbano… no sé si te refieres al destino en sí mismo, o a cómo lo he hecho, lo que relato en él… Con respecto a Beirut sí, es una ciudad que se ha quedado a medias y ya veremos cúando y cómo se recupera. Baalbek, desde mi punto de vista, es una gran maravilla, pero no es el único atractivo de Líbano: sus zocos tradicionales, su gente, gastronomía, montañas, esa mezcla mediterránea imposible y que sin embargo funciona, el legado histórico que se muestra en el maravilloso Museo Arqueológico de Beirut. En fin, lo dejo que si no acabo escribiendo aquí lo que ya he escrito en los artículos correspondientes :) Saludos!
Hola Alicia, al contrario que a Jaime, me ha entusiasmado tu documental, me he metido en tu piel y he disfrutado en la distancia cada uno de los lugares que nos describes, me alegro mucho de que Baalbek no haya excesivo turismo, el complejo de Baalbek es impresionante tal como lo veo, los restos arqueológicos que nos muestras aún con su deterioro son impactantes, creo que el Patrimonio del País es sumamente importante, en general, me he llevado una grata sorpresa, con visitar restos arqueológicos, montañas y el Museo Arqueológico de Beirut , creo me doy por satisfecha, me preocupa la seguridad… veo que realizaste el viaje este año pasado ? tuviste algún problema? Cómo viste la situación en cuanto a estabilidad y seguridad, es lo único que me preocupa, con el idioma inglés nos podremos manejar? Alicia, aconsejas en la visita guiada el guía se debe de contratar desde España o hay que contratar en el lugar ? No se me ocurre preguntarte ahora mismo nada más, esperando que nuestra situación sanitaria se estabilice, es el autentico problema en estos momentos … Muchísimas gracias por las explicaciones de tu visita que son magníficas , y el documental fotográfico…es exquisito.
Saludos Begoña
Hola Begoña! Muchísimas gracias por tu comentario! Acerca de tus dudas: sí, yo fui en Semana Santa del 2019 y todo estaba muy tranquilo aunque poco después empezaron una serie de manifestaciones reivindicativas que trajeron cierta tensión a las calles de Beirut y alguna otra ciudad. Después de esta pandemia no sé cómo estarán las cosas, aquéllo es complicado y el tiempo lo dirá. No es obligatorio contratar guía para visitar Baalbek, pero es recomendable si quieres entender mejor las ruinas, combinándolo con un buen paseo a solas creo que sería lo ideal 🙂
Un abrazo! Me alegro mucho de que al menos hayas podido viajar en estas páginas de momento!