Siena, esa ciudad

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Por Alicia Ortego

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Siena fue una de mis elecciones para complementar mis días en Florencia.  Un día me levanté pronto, me fui a la estación de SITA y compré un billete para el primer bus. Llegué a las 8.57 a dicha estación, y a las 9.10 ya estaba saliendo hacia mi destino en el servicio rápido. ¡En una hora estaba en Siena! así de fácil.  Ahora voy a contar lo que me dio tiempo a ver en un día 😉

No tenía muy claro qué ver en Siena. Sólo llevaba conmigo unas nociones muy básicas y una pequeña guía de la biblioteca, de ésas visuales, que se quedan bastante cortas en lugares con tanto contenido. Pero a veces no se necesita más que dejarte llevar y abrir tus sentidos a lo que salga.

Otra opción es apuntarte a una visita guiada, desde Florencia o en la misma Siena. Aquí tienes algunas ideas.

estatua de un cardenal y fachada de palacio con ventanas góticas detrás
Estatua de Siena

Siena es preciosa

Siena es una ciudad medieval, compacta, de calles irregulares y estrechas. Algunas muuyyy largas. Con cuestas, escalinatas, piedra, palacios, mármoles.

La primera parada, y también la última, debe de ser sin lugar a dudas Piazza do Campo.

📍 Piazza do Campo

Al poco de andar hacia el centro siguiendo los carteles de información turística, llegué a la Piazza do Campo o Plaza del Campo. Ante mí se abría una plaza curiosísima por su disposición y edificios que la rodean.

palazzo de piazza do campo siena
Piazza do Campo de Siena

Casi en el centro de la piazza destaca la Fonte Gaia.  Se construyó para conmemorar la construcción del sistema de aguas de la ciudad.

La primera fuente se erigió en 1343, pero al cabo de unas décadas se decidió reemplazar por otra más suntuosa y decorada. El diseño actual es del siglo XV, pero la fuente que hoy podemos ver y tocar es una reproducción del XIX que sustituyó a la original para poder conservarla.

Sea como sea, es un elemento que contrasta con el entorno, refresca y relaja con el sonido del agua. Muy bonita en sí misma.

fuente de siena
Fonte Gaia

Pero más allá del «detalle» de la fuente, lo impresionante es el conjunto de esta plaza

Un gran espacio semicircular, de suelo enladrillado, con una gran torre como las que ya Toscana me había acostumbrado. Altísima, presidiéndolo todo, proyectando su sombra en los palacios del otro lado. Cambiando de lugar con el sol.

piazza de siena
Piazza do Campo de Siena

En esta plaza se celebra todos los veranos, y dos veces, el Palio di Siena Una fiesta popular consistente en carreras de caballos al más puro estilo medieval.

Subir a la Torre del Mangia es otro básico de Siena

Vayamos a la torre que atrae la mirada poderosamente. Por supuesto no es una torre sin nombre. Estamos en la torre del Mangia, situada junto al Palazzo Publico.

La Torre del Mangia sirvió a la ciudad de campanario, de torre vigía, de lugar desde el cual llamar a los ciudadanos para alguna reunión importante, o para alertar de los peligros y quizá otros sucesos como un incendio.

Y sí, subí ¡¡cómo no!! La entrada costaba 8€ y sabía que mis piernas se quejarían, pero estaba todavía «fresca» así que ¿cómo no subir y ver esa bonita ciudad y los campos de la Toscana desde arriba? 
80 metros de altura y 300 escalones después no me decepcionó.

Vistas de Siena desde la torre Mangia con la catedral al fondo
Vistas de Siena desde la torre Mangia
vistas de siena desde el campanario con parte de la piazza debajo
Subida a la Torre Mangia la perspectiva es otra cosa

📍 Duomo de Siena

Después de explorar el par de niveles que tiene la torre en su parte más alta, me dirigí al otro imprescindible de Siena, el Duomo.

Duomo de Siena con una torre campanario cuadrada y decoración de mármoles blancos y grises haciendo rayas horizontales
Duomo de Siena

Ah! creía haberlo visto todo en Florencia, pero de nuevo me sorprendí ante esta Catedral y su grandeza.

El edificio es enorme (fíjate en el tamaño de las personas a su lado). Está en una plaza que parece más pequeña que él mismo. Y sin embargo es un edificio grácil, como ligero, como un barco velero. 

