Karimabad es una de las ciudades más interesantes del Valle de Hunza, donde se decía que estaba la mítica Shangri La. Aquí tienes una guía completa de qué ver en Karimabad y otros consejos prácticos, para que no te pierdas nada 😊.
Rodeada de montañas de más de siete mil metros, entre los que destaca el Rakaposhi con sus 7.788 m.s.n.m., Karimabad no me pareció una ciudad especialmente bonita cuando la vi desde la carretera y mientras atravesábamos los barrios más cercanos al río.
La ciudad es bastante extensa y se desparrama por la montaña y el valle, pero lo bonito está en el casco antiguo, en lo alto de la montaña, alrededor del fuerte Baltit. Ahí es donde mi opinión de la ciudad cambió por completo.

Cómo llegar y moverse por Karimabad
La forma más habitual y sencilla de llegar a Karimabad es desde Gilgit, la ciudad más grande y conectada de la región. El trayecto dura aproximadamente una hora y media por la Carretera del Karakórum (KKH), y la ruta, junto al el río Hunza, no puede ser más escénica.
Puedes elegir entre:
Karimabad es relativamente fácil de explorar a pie, especialmente su casco antiguo.
Karimabad es la capital del Valle de Hunza y es una buena base para explorar dicho valle y los que hay cercanos, ya que están llenos de sitios espectaculares. No te pierdas mi guía del Valle de Hunza.

Dónde alojarse en Karimabad
Karimabad cuenta con una buena oferta hotelera, a diferencia de otros sitios. Nosotros nos alojamos en el Hotel Hilltop y es el que te puedo recomendar, pero los hay más económicos.
El Holtel Hilltop es un tres estrellas bastante solvente. Tiene una buena ubicación, con vistas del valle muy buenas, además de habitaciones amplias y cómodas. Alrededor hay varios restaurantes, y en cinco minutos caminando estás en el casco antiguo.
Un consejo: si vas a viajar a Karimabad en temporada alta, reserva con antelación porque es uno de los sitios con más turismo del valle. Por otro lado, y sobre todo si prefieres caminar, no te aconsejo que te alojes en la ciudad baja. Está más lejos y la subida a la ciudad antigua es muy empinada.

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Por qué incluir a Karimabad en tu viaje por Pakistán y cuánto tiempo dedicarle
Karimabad es la capital del mítico Valle de Hunza, un pequeño reino antiguo lleno de curiosidades.
Su ubicación no puede ser más espectacular (¿lo he dicho ya? 😅), porque está situada en el centro del valle y rodeada de picos de más de 7.000 metros. A nada que subes a algún mirador o punto alto, disfrutas de unas vistas de montaña increíbles.

Por otro lado, sus gentes son muy hospitalarias, aunque esto es moneda común en casi todo el norte de Pakistán. La peculiaridad es que aquí puedes interactuar más con las mujeres porque la mayoría son chiítas-ismaelitas, una rama del Islam más liberal.
Las mujeres del Valle de Hunza defienden su libertad y educación, y son más independientes a nivel económico. Si les pides permiso para hacerles una foto, lo más probable es que digan que sí, a diferencia de muchos otros sitios de Pakistán.
Dicen que aquí viven las personas más longevas del mundo. Quizá no se pueda decir tanto, pero sí debe de haber una tasa de supervivencia muy superior a la de otros países ¿Será por el aire puro? ¿Por la dieta a base de frutas y hortalizas de sus huertas? ¿Por el ejercicio que tienen que hacer para subir y bajar por sus calles?

Y, desde luego, su posición geográfica hace que esta ciudad sea una muy buena base de operaciones para moverse por los valles cercanos, visitar glaciares como el Hopar y muchos otros atractivos del valle, como he mencionado antes.
Para mí, Karimabad y el Valle de Hunza están entre los primeros puestos de este viaje al norte de Pakistán, aunque la verdad es que es muy difícil elegir.
En cuanto a los días que hay que dedicar a Karimabad, te recomiendo al menos un día completo con dos noches, combinándolo con otra estancia de dos noches en Passu, en el extremo del Valle de Hunza, y explorar los valles cercanos y glaciares en unos 5 o 6 días.

