Vagar sin rumbo fijo y dejar que aparezcan sus atractivos, sin planificarlo, sin seguir ningún mapa, es la mejor manera de recorrer cualquier ciudad, y en Florencia no puede ser menos. Un paseo por Florencia da para mucho, porque es una de las ciudades con más museos, iglesias y todo tipo de atractivos turísticos que visitar. Ahora bien, si tienes un tiempo limitado habrá que elegir y pensarlo un poco. Por eso he decidido destacar los sitios con menos fama y que, en mi opinión, no deberías perderte 😊.
Un paseo por Florencia: del mercado a la iglesia y de nuevo al mercado…
Merkato Centrale o Mercado Central
Uno de los días de mi estancia en Florencia decidí comenzar mi recorrido o vagabundeo por el Merkato Centrale, ya que estaba junto a mi alojamiento. Este es un edificio de estilo modernista, pero difícil de contemplar desde el exterior porque está en una encrucijada de calles estrechas. Aunque me recordó bastante al precioso Mercado Central de Valencia, lo cierto es que en el interior tampoco se aprecia bien la estructura del techo, de hierro y cristal.
Se encuentra fácil, eso sí. Sólo hay que seguir el mercadillo turístico permanente que se despliega por las calles que lo rodean. Un mercadillo donde encontrar, dicho sea de paso, bolsos y otros objetos de piel de los que Toscana presume.
Cuando entras en el Merkato, sin embargo, todo cambia. Se trata de un clásico mercado de alimentación al que acuden los locales a hacer la compra.
Destacan los productos del campo toscano. Verduras, frutas, carnes, quesos y embutidos, hongos en otoño. También hay puestos de especias de todo tipo que tanto recuerdan a los zocos árabes y bazares de oriente, algo de pescado, y puestos de casquería con la que hacen el almuerzo más típico de Florencia, unos bocadillos de tripas, en cierto modo similares a los callos madrileños.
En sí mismo dar una vuelta por aquí ya es dar un paseo por Florencia y por toda la Toscana 😉
A primera hora de la mañana es un buen momento para dar una vuelta sin que el gentío sea excesivo.
Iglesia de Santa Croce
Para seguir con el paseo por Florencia, puedes echar a andar con la intención de ver la Iglesia de Santa Croce. Aquí están enterrados ni más ni menos que grandes personajes de la Historia como Galileo Galilei, Miguel Ángel, Maquiavelo, Dante, Rossini.
Yo tuve mala suerte, porque cuando me encontré con que era el día de su santo y estaba cerrada. Al día siguiente me ocurrió exactamente lo mismo porque era fin de semana, y en definitiva me quedé sin poder rendir homenaje a esas grandes figuras. Prometía, snif 😌
De todas formas la plaza donde se ubica es muy bonita. Junto a la Iglesia se alza una gran estatua de Dante Alighieri, el genial autor de la Divina Comedia. Es una estatua grande, bella y de mirada inquietante.
Nacido en Florencia, Dante Alighieri murió exiliado para evitar la condena a muerte que pendía sobre su cabeza por sus actividades políticas.
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Mercado de San Ambrogio
Desde la iglesia de Santa Cronce puedes seguir andando por calles larguísimas y llenas tanto de palacios como de casas de vecinos. Muy «a la italiana» todo.
En ese camino hacia el río Arno te encontrarás con el mercado de San Ambrogio. Este es un mercado popular donde se venden flores, alimentos frescos y también antigüedades. Si quieres ver el ambiente popular de Florencia, éste es un buen sitio.
Iglesia de San Miniato al Monte
Continuando con nuestro paseo por Florencia, es hora de acercanos al río, cruzarlo y subir a la Iglesia de San Miniato al Monte. Llegarás a uno de los puntos más altos de Florencia.
Cuenta la leyenda que el santo Miniato (posiblemente un mercader griego) fue martirizado en el año 250 d.C. Tras ser decapitado, él mismo cogió su propia cabeza y subió hasta la cima de la colina situada al sur del Arno.
