Qué ver en el Lago Khovsgol en 2 días, la increíble Mongolia

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Por Alicia Ortego

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La última etapa del viaje a Mongolia consistía en pasar 2 días en el Lago Khovsgol, uno de los hitos naturales más famosos del país. Aquí tienes un relato y pequeña guía de otro de los increíbles lugares que quisimos visitar en este país ¿Te vienes? 😊

No tenía expectativas formadas hacia este lago. Como ya dije en otro artículo, a mí los lagos me hacen abrir la boca de sorpresa en la primera visión, pero después me aburren. Su quietud, su ausencia de movimiento en muchos casos, hacen que me aburra. Y con este espíritu, además del de la despedida por ser los últimos días del viaje, me acerqué a él.

Pero no te confundas, también tenía curiosidad y mucha. Porque esta región es la tierra de los Tsaatan, una etnia cuyo nombre se traduce como “hombres-reno” o “los hombres que tienen renos”.

La historia y leyenda del Lago Khovsgol

El Lago Khovsgol es francamente enorme y ya te adelanto que no lo recorrimos entero. En realidad, no visitamos más que un pedacito de su extensa costa, pero es que este puede ser un viaje en sí mismo.

El Lago Khovsgol se formó por la actividad volcánica cuando hace ¡55 millones de años! Cuando las placas de Asia e India se encontraron. Las montañas se elevaron en ese tremendo choque, y entre unas y otras se formaron grandes grietas. Realmente profundas. Así nacieron el Lago Baikal, en la vecina Rusia, y el Lago Khovsgol, que es algo más «joven».

El Lago Khovsgol se nutre del agua de unos 90 ríos, mientras que sólo un río nace en él, el Egiin Gol, que discurre en dirección a Rusia. Hoy está rodeado de bosques y montañas, algunas de casi tres mil metros de altura.

panorámica del lago khovsgol con prado en primer plano y algunos pinos y nubarrones por donde entran rayos de sol
Panorámica del Lago Khosvgol

Lo mejor de todo es que es Parque Nacional desde el año 1992, y por tanto es un lugar protegido. Hay que pagar una entrada en los controles de acceso que hay antes de que veas sus aguas. Como lo llevábamos incluido en el servicio de coche y conductor, no te sé decir cuál es el precio de dicha entrada.

rebaño de yacs andando por la hierba con lago khovsgol detrás y fila de árboles
Rebaño de yaks junto a la orilla del Lago Khovsgol en verano

Vamos con su leyenda, o mejor dicho, con una de ellas, porque estoy segura de que aquí han nacido muchos cuentos: 

Hace muchos años, una anciana viajaba por las regiones del norte cuando se encontró con un niño diminuto, del tamaño de un elfo. Éste decidió acompañarla y ambos continuaron viajando durante tres días, sin comida y sin descanso. Hasta que llegaron a una gran roca. A los pies había un manantial de agua.

Descansaron a la sombra de la roca y, contemplando el paisaje primaveral que les rodeaba, se dieron cuenta de que aquél era un buen sitio donde establecerse.

El niño creció, alcanzando una estatura normal, y se encargó de cazar para sustentar a ambos. Todos los días, después de beber agua del manantial, cortaban la corriente con una piedra para que el prado que les rodeaba no se encharcara.

Un día, el chico estaba cantando y su voz atrajo a una bonita chica que pasaba por allí. Fue un amor a primera vista.

La anciana aceptó a la chica y todo fue bien, pero un día la joven pareja se olvidó de poner la piedra en el manantial y el agua inundó el campo que les rodeaba. Se formó un lago.

Entonces vino un monstruo a beber, y el chico, que ahora era alto y fuerte, lo mató y enterró en la cima de una montaña. El agua siguió manando, así que la anciana se sumergió para buscar una nueva piedra y tapar el manantial, que había quedado en el fondo. El lago ya era muy profundo y, desgraciadamente, la anciana se ahogó.

La isla pequeña del Lago Khovsgol situada en su centro es conocida como “el tapón”, y la isla más grande es donde se dice que está enterrado el monstruo.

La pareja llamó al lago “el lago madre” en honor a la anciana.

Dicen que la orilla oeste del Lago Khovsgol es la mejor para visitarlo. Allí hay varias opciones de alojamiento (muchas, diría yo), siempre en el formato de campings de gers que se combinan con cabañas de madera y tipies como los del salvaje oeste americano. Este último formato es el que reproduce los hogares tradicionales de los tsaatan.

El camino al lago y la caída de expectativas 

Salimos del lago Zuun Nuur para hacer 220 kilómetros, que se dice pronto pero no lo son, y más tratándose de Mongolia. Aun así, “disfrutamos” de un trecho de asfalto al pasar por Mörön o Murun, ciudad donde paramos a comer en un hotel llamado 50 100º.