Qué ver en Karimabad y alrededores
Fuerte Baltit
El Fuerte Baltit es uno de los principales reclamos turísticos de Karimabad, y no es para menos.
Se trata de un precioso palacio-fortaleza que tiene unos 800 años de antigüedad, según el estudio de carbono hecho en las maderas de su estructura, en 1990.
Su posición sobre la roca más alta de Karimabad, y su aspecto exterior, me recordaron a la arquitectura tibetana o la de Ladakh. De hecho, la fachada frontal es del estilo del Potala, y así lo llaman: el “mini Potala”.
Luego me enteré de que a este reino se le conocía como Pequeño Tíbet hacia el siglo XV, cuando estaba en su máximo apogeo. Resulta que había mucho intercambio comercial y cultural. Karimabad era famosa por sus trabajos de madera y otras artesanías.

El edificio que vemos hoy no es exactamente el original, porque con el tiempo se han hecho reformas y ampliaciones, lógicamente.
Se puede recorrer en su totalidad, desde la parte baja donde están las cocinas, hasta las habitaciones de invierno, la prisión, y las habitaciones de verano en la parte superior, siempre con uno de los guías oficiales.
El interior es laberíntico y te sumerge en una atmósfera de otro tiempo. Las escaleras son empinadas, los pasillos y galerías angostos, y las habitaciones un poco oscuras.

La mayoría de los objetos que puedes ver en las habitaciones han sido donados por la población local, y nos contaron que el metal lo traían de Kashgar (región uigur de China), y de Cachemira, mientras que la madera es local.
Entre los muchos detalles, me llamaron la atención las ollas piedra. Nos contaron que están hechas con una roca blanda que tarda en calentarse una hora y media, pero luego pueden mantener el calor entre 5 y 6 horas. Las primeras ollas de cocción lenta que se han puesto de moda en el siglo XXI.

La familia real vivió en el fuerte Baltit hasta 1945, momento en que se mudaron a otro palacio de Karimabad, donde siguen viviendo. Por si te lo preguntas: mantienen el título de realeza, pero no tienen poder político.
El Fuerte Baltit fue restaurado por la fundación Agha Khan entre 1990 y 1996, cuando se abrió al público. Se invirtieron 1.500 millones de euros en la reforma, con apoyo de otros países como Estados Unidos.
Además de su historia y curiosidades, asomarte por las ventanas de las habitaciones altas y salir a la azotea es una auténtica pasada por las grandes vistas de las montañas y el valle.


Cómo visitar el Fuerte Baltit
Para visitar el Fuerte de Baltit tienes que comprar el ticket en sus taquillas, y unirte a una visita guiada (obligatorio).
Cuando yo lo visité en el verano de 2024, las visitas se sucedían cada 10 minutos, así que no tendrás que esperar mucho. No es accesible para personas con movilidad reducida.
Como curiosidad, te puedo contar que en el cartel de normas a cumplir se dice expresamente que no están permitidas las armas dentro de la fortaleza. Las otras normas son más típicas, como “no tocar los objetos”, no entrar sin ticket y no fumar, entre otras.

La Ciudad Vieja
El casco antiguo de Karimabad rodea al fuerte Baltit y es pequeño, pero muy bonito. Sobre todo cuando sales de la calle principal que sube al fuerte, que está llena de tiendas de souvenirs.
Las calles están empedradas y las casas mantienen la arquitectura tradicional de aire muy medieval. Muros de piedra, balcones y vigas de madera. Las puertas de madera totalmente decoradas son magníficas.

No dejes de meterte por los callejones estrechos y darte un buen paseo, y no te pierdas la hospitalidad de los habitantes de Karimabad.

