Cuando piensas en el Algarve, las primeras imágenes que vienen a tu mente son playas de ensueño y acantilados impresionantes. Pero en medio de este paraíso costero se encuentra un tesoro histórico que no puedes dejar de visitar: la majestuosa Fortaleza de Sagres.
Estuve buscando información sobre Sagres porque sabía que era una parada necesaria en el camino al Cabo de San Vicente. Por lo que leí, la Fortaleza de Sagres era el sitio principal que debía visitar en este pueblo costero, pero ¡estuve a punto de no hacerlo!
¿Por qué? Porque llevaba toda la mañana caminando desde el Cabo de San Vicente. Y no tanto por el cansancio, como porque pensaba que después de ver un sitio tan bonito, la fortaleza de Sagres no lo iba a mejorar.
Menos mal que, después de comer y como tenía una hora y media antes del siguiente autobús, decidí acercarme.
Spoiler: no cogí ese autobús, y la Fortaleza de Sagres fue uno de los lugares que más me sorprendieron en el Algarve.
Cómo llegar a la Fortaleza de Sagres
Sagres está en el oeste del Algarve, a 32 kilómetros de la ciudad de Lagos, y llegar allí es bastante sencillo. Te cuento las distintas opciones que hay:
En coche
Desde Lagos, el trayecto es de poco más de 30 minutos por la carretera N125 que se continúa con la EN268 a partir de Vila do Bispo e Raposeira.
Si vas desde Faro se tarda 1 hora y 30 minutos aproximadamente.
Una vez en Sagres, encontrarás señales que te guiarán fácilmente hasta la fortaleza. Delante de ella hay un parking gratuito muy amplio, así que no tendrás problema para aparcar.
En autobús
Si viajas por el Algarve en transporte público, como yo misma hice, tienes la opción del autobús.
Desde Lagos es el autobús 47, que sale de la estación Rodoviario, aunque tiene algunas paradas más antes de dejar la ciudad.
Este mismo autobús continúa hasta el Cabo de San Vicente, pero ojo que no todos los horarios hacen el trayecto completo. Si quieres más información de cómo llevar a la puntita sur de la Península Ibérica, lee mi post sobre el Cabo de San Vicente.
El trayecto entre Lagos y Sagres dura 1 hora y pico porque hace varias paradas en los pueblos que hay en el camino. También puede ser que en verano, o si hace mal tiempo, tarde un poco más de tiempo.
Llegar a la Fortaleza de Sagres desde Faro, la capital del Algarve, es un poco más complicado porque tendrás que ir a Lagos y allí coger el autobús 47 que acabo de mencionar.
👉 Te recomiendo mi guía de Lagos para ver cómo llegar desde Faro.
En bicicleta
Si te gusta mucho darle al pedal, la bicicleta es una gran opción.
Te recuerdo, eso sí, que el trayecto es de 32 kilómetros por carretera, y esto en cada sentido. Pero lo chulo no es hacerlo por la ruta de asfalto, sino ir por las rutas escénicas que hay en la costa.
La mayoría serán caminos sin pavimentar, pero por lo visto están bien señalizados. Puede ser una escapada de un par de días muy maja.
En excursión organizada
Otra opción es apuntarte a un tour por la zona. La ventaja es que vas con un guía que te hablará más del lugar, y no tienes que preocuparte de conducir o de los horarios del autobús público.
La desventaja, claro está, es que no vas a tu aire y tendrás que cumplir sus tiempos.
Si viajas al Algarve en temporada alta, te recomiendo que reserves con antelación este tipo de actividades. Por ejemplo, tienes esta excursión de medio día a Sagres y el Cabo de San Vicente, saliendo de Lagos.
Horarios, tiempo de visita y otras cuestiones prácticas
Otras cosas importantes a tener en cuenta para organizar tu visita a la Fortaleza de Sagres es conocer sus horarios. Como en muchos otros sitios de Portugal, estos pueden resultar un poco “tempraneros” para los españoles, aunque en este lugar no cierran a mediodía.
En la web oficial de Monumentos del Algarve puedes consultar los horarios de visita y otros detalles. Ojo, que a fecha de julio de 2024 se mantiene el mismo horario todo el año, de 9.30 h a 17.30 h. Antes abrían hasta las 20 h en verano, pero se ve que ahora no. Hay un aviso en la web, aunque siguen mostrando los horarios según la temporada. Lo dicho, fíjate bien.
