La capital de Cantabria es una ciudad que puede sorprender mucho. Aquí tienes qué ver en Santander en un día o en unas horas. Como siempre, basado en mi experiencia ¡Vamos!
Santander, una ciudad con mucha historia
Santander tiene un aire burgués, noble y de buena vida. Una personalidad que se ha labrado con el tiempo. ¿Sabías que Santander fue uno de los puertos más importantes de tránsito de mercancías con las colonias españolas, en especial las de América?

Santander fue, además, un centro turístico de primer orden ya en el siglo XIX, por los centros balnearios que atraían a los que tenían dinero y se podían permitir ir a descansar y mimarse. Ojo, que no sólo venían de otros sitios de España, también de Europa.
El «turismo saludable» no es un invento de hoy
Ya iniciado el siglo XX, el propio Alfonso XIII hizo de Santander su ciudad de vacaciones, y con él toda la Corte. De esa época es el Palacio de la Magdalena, un regalo de la ciudad al monarca. Los hay con suerte.

Reconozco que la primera vez que la visité me defraudó. Quizá por encontrar demasiada mezcla de edificios modernos cruzándose con los históricos, y quizá porque la visité en un día lluvioso. Sin embargo, en mi segunda visita, en el mes de julio, la cosa cambió mucho. El sol le sienta muy bien.
El origen de Santander es, como el de otras muchas ciudades costeras, un puerto pesquero que se ha datado en la época romana, como en la no tan lejana Gijón (Asturias). Poco queda de ello y de las etapas históricas siguientes, como la de la Edad Media, porque el gran incendio de 1941 se llevó por delante todo el centro histórico de la ciudad. Un suceso que marcó el alma y la vida de la ciudad, como le pasó a Lisboa con el gran terremoto.
Durante dos días enteros del mes de febrero de 1941, la ciudad de Santander ardió. El fuego creció gracias al Viento Sur y los materiales de las casas del casco antiguo medieval, construidas en madera y muy próximas unas a otras. Por increíble que parezca, sólo murió una persona, un bombero que estaba trabajando para apagar el fuego. Pero muchas familias se quedaron sin casa ni refugio.
Santander está llena de historias y no cabe duda de que merece la pena conocerlas.

Si vas a quedarte varios días, no te pierdas mi guía para una escapada de 3 o 4 días en Cantabria, centrada en Santillana del Mar y Altamira (a 30 km de Santander), la Costa Quebrada y más sitios.
Qué ver en Santander en un día
Creo que visitar Santander en un día es un poco justo, pero igual te pasa como a mí, que hay tantos atractivos en Cantabria, que casi parece un desperdicio quedarte más tiempo en la ciudad. Sin embargo, te aconsejo que si tienes tiempo no lo dudes y dedícale un par de días (no hagas como yo).
¿Qué te puede dar tiempo a ver en Santander en un día?
Si no te convence y sólo vas a pasar unas horas o un día en Santander, estas son mis recomendaciones de lo que te puede dar tiempo a ver. Lo hago pensando en que amaneces en la ciudad o llegas pronto, y te vas al finalizar el día. Si no, tendrás que restar alguna cosa…
- Casco antiguo de Santander, con la Plaza Porticada como centro neurálgico.
- Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria.
- El paseo y Jardines Pereda junto al Puerto Deportivo.
- Centro Botín.
- Playa del Sardinero.
- Palacio de la Magdalena (a nosotros no nos dio tiempo porque nos fuimos a la Costa Quebrada después de comer).
- Bahía de Santander (en barco) para visitar el Cabo Mayor y la Isla de Santa Marina. Otro pendiente que me queda para la próxima vez 😅
Casco antiguo de Santander
El casco antiguo de Santander ya no es tan antiguo por culpa del gran incendio del que te hablé antes. Cuando se reconstruyó, siendo ya la primera mitad del siglo XX, se hizo levantando edificios de estilo neoclásico y neoherreriano de aspecto más severo.
Mientras paseas por sus calles, deberías acercarte al Mercado de la Esperanza, de finales del siglo XIX, con una estructura de hierro y vidrio típica de la arquitectura industrial de entonces.
Las calles de El Arrabal y la Calle del Medio están llenas de tabernas y gastrobares. Son dos de las calles más antiguas de la ciudad, y en su día formaban parte del Barrio del Mar, el barrio de los pescadores y las rederas.
La Plaza Porticada, o Plaza de Velarde es uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad. Fue inaugurada en 1950 y es un símbolo de la resiliencia de esta ciudad y su “renacer de las cenizas», nunca mejor dicho. Además, bajo el suelo de la Plaza Porticada se encuentran los restos arqueológicos de un tramo de la muralla medieval de la ciudad, que pueden ser visitados en el Centro Arqueológico de la Muralla Medieval.


Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria
Quizá no hayas oído hablar de esta joya situada muy cerca del paseo de Pereda. El Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria es un lugar perfecto para introducirse o profundizar en la historia anterior a la Historia. Las raíces de nuestros ancestros.
No siendo un museo muy grande, condensa una exposición llena de piezas originales halladas en las numerosas cuevas prehistóricas de Cantabria. Tiene, además, una clara vocación didáctica.
Total, que si te interesa un poco el tema, viajas con niños, o vienes de visitar Altamira, te lo recomiendo 100%. También si te toca un día de lluvia o mucho frío, je, je. De verdad que es muy buen plan.