Anécdota
Yo acababa de hacer una foto de la puerta de una casa, por sus preciosos relieves, cuando una niña abrió la puerta y se asomó. La saludé y me giré para seguir mi camino junto a otras dos compañeras, con un poco de vergüenza🤭
Y entonces nos invitó a entrar en su casa. Decidimos aceptar, así que nos dio paso y nos descalzamos nada más cruzar la puerta, antes de pasar al «salón».
Dentro había otras dos niñas, sus hermanas. Nos habíamos cruzado con ellas un rato antes, en los senderos de las huertas, y quizá nos reconocieron.
A pesar de que la barrera del idioma estaba ahí, las chicas nos ofrecieron un té, pan y manzanas. Una de ellas hablaba algo de inglés, y gracias a eso nos enteramos de qué curso estudiaban. Justo ese día era festivo por el Día de la Independencia de Pakistán, y por eso no estaban en la escuela.
También nos contaron que preferían el invierno porque todo se llenaba de nieve y les encantaba salir a jugar o con los trineros. Allí es la época de las vacaciones escolares, ya que los caminos están intransitables y muchos niños no pueden llegar al colegio.
Fue un encuentro precioso y, además, tuvimos la oportunidad de entrar en una casa privada 🥰


Trekking y paseos cerca de Karimabad
Además de la ciudad, te puedes marcar un trekking por los alrededores de Karimabad. Desde caminar por los huertos “colgantes” en la ladera de la montaña, hasta subir al pie del glaciar Ultar.
El trekking para acercarse a la base del glaciar Ultar (4-5 horas) es un poco exigente, ya que hay que salvar una pendiente muy pronunciada, por encima del fuerte Baltit, y luego continuar por senderos no aptos para gente con vértigo. Confieso que yo decidí no intentarlo.
Ojo, no hay que confundirse con el trekking al campo base del pico Ultar (3 días), ya que este son varios días de marcha por la montaña y por tanto mucho más serio.
En ambos casos, siempre es mejor que vayas con un guía local.
La alternativa por la que optamos esas dos compañeras y yo misma, fue pasear por los caminos que hay junto a los cultivos en terraza que rodean la ciudad.
Son los que usan los campesinos de Karimabad para llegar a sus huertas, y generalmente van paralelos a los canales de riego por donde corre el agua viene del glaciar.
En muchos tramos, estos caminos son un poco aéreos, y siempre está bien informarse de su estado o ir con cuidado, porque las lluvias pueden haberlos destruido.

Pero te aseguro que es una experiencia muy chula. Podrás observar cómo se organiza el sistema de riego, y seguramente te encuentres con hombres, mujeres y niños que van con sus aperos a recoger la cosecha, o a cavar en su huerta. A veces acompañados por sus cabras y burritos. Otra forma de disfrutar del gran paisaje que te rodea.

El Fuerte Altit y sus leyendas
El hecho de que el fuerte Altit esté tan cerca del fuerte de Baltit parece que siempre ha intrigado, y hay al menos dos leyendas que lo explican.
Leyenda de la Dote: Un príncipe de Hunza se casó con una princesa del valle de Shigar. Al llegar a Altit, la princesa encontró que no había una fortaleza digna, por lo que regresó a su casa. Su padre envió un mensaje al príncipe indicando que, como dote para casarse con su hija, debía pagar una fortaleza que durara varios siglos. Por ello, se construyó el Fuerte Altit.
Leyenda de la Lucha Fratricida: Hace 400 años, hubo una disputa por el poder entre dos hermanos. El hermano menor intentó robarle el reino al mayor. El hermano mayor, al no lograr hacerlo entrar en razón, se vio obligado a matarlo. Luego, mandó enterrar el cuerpo de pie, en el pilar de la primera sala que se visita en el palacio. Cuando la Fundación Agha Khan acometió la restauración habilitación de este fuerte, la gente de Altit pidió que el pilar no fuera retirado.

