Actualizado el 2 noviembre, 2022
Sighisoara es una ciudad de cuento. Su casco antiguo, me refiero. Tan pequeñita, tan bonita, tan llena de color y detalles, tan, tan. No te la puedes perder en tu viaje a Transilvania. Además es la ciudad natal de Vlad Tepes, el personaje histórico que todos identificamos con el Conde Drácula. Voy a contarte su historia y sus rincones, verás cómo tengo razón 😊
La visita a Sighisoara
El casco antiguo de Sighisoara se alza en las faldas de los montes Cárpatos y fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999.
Coqueto, como los pueblos que has visto por el camino. Tiene un puñadito de cosas concretas que ver, pero en general este es un sitio para pasear y admirar con toda la tranquilidad del mundo.
Lo bueno de ir en primavera y sin festivos de por medio es que Sighisoara está muy tranquila. Es mágico pasear sin grupos, guías y banderines de por medio.
Podrás entrar en una tienda de antigüedades y charlar con el dueño tranquilamente mientras observas antiguos retratos, relojes, ajuares del hogar. En español, porque trabajó en España durante más de una década. O dar conversación al joven artesano que pinta madera con motivos florales y que un día decidió quedarse en esta ciudad para vivir tranquilo, excepto los días en que los turistas se adueñan del lugar.
📍 La Torre del Reloj o Turnul cu Ceas
Vengas de la dirección que vengas, enseguida verás despuntar una torre de tejas de colores, balcones y un reloj. Es la Torre del ayuntamiento o Torre del Reloj. Es tan bonita que no dejarás de mirarla una y otra vez.
👉 Puedes subir previo pago de una entrada, son 15 lei los adultos y 4 lei los estudiantes, y abre de 9 a 15.30 h. (Mayo de 2018).
Desde allí arriba se contemplan los tejados de la ciudad, además de encontrar unas placas que te cuentan a cuántos kilómetros estás de Estambul, Budapest, Madrid y muchos sitios más del mundo mundial, incluidos el Polo Norte y el Polo Sur.
En su interior hay un pequeño Museo de la ciudad y subiendo por las escaleras te encontrarás con los muñecos del reloj, que se asoman según las horas, así como con una bonita maqueta de la ciudad.
Antes, si vienes de la ciudad baja, pasarás por el arco que horada la base de esta torre y que hacía de puerta de Sighisoara.
📍 La plaza del Ayuntamiento y la plaza Cetatii
La torre desemboca en una plazuela. Te encontrarás con el Ayuntamiento y con la Casa Veneciana, llamada así por la forma de sus ventanas.
También con la iglesia o Biserica Manastirei, que forma parte del monasterio de los dominicos y fue construida en el s. XIII.
👉 La entrada son 8 lei y te dan información en español. Abre de 10 a 17h.
En su interior verás las paredes decoradas con las alfombras que los tejedores donaban a la iglesia, algo que también puedes ver en la Iglesia Negra de Brasov.
De nuevo en la calle la típica arquitectura sajona se despliega ante tu mirada.
Casas pintadas de colores, con muros de un grosor tremendo, algunas con soportales que parecen bocas, y todas con enormes puertas que dan paso a patios interiores. Las que son restaurantes te ofrecen también, quizá sin pretenderlo, una visita a su interior.
En las plazas de la Sighisoara turística hay vendedores, artesanos, y la gitana que vende cacharros de cobre. Con ella coincidí en el tren de Sibiu. Nos sentamos en el mismo vagón vacío.
Llevaba un saco con sus cacharros y una hogaza de pan enorme. Vestía una falda muy amplia, con muchos metros de tela, de color oscuro, y el cabello cubierto con un pañuelo. A veces me sonreía desde su asiento, otras me observaba fijamente con los ojos entrecerrados.
El revisor la saludó pero no le pidió el billete. Como todos los días, supongo, en ese acuerdo un poco humanitario que se da en los sitios pequeños. Se bajó en un apeadero para ir a la granja en la que estaría esperándola su familia.
📍 La Iglesia de la Colina y su cementerio
En un extremo de la plaza Cetatii está la curiosa Escalera de los estudiantes, la Scara Scolii. Es como un gran túnel de madera. Tiene 170 peldaños por donde los rayos del sol se cuelan con decisión a según qué hora.
Tuvo su sentido, claro: los estudiantes podían subir a la escuela, que está en la parte alta y muy cerca del final de la escalera, protegidos de la nieve, el viento y el hielo.
Al salir «al otro lado» y subir un poco a la izquierda, llegarás a la Iglesia de la Colina, de corte gótico. Maciza, con pocas ventanas, es bonita, pero lo más interesante para nosotras fue el silencioso cementerio que se extiende detrás de ella, en las curvas del monte.