La combinación del mármol blanco y verde en esa especie de rayas. Las estatuas que parece que van a echar a volar de un momento a otro. El delicado mosaico sobre la puerta principal.
No me cansaba de admirarlo.

esculturas duomo siena
Estatuas del duomo de Siena
siena-toscana

Entonces divisé las taquillas, al fondo a la derecha como se suele decir. Allí me encontré con que se podía comprar la OPA pass, una entrada que incluye la catedral, el Baptisterio y la Cripta, además del Museo de la Ópera. En estos dos últimos no se puede hacer fotos, por cierto, aunque merece la pena su visita.

La OPA Pass costaba 12 €, de nuevo un precio razonable si lo comparamos con, por ejemplo, el precio de la torre.

Ya con mi multientrada me fui al interior de la catedral. De nuevo ¡sorpresa! Un lugar impresionante. Altísimas bóvedas, frescos, mucho mármol.

cupula duomo de siena
Interior de la cúpula del Duomo de Siena
duomo de siena
Hay que reconocer que la Iglesia siempre ha sido experta en «acojonar» al personal ¿eh?
siena catedral
Interior del Duomo de Siena

La gran curiosidad del Duomo de Siena: sus suelos

Después de un rato observando las alturas, mi vista se fijó en los suelos. Una parte de ellos estaban acordonados.

Buena parte del piso sobre el que andamos está lleno de «dibujos» cincelados en mármoles de diversos colores. Algunos hechos por Giovanni, entre otros artistas famosos. Las figuras y escenas parecen hechas a carboncillo, o a pluma. Muy reales, muy finas.

siena suelo catedral
Dibujos del suelo del Duomo de Siena

Narran escenas bíblicas, mitológicas, de conquistas y batallas. Algunas cruentas como la matanza de los niños ordenada por Herodes (o una similar). Me parecía estar ante un cómic o novela gráfica gigante, pero siendo consciente de que esto se había hecho hace varios siglos. Sencillamente alucinaba.

Y había más. Un rincón muy especial, lleno de color y majestuosidad: la biblioteca.

Sí, dentro de la Catedral hay/había una biblioteca donde se guardaban los libros de oraciones, de música religiosa, los tratados de teología, etc.

mural de la biblioteca del Duomo con escena de obispos y el papa bajo palio
Mural de la biblioteca del Duomo de Siena

Hubo un tiempo en que los libros eran un tesoro, un objeto de mucho valor. Hechos uno a uno tras infinitas horas de paciencia y arte. Algunos con materiales caros y lujosos como el oro, o ciertos tintes de colores cuyas materias primas venían de muy lejos. Quizá sobre los lomos de los camellos que cruzaban Asia en la hoy llamada Ruta de la Seda.

Pero no sólo por eso tenían tanto valor, sino también porque algunos atesoraban el saber de las mentes privilegiadas. Un saber que no se debería compartir con el pueblo, porque entonces a éste igual le daba por pensar. Por relacionar cosas. Por revolverse ante las injusticias después de razonar lo que está bien y lo que está mal.

Me paro a pensar y me doy cuenta de que los libros se han universalizado, pero debiéramos seguir venerándolos. Tratarlos con respeto, buscar en ellos el aprendizaje y una base para razonar las cosas. No dejarnos llevar por lo que nos cuentan los que están en el Poder. Al menos los buenos libros.

Pero volvamos a la Biblioteca del Duomo, un espacio que quizá rindiera culto a ese saber rodeándolo de Arte por los cuatro costados, del suelo al techo…

esculturas en biblioteca del duomo de siena
Esculturas en la biblioteca

El Baptisterio

Después de contemplar a placer el Duomo, salí y dando la vuelta al edificio llegué al Baptisterio.

baptisterio Siena

El baptisterio de Siena es otro lugar grandioso por la cantidad de frescos y mosaicos que alberga, una gran pila bautismal en el centro y un ambiente muy tranquilo. Tocaba sentarse y mirar, o admirar.

baptisterio de Siena
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📍 Comer en Siena… barato

Se hizo la hora de comer y estaba decidida a no caer en la trampa del turista comiendo en cualquier sitio una pasta mediocre y a precio de oro. Ya me había ocurrido en San Gimignano y en Florencia en alguna ocasión.

El problema es que en las callejuelas no había restaurantes o sitios para comer, así que pensé comprar un panini en la primera tienda de alimentación que me saliera al paso, para ir a comérmelo a la Piazza del Campo, al sol.

Ya lo conté cuando hablaba de Sicilia. En realidad esta parece ser una costumbre bastante extendida en Italia: en las tiendas de ultramarinos te preparan el bocadillo que tú quieras y te lo puedes llevar. Mucho mejor que tener que comprar los ingredientes para preparártelo luego por ahí. Que es una solución económica para la comida, está clarísimo.

