Actualizado el 17 enero, 2021
Muy cerca de la ruta más popular del Parque Nacional de Ordesa está el Valle de Bujaruelo. Es mucho menos conocido que su hermano mayor y también más pequeño, pero resulta que es un lugar bucólico que es todo un placer recorrer, y además la ruta que te voy a contar no es nada exigente. Es por tanto un magnífico complemento a la visita inexcusable de esta parte del Pirineo aragonés y créeme que no te arrepentirás. Sigue leyendo, que te lo voy a enseñar con el máximo detalle posible 🤗
Entrando en el Valle de Bujaruelo
Superamos el pueblo de Torla y continuamos la carretera como si fuéramos a entrar en el Parque Nacional de Ordesa. Parece que vamos por un camino prohibido, ya que en verano sólo los autobuses preparados para limitar la afluencia de público al Parque Nacional, pueden circular a partir de un punto determinado. Pero es justamente en el último cruce de carreteras donde está el desvío al Valle de Bujaruelo. Se trata del Puente de los Navarros.
El Valle de Bujaruelo no forma parte del Parque Nacional de Ordesa porque los intereses urbanísticos y ganaderos lo han impedido hasta ahora.
La carretera discurre junto al río Ara, muy pegada al mismo. Es estrecha porque el valle lo es, y tiene algunas curvas. También es bastante irregular.
No sé por qué razón hay tramos muy bien asfaltados y otros en los que, sin venir a cuento, se convierte en una pista de tierra y piedras. Nada grave en cualquier caso. Nosotros vamos en un coche turismo normalito y llegamos sin problemas a San Nicolás de Bujaruelo, que es donde termina la carretera. Estamos a 1.340 metros de altitud.
El cañón del río Ara
Pero antes de llegar al objetivo principal del día hay que hablar y disfrutar de las vistas del cañón que el río Ara ha formado con el transcurso de los siglos y milenios. Es un río precioso, el favorito de mi madre, y no me extraña.
Sobre todo en el primer tramo desde el Puente de los Navarros, el río ha excavado pozas que se suceden entre pequeñas cascadas y rápidos. Hay rocas enormes que claramente se han desprendido de las laderas que se alzan a ambos lados, y observándolas no puedo evitar pensar que no me gustaría que nos pillase una de ésas mientras transitamos por la carretera.
El color del agua, en dichas pozas, es de todas las gamas de azul y verde. Las rocas lamidas por el río tienen los cantos redondeados y se ven suaves por la acción del agua.
Para nuestra fortuna, en la carretera hay pequeños entrantes en los que poder dejar el coche unos minutos para asomarte a ver ese río tan bonito. Con cuidado de que otro coche no te lleve por delante al cruzar la carretera, eso también…
En una de esas paradas, la del siguiente puente por el que cruzamos a la orilla contraria, encontramos matas de frambuesas y fresas silvestres listas para ser degustadas 😋
Justo por ahí se accede a un sendero que se dirige al Puente de los Navarros. Por lo que pude ver se adentra en el bosque que crece en esa margen del río. Está prácticamente oculto y a la sombra. No lo hicimos, pero me lo apunto para la próxima visita porque andar relajadamente y acercarte más a esas pozas debe de ser precioso. El recorrido es de algo más de una hora según los carteles indicadores.
San Nicolás de Bujaruelo
Y llegamos a nuestro destino. En San Nicolás de Bujaruelo te encontrarás con el refugio de Bujaruelo, un camping y un pequeño parking público. Junto a estas dependencias están el río y el puente medieval.
El Puente Medieval de Bujaruelo es una construcción románica del siglo XIII. Junto al mismo se hallan los restos de la Ermita de San Nicolás de Bujaruelo. Imagino que los monjes buscaron y encontraron en este lugar un sitio perfecto para alejarse del mundanal ruido. No hicieron mal, no.
El puente, de un solo arco, está muy bien conservado. Por él podemos cruzar cómodamente a la otra orilla para comenzar nuestra ruta del día.
Tras superar un par de «túneles» de vegetación, el camino nos lleva sin ninguna pendiente entre tejos y pinos silvestres que se distribuyen alrededor de praderas o “fenales”, es decir, prados que en algunas partes están anegados de agua. Lo comprobé yo misma así que ojo con salirte del camino si no quieres acabar con los pies empapados! 😅
El camino al puente de Oncins son unos 3,5 kilómetros y se hace en una horita (sólo ida).
