¿Qué te viene a la mente cuando piensas en Madagascar? ¿Quizás lémures saltando entre las copas de los árboles, baobabs gigantes o playas paradisíacas que se extienden hasta el infinito? Si quieres descubrir más, aquí tienes un montón de curiosidades de Madagascar.
Este país insular, situado en el océano Índico, es mucho más que sus clichés. Es un mundo aparte, una tierra de contrastes donde la naturaleza ha seguido su propio camino evolutivo.
En mi viaje de tres semanas no pude recorrerla entera, sería imposible, pero sí anoté un montón de curiosidades que seguro que te sorprenden. Y, si quieres leer más sobre qué me pareció, no te pierdas mis primeras impresiones de este viaje.
Curiosidades de Madagascar: la Naturaleza
El 90% de las especies de fauna y flora de Madagascar son endémicas. Esto significa que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo, haciendo de esta gran isla una rareza natural casi sin igual.
En el caso de la fauna, destacan los lémures de los que hay unas 120 especies. Todas están en peligro de extinción. Son fascinantes, tanto los nocturnos como los diurnos.
Hoy en día se pueden ver sin dificultades en las Reservas Naturales y Parques Nacionales como la Palmarium Reserve del Canal de Pangalanes en la costa Este, el Parque Nacional de Isalo en el sureste, o el Parque Nacional de Ranomafana que dicen es la “capital de los lémures” (yo no lo visité).

También están los camaleones. Hay muchas especies y muy diferentes entre sí, pero es que además hay una concentración increíble. Dos tercios de la población mundial de camaleones viven en Madagascar, según me contaron.
Siguiendo con los reptiles, hay una buena colección de serpientes, pero no son venenosas (curioso que no haya ninguna venenosa, según me dijeron y he leído).


Otra especie muy curiosa que puedes ver en Madagascar: la araña Nephila que teje hilos dorados. Es bastante grande, y en Fianarantsoa la «cultivan» precisamente por sus «hilos de oro». No por el color, sino porque son tan resistentes, que los utilizan para fabricar chalecos antibalas. Flipa 😯😯. Esta especie se encuentra también en otros sitios del mundo.

En cuanto a los paisajes, también hay una variedad que te hace flipar. La costa Este sigue siendo muy verde, con selvas frondosas. El altiplano es montañoso, y el sur y la costa oeste más desérticos, pero bañados por un mar de increíbles tonos azules.

¿Sabías que la Gran Barrera de Coral de Madagascar, que se extiende a lo largo de la costa oeste, es una de las más largas del mundo y alberga una biodiversidad marina impresionante?

Además, mucha gente no lo sabe, pero Madagascar fue una vez un lugar de gran actividad volcánica. Aunque los volcanes están inactivos, hay lagos que se formaron en los cráteres, como el Lac Tritriva, cerca de Antsirabe.
Entre los árboles, hay muchas especies endémicas, y el baobab es el símbolo del país. Madagascar es el único lugar del mundo donde se encuentran las 8 especies de baobab registradas por la ciencia, y seis de ellas sólo se encuentran aquí.
Muchos ejemplares de este curioso árbol son milenarios, y créeme si te digo que en el oeste de la isla puedes ver miles de ellos en pocas jornadas. Toma ya.

Otro árbol bien curioso es la palmera Ravenala Madagascariensis o “árbol del viajero”. Se llama así porque guarda una gran cantidad de agua y sólo hay que hacer un pequeño corte en su base para poder beber.

Y luego están los “árboles pulpo” o Didiera madagascariensis. A nuestros ojos, parecen cactus gigantescos, pero resulta que son arbustos leñosos y semisuculentos, perfectamente adaptados al terreno desértico y por tanto a la falta de agua.
Pueden crecer hasta 10 metros de altura, ocupan cientos de kilómetros en la costa suroeste, cerca del mar, en lo que se llama el «bosque espinoso». Según me contaron, sus ramas suelen apuntar hacia el sur.
Los árboles pulpo son un ejemplo de evolución convergente. Es decir, cuando especies distintas se desarrollan en lugares muy distantes y comparten muchas características, aunque no se trate de la misma planta. Así, se considera que los cactus de América y las Euphorbias africanas son muy parecidos a estos árboles pulpo, pero se clasifican en distintas familias.