Efectivamente encontré una tiendecita que hacía esquina. Justo en ése momento salía una mujer con el pan del día. Entré y me encontré con el tendero, un señor mayor y amable… y empezó «la anécdota» del día y casi diría que del viaje, je, je.

tienda de siena
Tienda de ultramarinos de Siena. Atención al carrito con calabazas y melones junto a la puerta

Le pedí un panini para llevar. Me entendió (no hablaba inglés ni español, y yo más bien nada de italiano) y me preguntó de qué lo quería. Observé lo que tenía en el mostrador y… mejor escribo el diálogo:

De salami y queso. 

-(tendero) ah, no, con queso, no!!

-Yo (divertida): ¿por qué no?

-tendero: el salami no se come con queso, soy muy severo en eso.

-Yo: ok, mmm… ¿y con tomate? 

-tendero: no, el salami tiene que ser sólo salami. 

-Yo (con cara de resignación): vale, sólo de salami. 

-tendero (haciendo un gesto de concesión): si te lo comes aquí fuera, tengo un sitio -sale del mostrador y me lleva fuera de la tienda, me señala el escalón del portal de al lado donde hay un cartón para que la gente se siente-, yo te preparo el panini y aparte te hago un platito con un poquito de tomate y de queso.  Así comes sentada, que es mejor que comer mientras vas andando. ¿Va bene? 

-Yo: ¡va bene!

Desde luego la propuesta era irresistible y muy simpática. El buen señor me preparó el panini -con el pan que yo elegí del surtido que tenía-. Además me mostró una maquinita de acero inoxidable, reluciente, donde había 3 grifos y un cartel de «agua gratis». Podía elegir entre agua con gas, agua fría y agua del tiempo. Una pila de vasitos impolutos esperaban al lado.

Me serví agua con gas y salí a comerme el panini. Mientras, él preparaba el plato de tomate y queso. Cuando entré, me encontré con un plato preparado como si estuviera en un restaurante. Con aceite, sal y vinagre para que lo aliñara como quisiera. Le aplaudí ¡¡qué majo el hombre!!
Cuando terminé, entré a pagar y me cobró 6 € por todo. Además, me dijo que si llevaba botella de agua que aprovechara para rellenarla con la maquinita, cosa que hice 😉.
Después de dar una vuelta más volví a comerme un helado al sol, esta vez sí, sobre el suelo inclinado de la Piazza del Campo. Se estaba realmente a gusto.

📍 La parte baja de Siena

Cuando ya estaba dudando de volver a Florencia (los buses salen cada media hora), decidí echar a andar hacia la parte más baja de la ciudad.

paseo por siena
Andando por Siena
calles de siena
En estos apliques se ataban a los caballos en las casas

Parecía que podía encontrar una buena vista de los campos que rodean Siena, pero escogí el camino equivocado. Las casas y los muros no dejaban ver las vistas del campo. A cambio, la ciudad iba desplegándose en el horizonte a mi derecha, así que la contemplé desde esta otra perspectiva.

vistas de siena
Nuevas vistas de Siena

Después de algo más de media hora llegué a una de las salidas de Siena, así que volví a subir y cruzar de nuevo la ciudad para ir a coger el autobús. Atrás dejaba un día precioso y lleno de emociones, como recorrer esa increíble Catedral y subir a la torre Manglia.

romulo y remo en siena
Siena

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10 comentarios en «Siena, esa ciudad»

  1. Que majete el señor… A veces esas pequeñas cosas se convierten en lo mejor de un viaje. Hace mucho, creo que demasiado, que paseamos por las calles de Siena. Aprovechamos allí dos días completos, y nos hubiéramos quedado más. La ciudad se estaba preparando para el palio y estaba llena de banderas y con mucho ambiente.
    Las fotos están fenomenal, y teníamos muy buen recuerdo del Duomo, pero por que muestras creo que han hecho un magnífico trabajo de limpieza. Muchas, muchas ganas de volver.

    (Por cierto, te hemos incluido en Mas Gente Viajera, ¡no te teníamos enlazada! ;)

    Un abrazo!

    Responder
    • Hola Guisantes! muchas gracias por los piropos! yo sólo fui y volví, seguramente hubiera merecido la pena estar dos días o más allí para tomar mejor el pulso a la ciudad, así que cuando vuelva a Toscana, cuando sea, la seguiré incluyendo en el itinerario. La verdad es que en Italia te encuentras gentes y escenas muy buenas.
      Yo también me encontré con un par de calles llenas de banderas, pero no sé si es que están todo el año porque por lo que sé, es en verano cuando se hace la fiesta, aunque hay varias citas.
      Gracias por enlazarme chicos! :-)

      Responder

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