Este nombre hace referencia al paralelo 50 y el meridiano 100 de la Tierra, que es donde nos encontramos. Bueno, el punto exacto no es este hotel-restaurante con wifi, pero está a un par de kilómetros a la salida de la ciudad en dirección al lago Khovsgol (un cartel junto a la carretera lo anuncia).

Durante todos esos kilómetros seguimos cruzando montañas y el paisaje se va haciendo cada vez más boscoso. Vemos muchos nómadas, siendo el deel de los hombres de un color fucsia con fajín amarillo que me encanta.

bosque de abetos o arces con luz del sol iluminando algunas zonas
Paisaje de camino al Lago Khovsgol

De Mörön no puedo decir mucho. La ciudad es de corte soviético, con avenidas anchas y edificios feos. Las calles de ese día de verano estaban desiertas, y parece que todo el mundo se desplaza en coche. Entramos en un supermercado grande a comprar algunas provisiones de agua y algún paquete de té. Eso sí, los pasillos de los supermercados mongoles dedicados al té suelen ser grandes y estar bien surtidos 😊

Seguimos camino y cuando estamos muy cerca del lago, nuestro chófer Zorik paró el vehículo junto a dos tiendas tipi que estaban plantadas en un prado junto a la carretera. Al lado ¡hay un reno en la hierba!! ¡qué emoción!

Bajamos de la furgo, cruzamos la carretera, y vemos que hay otros dos o tres renos bajo un tejadillo, echados en el suelo y atados. Hace calor, algo que a estos animales me temo que no les sienta muy bien. La escena es un poco lamentable.

En el tipi hay una familia compuesta de padre, madre e hijo. No es una casa, sino una tienda sin nada más que unas telas en el suelo con una exposición de collares, pulseras y otras cosas hechas con cuerno de reno. Es una tienda de souvenirs. Ellos son tsaatan que han dejado la tundra de mucho más al norte por una vida más ¿próspera? en el sur, cerca de la ruta más turística.

reno andando de frente a la cámara en medio de un prado de hierba y flores junto al lago khovsgol
Uno de los renos de la familia tsaatan cerca del Lago Khovsgol
reno tumbado junto a un poste de madera con cuerda alrededor del cuello
Un reno atado a un poste cerca del Lago Khovsgol

Más adelante Zorik vuelve a parar junto a la carretera, pues hay un mercadillo con más tsaatan vendiendo su artesanía y un poco de todo. Damos la vuelta de rigor y continuamos camino.

Esa tarde-noche, en el campamento, nos hablaron de una excursión a un pueblo tsaatan que hay cruzando el lago. Nos lo estuvimos pensando. ¿Qué hacer? ¿Intentar curiosear un poco, aunque sea en el plan más turístico del mundo mundial, pero de alguna forma ayudando a que ellos ganen un dinerillo? ¿O no participar de este concepto de turismo que se acerca más a la idea de «parque temático» que otra cosa?

Al final no confirmamos, y además había que esperar a ver si más gente se apuntaba, porque el precio es fijo tanto para tres personas como para ocho. Esa tarde cayó una lluvia torrencial, así que no habríamos ido de ninguna de las maneras. Cruzar el lago con ese temporal no es muy recomendable.

Así pues, la única expectativa que me había formado con respecto a nuestros días en el Lago Khovsgol, que era la de encontrarme con esta gente y sus renos, se vino abajo.

El área más accesible, que es en la que nos encontramos, no es más que la «puntita sur» del lago. Los tsaatan son muy pocos y suelen vivir más al norte.

Sorpresa positiva: el campamento y su ubicación

Tras el par de paradas de «shopping» seguimos camino por una pista junto al lago. Los campamentos turísticos se sucedían uno detrás de otro, y nosotros íbamos pensando en cuál sería el nuestro. A decir verdad, aquéllo tenía una pinta de lugar de vacaciones masificado, si se puede hablar de masificación en Mongolia.

lago khovsgol con plantas de color dorado y al fondo otra orilla con árboles tipo pino y dos ger blancos
Campamentos junto al Lago Khovsgol

El caso es que continuamos rodando durante una hora y media aproximadamente, y los campamentos empezaron a escasear. Y nosotros a sonreír.

Por fin llegamos al Art 88 Resort, un campamento que dispone de los tres tipos de alojamiento, una pequeña piscina cubierta y una cabaña grande para el restaurante. Se sitúa a unos 50 metros de la orilla del Lago Khovsgol y lo mejor es que está relativamente aislado del resto. Esto es así porque está unos cuantos kilómetros al norte del inicio del lago, donde las orillas ya han sido ocupadas como he dicho antes.

campamento con hilera de tipies de color blanco al fondo y detrás bosque y las montañas
El campamento Art 88 del Lago Khovsgol

Nos dieron a elegir si queríamos cabaña de madera, ger o tipi, y nos decidimos por una cabañita. En realidad teníamos contratado el ger, pero la agencia quiso tener un detalle. Las cabañas tenían una pinta estupenda y, como temíamos pasar más frío que los días anteriores, no nos costó mucho elegir.