Un dato curioso: en los horarios verás que los pescadores pueden entrar a partir de las 8 a.m. Luego te cuento por qué.
En esa web también puedes consultar el precio de las entradas, que en mi caso fue de 3€. Bastante barato, y más si piensas en que es un lugar tan espectacular.
Si te preguntas cuánto tiempo dedicar a la fortaleza de Sagres, primero te pongo en contexto: podemos decir que la Fortaleza de Sagres tiene dos zonas a visitar.
La más cercana a la puerta, donde están las murallas, un Centro de Interpretación y algunas cosillas más que ahora paso a contarte.
La otra zona es la amplia extensión que forma el Cabo de Sagres, con un faro al final, y al que sólo puedes acceder si entras en la fortaleza.
Si quieres recorrer la fortaleza y el cabo, que es mi recomendación, debes reservar entre 1,5 y 2 horas. A partir de ahí te puedes entretener todo lo que quieras. Es decir, ve con tiempo por delante. Te aseguro que vas a querer verlo todo 😉
Ya que estoy con consejos prácticos, te recomiendo que lleves calzado para caminar. El lugar es muy amplio y, aunque hay caminos acondicionados, no te aconsejo ir en “cholas” o en zapatillas con mala suela. Mucho menos con tacones.
Lleva también protección solar y agua porque apenas hay sombras.
El recinto tiene baños y una tienda de recuerdos, todo cerca de la entrada. Además, junto a las taquillas hay un par de máquinas de agua y refrescos.
Qué ver en la Fortaleza de Sagres
Y ahora, vayamos a lo importante… ¿Merece la pena visitar la Fortaleza de Sagres? Yo te digo que sí. Cien por cien. Para empezar, estos son los puntos que ver dentro de la misma:
- La Puerta de la Plaza.
- Las murallas y el bastión.
- La Rosa de los Vientos.
- La Piedra de los Descubrimientos.
- El Centro de Interpretación.
- La Iglesia de Nuestra Señora de Gracia.
- El sendero de la Ponta de Sagres con acantilados y miradores.
- El faro.
- La escultura en forma de espiral.
Puerta de la Plaza
La Puerta de la Plaza es la entrada principal. De estilo neoclásico, luce un gran escudo de armas en la parte superior.
Esta puerta se continúa con una galería abovedada de techos muy altos, que parece invitar a hacer un viaje en el tiempo. A continuación, te encontrarás con las taquillas.
Una vez entras en el recinto, es probable que te quedes con la boca abierta. No porque esté lleno de “cosas”, sino porque es una extensión de terreno enorme y totalmente rodeado de mar.
Las murallas y el bastión
El bastión y las murallas son muy espectaculares, tanto desde el exterior como desde el interior. En altura y en anchura, se ve como una construcción gigantesca que te hace sentir pequeñito.
Por supuesto han sido restaurados no una, sino varias veces a lo largo de los siglos, pero no dejan de imponer, conservando a la perfección el aura de su pasado defensivo.
Una buena noticia: una vez entres, podrás subir y pasear por lo alto de sus muros, donde hay una hilera de cañones apuntando al mar.
Desde allí arriba, además, disfrutarás de las vistas panorámicas que se extienden hasta el horizonte. En los días claros verás sin ningún problema el Cabo de San Vicente hacia el oeste, y una buena parte de la costa hacia el este. Pero ojo, este no es el único lugar de la Fortaleza de Sagres para ver las vistas. Sigamos.
La Rosa de los Vientos
Una de las atracciones más emblemáticas de la fortaleza es la gigantesca rosa de los vientos, una estructura circular de piedra de 43 metros de diámetro que se cree funcionaba como una especie de compás para orientarse.
Ojo, es tan grande y está tan integrada en el suelo, que si no lo sabes puede que te pase desapercibida. Está junto al Centro de Interpretación, que es un edificio muy moderno con forma de cubo blanco, y muy cerca de la entrada principal. No tengo ninguna foto decente, porque para que se aprecie bien hay que hacerla desde el aire.
La Piedra de los Descubrimientos
También muy cerca de la puerta verás una columna que parece una picota. En realidad es una réplica de las Piedras de los Descubrimientos o Padrões.
