
Si queréis hacer una excursión desde Budapest para ir y volver en el día, una buena opción es ir al pueblo de Szentendre. Nombre extraño donde los haya, je, je, pero que resulta significa San Andrés.
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Szentendre es muy bonito, un buen ejemplo de pueblo húngaro que sin embargo fue habitado por familias serbias, griegas y bosnias que huían del Imperio Otomano en el siglo XV. Esto es lo que le da un carácter más mediterráneo y también le aporta una tradición ortodoxa que no se encuentra en otros sitios de Hungría. Un pueblo de tejados curvados, estrechos callejones, campanarios, calles empedradas y el Danubio bañando sus orillas.

Pero la verdad es que es un pueblo que aparentemente está dedicado por entero al turismo. Sus calles están llenas hasta los topes de tiendas de souvenirs y parece que vive para y por los grupos que diariamente llegan, pasan el día y se vuelven a Budapest.

¿Seguro que merece la pena quedarse en Szentendre para evitar la hora punta de los turistas?
Todo esto más o menos lo tenía yo en mente antes de ir por la información que había recopilado, por eso quería pasar allí una noche.
Quería verlo en su salsa, sin turistas, con las tiendas cerradas. Pero… nos tocó un día bastante lluvioso y me encontré con un ambiente un tanto taciturno. Eso sí, no llegaríamos a ser más de una docena los foráneos que nos quedamos a dormir allí. El primero de los objetivos lo había cumplido.

Cuando llegamos a Szentendre, en tren desde Budapest, nos enteramos de que no circulan autobuses dentro del mismo. Nos tocó ir andando hasta el hotel que habíamos reservado el día antes. Un paseíto de 10 minutos.
Empezaba la tarde y la mayoría de turistas estaban volviendo ya a Budapest. Las calles aparecían silenciosas y vacías, y los restaurantes bastante desangelados.
El ambiente era un poco triste, la verdad, y nos pillaba cansadas.
De hecho, tuvimos que pasar un par de horas en nuestra habitación abuhardillada mientras la lluvia caía y caía sin descanso.
Aproveché para escribir y leer pero como siempre en estos casos, recién llegada a un sitio, me sabía mal no poder disfrutarlo.
La niebla, frío y humedad hicieron que no disfrutara de la noche como quería hacerlo, con el trípode y la cámara.

Al día siguiente, por la mañana temprano, la cosa cambió un poco. Szentendre despertaba cuando aún no habían llegado los grupos de turistas, que de todas formas a mediados de septiembre no son tantos. Además había salido un poco el sol, así que el pueblo parecía más bonito y vivo 🙂


Si leyendo esto no te convence ir a pasar allí la noche, sino hacer una excursión de un día o mediodía, aquí puedes reservar tours a buen precio.
Qué ver en Szentendre
Es conocida como «la ciudad del arte y los museos» porque tiene más de 16 museos y porque aquí se establecieron muchos artistas, talleres y galerías. Aun así no visitamos ni uno solo de estos museos (por llevar la contraria). Arte sí, algo vimos, sobre todo el que venden a los turistas.
La plaza central de Szentendre
Preciosa, empedrada y en cuesta, en el centro se levanta la Cruz del Mercader desde el año 1763. Un monumento de los comerciantes serbios de aquél entonces.
Hay algunos cafés y restaurantes, y de aquí parten las calles y callejones más típicos y también bonitos.



Las iglesias de Szentendre
Para ser un sitio pequeño tiene unas cuantas. Destacan la iglesia católica de San Juan y la ortodoxa (levantada por los serbios) Basílica de Belgrado. Visitamos esta última por un módico precio y la verdad es que es bien curiosa, barroca y abigarrada. Me gustó.


Las calles de Szentendre
Ya lo he advertido, nos pasamos la mañana andando por sus calles, deteniéndonos en los detalles y al final también en algunas tiendas.



A ratos caminábamos por un cuento de princesas y príncipes
O nos transportábamos a uno de misterio como cuando nos colamos en el cementerio que hay en la parte superior del pueblo.


La tienda de la familia Kovács
Me llamó especialmente la atención una tienda que mostraba telas de un azul intenso que por un momento me transportaron al Mediterráneo.
Resulta que es una tienda emblemática, la de la familia Kovács.
Es el único establecimiento de Hungría donde se puede encontrar un surtido completo del «Pintado en azul».
Producido de manera tradicional desde finales del siglo XIX, ha alcanzado varios reconocimientos según reza la información que te dan en un papel en la misma tienda.



La familia Kóvacs sigue regentando el negocio. Aquí una de las más jóvenes.
El malecón de Szentendre
Por llamarlo de alguna manera. Es un paseo muy arregladito que cubre toda la orilla del Danubio a la que se asoma el pueblo, con la isla de San Andrés justo enfrente.
Hay bancos pintados de manera artística y la mayoría de restaurantes abren sus terrazas ahí. Por cierto que cenamos en un restaurante griego la mar de bien, en aquella noche de niebla.


Cómo llegar a Szentendre desde Budapest
Hay varias formas para llegar a este pueblo en transporte público y estáis de suerte porque yo probé dos, ja, ja.
Tren a Szentendre
Para coger el tren a Szentendre hay que ir a la estación Battyany de Budapest, a la que llegan tanto el metro como varios autobuses urbanos.
Allí compramos un billete en la taquilla de los HEV, los trenes de cercanías. La mujer de la taquilla, muy amable y paciente, nos explicó que sólo teníamos que comprar un ticket sencillo urbano + un ticket extra para cubrir la distancia a Szentendre cuando el tren saliera de la ciudad.
Por 2,5 € nos íbamos allí, baratísimo!

Barco a/desde Szentendre:
La otra opción, preferida por la mayoría de turistas que van a pasar el día a este pueblo, es el barco.
Navegar por el Danubio es uno de esos placeres que tiene Budapest y si además aprovechas para fisgonear en un pueblo como este, mucho mejor.
El trayecto dura 1 hora escasa y los barcos se pueden coger, si estáis en Budapest, en varios puntos de la orilla del Parlamento, es decir, Pest.
Nosotras hicimos el trayecto a la inversa. Tiene un coste de 3.000 florines, unos 9,5 € (sólo ida, creo que la ida y vuelta era 4.500 HUF). Lo hicimos con la empresa Silverline, la que más nos convenía por horarios.
¡Un capricho bastante más carete que el tren!! (pero como es un capricho…).
Resultó que el trayecto en sí no es espectacular, al menos desde mi punto de vista.
El Danubio es uno de esos ríos que a mi se me antojan un poco sosos
Aunque con mejor tiempo seguro que se vería más bonito. Sin embargo, cuando te aproximas a Budapest vuelves a entender la grandeza por la que esta ciudad es famosa. Me quedo con eso y así me despido, con unas imágenes de aquel paseo en barco 😉



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Pues me ha encantado la población. He estado 2 veces en Budapest pero nunca he salido de la ciudad. Si hay una tercera tendré que buscar un día para acercarme a…¿como dices que se llama? 😉
Je, je, me alegro Jordi!! No dejes de hacerlo, y ensaya antes para preguntar por ella en la taquilla del tren, para que te entiendan! ?
Hola Alicia, me gustaría preguntarte si crees que una tarde es poco tiempo para ver Szentendre, o es suficiente, me gustaría tener más tiempo, pero es el rato que puedo sacar para visitarla… gracias
Hola Paqui, es suficiente, es bastante pequeño 🙂 tardas más en el viaje