Fue una gran decisión. Las camas eran comodísimas, con edredones, y teníamos un calefactor. El diluvio de la siguiente tarde confirmó aún más (si cabe) que hicimos muy bien en quedarnos con ella, y como fin de viaje ¡a nadie le amarga un dulce!

campamento de gers con lago khovsgol al fondo entre sombras con luz roja de atardecer en el horizonte
Las vistas desde la cabaña en el Art 88 – Lago Khovsgol

Tras acomodarnos salimos a dar una vuelta a la orilla del lago. Cruzamos un prado de turba bastante encharcado y alcanzamos la playa de guijarros.

La verdad es que cuesta tener perspectiva de este lago inmenso así, a ras de tierra (o de agua), así que al poco rato decidimos pasear por el bosque que comenzaba allí mismo. Estaba lleno de vegetación pero con poca vidilla, aunque yo había leído que el Parque Nacional del Lago Khovsgol es un gran sitio para observar aves.

orilla del lago khovsgol con cantos rodados y el tronco de un árbol seco y bosque de pinos que llega al agua
Orilla del Lago Khovsgol
árboles tipo abetos con el lago khovsgol al fondo
Bosque junto al Lago Khovsgol
bosque de abetos muy altos
Bosque junto al Lago Khovsgol

Andamos un rato por la carretera, en dirección opuesta a la de nuestra llegada, y enseguida nos encontramos con otro campamento. En este caso hay varias cabañas pintadas de colores. Me vinieron a la mente las imágenes que he visto de Noruega y Groenlandia.

dos casitas de madera con tejado a dos aguas pintadas de colores y una valla de madera blanca y un lago detrás en el viaje a mongolia
Otro campamento junto al Lago Khovsgol

Un trekking maravilloso (y gratis) para descubrir las montañas del Lago Khovsgol

En el camping se ofrecen diversas actividades, todas de pago, para hacer que tus días no se reduzcan a la contemplación de la orilla, los caballos y los yaks. Puedes hacer rutas en bici, la excursión al poblado tsaatan, y alguna cosa más.

Otra opción que nos comentaron es que subiéramos a un pico cercano que ellos llaman “Chuchun” o algo así. La verdad es que no he logrado localizarlo en el mapa. La actividad es gratis. Simplemente Zorik nos acercaría al comienzo del camino en la furgoneta, y con unas instrucciones que nos dio un guía que hablaba español, ya sólo nos quedaba subir para arriba.

Nos insistieron mucho en que no tomáramos el desvío equivocado una vez subiéramos por el camino de montaña, porque podíamos perdernos y podía ser fatal para nosotros. Si vas por allí, entérate bien o contrata a un guía.

Fue una caminata de 12 kilómetros relativamente exigente. El camino no era muy empinado salvo en algún tramo, pero hicimos un desnivel de 700 metros y la altura siempre pone las cosas un poco más difíciles. La cima está a unos 2.400 metros. El caso es que lo hicimos y fue maravilloso.

camino en cuesta ligera junto a laderas verdes con algunos pinos y cielo azul con algunas nubes
Camino hacia la cumbre – Lago Khovsgol

Caminamos en soledad prácticamente toda la mañana. A nuestro alrededor la naturaleza nos regalaba prados llenos de flores silvestres, mariposas, saltamontes.

dos mariposas de color naranja y beige libando en flores rosas
Mariposas en las flores junto al lago Khovsgol

Partimos de un terreno boscoso, pero a medida que subimos los árboles empiezan a escasear por la altitud, y dan paso a lomas de hierba y flores. Después, rocas.

No olvidaré nunca cuando, a falta de un par de kilómetros para llegar a la cima, empezaron a asomar las grandes moles de roca gris en sentido opuesto al lago. Son las montañas Khoridol Saridag. Peladas, grises, parecen un mundo de roca que bien podría ser el escenario de una saga épica.

camino de piedras atravesando prado de hierba un poco seca y al fondo horizonte de montañas de roca gris y muchas nubes
Montañas Khoridol Saridag – Lago Khovsgol
montañas de color gris ocupando todo el horizonte y delante un prado
Montañas junto al Lago Khovsgol

Con grandes pliegues que parecen cortados a cuchillo, está claro que ellas son el resultado del encuentro entre las dos placas tectónicas ocurrido hace millones de años.