Se trata de una especie de hito que los navegantes portugueses del siglo XV «plantaban» en los territorios conquistados. Todas estas Padrões lucían el escudo del Infante Enrique el Navegante.
El Centro de interpretación o Museo de los Descubrimientos portugueses
Este edificio tan moderno contrasta con el resto de edificaciones que te encuentras al traspasar la Puerta de la Plaza, y puede resultar extraño en un primer vistazo.
Se trata del Museo de los Descubrimientos Portugueses, y te aconsejo que no te lo pierdas.
La exposición se centra en la Era de los Descubrimientos, la vida del Infante Don Enrique y la evolución de la navegación.
La exposición es interactiva y mezcla elementos audiovisuales con algunas vitrinas. A mí me gustó mucho, así que te recomiendo que no te la pierdas 😊
La Iglesia de Nuestra Señora de Gracia
La iglesia de Nuestra Señora de Gracia se ve enseguida, también frente a la fortaleza y junto a la Casa del Gobernador.
La iglesia es pequeña y sencilla, fue construida en el siglo XVI y es una construcción muy similar a las que puedes ver en otros lugares del mundo, allí donde hubo colonias en esta época. Por ejemplo en Goa (India) o en Ghana.
Yo me la encontré cerrada, pero he leído que guarda una imagen de San Vicente protegiendo un navío, ya que es el patrón de los navegantes.
He mencionado la Casa del Gobernador, pero no le dedico un apartado porque no es visitable. Allí se ubica la tienda-librería y los baños en la parte posterior.
El sendero de la Ponta de Sagres
A partir de la iglesia comienza el sendero de la Ponta de Sagres. Este camino recorre todo el cabo junto a los acantilados y te permite llegar hasta el faro, para volver por el otro lado.
Lo que me gustó, aparte de contemplar el campo de lapiaces o rocas calcáreas que cubren casi todo el terreno, es que hay muchos carteles informativos. Te recomiendo que vayas parando a leerlos, porque hay mucha información sobre la flora y aves que puedes ver allí mismo. Una buena iniciativa para jugar a identificar algunas de las especies.
Además, hacer esta caminata es una buena oportunidad de conectar con la naturaleza, porque aunque estés dentro de un recinto, en realidad estás en un lugar completamente natural y realmente bonito.
Otra curiosidad es ver a los pescadores con sus cañas. Cada uno se sitúa solo o en compañía de otro pescador, con su sombrilla, en el mismísimo borde de los acantilados.
Vistos desde el camino, me daba algo de vértigo observarles ahí, asomados al vacío, y no pude evitar pensar cómo logran hacer llegar el hilo de sus cañas hasta el agua, ya que la altura es de varias decenas de metros ¿No se les engancha en las rocas? Imagino que tienen sus técnicas, pero desde la ignorancia me parece admirable 😮
También hay algunos miradores que se aproximan más al borde de los acantilados, así que puedes ir haciendo paraditas para perder la mirada en el horizonte. Quién sabe, igual ves delfines 😉
El faro de la Ponta do Sagres
El faro un edificio con poca gracia, sinceramente, pero es una de las escasas construcciones del cabo de Sagres, y por tanto hay que señalarlo.
La misteriosa construcción en forma de espiral
Ya en el camino de vuelta en dirección a la muralla, un poco más adelante del faro, hay una construcción extraña. Es moderna, y desde fuera recuerda un poco a una pirámide escalonada.
Cuando te acercas, te encuentras con que puedes entrar y recorrerla.
Resulta que es una especie de “laberinto” en forma de espiral. Dentro no hay nada, sólo los muros de color marrón, pero resulta curioso porque hay un momento en el que no sabes dónde estás, o cuándo vas a llegar al final.
Curiosamente, aquí no hay ningún cartel que explique qué es y por qué está ahí. Tiene pinta de ser una «intervención artística» moderna. He tratado de encontrar información, pero no lo he conseguido. Si alguien en la sala lo conoce, por favor que ponga un comentario al final y yo me comprometo a actualizar el artículo 🙏
Junto a esta construcción hay una gruta o sima con un pequeño mirador y carteles explicativos que te cuentan cómo se forman las grutas en los acantilados.