Sin embargo, Madagascar es tristemente conocida por su deforestación. Un agravio a la Naturaleza que es visible en todo el país, y que comenzó con los franceses. Estos decidieron implantar los cultivos de especias, arroz y otras cosas, barriendo del mapa los extensos bosques y selvas que poblaban la isla. A saber cuántas especies únicas en el mundo se llevaron por delante… 😥
El resultado: muchísimo monte «pelado», corrimientos de tierras en épocas de lluvias, suelos empobrecidos que los hace inservibles para la agricultura, y una gran contribución al calentamiento del planeta Tierra.
En las últimas décadas se han hecho grandes esfuerzos por proteger parte de lo que queda, pero el daño es de gran magnitud. Además, los agricultores mantienen la práctica de tala y quema en sus labores agrícolas, aunque insisto, los colonialistas fueron quienes hicieron más daño.

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Cultura y sociedad malgache: del idioma a la filosofía del “mora mora”
El idioma malgache y algunos usos y costumbres
El idioma malgache no tiene un origen africano, sino que está relacionado con el malayo-polinesio. Esto se debe a que los primeros pobladores de la isla vinieron del sureste asiático, probablemente de lo que hoy es Indonesia, hace unos 2.000 años. Y es lo que explica que el malgache sea tan diferente a los idiomas que se hablan en el resto del continente africano.
Salama es la forma de decir “hola” en malgache, pero también se usa “salami”, “salame”, “salamu” o “salamo”. No hay una regla estricta, tú saludas con salama y ellos responden con salami o lo que quieran.
Pregunté y me dijeron que todo significa hola, ya sea para iniciar o para responder al saludo, así que ¡Lo que te apetezca cada vez! (a mí me resultó muy divertido esto, je, je).
Luego está la expresión que todo el mundo utiliza al menos una vez al día: mora mora (pronunciado mura mura, porque todo lo que se escribe con “O” se pronuncia con “U”, incluidos los nombres de las ciudades). Significa tomarse las cosas con calma, como el pole pole de Kenia y Tanzania.
No obstante, no pienses que los malgaches son vagos o lentos. Suelen trabajar muy bien y a conciencia.
También me contaron que a Madagascar se la conoce como el país del push push o del pousse-pousse, que significa país del “empuja empuja”.
Esta expresión está relacionada con la gran cantidad de rickshaws que allí llaman directamente push push o pousse pousse, y con muchos otros ingenios para mover cosas y personas, que se utilizan con la fuerza humana.
Supongo que a este apodo también se suma la cantidad de averías de los vetustos coches que siguen circulando por esas carreteras tan hechas polvo. Luego te cuento otra anécdota a propósito de los coches Karenji.

Una cosa que llama mucho la atención: el uso de sombreros, sobre todo los que llevan ellas. Les encantan y lucen casi todo el día. Los hay de rafia, de fieltro, de lana… y es un complemento casi imprescindible que llevan, muchas veces, con mucha elegancia. Algunas etnias tienen sus propios sombreros, como los de los betsileo.

Por otra parte, las mujeres de la etnia de pescadores Vezo suelen ponerse una especie de maquillaje llamado Masonjoany. Lo usan como protector solar, antimosquitos, y también como forma de realzar su rostro.
Dicen que las mujeres vezo son las más bellas del país ¿será este su secreto?