En dicha colina se edificó una capilla sobre su tumba. Unos siglos después, en el s. XI concretamente, se hallaron sus restos mortales y se construyó un monasterio que hoy continúa en activo junto con la iglesia.
Desde la iglesia de San Miniato al Monte tienes una de las visitas más bonitas de todo Florencia.
Pero además de las vistas, te voy a dar más razones. Para empezar, es de entrada gratuita. ¿Cómo, qué? ¡Increíble pero cierto!! Y estamos hablando de una pequeña-gran joya. No hay excusa.
Si no quieres subir los cientos de escalones del camino «oficial», o los del camino que lleva primero a la Piazza de Michelangelo para luego ascender un poco más, creo que hay un autobús que te deja muy cerca. Yo lo hice andando.
La otra gran razón es que es una iglesia preciosa. El interior te da la bienvenida con una serie de frescos maravillosos, para continuar entre columnas de mármol hasta el ábside, una maravilla de mosaico de estilo bizantino.
Para verlo bien puedes encender las luces por el módico precio de 2€ (hay unas máquinas para ello). Yo estaba tan flipada con que la entrada fuera gratuita, que me vine arriba y decidí pagarlos para hacer unas fotos. Por supuesto no fui la única y otros visitantes se beneficiaron de mi donativo tanto como yo del suyo 😉
¿He hablado de otros visitantes? no te creas que hay muchos. A pesar de ser gratuita allí no sumábamos más de una docena de personas en total, aunque hablamos del mes de octubre. Una absoluta delicia.
En el segundo piso, al fondo y a la derecha, hay una capilla espectacular donde se reúnen los monjes a orar.
El cementerio de la Puerta Santa
Por si fuera poco, San Miniato al Monte está rodeada de un gran cementerio muy interesante. Se trata del cementerio delle Porte Sante (de la Puerta Santa) que por cierto recorrí en absoluta soledad durante la mayor parte del tiempo.
El neogótico y romanticismo son los estilos predominantes, y aquí están enterrados bastantes personajes reconocidos de Florencia, aunque a nosotros quizá no nos suenen mucho…
Lo más llamativo parece estar en la parte delantera de la iglesia, junto a la escalinata, pero dando la vuelta a la misma es donde encontré un sinfín de mausoleos fantásticos.
Algunos imitando la arquitectura de las iglesias florentinas, otros de estilo neoclásico, alguno incluso con estilo más oriental, y muchas tumbas de escritores y artistas. También estatuas que te hacen pensar en las historias que pudo haber detrás.
En fin, un paseo muy bonito, aunque no apto para los que no les gusten los cementerios. A mí en cambio me parecen una buena fuente de información sobre la cultura del lugar, y de Florencia me dice que es/ha sido una ciudad donde el dinero fluye y las apariencias de tenerlo importan incluso en la tumba. También me dice que de aquí salieron muchos voluntarios para la matanza de las Grandes Guerras que asolaron Europa.
Por supuesto, desde aquí tienes unas muy buenas vistas de Florencia, aunque las de la Piazza de Michelangelo -a pocos minutos en un nivel del terreno más bajo- son mejores. De hecho, una vez consideré que había terminado mi visita a este precioso rincón, bajé allí a solazarme con dichas vistas aprovechando que la amenaza de lluvia no se materializaba.
Palacio de los Pitti
¿Hemos terminado este paseo por Florencia? Pues no. Después de bajar de las alturas te propongo que vayas andando hasta el Palacio de los Pitti.
Yo no llegué a entrar al ver que la entrada costaba 10€, y no estaba muy segura de que me resultara interesante. Dos días antes me había decepcionado con la Galería de los Uffizzi, así que andaba un poco recelosa. Pero no voy a dejar de señalar que la plaza-entrada es espectacular…
Desde allí puedes continuar andando por las estrechísimas calles hasta desembocar en la Iglesia del Spirito Santo. Otra que encontré cerrada, así que si tienes mucho interés en entrar, infórmate de sus horarios.
Con todo este paseo por Florencia, déjame que te diga que te quedará tiempo para subir al Campanille, por ejemplo 😊
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