Puedes consultar los horarios y tarifas actualizados en la página web de Museos de Cantabria. En la misma página puedes comprar las entradas online, lo que te dará acceso prioritario. También hay visitas organizadas a determinadas horas.
Paseo y Jardines de Pereda
Caminando hacia el mar desde el museo, llegarás a los Jardines de Pereda. Este es un espacio verde muy cerca del Puerto Deportivo, el Centro Botín y el mar.
Se trata de una zona ajardinada bastante agradable, aunque tampoco esperes gran cosa. Lo que sí te invito es a que eches a andar por el Paseo de Pereda, porque merece mucho la pena ir caminando junto al mar y disfrutando de las vistas de la costa. Para mí, de lo mejor de Santander.
Centro Botín
El Centro Botín destaca en el puerto por la arquitectura vanguardista que contrasta con los edificios señoriales del otro lado. La verdad es que el edificio no me impresionó “en directo” tanto como imaginaba al ver fotos antes de ir, pero quizá a ti no te ocurra lo mismo.
En su interior hay una colección permanente que incluye obras de Matisse, Sorolla y otros. Te confieso que nosotros decidimos no entrar. Nos echó para atrás el precio de la entrada y nos apetecía mucho más caminar por la costa hasta el Sardinero. Pero, si vas a pasar el día completo en Santander, te dará tiempo a verlo.

Puedes apuntarte a esta visita por el centro de Santander que incluye el Centro Botin (con la entrada). Una buena forma de aprovechar el tiempo.
Playas de Santander
Como te decía, un planazo es seguir el Paseo de Pereda, caminando junto al mar, y seguir bordeando la costa hasta la playa del Sardinero (1 hora aprox).
No te niego que es un poco largo y que hay algunas cuestas, porque la orografía del terreno así lo requiere, pero a cambio te vas a llevar unas maravillosas vistas del mar y las playas de ese lado.
Siempre que camino por paseos como éste, pienso que me encantaría vivir en una ciudad con mar y tener la posibilidad de caminar todos los días por la costa. Snif.
En el primer tramo de esta caminata pasarás junto a la Playa de los Peligros. Puede que se llame así por los acantilados bajo los que se asienta. A continuación, tienes la Playa de la Magdalena, que termina en la Playa de los Bikinis. Por cierto, el nombre de esta playa es porque era la preferida de las estudiantes extranjeras que utilizaban bikini cuando en España seguíamos bajo el yugo de la moralina cristiana (y la dictadura).
Enfrente está la Playa del Puntal, donde suele haber barcos veleros. Parece una ensenada de arena blanca digna del trópico. Ahí lo dejo…


Si sigues caminando por la Avenida de la Reina Victoria, llegarás a la Península de la Magdalena, donde se ubica el famoso Palacio de la Magdalena.
La Península de la Magdalena es un destino en sí mismo y tiene un montón de atractivos. Es otro de mis grandes pendientes, ya que de momento sólo la he visto desde el exterior.
Rodeada de acantilados chulísimos, en ella se visita desde el Palacio de la Magdalena, el Faro de la Cerda. Si no quieres seguir andando, debes saber que hay un trenecito para los turistas que te pasea por toda la península mientras te hablan de su historia.
También se ubica allí el Museo El Hombre y la Mar, con los galeones utilizados por Vital Alsar en su travesía del Océano Atlántico, y la réplica de la balsa de madera que utilizó para cruzar el Océano Pacífico en el año 1970.


Siguiendo la costa, a continuación y en pocos minutos aparece El Sardinero, la meta de este paseo.
El Sardinero es la playa más famosa de Santander, tiene un kilómetro y medio de largo y está dividida en dos secciones, la Primera y la Segunda playa del Sardinero. En verano se suelen poner a tope, pero es muy hermosa.
La Primera del Sardinero, como se la conoce por allí, es la playa que está en pleno casco urbano. Era la preferida de la nobleza y burguesía. En cambio, la Segunda era donde iba el pueblo llano.
Con la marea baja ambas playas se unen.
Las playas de Santander cuentan con todos los servicios, y El Sardinero es accesible para personas con movilidad reducida.

Dónde alojarse en Santander
Si decides pasar una noche o más en Santander, te recomiendo que busques alojamiento con tiempo, al menos si quieres que esté céntrico. Desde luego, será la mejor forma de tener todo a mano. Pero si vas a pasar unos días en plan más playero, entonces busca en la zona del Sardinero.
Por suerte es una ciudad con bastante oferta, pero no te voy a engañar, hay que estar listo si quieres conseguir un buen precio. Puedes consultar y reservar la oferta de alojamientos de Santander en Booking, la plataforma que yo suelo utilizar.
Dónde comer en Santander
La gastronomía cántabra es una pasada de rica. Los pescados y mariscos compiten con las carnes criadas en el monte. Por no hablar de los helados y los dulces. Mmmmm.
Mi experiencia es un poco corta, pero te puedo recomendar con los ojos cerrados el Restaurante Atalaya de Mayte. Desde su terraza tienes unas vistas magníficas de la playa del Sardinero, y su cocina es de alta calidad, sin dejarte un riñón a la hora de pagar.
Te aconsejo los chipirones encebollados, pero tienen muchos más platos exquisitos. Déjate llevar por su personal, que además es realmente amable, y verás qué contento sales de allí.

Si buscas algo más informal, puedes ir a alguno de los muchos sitios que hay en la zona de la Plaza Porticada, o en las calles que ya he mencionado.
Espero que este post te sirva para hacerte una pequeña idea de lo que ofrece Santander en un día. Por mi parte, espero completar esta guía cuando vuelva, porque soy consciente de que tiene más sitios que ver y más historias que contar.
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