Las creencias
Aunque la mayoría de malgaches son cristianos, mantienen creencias animistas, y hay una muy importante a tener en cuenta: los fady.
Los fady son “tabúes” o normas de prohibición que afectan a la vida diaria. Son variadísimos y muchos pueden resultarnos muy extraños. Por ejemplo:
Uno muy importante es que no se debe señalar con el dedo extendido a las tumbas, lugares sagrados, personas y objetos concretos. Si lo haces, puede que haya espíritus que se sientan ofendidos y desestabilicen tu ánimo y el del grupo o la comunidad entera.
Como muchas veces no sabes si hay una tumba por ahí, ya que pueden estar en cualquier sitio, o un sitio sagrado, o qué objeto puede ser fady, lo mejor es evitar señalar con el dedo siempre. Puedes hacer indicaciones con la mano extendida, o con el dedo recogido. Parece fácil, pero cuesta muchísimo quitarse esta costumbre 😅.
Por otra parte, el pueblo malgache tiene un sistema astrológico muy arraigado, el Vintana. Los días de la semana y las horas del día están asociados a la buena o mala suerte. Un día de nacimiento determina el destino y el carácter de una persona, y algunos días son considerados más propicios para iniciar un viaje o un negocio.
Esto también se combina con la tradición de la elección del nombre de los hijos e hijas. Por lo visto, el nombre de los niños siempre es elegido por la madre. Y hay todo tipo de elecciones y anécdotas.
A veces ponen nombres occidentales o relacionados con la Biblia si son cristianos. Otras, eligen nombres malgaches con un significado. Por ejemplo, una madre puede decidir que su hijo se llame “algo bueno”, o “noche de tormenta”, o incluso «susto»… Todo depende de si ha vivido algo concreto, soñado, o incluso de su estado de ánimo de aquél día.
Y otra tradición es la circuncisión de los niños, siendo un signo de virilidad y de higiene. Sobre las circuncisiones te puedo contar que…

Pero si hay una tradición que es famosa en Madagascar, es el Famadihana…
Famadihana, el ritual de la alegría con los ancestros
De nuevo nos encontramos con el animismo, que en el caso de los ritos funerarios aún se mantiene bastante vivo. Sólo aquéllos que han decidido ser protestantes o de alguna otra rama del cristianismo, excepto los católicos, lo están abandonando.
El concepto de la muerte en Madagascar no es como el de nuestros países occidentales. Cuando una persona muere, los malgaches dicen que “pasa a mejor vida” y así lo creen. De manera muy literal.
“No es mérito vivir, y no es una deshonra morir”
“La muerte es una decisión tomada hace mucho tiempo y que finalmente se lleva a cabo”
Dichos malgaches
Pero para alcanzar esa «mejor vida» y convertirse en un ancestro, hay que pasar por un proceso.
El fallecido entra en una especie de limbo y es enterrado en una tumba provisional. Durante un tiempo que puede ir entre los 3 y los 7 años, estará ahí, hasta que llega el día del traslado a la tumba definitiva. A partir de ahí, ya se le puede considerar un ancestro.
El ritual para la tumba definitiva se llama Famadihana y es una gran fiesta que representa la vuelta a casa del fallecido.
Durante el Famadinaha se muestra alegría y se invita a todo el mundo. Incluso a familiares que viven muy lejos. Suele durar cuatro o cinco días durante los cuales se bebe, se come, e incluso se baila con los restos del difunto al ritmo de la orquesta que han contratado.
Además, le presentan a los nuevos miembros de la familia (los nacidos posteriormente, o nuevos cónyuges).
El Famadihana culmina cuando el cadáver, generalmente sólo huesos, es lavado y preparado con un nuevo sudario llamado lambda, que suele ser blanco, y lo llevan a la tumba definitiva. Si es una familia rica, el lambda será de seda.
Cuando tienen que trasladar al muerto a cierta distancia, como no hay coches ni servicios funerarios, deben hacerlo en los taxi brousse, el equivalente a los autobuses de transporte público. En esos casos, el minibus luce una bandera. Si está en el lado izquierdo, es que es un fallecimiento reciente. Si está en el lado derecho, es que lo trasladan a la tumba definitiva. Y los restos pueden ir dentro o en el techo del minibus.
Las tumbas definitivas se ubican en lugares que permitan que el fallecido alcance más fácilmente el cielo. Pueden estar en cuevas de acantilados de difícil acceso, o en lo alto de las colinas. Depende de la geografía de la región, claro.

