La isla San Cristóbal o Chatham y sus leones marinos (Galápagos)

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Por Alicia Ortego

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Bajamos del avión en la pista de aterrizaje del aeropuerto de la isla San Cristóbal. Taladradas por un sol implacable, pasamos los trámites aduaneros (pago de 100 $ para entrar en las Islas Galápagos y revisión de equipaje si lo estiman oportuno). Después, echamos a andar. Puerto Baquerizo Moreno está a unos centenares de metros y allí nuestro hostal. Tras comprobar que el aire acondicionado de la habitación funciona con su ruido de reactor, nos echamos a la calle. ¡Hemos llegado a las Islas Galápagos! :)

El bramido de los leones marinos en la isla San Cristóbal

A pocos metros del aeropuerto, la isla San Cristóbal nos recibe con el sonido que nos acunará y despertará en los siguientes días: el bramido de los leones marinos.

Son aproximadamente las 14.30 h., y nuestros estómagos rugen casi tanto como el aire acondicionado del hostal. Mientras buscamos un sitio para comer comprobando que la mayoría de locales están cerrados a esas horas, quizá porque es domingo, escuchamos a los leones marinos. Y enseguida les vemos.

isla San Cristóbal
leones marinos

Es increíble, pero cierto. Están ahí mismo, retozando en la arena. A menos de diez metros de la calle. Entre barcos herrumbrosos. Algunos, incluso, se han subido al cartel de letras enormes que anuncia dónde estás. Esos carteles que alguna empresa ha vendido a medio mundo. Que están tan de moda.

leones marinos con una cría en la playa de la isla de san cristóbal
león marino en islas galápagos

En las rocas debajo del malecón, enormes cangrejos rojos y azules trepan en dirección a quién sabe dónde. Son las zapayas, y están por todas partes. Como los leones marinos y el «lobo fino», que es más pequeño.

Pelícanos y otras aves completan el cuadro.

La atmósfera es extraña. Una naturaleza exuberante en un pueblo semivacío 😍

gran cangrejo rojo con tripa azul en isla san cristóbal galápagos
Zapaya
garza azul subida a un poste en isla san cristóbal galápagos
Garza azul

Por fin encontramos un sitio a pie de muelle con buenas vistas y nos comemos un ceviche. Es el restaurante Nativo. Buena opción, no muy barata pero tampoco muy cara. Y nada más terminar el plato nos vamos a dar una vuelta con la excitación que produce, puedes entenderme, empezar la estancia en un lugar con esta naturaleza salvaje al alcance de la mano.

Excursión al Cerro de las Tijeretas, uno de los atractivos gratuitos de San Cristóbal

Con la amenaza de lluvia por delante y la comida en el estómago, nos lanzamos a subir a este cerro que promete buenas vistas.

dos grandes cactus uno con bolas rojas en isla san cristóbal galápagos

Por lo visto la isla San Cristóbal es la más lluviosa y por ello también la más verde del archipiélago de las Galápagos. Es Abril, un mes de transición entre las lluvias y la época seca.

panorama desde el cerro en isla san cristóbal galápagos

La primera parte del camino es un sendero que conduce al Centro de Interpretación, un lugar modesto pero que explica muy bien la historia de las islas. A partir de ahí senderos de piedra trepan por la montaña circulando por un paisaje jurásico.

isla San Cristóbal cerro de las tijeretas

Estamos solas. Andamos bajo esa luz característica de antes de las tormentas que me encanta. Sólo se escuchan los pajarillos, entre los que se encuentra el sinsonte, una especie única y endémica de esta isla. Pocos momentos son tan perfectos, pensaba yo.

lagartija con tripa roja en isla san cristóbal galápagos

La vegetación se va espesando junto al camino. Lagartijas de lava con el pecho rojo porque están en celo, arañas sobre nuestras cabezas, y en el cielo unos enormes pájaros negros con una cola en forma de uve y una especie de bolsa roja en el pecho. Las famosas tijeretas, que son fragatas reales.

araña de isla San Cristóbal

Cuando llegamos arriba empieza a diluviar. Una lluvia caliente que únicamente moja, pero no molesta. Excepto a la cámara de fotos y al móvil, claro. Sólo tenemos unos minutos antes del aguacero para admirar los acantilados que se despliegan a nuestra derecha.

Un paisaje de otra era, de otro tiempo, y aparentemente virgen.

panorámica isla San Cristóbal

¡Voy a tener que hacer un esfuerzo para no enrollarme mucho, pero es que es realmente alucinante encontrarse allí por primera vez!

ave negra con bolsa roja hinchada en el cuello llamada tijereta en isla san cristóbal

Las playas de San Cristóbal

Bajando del cerro, hay varios desvíos. Uno te lleva a unas rocas que están justo debajo del mirador. Desde ahí puedes tirarte al agua para hacer snorkel. Era nuestra intención, pero la lluvia y el movimiento del agua nos desanima. Además había un grupo de gente y el lugar es pequeño.