Puedes pasear libremente por allí, quizá seguida por uno de los tantos gatos que pueblan Rumanía.
📍 La muralla y sus torres
Ya sólo te queda seguir el curso de la muralla para contemplar las torres defensivas, otro elemento que hace famosa a Sighisoara.
Puedes subir las escaleras de alguna, pero no entrar. Al menos nosotras nos encontramos con todas cerradas y aunque tienen algún panel explicativo, no se veía el horario de apertura por ningún lado.
📍 La Catedral Ortodoxa
De propina, al ir y volver de la estación de tren, no dejes de entrar en la Catedral Ortodoxa de Sighisoara. Está al otro lado del río, cruzando un puente peatonal.
Si tienes la suerte de oír los cantos de los monjes, aunque sea una grabación, no te olvidarás de ese lugar. Por lo visto son famosos y han grabado más de un disco.
La iglesia en sí es muy bonita por dentro :)
La historia de Sighisoara
La ciudad de Sighisoara fue fundada por sajones venidos de Alemania, allá por el siglo XII, en el emplazamiento de un campamento militar romano que antes fue un asentamiento dacio.
Con vistas de lo más estratégico, Sighisoara se encarama en las laderas de los Cárpatos, sin subirse demasiado a la montaña pero dominando el río y las llanuras de alrededor.
Los siglos XIV y XV fueron los de su mejor desarrollo económico, igual que otras ciudades transilvanas. Eran tiempos de comercio y de crecimiento burgués, aunque también de guerras y conflictos.
Fue en el siglo XIV cuando se construyeron las murallas que hoy vemos, y las quince torres defensivas de las que quedan nueve en pie. Los otomanos avanzaban, había que defenderse. Cada torre, como se hacía entonces, era financiada y mantenida por un gremio. Aún está la Torre de los Sastres, la de los Zapateros, los Herreros, los Estañadores, los Cordeleros, los Carniceros.
Para más información, te dejo este enlace de la página web Guía de Rumanía.
En una de esas casas impresionantes es donde Vlad Tepes o Dracul nació en 1431, aunque por lo que se ve se lo llevaron enseguida. Se puede visitar, pero te aviso: quizá lo que te encuentres no sea lo esperado.
Te cuento:
Entras en un bar-restaurante. Si preguntas en la barra, en caso de que no haya más turistas en el horizonte, te dirán que ok, que son 5 lei (poco más de 1 €). En cuanto pagas te señalan unas escaleras que hay al lado.
Empiezas a subir y… no sé si desvelártelo o no contarte nada y que lo compruebes tú misma. Te puedo decir que lo que hay allí es un montaje hortera hasta límites insospechados. Por supuesto en torno a Drácula.
La cara de tontas que se nos quedó sólo se vio superada por la risa floja del que ha caído en una trampa turística para estudiantes en viaje de fin de curso. Habíamos pensado incluso comer allí, pero se nos quitaron las ganas. Además he leído que no es nada del otro jueves. Ahí lo dejo.
Consejos para visitar Sighisoara
Sighisoara es pequeña y se visita en unas horas. Aún así te recomiendo que pases la noche allí. Así disfrutarás de las calles tranquilas tras la marcha de turistas y vendedores. Estarás cuando sus calles se rinden al sol, dando paso a la hora azul y finalmente a la noche.
Nosotras empezamos cerca de la una del mediodía y nos fuimos al día siguiente sobre esas horas.
👉 Una buena idea es hacer una visita guiada en Sighisoara que puedes reservar aquí.
👉 Puedes ir en tren a Sighisoara cómodamente desde Brasov y Bucarest, es la misma línea. Desde Brasov son unas dos horas de viaje. La estación de tren está a unos 10 minutos andando del centro.
👉 No hay muchísima oferta para dormir, pero hay. Nosotras elegimos una estupenda opción que estaba de oferta en Booking, reservando un día o dos antes. Es el Hotel Central Park de 4 estrellas que está al pie de la ciudadela. Chulísimo y con vistas a la torre!! Si no te convence o no está de oferta para tus fechas, aquí tienes muchas más opciones.
👉 Para comer en Sighisoara puedes hacerlo en alguno de los restaurantes que hay en las plazas del centro histórico, aunque es un poco más caro que en la ciudad baja. Para que te hagas una idea, dentro de la ciudadela pagamos 85 lei/2 personas por comer (18 €, o sea, 9€ por persona). Al día siguiente 56 lei/2 personas en la ciudad baja. En cualquier caso, no es caro!
¿Qué te ha parecido Sighisoara, a que es una ciudad de cuento?
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