No todo es alegría y juerga eh? Hay muertes inesperadas o de gente muy joven que se viven con tanta tristeza como la podemos vivir nosotros, y aunque se celebra una reunión, su comportamiento es bastante serio, como me encontré en una casa de Belo Sur Mer.
Por otra parte, los funerales comprometen los ahorros de la familia, y a veces esperan a que haya varios muertos en la aldea para hacer la fiesta de la vuelta a casa compartiendo los gastos.
La construcción de la tumba definitiva también suele llevar muchos gastos, aunque depende de la etnia y el lugar. Además, si van a pasar varios años antes del traslado definitivo, se puede «prorratear» ese gasto.
El propósito final del Famadihana es que el muerto alcance la otra vida y proteja a los vivos.
Si te interesa saber más del Famadihana, no te pierdas el capítulo de la serie Otros Pueblos de RTVE.

Los Karana
Los Karana son los descendientes de los inmigrantes que llegaron a finales del siglo XIX.
Los primeros venían de Guyarat, India, y formaban parte de una diáspora que tuvo que salir de su tierra de origen para buscarse la vida con el comercio. Unos fueron a Zanzíbar y otros sitios de África, otros al Sudeste Asiático, y otros a Madagascar.
Enseguida vieron dónde estaba el negocio que les podía enriquecer: la trata de esclavos. Más adelante, en tiempos de la colonia francesa, se pasaron al comercio de bienes agrícolas. Su estrategia se podría encuadrar bien en la «usura»: prestaban dinero a los campesinos, y estos tenían que devolvérselo con intereses muy altos.
Por todo ello, puedes imaginar que los Karana no son muy queridos entre los malgaches, a pesar de que hoy en día no todos los karana son ricos. Pero sí hay un buen puñado nada despreciable que sigue haciendo buenos negocios y viven muy por encima de la media del país.
Karana viene de la palabra «Corán», ya que muchos son musulmanes, en su mayoría chiíes aunque también hay suníes. Ojo, que el cristianismo es la religión más extendida y por tanto por aquí también puede haber «tema» que explique parte del rechazo de la sociedad malgache hacia los karana.
Lo más curioso a nuestros ojos, y por eso he querido incluir esta nota en las curiosidades de Madagascar que te estoy contando, es que los Karana no tienen nacionalidad. Es decir, son apátridas.
Una situación que viene del momento en que la isla consiguió su independencia en 1960.
Ser un apátrida te puede dejar fuera de cualquier sistema público, educativo, sanitario, vivienda, incluso sistema bancario. Por supuesto te puede impedir viajar.
Los karana que tienen mucha pasta, digamos que resuelven sus papeles. Los que no, están jodidos. Si quieres leer más, te recomiendo este artículo de ACNUR.
Datos más o menos “curiosos” de la economía de Madagascar
Madagascar es un país muy rico, lleno de pobres. Nada nuevo bajo el sol, sobre todo cuando hablamos de ciertos países africanos, pero esto no significa que no duela ver a tanta gente pasándolo mal.
El sueldo medio es de 500€ al año, pero es una media que incluye los sueldos altos de la élite malgache, en franca minoría.
El 50% de las empresas siguen siendo francesas, por cierto.
Agricultura y ganadería
En Madagascar se cultiva un sinfín de productos agrícolas y ganaderos. Es el mayor productor de vainilla del mundo, y también produce clavo de olor, canela, pimienta, café, té, cacao y un largo etcétera.
El arroz, por otro lado, es un gran destacado en sus campos. Resulta que Madagascar es el lugar con mayor consumo de arroz del mundo per cápita (por persona). Actualmente producen casi todo lo que consumen y sólo importan una pequeña cantidad, pero no siempre ha podido ser así.
Vamos, que sin arroz no pueden vivir. Lo preparan de distintas formas y tienen diez variedades, pero sin duda el arroz blanco cocido es el rey de las mesas.
Aprovecho para contarte una curiosidad gastronómica, el “arroz del fondo”:
En Madagascar tienen la costumbre de raspar el arroz quemado que ha quedado pegado al fondo de la olla. Esta parte, llamada vary amin’anana, se mezcla con agua y se bebe como una especie de té digestivo. Sabe a… agua con arroz quemado.

