Sólo pasé allí unas horas, pero fue una gozada que me dejó con ganas de más. Olhão es un encantador pueblo pesquero del Algarve portugués. Si no quieres perdértelo en tu viaje al Algarve ¡Acompáñame a descubrir todo lo que Olhão tiene para ofrecer!
Cómo llegar a Olhão
Olhão se asoma a la Ría Formosa igual que Faro, la capital del Algarve, y de hecho está situado a sólo 9 kilómetros de esta ciudad.
Para llegar a Olhão desde Faro tienes varias opciones:
- En coche tardarás entre 15 y 20 minutos según el tráfico.
- En tren: 10 minutos de trayecto. El billete me costó 1,55€ en abril de 2024. Es decir ¡mucho mejor que el coche! Lo único, es que tienes que adaptarte a los horarios. En la web de trenes de Portugal puedes consultarlos. La estación de Olhão está a escasos 10 minutos andando desde el casco antiguo y la Marina. Sólo tienes que bajar hasta el final de la Avenida de la República.
- En autobús: tardarás bastante más tiempo y no tiene mejores horarios que los del tren.
- En taxi: la opción más cara sin duda, aunque muy cómoda. Puede salir a cuenta si viajas con más gente.
Qué ver en Olhão
Lo que hay que ver en este pueblo es la parte antigua y la zona de la Marina, que están juntas, además de que es un excelente puerto para salir a explorar las islas de la Ría Formosa, como la Ilha do Farol o la fantástica Ilha Deserta.
Para ser más concreta, aunque lo desarrollo a continuación, no te deberías perder:
- El centro histórico de Olhão.
- La Iglesia de Nuestra Señora del Rosario.
- El Museo Municipal de Olhão.
- Los Mercados Municipales.
- La Marina.
- El pescado fresco en alguna de sus tascas.
Si estás preparando un viaje a esta zona del Algarve, completa tus planes con estas guías:
Centro histórico de Olhão
Cuando llegué a la parte antigua de Olhão, flipé.
De repente me encontré sumergida en un laberinto de calles estrechas, llenas de casas pintadas de blanco con notas de color. Puertas y ventanas azules, verdes, amarillas, y callejones silenciosos. Sentí que me transportaba al norte de África y a rincones del Mediterráneo como la isla griega Naxos.
Y es que dicen que Olhão tiene una arquitectura única, influenciada por los comerciantes y pescadores que establecieron sus hogares aquí.
Hay dos tipos de casas:
- Las casas de pescadores, de aspecto más humilde, encaladas, con azoteas planas y chimeneas decorativas.
- Los edificios señoriales con fachadas de colores o revestidas de azulejos, balcones de hierro con filigranas y grandes puertas ajadas por el tiempo. Seguramente serían las viviendas de los comerciantes adinerados, y conservan ese aire decadente de las ciudades portuguesas que resulta tan fotografiable.
Entre sus detalles están los que le dan el aire marinero que forma parte de su identidad, un poco modernizado.
Algunas puertas tienen quillas de barcas de pesca en versión miniatura, que sirven de macetas para las plantas. Y en algunos callejones han puesto redes de pesca de pared a pared, como los toldos que dan sombra en verano.
💡Mientras caminas por esas calles sin rumbo fijo, no debes perderte la ruta de las leyendas de Olhão o Camino das Lendas.
Se trata de un recorrido por cinco lugares, uno por cada leyenda, y en ellos encontrarás una o varias esculturas, así como carteles donde puedes leer la historia a la que hacen referencia. Además, hay indicaciones para ir a la siguiente.
Entre las leyendas de Olhão, la que más me llamó la atención fue la “Leyenda del niño moro encantado”, que dice así:
Un joven pescador llamado Manuel Caleça estaba jugando con sus amigos en la calle, cuando un niño misterioso se acercó a ellos preguntando si podía jugar. Todos dijeron que sí. Sin embargo, el niño no era nada hábil con el balón, y Manuel se lo dijo.
Entonces el niño le dijo a Manuel que se fuera con él a jugar a otra parte. Cuando llegaron, el niño misterioso abrió una trampilla. Dentro, Manuel vio un palacio lleno de tesoros que casi le vuelven loco.
El niño tranquilizó a Manuel y le dijo que le llevaría con sus padres, y que se quedaría con él para siempre, pero sólo Manuel podría verle.
Así fue hasta el día en que la madre de Manuel le llevó a la iglesia a comulgar y confesarse. Desde entonces, Manuel no volvió a ver a su querido amigo.
Los murales de Olhão
Otro atractivo inesperado de Olhão es el siguiente:
Andando por un par de calles que hay junto a la Marina, la Rua da Fábrica Velha y Rua Largo, me encontré con unos murales gigantescos que muestran escenas de pesca y de la industria conservera por la que fue famosa esta ciudad en un pasado no muy lejano.