En realidad, el Fuerte de Altit es considerado el monumento más antiguo de la región de Gilgit-Baltistán. Se estima que la estructura y, en particular, su torre conocida como Shikari (Torre del Cazador), tiene alrededor de 1100 años de antigüedad, siendo datado en el siglo XI.
De hecho, los gobernantes hereditarios de Hunza vivieron originalmente en el Fuerte Altit antes de trasladarse al Fuerte Baltit, que es unos siglos más joven.
Más allá de la historia y leyendas, el fuerte de Altit me gustó igual o más que el fuerte Baltit.
Más pequeño, como más doméstico, es encantador. En sus distintas salas hay muchos rincones decorados con maderas labradas y motivos como flores de loto, pavos reales y esvásticas, símbolo budista, ya que esta era la religión anterior al Islam.
Además, tiene una balconada desde la que puedes ver toda la ciudad, en el lado contrario al río, y desde la azotea superior te asomas al río Hunza. Está tan cerca, que parece que estás colgado sobre él.


Mirador del Eagle’s Nest
El Eagle’s Nest es uno de los sitios más famosos para ver el atardecer, y aunque está fuera de Karimabad no puedes dejar de ir, ya que está demasiado lejos a pocos kilómetros.
Sólo ten en cuenta que la carretera de subida es muy empinada y tiene un montón de curvas cerradas.
Arriba hay un parking amplio, algunas tiendas de recuerdos y un par de restaurantes, además de hotel o varios hoteles, no recuerdo bien. Entre estas opciones, hay un bar chill-out con una azotea desde donde se domina el panorama y es genial para tomar algo mientras se hace de noche.
El mirador propiamente dicho está al final de un camino, en el promontorio más alto. Hay un hito y no tiene mucha pérdida, todo el mundo va allí. Es una zona con rocas donde la gente se pone a posar sin fijarse mucho en que un tropezón te puede hacer caer…
Pero las vistas desde el Eagle’s Nest, amigo, son una auténtica pasada y mucho mejores que desde las azoteas de los fuertes, ya que está bastante más alto.
El panorama de la cordillera del Karakorum con picos como el Rakaposhi, el Ultar Sar, el Trivor y el Shispare Sar es, sencillamente, precioso.


Petroglifos
En la carretera, nada más pasar Altit en dirección a Passu, hay unas rocas llenas de petroglifos. En concreto, se trata de la “Roca de Ganesh” o “Roca Sagrada de Hunza”.
La mayoría son grabados con inscripciones en sánscrito y figuras de cabras montesas, animal tótem de los antiguos.
Según reza el cartel que hay junto a ellos, muchas de estas inscripciones están en lengua Kharosthi e incluyen nombres de peregrinos budistas y mercaderes, y son de principios del año 83.
Me recordaron mucho a los petroglifos de Cholpon Ata de Kirguistán, probablemente porque sean de épocas y pueblos similares, sin olvidar que ambos lugares forman parte de la gran Ruta de la Seda.
Resulta bastante llamativo que estén ahí, junto al arcén, y de hecho casi no hay espacio para aparcar, pero merece la pena parar y contemplarlos un rato. Cuando más te fijes, más detalles vas a distinguir y disfrutar.
Estos petroglifos fueron candidatos a formar parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad.

Dónde comer en Karimabad
En cuanto a dónde comer o cenar en Karimabad, la verdad es que en la calle que sube al fuerte Baltit y las de alrededor, tienes un montón de opciones y la mayoría con buenas valoraciones.
Nosotros probamos y repetimos en el Tree House Café: un sitio sencillo donde comer muy bien y barato en su terracita, con vistas al valle.

Otra opción fue un restaurante que está enfrente del hotel Hilltop, donde cené con unos amigos muy bien y por poco dinero, también con una terraza amplia. Curiosamente, no está en Google maps y no apunté el nombre.
Pero, como te digo, hay muchas opciones así que lo mejor es dejarse llevar.
En definitiva, Karimabad es un fascinante cruce de culturas e historias envuelto en un paisaje épico. Desde las leyendas hasta la calidez de su gente y las vistas inigualables del Rakaposhi, todo en esta ciudad te invita a quedarte más. Espero que esta guía te haya ayudado a planificar qué ver en Karimabad y a descubrir por qué el Valle de Hunza es un imprescindible en tu viaje al Norte de Pakistán ¿Te animas a descubrir la Shangri La de Pakistán?
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