Bielsa es un rincón del Pirineo Aragonés en el que te sientes felizmente aislado, rodeado de enormes montañas exuberantes y con muchas posibilidades para pasar unos días de vacaciones. Para más señas, es el último municipio antes de cruzar la frontera a Francia siguiendo la A-138. También es la puerta al Valle de Pineta, y el sitio donde se curva el río Cinca para bajar a tierras más llanas ¿Te vienes? 😊
Qué ver en Bielsa y alrededores
El pueblo de Bielsa
Empecemos por el centro de este post: Bielsa. Un pueblo pirenaico de nombre escueto.
Sigue siendo «pueblo» y como tal invita a tomarse la vida con calma después de una jornada de senderismo por sus montañas, aunque ha caminado hacia la modernidad, tiene alojamientos y cierta oferta de restauración.
Parece un poco heterogéneo a primera vista, pero el centro de Bielsa está lleno de casas de piedra con ventanas de madera y tejados de pizarra. Un conjunto que se remata con la iglesia despuntando orgullosa sobre los tejados, y un puente de piedra sobre el río Cinca. Hay que callejear con tranquilidad para descubrir todos sus recovecos, pero no temas que no es grande.
Bielsa es la capital de un municipio que abarca otros núcleos de viviendas más pequeños: Javierre, Espierba, Parzán y Chisagües. Su origen se sitúa en el siglo XII cuando se decidió explotar unas minas de plata cercanas. De hecho fue Alfonso XI de Aragón quien autorizó el asentamiento a cambio de que le pagasen una décima parte del mineral extraído.
Bielsa tiene su propia historia. Una historia triste, la de la Batalla de la Bolsa de Bielsa que sucedió entre marzo y mayo de 1938, en plena Guerra Civil.
La División 43 del ejército republicano se vio rodeada por el bando enemigo. Unos 7.000 hombres y sólo 4 cañones frente a 14.000 soldados y 30 cañones del bando rebelde. Los ataques aéreos de las fuerzas franquistas bombardearon Bielsa, Pineta, Plan, Parzán… una vez tras otra.
Consiguieron resistir durante al menos un mes, pero a finales de mayo llegó el momento en que se hizo evidente que no aguantarían más.
Se evacuó a la población de 4.000 habitantes, casi la mitad que los soldados allí concentrados, en una retirada ordenada hacia Francia. Los últimos soldados cruzaron la frontera por el Puerto Viejo, aún cubierto de nieve, a mediados de junio.
La gesta de los soldados republicanos fue un ejemplo de heroicidad para la República española que se confirmó cuando, ya en Francia, organizaron un referéndum. Se les dio a escoger entre volver a España a seguir defendiendo el territorio republicano que aún resistía (Cataluña), o pasarse al «bando nacional». Casi la totalidad de esos siete mil soldados y enfermeras eligieron la República.
En cuanto a los habitantes de Bielsa y aldeas aledañas, debió de ser muy duro tener que cruzar el puerto repleto de nieve, pero quizá fue peor cuando pudieron volver.
Se encontraron con un pueblo completamente en ruinas. Las casas, el lugar donde nacieron y crecieron, donde tenían animales y huertas, donde se amaron y se odiaron. Todo en ruinas. Sus vidas, las de los que habían sobrevivido, en ruinas.
Bielsa tuvo que renacer de sus cenizas. Los belsetanos reconstruyeron todo lo que pudieron para volver a abrirse camino en la vida, algo que se dice pronto, y con el devenir de los años se fue convirtiendo en el pequeño centro turístico que es hoy.
Entre los edificios a destacar en Bielsa está sin lugar a dudas la Casa Consistorial. Es un bonito edificio renacentista que ha sido renovado como todo lo demás.
Se han podido conservar los relieves escultóricos de la época, el soportal con sus cinco arcos y las columnas que lo soportan. Allí se ubica la Oficina de Turismo.
La iglesia de La Asunción es el otro edificio insigne de Bielsa. Su origen es del siglo XIV, pero con el tiempo se ha modificado bastante.
Y más allá de estas dos enseñas, Bielsa es, como decía al principio, un conjunto compacto de casas de piedra y tejados de pizarra lleno de callejones, cuestas, escaleras y recovecos a explorar.
¿Qué servicios puedes encontrar en Bielsa?
Como ya he dicho también, Bielsa está a dos pasos del precioso Valle de Pineta y cerca de muchos otros lugares. Para empezar, desde el mismo pueblo puedes echar a andar por alguna de sus rutas, más o menos largas. La más fácil y corta, posiblemente, es la que te lleva al Mirador de Bielsa por un camino de bosque umbrío que se agradece mucho si hace calor 🤗
El Valle de Pineta y sus paredes gigantescas
El Valle de Pineta es, en mi opinión, uno de los sitios más bonitos del Pirineo aragonés. Y mira que tiene sitios bonitos esta parte de los Pirineos 🥰.