Están pintados en blanco y negro, o más bien con toda la escala de grises, aprovechando los muros de la antigua fábrica Conserveira do Sul.
Son imágenes de las antiguas tabernas, mujeres trabajando en la industria, barcos de pesca y hombres faenando con las redes o barcos en el mar. Proceden de las fotografías del Archivo Municipal y son realmente espectaculares por su nivel de detalle 😊.
Se trata de una iniciativa del Ayuntamiento de Olhão, que contrató a varios artistas del Algarve para que la ejecutaran. Ellos no se han limitado a copiar las fotografías, sino que las han dotado de su propio estilo y creatividad. Las vecinas y vecinos de cierta edad se han reconocido en ellas, o a sus padres y madres.
De esta forma, se ha renovado la parte más degradada de la antigua fábrica y se ha recuperado la memoria del pueblo. Bravo por ellos 🥰
Iglesia de Nuestra Señora del Rosario
La iglesia de Nuestra Señora del Rosario es del siglo XVII. Se trata de un importante monumento histórico y un ejemplo de la arquitectura barroca en Olhão.
Está justo antes de entrar en el casco antiguo si llegas desde la estación de tren, bajando por la Avda. de la República.
Yo la encontré cerrada por la hora que era, pero he leído que su interior es bonito, así que si la ves abierta no dejes de entrar.
Museo Municipal de Olhão
De nuevo tengo que confesar que no pude visitarlo porque estaba cerrado, pero me quedé con las ganas, la verdad sea dicha.
Situado en el antiguo edificio del Compromisso Marítimo, este museo guarda restos arqueológicos encontrados en el municipio y alrededores, así como una exposición sobre la historia local, la industria pesquera y las tradiciones marítimas de Olhao.
Puedes consultar los horarios y otros detalles de la visita en la web oficial del Museo.
Mercados Municipales
Otro de los atractivos de Olhão son sus Mercados Municipales. Se llaman así, en plural, porque están distribuidos en dos edificios gemelos que fueron levantados en 1915.
Los edificios son bastante curiosos, hechos de ladrillo rojo que poco tiene que ver con la arquitectura tradicional del casco antiguo, pero que aportan un contraste interesante.
El interior consiste en un par de naves con estructura de hierro forjado, donde se dan cita todas las mañanas los pescaderos, fruteros y carniceros del pueblo. Una de las naves está dedicada por entero al pescado, y la otra está dedicada a la carne y fruta.
La fama del pescado fresco de Olhão se conoce desde principios del siglo XX, de ahí la construcción de este gran mercado.
Para poder verlo bien debes ir por la mañana. Yo llegué a eso de las 15 h después de mi primer paseo por las calles del casco antiguo y claro, estaba cerrado a cal y canto. No así los restaurantes, cafeterías y heladerías que se distribuyen en los locales del exterior.
Que conste que no es que me organizara mal, es que yo había hecho el viaje de Lagos a Faro en tren esa misma mañana, y para cuando quise llegar a Olhão, ya se me había hecho un poco tarde.
Los sábados por la mañana, además, se planta un mercadillo de productores a su alrededor, con lo que la vidilla local está más asegurada aún.
La Marina
Los Mercados Municipales están ya en plena Marina, que se trata de un paseo ancho que discurre entre el puerto deportivo y el pesquero.
Desde aquí puedes subirte a un ferry o un barco privado para navegar por la Ría Formosa y pasar un gran día en sus playas paradisíacas. Yo tengo que volver para hacerlo, lo tengo clarísimo.
👉 Una curiosidad: en algunas barcas de pesca de Olhão se puede ver pintado un ojo en la proa. Quizá sea una protección, como es típico de Marksaxlokk y otros lugares de Malta. Una tradición que viene de los fenicios.
Dónde comer en Olhão
Otra gran excusa para visitar Olhão es ir a comer pescado fresco en alguno de los restaurantes locales que se reúnen en torno a la Marina. Los hay de todo tipo, pero en general hay más opciones “auténticas” que en ciudades como Faro y Lagos.
Yo elegí la Tasqhina à do Ignacio, o la Tasca de Ignacio. Es un local pequeñito que también cuenta con algunas mesas en el exterior. Está situado en uno de los edificios de los Mercados.
Allí comí una ración de coquinas cocinadas con ajo y cilantro, servidas en una pequeña olla de metal. Estaban muy ricas, ya que haciéndolas así forman una salsita increíble. Acompañadas de pan, aceitunas, un refresco y un café, la cuenta ascendió a los 18€. No fue muy barato para lo que pedí, pero bueno.
En definitiva, Olhão se merece una visita de al menos un día completo para poder disfrutar de su arquitectura, gastronomía, arte y naturaleza. Incluso puede ser un gran lugar donde pernoctar, ya que cuenta con opciones de alojamiento, siendo más tranquilo y barato que Faro, y estando tan cerquita.
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