Dicen que esta zona es rica en avifauna. De hecho, esta es la Ruta 1 de las 10 rutas ornitológicas que hay disponibles en la Comarca de Sobrarbe y Ribagorza.
Entre las aves que se pueden observar se encuentran mis queridos Quebrantahuesos, la perdiz nival, y pajarillos pequeños como el acentor alpino, el mirlo capiblanco, y muchas más especies. Hay un par de carteles en el inicio del camino que te pueden ayudar a identificarlos, pero recuerda: tienes que ir muy callado y ser paciente.
Más fácil es, por cierto, observar la flora pirenaica, siempre variada y curiosa.
A pesar de que la mitad del día estuvo nublado e incluso nos cayeron algunas gotas, el paisaje transmite una tranquilidad y una paz maravillosas. Estas serían las palabras que más se ajustan a la experiencia: tranquilidad y paz en un lugar donde sólo el agua del río y el canto de los pájaros interrumpen el viento.
Los Barrancos de Sandaruelo y Crapera desembocan en el Valle de Bujaruelo aportando relieve y un horizonte accidentado. Las grandes moles de piedra de Ordesa casi se adivinan en el horizonte, mirando en su dirección.
Mientras andábamos por allí, mis padres recordaban cuando pasaron por este valle hace unas cuantas décadas. Venían andando desde Francia y estaban rotos, cansadísimos. Sólo querían llegar a Torla y terminar de una vez su periplo montañero, uno de tantos en sus años mozos. Por desgracia éste era su recuerdo del Valle de Bujaruelo, un tanto difuso y nublado por dicho cansancio. Esta vez han quedado encantados y yo con ellos 🤗
Vamos solos casi todo el camino, quedando claro que muchos pasan por alto este rincón del Pirineo aragonés en favor del Parque Nacional. Y que siga siendo así, también te digo, porque es todo un lujo que en pleno verano puedas estar así de tranquilo en un lugar como éste.
Puente de Oncins
El puente de Oncins es el puente donde damos la vuelta para cerrar esta pequeña ruta circular. Es más una pasarela moderna con poco chiste, pero justo ahí el curso del río se estrecha y encaja en paredes de roca verticales que contrastan con el agua de color verde, así que merece la pena llegar para verla.
Si en vez de volver quieres seguir andando, una opción es, una vez cruzado el puente de Oncins, coger la pista que sigue adentrándose hacia el final del valle para ir al Valle de Otal, que por lo visto está muy bien. Eso sí, te llevará mucho más tiempo y tendrás que ascender casi 300 metros, si no estoy equivocada.
Y en cuanto al camino de vuelta, se trata de una pista que va en ligero descenso, pero unos metros por encima del río y las praderas que hay en esa orilla. Me pareció mucho más bonito el otro tramo del camino, pero no me voy a quejar 😊.
Comer en el Valle de Bujaruelo
No puedo terminar este artículo sin narrar y mostrar lo bien que se come en el Refugio de Bujaruelo. Ya lo llevábamos anotado, así que lo que hicimos nada más llegar, antes de empezar a caminar, fue reservar mesa.
Hay dos turnos, a las 13.30 h y a las 15 horas. El plato estrella es el chuletón de ternera criada en el mismo valle (1 Kg), que compartimos entre los tres. Si sois de buen comer también vale para dos personas, je, je. Otras opciones prometedoras son las chuletillas, el entrecot, el solomillo, y unas hamburguesas caseras que pasaron a otras mesas y ¡no me habría importado!
Pedimos una ensalada de entrante y todo esto más la bebida, café y una tarta de queso casera buenísima nos salió por 20€/persona. La comida puede ser más económica con las otras opciones.
Para terminar, decirte que hay más rutas que parten del puente medieval, así que si buscas opciones más exigentes aquí también las encontrarás. Incluso puedes practicar la escalada en las enormes paredes de roca que hay junto a dicho puente. Un lugar que lo tiene todo, vaya.
Oh, y en otoño debe de ser espectacular. Quién sabe, igual un año de éstos se tercia ir por allí en dicha época 😉
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