Será porque es menos frecuentado que otros lugares, como el Valle de Ordesa, o porque sus paredes verticales cuajadas de bosques y terminadas en enormes roquedales parecen echarse encima de ti. No lo sé, pero sí sé que no me importaría volver una y otra vez.
En el Valle de Pineta hay unas cuantas posibilidades para hacer senderismo. La principal es llegar hasta el fondo, allí donde se ubica el Parador de Bielsa, y subir a los Llanos de La Larri.
Otra caminata muy interesante que, eso sí, te puede llevar todo el día o si no estás muy en forma puedes alcanzar con un 4×4, es subir a los prados de Espierba. Yo sólo hice una parte y aun así las vistas del valle desde esa perspectiva me dejaron sin aliento.
Si quieres leer más sobre el Valle de Pineta y conocer la ruta a los Llanos de La Larri, no te pierdas el post con todos los detalles.
Ibon de Plan o Ibon Vasa de la Mora
Desde Bielsa puedes ir al Ibon de Plan, también conocido como Ibon Vasa de la Mora (en algunos sitios lo he visto escrito con B), por la carretera A-138 y tomando el desvío en Salinas de Bielsa por la A-2609.
Los ibones son lagos glaciares y como tal están situados al pie de un circo montañoso.
En verano nos encontramos con que tenía muy poca agua y no había restos de nieve, pero no sabemos si es porque fue una primavera especialmente seca, por el maldito cambio climático, o por ambas cosas.
En cualquier caso, el lugar es precioso. Un poco farragoso de subir con el coche por la pista que parte de Saravillo, ya que tiene muchas curvas y son 14 kilómetros, pero una vez arriba se te olvida todo.
En Saravillo hay una máquina junto al parking donde debes pagar 3€ para el mantenimiento de la pista ¡no te escaquees!
El camino hasta el Ibon transcurre por un bosque y sendero con piedras y grandes raíces que lo cruzan. Después hay que atravesar un gran prado precioso donde crecen los lirios silvestres.
Por el camino podrás observar las plataformas rocosas que hay junto al camino, y que parecen esculpidas por la mano de antiguos trogloditas, si bien su origen será la acción del hielo y la nieve.
Es realmente bucólico y bastante accesible si no tienes grandes problemas de movilidad, ya que sólo hay que caminar 1,5 kilómetros desde el Refugio de Lavasar o Labasar, donde se puede dejar el coche.
Mirador de la Truesa
Muy cerca hay otro lugar que es más alucinante todavía: el Mirador de La Truesa. Me pareció un sitio mágico, no sé si porque lo pudimos disfrutar a solas, por lo insospechado o por su magnificencia.
El Mirador de la Truesa está poco antes de llegar al parking del refugio de Labasar. Hay un cartel que indica el camino y un pequeño entrante en la pista donde dejar el coche.
A partir de ahí sólo hay que andar un kilómetro entre prados y árboles para encontrarte con una vista realmente increíble que mira al pueblo de Plan y más allá.


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La aldea de Tella, andando o en coche
Tella es una atalaya pirenaica que desde Bielsa implica otro viaje en coche por una carretera que parece un sacacorchos. También hay un sendero que comunica ambas localidades, pero es una ruta de cuatro horas e imagino que eso es en cada sentido, porque no es una ruta circular. Tuya es la decisión.
¿Merece la pena subir a Tella?
Yo creo que sí, siempre que escojas bien la hora. Nosotros fuimos después de subir al Ibon de Plan y a la peor hora del día, las tres o las cuatro de la tarde. El calor era tremendo y además estábamos un poco cansados. Sinceramente me supo mal verlo así y no disfrutarlo del todo, así que te aconsejo que planifiques mejor que yo la visita.
Tella tiene la bonita iglesia de San Martín, casas tradicionales, y la ruta de las ermitas (una hora), además del Museo de Creencias y Tradiciones que encontramos cerrado por la hora a la que fuimos. También hay un restaurante con muy buena pinta.
Dolmen prehistórico Losa La Campa o Piedra Vasar
Un kilómetro antes de llegar a Tella, a un lado de la carretera, hay un dolmen prehistórico conocido como Losa La Campa o Piedra Vasar.
Las leyendas relacionan el dolmen Piedra Vasar con los aquelarres de brujas. Fue excavado en 1954, cuando se utilizaba para guardar aperos de labranza. En su interior se encontraron muchos restos óseos humanos y un punzón de hueso que se cree se utilizaría para agujerear las pieles con las que se vestían los humanos de entonces.
Desde el dolmen se pueden ver el pico de Añisclo y las Tres Marías.
Mi consejo: ir por la mañana temprano o a última hora del día para ver el atardecer. Las vistas son magníficas, en especial desde las ermitas que hay alrededor del pueblo.

Y hasta aquí lo que te puedo contar de Bielsa y sus alrededores. Hay más rutas, así que la zona da para los días que quieras 😉
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Me ha encantado este post de Bielsa. No lo conocía, pero tiene mucho encanto. Intentaré parar 1 dia la proxima vez que este por Aragon.
Gracias Vicky! No dejes de hacerlo 😊