Continuamos, pues, bajando, intentando no repetir la senda de la ida. Al rato deja de llover y llegamos a playa Punta Carola, más conocida como «playa del amor». Resulta que está rodeada de manglares y debajo de los mismos (están sobre la arena, no en el agua), las parejitas encuentran intimidad.

Tres o cuatro surfistas aprovechan las olas junto a las rocas del faro de la playa del amor

Y junto al faro hay un par de pelícanos. Yo quería acercarme más para hacerles una foto, pero andando por la playa, entre las rocas, vemos a unos leones finos. No podemos resistirnos. Marita metió los pies en el agua, no le llegaba ni a las rodillas y enseguida una cría fue a jugar con ella dándole un pequeño mordisco en la pierna.

Me acerqué un poco para grabar con el móvil, pero al minuto vino la madre y me echó de allí con sus bramidos, mostrándome los dientes. Nos lo merecíamos ¡hay que dejar que corra el aire entre los animales y tú!

león marino sacudiéndose el agua sobre unas rocas volcánicas en isla san cristóbal galápagos
una mamá león marino con sus crías en el agua isla san cristóbal

El sol empezó a bajar a gran velocidad. Difuminado por las nubes, parecía que quisiera alcanzar el faro con sus rayos. Los surfistas se quedaron sentados en sus tablas esperando a que se hundiera en el horizonte. Una pareja jugueteaba en el agua. No había nadie más. Otro momento perfecto, y aquéllo sólo acababa de empezar…

puesta de sol en isla San Cristóbal
puesta de sol de isla San Cristóbal

De vuelta a Puerto Baquerizo pasamos por la playa Mann, la más popular entre los locales. Por ser domingo estaba llena de gente, había puestos que asaban mazorcas de maíz y carne o vendían helados, y se respiraba aire de fiesta. Lástima que estuviéramos demasiado cansadas y al día siguiente tuviéramos que madrugar bastante.

Excursión 360º a la isla San Cristóbal y mi reconciliación con el snorkel, por la puerta grande

Además de la excursión que acabo de contarte, la tarde de nuestra llegada visitamos un par de agencias y optamos por reservar esta excursión porque te permite rodear la isla en barco. Es una buena forma de hacerte una idea de su orografía, playas y relieve, y no renuncias a la estrella de las excursiones en la isla San Cristóbal, que te cuento a continuación.

isla San Cristóbal

Snorkel en el León Dormido

Una gran roca partida se alza en medio del mar. La partición es vertical y forma un canal perfecto.

roca león dormido en isla san cristóbal galápagos

Primero la rodeamos en su totalidad para observar a las aves que viven allí.

León dormido de isla San Cristóbal

Hay tijeretas, piqueros de patas rojas (un tipo de alcatraces), y «pájaros trampa» según nos dijo el capitán que les llaman.

pájaros con cabeza blanca y pico negro en isla san cristóbal
palomas en una pared de roca en isla san cristóbal
Pájaros trampa en los riscos de León Dormido

Entonces llegó  la hora del snorkel. Mi última experiencia fue en el Mar Rojo, en Jordania, y fue desastrosa. Como no tengo mucha confianza en mis dotes nadadoras, yo había empezado el viaje pensando en escaquearme de esta actividad, o al menos limitarme a hacer snorkel en las playas donde hiciera pie 😏. Una idea que queda bastante lejos de este impresionante escenario.

túnel natural en la roca de la isla san cristóbal por donde pasa el mar

Pero el capitán y dueño de Old Fishermen, la agencia con la que habíamos contratado la excursión, no me iba a dejar. Me puso un chaleco salvavidas (por eso accedí a ponerme en sus manos, ji, ji, ji), y después de que el resto del grupo se tirara al agua, nos tiramos nosotros. Me llevó de la mano una media hora, indicándome antes cómo colocarme las gafas, moverme, y por supuesto mostrarme los fondos marinos.

roca león dormido de cerca en isla san cristóbal galápagos

Debajo del agua me esperaba una experiencia maravillosa

No tengo fotos ni vídeo, pero lo guardo nítidamente en mi cabeza.

Peces de colores, erizos de mar gigantes, un pez roca apoyado en la pared del acantilado, y minúsculos organismos con luz propia que suben en vertical desde lo más profundo del océano.

roca león dormido en isla San Cristóbal
roca león dormido en vertical isla san cristóbal galápagos

Los rayos del sol atravesando la superficie del agua y disparándose en todas direcciones, en forma de estrella. El color verde tan especial, que se va oscureciendo a medida que aumenta la profundidad del agua. La silueta de primero uno, y después otro tiburón de las Galápagos. Recortados en esa luz verde, en otros puntos azul profundo, nadaban silenciosamente hacia delante.