La historia de esta fortaleza
La Fortaleza de Sagres, situada en el extremo suroeste de Portugal, es un lugar cargado de historia y leyendas.
Su origen se remonta al siglo XV, cuando el Infante Don Enrique, conocido como Enrique el Navegante, estableció aquí una escuela de navegación que se convertiría en un pilar fundamental para la Era de los Descubrimientos.
Dicen que Vasco da Gama, Cristóbal Colón y Fernando de Magallanes se formaron aquí, en la fortaleza de Sagres.
Este lugar estratégico fue el punto de partida para muchas de las expediciones que abrirían nuevas rutas marítimas y expandirían el mundo conocido.
Construida alrededor de 1450, la fortaleza fue diseñada para proteger a los navegantes y las rutas comerciales de los frecuentes ataques piratas y las potencias rivales.
¿Piratas? Sí, nada más y nada menos que el famoso Francis Drake arribó a estas cosas para llevarse todo lo que pudiera.
Es curiosa la historia de este pirata, que los españoles llamaron “el Draque” o “el Dragón”. Puedes leer un resumen en la World History Enciclopedia.
Volviendo a la Fortaleza de Sagres, originalmente el complejo incluía no sólo las fortificaciones defensivas, sino también instalaciones para la instrucción y entrenamiento de los marineros.
Como ya he apuntado, la localización de la fortaleza no es casual: desde aquí, los marinos podían observar las estrellas y estudiar los vientos y las corrientes, conocimientos cruciales para la navegación de la época.
A lo largo de los siglos, la Fortaleza de Sagres ha sido testigo de numerosos eventos históricos. A pesar de los ataques piratas, la importancia estratégica del lugar llevó a su reconstrucción y fortificación posterior, especialmente durante los siglos XVII y XVIII.
Las murallas actuales y el diseño de la fortaleza reflejan estas reformas, con una mezcla de estilos arquitectónicos que narran su evolución a través del tiempo.
Hoy en día, la Fortaleza de Sagres no solo es un monumento histórico, sino también un símbolo del espíritu aventurero y explorador.
“Oh, mar anterior a nosotros, tus miedos
tenían coral y playas y arboledas.
Despejadas la noche y la cerrazón,
pasadas las tormentas y el misterio,
se abría en flor lo lejano, y el Sur astral
resplandecía sobre las naves de la iniciación«
– Fernando Pessoa –
Bonus: qué ver en los alrededores de la Fortaleza de Sagres
Si has ido a Sagres a pasar el día, te recomiendo mucho que completes la visita a la fortaleza con el Cabo de San Vicente, que ya te he dicho que es un lugar muy especial.
Además, en Sagres hay varias playas a tener en cuenta. Hacia el oeste está la Playa do Barril, con bastantes olas y corrientes, buena para el surf pero no tanto para el baño.
Hacia el Este está la Prainha das Poças y a continuación la Praia da Mareta, que es un arenal grande y protegido por los acantilados de ambos lados. Esta es, además, la más cercana a la Oficina de Información Turística y la parada de autobús.
Por último, tienes la Praia da Baleeira.
¿Merece la pena visitar el pueblo de Sagres?
Esta era una de mis principales dudas cuando me planteaba ir al Cabo de San Vicente y Sagres desde Lagos. Al final me decidí por el cabo y la fortaleza, pero no por el pueblo, y casi no pasé tiempo entre sus calles.
Sólo te puedo contar que no me pareció que tuviera mucha gracia cuando lo atravesó el autobús y en el breve paseo que di por las calles más cercanas a la fortaleza y las playas, pero esto es mucho decir.
Mi sensación es que es un pueblo con casas un poco anodinas, urbanizaciones de segundas residencias, muchas guesthouses y restaurantes, y poco más. No obstante, disponiendo de coche y si lo que quieres es estar en un lugar tranquilo rodeado de naturaleza, puede ser muy buena idea hacer base aquí para algunas noches.
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Si te sobra tiempo y te apetece, te invito a que te des un buen paseo porque, quién sabe, a lo mejor tiene pequeños tesoros esperando a ser descubiertos.
En resumen: Visitar la Fortaleza de Sagres es una experiencia que combina historia, cultura y naturaleza. Este enclave no solo ofrece unas vistas panorámicas que te dejarán sin aliento, sino que también te invita a sumergirte en un viaje a través del tiempo.
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