paredes de montañas con forma de triángulo todo roca gris junto al lago khovsgol
Montañas del Lago Khovsgol
rocas de montañas con forma de láminas todo de color gris
Detalle de la geología de las montañas del Lago Khovsgol

Son espectaculares, las mires por donde las mires, y dan ganas de acercarse a tocarlas con tus propias manos. Pero allí todos te advierten de que internarte en ellas puede ser mortal si no vas con un guía experto.

paisaje de montañas con dos picos muy altos al fondo, prados y bosquecillos en el lago khovsgol de mongolia
Paisaje junto al Lago Khovsgol

De espaldas a estas imponentes montañas pudimos contemplar el lago Khovsgol en casi toda su extensión. Me sorprendió el color turquesa del agua en las zonas poco profundas de la orilla. Señal de su limpieza. Y cómo la luz se abría paso entre las nubes borrascosas que anunciaban lo que ocurriría unas horas más tarde: lluvia a raudales. 

lago khovsgol a la derecha con diversos tonos azules y montaña a la izquierda con roca y hierba
El Lago Khovsgol desde la cumbre
lago khovsgol de frente con el agua de la orilla en color azul turquesa
Lago Khovsgol con aguas transparentes

La bajada dolió más que la subida. Tardamos la mitad, hora y media frente a las tres de subida, pero me dolía todo. Las rodillas, las pantorrillas, los gemelos, los tobillos, los muslos, las plantas de los pies ¡Pero que nos quiten lo bailao porque sólo por esta caminata valió la pena llegar al Lago Khovsgol!

El lago Khovsgol es el más grande de Mongolia y uno de los sitios más populares para ir a pasar un par de días en plena naturaleza. ¡No te lo pierdas! :) lago khovsgol

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Después de comer en el campamento y refugiarnos de la lluvia vespertina, decidimos darnos un último paseo por los alrededores. El cielo había vuelto a despejar, así que disfrutamos de los últimos rayos del sol contemplando cómo un chaval pastoreaba a sus yacs. Qué poco nos quedaba para salir de los entornos naturales rodeados de horizonte y tranquilidad…

chico montado en moto conduciendo a yacs en un prado en mongolia
Pastoreando a los yaks en moto, junto al Lago Khovsgol

Despedida y cierre de este viaje a Mongolia

Al día siguiente madrugamos aún más para ir a coger nuestro vuelo de vuelta desde Moron. Dejamos atrás el lago Khovsgol con sus luces del amanecer, y aún tuvimos la gran suerte de sorprender a un par de ciervos corriendo por la orilla.

ciervo corriendo junto a la orilla del lago entre pinos jóvenes con luz rosada del amanecer
La foto no es muy buena, pero desde el coche y a toda prisa…

Llegamos a las 9 de la mañana al pequeño aeropuerto, a tiempo para nuestro vuelo de las 11 horas. Nos despedimos de Zorik, nuestro compañero que no hablaba más de dos palabras en inglés, y facturamos.

Todo normal, pero cuando llega la hora de embarcar anuncian que el vuelo se retrasa ¡¡seis horas!! ¡Qué me cuentas! Resulta que las tormentas en Ulan Bator habían obligado a parar el tráfico aéreo, y nuestro vuelo fue relegado al último puesto en las llegadas previstas para ese día. Menos mal que teníamos margen para los vuelos de vuelta a España, que eran al día siguiente.

edificio de terminal de aeropuerto de Murun de una sola planta, antiguo y pintado de blanco y azul
Aeropuerto de Moron o Murun

El aeropuerto de Moron está en medio de la estepa, a unos kilómetros de la ciudad. Hubo gente que se fue a la ciudad con sus chóferes, pero nosotros nos quedamos en la pequeña terminal. No confiábamos en que fuera a haber un nuevo cambio de planes.

Comimos algo en el precario bar, leímos, yo me dediqué a escribir, y nos aburrimos mucho durante las ocho horas de estancia en ese edificio pequeño y sin ningún aliciente.

Llegamos de noche a Ulan Bator y ahora sí, me despedía de Mongolia sin haber visto su capital. La verdad es que tanto la entrada como la salida fue de lo más accidentada, pero no me arrepiento del viaje y de haber saciado mi curiosidad hacia un país con el que soñaba desde hace muchos años.

Cómo llegar al Lago Khovsgol

Puedes acceder al Lago Khovsgol desde la ciudad de Moron con un vuelo desde Ulan Bator.

La otra opción es la nuestra: llegar a través de pistas y carreteras desde el Lago Zuun Nuur, viniendo de las provincias centrales de Mongolia. En cualquier caso, necesitas un vehículo y chófer que conozca los caminos. Puedes consultar los consejos para preparar un viaje a Mongolia que publiqué hace tiempo en este enlace

Espero que este artículo sobre el Lago Khovsgol te haya despertado las ganas de conocer este gran país.

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