Poco a poco nos fuimos hacia el gran canal que separa las dos rocas. A partir de allí el capitán me soltó. Se quedaría cerca, pero yo debía ir sola hasta el grupo, ya en el otro lado. No me importó, había cogido confianza y quería seguir alucinando bajo el agua, con el sonido de mi respiración por única compañía. Me costó un poco avanzar por las corrientes, pero era feliz.

Encontré otro grupo de tiburones de Galápagos. Eran cuatro o cinco y hacían sus evoluciones en el agua a pocos metros debajo de nosotros. Dicen que allí también se ve al tiburón martillo, pero no hubo suerte.

Antes de seguir leyendo, un consejo:


Después, un poco de relax en Bahía Sardinas y Punta Pitt

Una vez en el barco enfilamos hacia otra roca en medio del mar, desde donde se divisa el León Dormido a través de una cueva natural como verás en la siguiente foto. Y también pasamos junto al Cerro Brujo, que dicen es la playa más bonita de la isla San Cristóbal, pero no bajamos del barco.

roca león dormido a través de otro túnel de roca en el mar isla san cristóbal

Nuestro destino era Bahía Sardinas. Una playa de arena blanquísima con una única compañía, los pelícanos.

pelícano en el agua mirando de frente isla san cristóbal galápagos
pelícano en la playa con mar de color verde turquesa y nubes de tormenta isla san cristóbal galápagos
Pelícano en Bahía Sardinas (y nuestro barquito esperándonos)
playa de aguas turquesas y rocas volcánicas con arena blanca en isla san cristóbal galápagos

Detrás de las dunas hay una laguna, pero tenía poco movimiento de fauna a esas horas de la mañana.

bahía sardinas en isla San Cristóbal
vegetación entre arena blanca y con volcán al fondo isla san cristóbal galápagos

Un rato después continuamos parando frente a unas rocas para observar más de cerca a los Piqueros de Patas Rojas y las Tijeretas hinchando su garganta roja para atraer a la pareja. Una vez que la encuentran, le son fieles durante años.

fauna y flora de galapagos gaviota
Gaviota de Galápagos
fauna y flora de galapagos piqueros patas rojas
Piqueros de patas rojas

En el extremo norte de la isla nos esperaba otra gran parada: Punta Pitt (me encanta este nombre). Justo detrás de la playa hay unas pozas naturales donde hacer snorkel y, si tienes suerte, codearte con tortugas marinas.

laguna con vegetación alrededor en isla san cristóbal galápagos

Sin embargo, yo me fui con el capitán y otro pasajero, un argentino que viajaba solo, a una pequeña playa que había justo al lado.

Caminamos entre cactus gigantes sobre puro coral blanco y nadamos con leones marinos. Observamos a una manta raya en el fondo y charlamos un poco de todo. Todo, absolutamente todo, era precioso…

león marino nadando de espaldas con una aleta en la boca isla san cristóbal galápagos
¿Tiene, o no tiene estilo?
leones marinos en el agua mirando a la cámara isla san cristóbal
Curiosos, nos llamaban para que fuéramos a jugar con ellos!

Todo perfecto excepto los tábanos que atacaban con saña, y el sol implacable que nos abrasó. El Paraíso tiene sus cosas también.

fauna y flora de galapagos manglares


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De vuelta a Puerto Baquerizo nos contaron que allí había estado lloviendo todo el día. Impensable con el buen día que habíamos tenido en otras zonas de la isla.

Cenamos en el Kalypso una rica pizza de marisco, y paseamos entre los leones marinos que interrumpían el tráfico cruzando la calle a su antojo. Al día siguiente cogeríamos una «fibra» para trasladarnos a Santa Cruz, la isla central de Galápagos.

barcos varados reflejándose en el agua en isla san cristóbal galápagos

Epílogo: mucha gente me pregunta si merece la pena ir a isla San Cristóbal. Yo diría que sí. El snorkel en el León Dormido es uno de mis mejores recuerdos de todo el viaje (el buceo debe de ser la caña), y Puerto Baquerizo es uno de esos lugares tranquilos en los que se está muy bien.

Tan sólo un año después de tener esta vivencia, un lector del blog me escribió después de su viaje a la isla San Cristóbal. Resulta que han puesto unas vallas en el paseo marítimo que impiden que los leones marinos suban y crucen la calle. Es una forma de protegerles de posibles accidentes con el tráfico.


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