En cuanto a la ganadería, el cebú es el animal más valorado. Se utiliza como fuerza de trabajo en el campo, como fuente de carne, con los cuernos y la piel se hacen utensilios y artesanía… vamos, que se aprovecha todo de él. Para algunas etnias es, además, un animal sagrado que les protege o puede proteger a sus muertos.
Como en otros países de África, por ejemplo Chad, los cebúes son los ahorros de mucha gente, la riqueza que tienen.
También crían cerdos (hay un porcentaje de musulmanes muy bajo), pollos, patos y conejos, y los consumen en la mesa si se lo pueden permitir.

Curiosamente, la leche es un bien raro y preciado. Incluso en los hoteles para turistas, es difícil conseguir que te sirvan leche con el café o el té, sólo te la dan si la pides varias veces, y de forma muy racionada. En algún sitio te puedes encontrar con que te la cobran aparte.
Visitando un hipermercado de Antanananrivo, me acerqué a las estanterías de la leche sólo para ver los precios, y efectivamente un litro de leche costaba en torno a 1,3€ o más. Es cara incluso para nosotros, así que para ellos es un precio astronómico, sobre todo comparado con otros alimentos y bebidas.
En cambio, no es tan difícil encontrar quesos, incluso curados, así como yogures 🤷♀️
Los coches Karenji
Cambiamos de «industria». El único coche que se fabrica en Madagascar es el de la marca Karenji, y su historia es muy curiosa.
Fue inventado por un grupo de ingenieros malgaches, que decidieron su diseño y el hecho de que todas las piezas se fabricarían en Madagascar. Bueno, todo excepto el motor, que se importa de Francia, de la casa Renault.
La única fábrica de coches Karenji emplea a 60 personas, y fabrican tres coches al mes. A veces, por encargo personalizado. Por cierto, hicieron uno expresamente para el Papa Juan Pablo II cuando visitó la isla, y es cierto que el diseño se parece un poco al papa-móvil 😅
Otras curiosidades es que su logo es la cabeza de un cebú, y sus anuncios publicitarios los cierran con el slogan “ligero y fácil de empujar”. Desde luego su idiosincrasia es 100% malgache.

La minería: “diamantes de sangre”
En Madagascar hay muchas piedras preciosas, y entre ellas destacan los zafiros, que se exportan a los países ricos en grandes cantidades.
Otra cosa es cómo se extraen estos minerales, y quién se enriquece con ello. Los malgaches son los que curran, no los que ganan la pasta.
Empresas suizas y de otros países europeos, así como los karana, son los dueños de estas explotaciones.
Las minas están en terrenos arenosos que se excavan formando enormes hormigueros. Siendo un terreno inestable, los derrumbamientos ocurren todos los días, y en ellos quedan enterradas muchas vidas de gente que no tiene otra oportunidad.
Ganan 1€ al día con suerte, y todos los días les registran a fondo antes de salir de la mina, incluidos los orificios de su cuerpo, para asegurarse de que no se llevan ni una pequeña piedrecita. Las condiciones de trabajo, bajo el sol o la lluvia, son tremendas.
Nosotros hicimos una breve parada en Ilakaka o Andohanilakaka, un pueblo minero que está en la ruta hacia la costa oeste. El ambiente era de trapicheo, drogas y prostitución, y de hecho sólo dimos un paseo corto, con las manos en los bolsillos.
Visitamos una joyería donde hay algunas fotografías expuestas, fósiles, y por supuesto sus productos. Una joven suiza nos explicó que tenían «su propia mina», y «sus» zafiros se venden en todo el mundo. Todo suyo, nada para Madagascar.
Piénsalo cuando te compres una joya y te digan que la piedra viene de Madagascar.
Espero que estas curiosidades de Madagascar te hayan inspirado a mirar más allá de los tópicos y a descubrir por ti mismo los secretos que guarda esta fascinante tierra de baobabs, lémures y la filosofía del mora mora. Sin duda, es un destino para recordar siempre.
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